sábado, 5 de octubre de 2024

 

EL DÍA SIN AYER”: HIPÓTESIS O “TEORÍA DEL BIG BANG

Amadeo Albuquerque Lara

La ciudad de Lovaina, Bélgica, es la cuna en donde se inicia la hipótesis del “Big Bang”; fue un sacerdote católico de nombre Georges Lamaitre, quien acuñó la frase “Big Bang”, o “El Día sin ayer”, en 1931 (Crédito: National Geographic).

Pero fue otro científico, Stephen Hawking, entre otros, quien se encargó de estudiar más a fondo el Big Bang. De manera que él mismo se pregunta qué había antes del Big Bang, y él mismo se contesta: “Nada”, (“ante el presentador del programa, Neil deGrasse Tyson”).

Pero ante tantos astrofísicos que han opinado sobre el Big Bang, Lovaina y el sacerdote católico Georges Lamaitre, han quedado olvidados. Ha sido el astrofísico Stephen Hawking, quien más ha publicado sus investigaciones sobre el origen del tiempo, pero más que todo, sobre el origen del universo. Hawking como ateo fue más allá al afirmar que “la física moderna excluye claramente la posibilidad o la necesidad de que un Dios o cualquier tipo de fuerza sobrenatural crease el universo” (Hawking, “The Grand Design”). Pero es su propia y deliberada opinión.

Ante tantas hipótesis, llamadas “teorías”, cabe preguntarse que si antes del Big Bang existía la “Nada”, entonces, de dónde salió la materia que explosionó con tanta fuerza que se formó un universo que, según su teoría, comenzó a expandirse y sigue “ad infinitum”. Que el universo es infinito, nadie lo niega. La misma Biblia lo afirma en el Salmo 8: “Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, La luna y las estrellas que tú formaste, Digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, Y el hijo del hombre, para que lo visites? Le has hecho poco menor que los ángeles, Y lo coronaste de gloria y de honra” (Salmo 8:3-8). Por lo tanto, el salmista afirma que el hombre (la humanidad) es incapaz de explicar el origen del universo. Cito el libro “La mente del universo” publicado por la Universidad de Navarra: “la cosmovisión científica actual sugiere que el universo está atravesado en su interior por una racionalidad que debe remitir a una inteligencia personal” (Crédito: Mariano Artigas). Destacado es del autor de este artículo.

“¿Entonces el universo no nació hace unos 13.800 millones de años como nos han dicho?La respuesta es que la expansión cósmica debió originarse en aquel instante, que solemos llamar el Big Bang. Pero insisto, esto no quiere decir que el cosmos se originase en aquel instante” (Crédito: Más allá del Big Bang” (Iván Agulló). Continúa Iván Agulló, físico teórico en la Universidad Estatal de Luisiana (EE UU): “No estamos seguros de que el universo comenzara en el Big Bang”.

“Hay diferentes teorías, pero realmente ninguna aceptada. Algunas plantean que, efectivamente, el universo se originó en el Big Bang, como la llamada ‘propuesta de no-frontera’ de Stephen Hawking y James Hartle, que es una versión cuántica del Big Bang de la relatividad general, donde el universo surge de la nada” (Idem).

Y el salmista tiene toda la razón al mirar hacia arriba y declar la magnificencia de la creación, en el Salmo 19: “Los cielos cuentan la gloria de Dios, Y el firmamento anuncia la obra de sus manos. 2 Un día emite palabra a otro día, Y una noche a otra noche declara sabiduría. 3 No hay lenguaje, ni palabras, Ni es oída su voz. 4 Por toda la tierra salió su voz, Y hasta el extremo del mundo sus palabras” (Salmo 19:1-4). Por eso, Artigas, de la Universidad de Navarra,  afirma que “el universo está atravesado en su interior por una racionalidad que debe remitir a una inteligencia personal (“La mente del Universo”, Artigas). Destacado es de este autor.

El salmista exalta la magnitud de la obra de Dios, mientras los astrofísicos la niegan basados en la física. Sin embargo, como la ciencia habla de un principio, también la Biblia expresa: “En el principio creó Dios los cielos y la tierra”; es decir, el universo. El libro de Génesis expresa el origen del tiempo con la frase “en el principio”.  ¿Cuál es ese principio? Al escritor bíblico no le interesan las explicaciones; le interesa el hecho. “Los «teóricos B» argumentan que el flujo del tiempo es una ilusión" (Crédito: Teoría B del Tiempo).  

Agustín de Hipona, conocido como San Agustín, declara su punto de vista del tiempo, así: “¿Qué es, pues, el tiempo? Si nadie me lo pregunta lo sé, pero si trato de explicárselo a quien me lo pregunta no lo sé” (Confesiones, XI, c.14, 17). Por tal razón, el escritor bíblico no filosofa sobre el tiempo; sencillamente lo expresa con aplomo: “En el principio creó Dios los cielos y la tierra” (Génesis 1:1). Otro escritor bíblico que habla del principio del universo, es el apóstol Juan “En el principio era la Palabra” (Juan 1:1) (logos) en griego. Pero “el “logos” estaba con Dios y el logos era Dios”. El logos se refiere a la Palabra creadora: “en el principio creó Dios los cielos y la tierra”. El universo existe por la Palabra o logos, según los escritores bíblicos. Y la Palabra estaba con Dios y era Dios. El apóstol Juan se refiere a Jesucristo como el logos o la Palabra, por la cual el universo existe.

También el escritor bíblico habla de la primera luz: fiat lux, y la luz fue. También Hawking se refiere a la aparición de la primera luz del universo. Naturalmente, la aparición del sistema solar y de las infinitas galaxias han de haber producido la luz del universo.

CONCLUSIÓN

Al revisar las diferentes hipótesis llamadas teorías acerca del origen o creación del universo, notamos que existen coincidencias entre escritores bíblicos y astrofísicos. Porque una teoría requiere demostración científica, y todavía no la hay de parte de los científicos, sólo existen hipótesis esperando convertirse en teorías.

Primero, tanto los científicos como los escritores bíblicos, ambos coinciden en que el universo tuvo principio; discrepan en el cómo fue ese principio. También, ambos afirman que antes de la existencia del universo no había nada; sin embargo, para los escritores bíblicos, antes del principio existía Dios, quien lo trajo a existencia, del estado “vacío”. Pero mientras los científicos se interesan por medir el tiempo desde el principio del universo, el cual lo estiman en 13,797 millones de años, los escritores bíblicos sencillamente expresan ese principio, sin importarles la medición; porque según los diferentes criterios del tiempo, éste es una medición nada más; otros afirman que el tiempo es una ilusión; mientras para Agustín de Hipona el tiempo no se puede explicar.

Aunque Hawking no se interesa tanto por la aparición de la luz, aunque se supone que la luz apareció con la existencia del sistema solar y las grandes galaxias, los escritores bíblicos sí se interesan con la frase “fiat lux”; sencillamente la luz existió por una orden del Creador, sin argumentaciones científicas. Por último, aunque los científicos no lo crean, “En el principio creó Dios los cielos y la tierra”. Ese “principio” ningún científico lo ha podido explicar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario