martes, 11 de octubre de 2011

EVOLUCIÓN DEL AUSTRALOPITHECUS

Del Australopithecus, al homophoni,  y de aquí, al homotexti.
Del primer homínido, al hombre del teléfono , y de aquí
al hombre del teclado.

Según la teoría de la evolución de la especie humana, hace unos 4.5 millones de años aparecieron sobre la tierra los primeros homínidos; es decir, los sucesores de los primates, y según esta teoría, los homínidos son nuestros más próximos representantes.  He aquí sus características principales:
A.    Pueden mantenerse erguidos y caminar en dos pies.
B.   Tienen un cerebro relativamente grande en relación con el de los monos.
C.   Su mano tiene un dedo pulgar desarrollado que les permite manipular objetos.

Después de señalar estos rasgos, que de paso continuamos manteniendo, estos teóricos presentan los diferentes tipos de homos:
1.    El Australopithecus o simio sudafricano, y por supuesto, primer bípedo y nuestro representante más lejano.
2.    El Homo habilis: o el hombre hábil; es decir, que puede manejar objetos para proporcionarse la alimentación.
3.    El Homo erectus o Pithecantropus erectus; u hombre erguido. Como es de suponer, ya no tiene que agacharse para caminar, sino que lo hace en dos pies.
4.    El Homo Sapiens u hombre racional. En esta etapa de la evolución el hombre piensa, razona, actúa premeditadamente.
5.    El Homo Sapiens Sapiens u hombre moderno. A este ser más evolucionado también se conoce como hombre de Cromagnon. Se llama así, porque sus restos fueron encontrados en una cueva perteneciente al Sr. Magnon. Cros en idioma occitano significa hueco o cueva. Entonces, hombre de Cromagnon significa el hombre encontrado en la cueva de Magnon. Aunque en realidad, no encontraron a ningún hombre sino unos cuantos huesos con los cuales han hecho una reconstrucción imaginaria. Se dice que este ser es nuestro representante más fiel.
6.    Del Homo Phoni al Homo Texti; es decir, del hombre usuario del teléfono, al hombre practicante del texto. Como debe suponerse, esta etapa ya representa un avance altamente tecnificado. Se puede afirmar que éste es el Homo Ciberneticus, por cuanto ya es capaz de manipular un objeto mucho más sofisticado que la piedra del homo habilis. Se trata de un ser que utiliza el teléfono que depende de un sistema de cables transmisores de la voz a larga distancia. Pero esta etapa no para aquí. La evolución tecnológica lo obliga a utilizar un teléfono celular que ya no depende de cables y que además, es capaz de trascender las fonteras de su hábitat, pero que a su vez es más sofisticado.
El hombre de esta etapa ha tenido que hablar a los demás seres de su especie, con la consiguiente inconveniencia de tener que esperar a que al otro lado no se encuentre su interlocutor. Además, su interlocutor puede resultar un ser parlanchín; es decir, que además de gastarle tiempo, también le gaste mucho dinero según el tiempo invertido.
Entonces, el teléfono celular se convierte en una máquina que ya casi no transmite sonidos para comunicarse, sino que más bien se desarrolla la habilidad de usar los dedos y el teclado. Naturalmente, esta etapa es consistente con su lejano representante a quien se le desarrolló el dedo pulgar (tercera característica de los primeros homínidos); sin embargo, a nuestro homo texti  u homo ciberneticus se le han desarrollado todos los dedos, pero el cerebro se le ha reducido un poco más que a su lejano representante. Naturalmente, al acostumbrarse al uso de los dedos y al teclado, y al aparecer juntamente con el teléfono la computadora, los dedos han adquirido una destreza tan grande, que ya el cerebro no se utiliza tanto.
Cuando este homo texti u homo ciberneticus se ha acostumbrado a utilizar los dedos y el teclado, le resulta mucho más cómodo entrar en las redes sociales de la compleja red internacional conocida como Internet y en vez de buscar información que le ayude a desarrollar su cerebro, más bien se dedica resaltar textos, copiarlos y pegarlos en otro documento que le resultará útil y menos complicado, sin tener que pensar. Y como la tecnología también ha incorporado en el celular la posibilidad de “navegar” por las “aguas” de las redes sociales y por ende, en la gran red internacional, pues su teléfono ya no resulta tan útil para hablar, sino más bien para teclear un texto. Este sistema le ahorra tiempo y dinero porque no tiene que esperar una respuesta inmediata. Además, el texto es tan cómodo que si su interlocutor se encuentra ocupado, leerá el mensaje a su propia conveniencia.
Por estas razones, las compañías creadoras de estos complicados sistemas electrónicos, cada día inventan nuevas aplicaciones para que sus usuarios sigan desarrollando sus dedos y aguzando la vista para recrearse en las imágenes desplegadas en la pantalla multicolor.
De esta manera, la próxima etapa del homo ciberneticus será el desarrollo avanzado de los dedos y de los ojos. De manera que se facilitará el teclear y el mirar con mayor fidelidad las imágenes. Pero ya la próxima invención no contemplará el teléfono, sino la tableta electronica para chatear y visualizar imágenes tridimensionales o tetradimensionales y hasta pentadimensionales, si en el mundo real existieran estas dimensiones.

