lunes, 27 de septiembre de 2021

 

LAS VARAS MONDADAS DE JACOB

Génesis 30:25-31:55; Gén 35:9-11

Amadeo Albuquerque Lara

Este pasaje de Génesis 30:25 hasta finales del capítulo 31 ha despertado muchas críticas de parte de eruditos bíblicos, porque hay en él datos controversiales de engaños, trampas y malas intenciones de los personajes. Pero, también los hay en muchas otras partes de la Biblia. Según el limitado entendimiento humano, siempre dispuesto a mal entender los planes de Dios en beneficio del género humano, estos actos no son congruentes con la ética divina del Dios Jehová. Este pasaje trata del patriarca Jacob, hijo de Isaac y Rebeca, hermano de Esaú, sobrino-yerno de Labán, quien también es descendiente del patriarca Abrahán.

El tema de las varas mondadas o descortezadas parcialmente por Jacob, tiene que ver con las leyes de la genética, por cuanto el gen de los colores de las ovejas y demás ganado, está ausente en los progenitores. Por eso, los genetistas se hacen los siguientes planteamientos:

1)     ¿Cómo es posible transmitir a la descendencia un rasgo cuyo gen está ausente en los padres?

2)      El estímulo visual no puede por sí solo generar un gen de colores o manchas en el ADN de los progenitores.

En el desarrollo de este tema veremos cómo la misma ciencia contesta estos planteamientos en favor de lo relatado en el libro del Génesis. Veremos los resultados de experimentos con ratones, publicados en la Revista Nature.

La historia comienza con Jacob y su tío Labán, quien a pesar de ser descendiente de Abrahán, era un adorador de ídolos, sin sentimientos éticos y de poco apego a los vínculos de la familia. Estaba más entregado al negocio del ganado, y hasta dispuesto a negociar con sus hijas, como lo demuestra con su sobrino Jacob. Labán es un hombre explotador, sin disposición de cumplir con los derechos del trabajador, en contra de su yerno y sobrino, Jacob.

Por otro lado, Jacob había engañado a su padre Isaac, quien por su avanzada edad, ya estaba ciego. Rebeca induce a Jacob a que se disfrace de Esaú y engañe a su padre para recibir la bendición de la primogenitura; pero Esaú se la vende por un guisado de lentejas. En consecuencia, Esaú, al verse engañado, se enoja con su hermano, hasta el punto de querer matarlo; entonces, Rebeca envía a Jacob a Padán-Haram, en donde vive su hermano Labán, para protegerlo de Esaú. Aquí hay una madre que induce a su hijo a cometer un fraude en detrimento de su propio hermano; pero cuidado con mal entender los planes de Dios, para conservar la línea genealógica de David, la fundación del pueblo de Israel, y en consecuencia, la ascendencia del Mesías.

Al llegar a casa de Labán, Jacob se enamora de Raquel su prima hermana, hija menor de Labán. La joven era de muy hermosa apariencia y por eso, le pareció a Jacob que era la candidata ideal para hacerla su esposa. Labán le dice a Jacob que tiene que trabajar siete años al cuido de su ganado a cambio de Raquel; pero pasados los siete años, Labán engaña a Jacob y en la noche de nupcias, le impone a Lea, su hija mayor, porque según su criterio, la mayor debe darse en matrimonio antes que la menor. Sin embargo, ya Labán había tendido su trampa desde la pedida de mano de parte de Jacob, pues no le explicó en ese momento, que primero tenía que casarse con Lea, para después de otros siete años, pudiera casarse con Raquel.

Pero Jacob acepta, bajo protesta, trabajar otros siete años para que Labán le conceda su otra hija, a la cual Jacob ama con pasión. Durante los catorce años bajo el servicio de Labán, Jacob sufre varios engaños de parte de Labán. Jacob le protesta que durante esos años, diez veces le ha cambiado el salario y lo ha hecho trabajar bajo la inclemencia del tiempo, bajo el sol abrasador o bajo el intenso frío, a veces sin poder dormir (Gén 31:7).

Entonces, al verse defraudado por su tío y suegro, y después de haberle servido durante catorce años como pago por sus dos hijas, Jacob está dispuesto a regresar a Canaán, la tierra de su padre Isaac. Y como Jacob no es dueño de ningún bien material, le pide a su suegro que le permita marcharse a su tierra con sus mujeres y sus hijos, después que Raquel da a luz a José. Pero nuevamente, Labán le tiende otra trampa a Jacob. Reconociendo que Dios lo ha bendecido durante la estadía de Jacob, le propone que se quede otros años cuidando del ganado. Es entonces cuando Jacob le propone que establezcan un pacto, pensando Jacob en el futuro económico con su familia, ya que hasta en ese momento, todo el ganado y las riquezas pertenecen sólo a Labán.