lunes, 10 de octubre de 2011

La música cristiana

CANTATA  HIMNAL EN LA IGLESIA CRISTIANA
Por Amadeo Albuquerque Lara

El pasado domingo nueve de octubre, la Iglesia Bautista Filadelfia participó en una cantata himnal; es decir, la congregación cantó himnos cristianos que por muchos años no los cantaban. Esta cantata fue dirigida por  el conjunto musical de la Iglesia Evangélica de Barrio Nuevo, Managua. El conjunto estuvo constituido por un acordionista, tres guitarristas y una o dos vocalistas.

Los himnos son composiciones musicales inspirados en el mensaje de salvación expuesto por Cristo, por los evangelios y por los primeros cristianos. Una de las características de los himnos es que son escritos en versos que riman y que están sometidos a la métrica, de manera que las palabras concuerdan con el metro y pies rítmicos, muy diferentes a ciertas composiciones modernas. Al cantarse estos himnos, la congregación desde sus inicios fue instruida por quienes sabían de música. De manera que debe observarse el tiempo o duración de cada sílaba, las sinalefas o unión de de la última vocal de una palabra con la vocal siguiente de la siguiente palabra, por ejemplo: “Maestro, se encrespan las aguas”. Las dos palabras: “se-en cres pan”, que normalmente tienen cuatro sílabas, al cantarlas se reducen a tres sílabas.

La otra característica que tienen estos himnos es que están basados en la Biblia unos, y en la experiencia cristiana, otros. Sin embargo, el verdadero propósito de estas composiciones es alabar a Dios y dar testimonio de su grandeza.

Me imagino que los jóvenes que no pertenecen a familias cristianas que han sido miembros de una iglesia evangélica por muchos años, les cuesta trabajo seguir estos himnos, por cuanto ellos están más acostumbrados a géneros musicales que más bien caen dentro de las canciones rancheras, bachatas o reguetones. Hoy no se pone mucha atención en el mensaje precioso que transmiten los himnos tradicionales, pero es una lástima si ocurre esto.

Bellos pasajes bíblicos son expresados poéticamente en los himnos y quienes los cantan, toman conciencia del sitio de donde fueron tomados. Por ejemplo, los himnos: “Engrandecido sea Dios en esta reunion”, “Dios de gracia y Dios de Gloria”, tal vez no sean apreciados por los jóvenes, pero son solemnes alabanzas al Creador, al Dios de los siglos. Sería bueno que nuestras Iglesias no perdieran esta práctica cristiana e incluyeran estos himnos junto con las otras canciones modernas. Digo canciones, porque no conservan la estructura, ni las metáforas, ni la métrica que contienen los himnos. Sin embargo, si están hechas para la alabanza, ésta debe tener más valor espiritual antes que el ritmo que se lleve con las palmas de las manos.
La música sacra fue creada para la concentración del espíritu, en preparación para la comunicación con Dios. Recordemos que al comienzo de la predicación del evangelio por estas tierras, los instrumentos favoritos eran el armonio de fuelle, el acordeón y el piano. Ha sido en los últimos tiempos que se ha introducido el uso de la guitarra, la batería, los timbales y otros instrumentos que han servido para atraer a la juventud. Esto es bueno, pero sin olvidar el propósito verdadero de la música de alabanza a Dios.

El libro de los Salmos fue el “himnario” de los judíos y veamos que extensos son algunos de ellos. Nótese que en ellos se destaca la alabanza a la grandeza y misericordia de Dios, así como el testimonio que surge de un alma agradecida por sus favores y por tener en cuenta al ser humano en sus inescrutables propósitos.
Quiera Dios que hoy prevalezca la alabanza de un corazón contrito y humillado, antes que la invitación al baile y al deleite de una música estridente.