Jacob por su parte, no recibirá ningún pago en dinero, sino que las ovejas, cabras y corderos de color oscuro, o con manchas, rayadas o moteados serán de Jacob y el ganado que sea de un solo color, u homocigotas, según la genética, serán de Labán. Esto le parece bien a Labán, pero en su mente ya urde otro engaño. De inmediato, aparta todo el ganado moteado, rayado, manchado y de color oscuro y se los reparte a sus hijos y los aleja a la distancia de tres días de camino, quedando el resto del ganado que pertenecería a Labán. Es decir, de aquí en adelante, comenzarían de cero, según el nuevo fraude de Labán.

Al darse cuenta Jacob del nuevo embuste de Labán, se le ocurre un plan genético que consistiría en mondar varas “verdes de álamo, de avellano y de castaño, y descortezó en ellas mondaduras blancas, descubriendo así lo blanco de las varas”. (Gén 30:37) De esta manera, Jacob pondría estas varas mondadas a la vista de las hembras, cuando llegaran a los abrevaderos.

“Así concebían las ovejas delante de las varas; y parían borregos listados, pintados y salpicados de diversos colores”. (Gén 30:39).

Como Jacob está consciente de que ha contado con la bendición de Dios al hacerle ver que él ha visto las injusticias de Labán; por tanto, ha multiplicado el ganado manchado, listado y de color oscuro.

En consecuencia, Jacob platica con sus esposas para exponerle su plan de regresar a tierras de sus padres. Y les comunica que ahora cuenta con ganado y otros bienes que garantizarán el futuro de sus familias, y les dijo:

Así quitó Dios el ganado de vuestro padre, y me lo dio a mí” ……12 Y él dijo: Alza ahora tus ojos, y verás que todos los machos que cubren a las hembras son listados, pintados y abigarrados; porque yo he visto todo lo que Labán te ha hecho. (Gén 31:9, 12).

Entonces, Jacob les hace ver que lo que ahora tiene, cuenta con el favor de Dios, y que no le ha robado nada al padre de ellas. Otra vez, lo que para nosotros los humanos, sin duda estas conductas son dignas de condenarse; Dios las permite para el cumplimiento de sus planes.

Este ardid de Jacob ha levantado críticas de parte de genetistas, porque niegan que según las leyes de la genética, el estímulo visual no interviene en el ADN. Pero la Revista Nature publicó un artículo, según La “Revista del Centro Comunitario Sucath David”. Argentina, en el cual afirma que es cierto que el estímulo visual no interfiere en el ADN, pero sí en el ARN o Ácido Ribonucleico. Por tanto, el estímulo visual no interferiría en el ADN, pero sí, en el ARN del ganado de Jacob.

En lenguaje genético, las ovejas homocigotas serían de Labán: ovejas de un solo color; y las ovejas heterocigotas: de varios colores, serían de Jacob. La treta de Jacob, bendecida por Dios, aumentó considerablemente las ovejas, cabras y corderos con manchas, mientras que el ganado de Labán permanecía con poco aumento.

Para explicar este fenómeno llamado de paramutación, la Revista Nature publicó un experimento que los científicos genetistas realizaron con ratones. Antes de este experimento con ratones, los científicos conocían el fenómeno llamado “paramutación”, pero en plantas, no en mamíferos. Entonces, la explicación es que el fenómeno de la paramutación se realiza mediante la síntesis del ARN y éste se acumula en todas las células, pero no a través del ADN. Por tanto, las varas tuvieron el objetivo de generar ARN en las hembras homocigotas, según los genetistas. Así se resuelve el ardid de Jacob y sus varas mondadas, según el punto de vista científico; pero la verdad es que Dios le proporcionó esta estratagema a Jacob, para vengarse de su suegro Labán, y ser recompensado por todos los engaños e injusticias cometidas en su contra (Gén 31:12).

CONCLUSIÓN  

Lo que queda claro de este fenómeno genético es que Dios puso en la mente de Jacob colocar las varas ante la vista de las ovejas y demás ganado a la hora de la concepción, para que el estímulo visual se realizara en el ARN de las hembras, porque las varas mondadas tenían el objetivo de generar ARN, aunque en aquel tiempo Jacob no lo supiera.

Toda esta historia nos lleva a la conclusión que Dios había dispuesto que Jacob sería el padre de multitudes, y quien ya no se conocería con el nombre de Jacob, sino como Israel (Gén 35:9-11). Además, Jacaob tuvo doce hijos con dos esposas y dos siervas. Dios le dijo a Jaacob que sería el padre de la nación de Israel; y que sus doce hijos serían los fundadores de las doce tribus de Israel (Gén 35:22-26).

Así son los planes de Dios y debemos entenderlos a la luz de toda la Biblia. Sin embargo, debe quedar claro para nosotros que quien comete fraude para enriquecerse, no cuenta con la bendición de Dios, si lo hace de mala fe. En el caso de Jacob, Dios vio la injusticia y múltiples engaños de parte de Labán. Por eso, Dios también puso en los planes de Jacob, el ardid de las varas mondadas o descortezadas parcialmente, para obtener ganado de colores abigarrados.

 

domingo, 19 de septiembre de 2021

 

DE CENTAUROS, CYBORGS O CÍBORGS, Y TRANSGÉNEROS

Amadeo Albuquerque Lara

Un centauro es un ser mitológico mitad hombre y mitad caballo; un cyborg (inglés), Cíborg (español), es un transhumano mitad humano y mitad máquina; o sea, es un organismo cibernético, por la presencia de microchips autoimplantados en el cuerpo. Por eso, en este escrito voy a tratar de centauros, de cyborgs o ciborgs, y de transgéneros.

Según la RAE, un ciborg es un “Ser formado por materia viva y dispositivos electrónicos”. (DRAE). La palabra “Cyborg”, en idioma inglés, fue acuñada en 1960 por Manfred E. Clynes y Nathan S. Kline, para referirse a “un ser humano mejorado que podría sobrevivir en entornos extraterrestres”.  Es decir, un cyborg o ciborg es un humano que ha modificado sus funciones, biológicas o cognoscitivas con elementos de dispositivos electrónicos o cibernéticos, mediante la autoimplantación de microchips.

En cambio, la persona transgénero modifica su aspecto físico mediante tratamientos hormonales, o mediante cirugías múltiples para cambiar de sexo; y algunos cambian de nombre, mediante procedimientos legales.

“El término transgénero se refiere a las personas que tienen una identidad o expresión de género que difiere del sexo que se les asignó al nacer.​ Algunas personas transgénero que desean asistencia médica para la transición de un sexo a otro se identifican como transexuales”. (Wikipedia)

Continuaré mi escrito con los centauros, para luego proseguir con los cyborgs, ciborgs, y los transgéneros. La mitología griega está llena de historias de héroes, dioses, semidioses y otras criaturas que regían el mundo helénico. Entre esas criaturas, figuran los Centauros, representantes de la barbarie y el caos; aunque no todos lo eran, porque Quirón representaba la sabiduría. Según la mitología griega, estos seres habitaban en las montañas de Tesalia. Se dice que eran expertos cazadores de toros, de ahí su nombre: centauro; tan diestros eran estos jinetes, cazadores de toros, que parecían formar un solo ser, de ahí su representación de mitad hombre y mitad caballo.

Por tanto, no es casualidad que la analogía del centauro me haya hecho referirme a los Cyborgs o ciborgs: mitad humanos y mitad máquinas; quienes no conformes con sus facultades y propiedades humanas, se han autoimplantado microchips en el cuerpo, para según ellos, mejorar sus facultades biológicas y cognoscitivas.

En cuanto a la morfología, la palabra compuesta, cyborg o ciborg está formada por dos abreviaturas: “CYB-”de CYBER o CÍBER (cibernética) y –ORG: CYB-ORG correspondiente a ORGANISMO. Por tanto, un ciborg es un organismo modificado cibernéticamente. O dicho de otra manera, un ciborg es un “organismo cibernético”.

En relación con esta tendencia de transhumanismo, se han acuñado varios términos referidos a la cibernética. Por ejemplo, estos ciborgs también son llamados biohackers y grinders. La palabra “biohacker”, o biojáquer está compuesta de bio, referido a la biología; y hacker o jáquer: persona que modifica un sistema de computación. Entonces, un biohacker, o biojáquer, o transhumano, o ciborg, es una persona que modifica su sistema biológico, combinando la tecnología de la computación, mediante la autoimplantación de microchips en su cuerpo.

Mientras que “Grinders” son personas que aplican a sus cuerpos la técnica del hackeo o jaqueo para mejorar sus propios cuerpos, con métodos de autoimplantación de bioquímicos o microchips. El biojaqueo se define como investigación biológica de bajo costo 'Hágalo Usted mismo'. Sin embargo, es un procedimiento de alto riesgo, según la ciencia médica.  En consecuencia, son personas que no están conformes con las facultades biológicas o cognoscitivas con las cuales han nacido y pretenden mejorarlas mediante la combinación de bioquímicos, o elementos computacionales.

Sin embargo, estos individuos transhumanos difieren del personaje de ficción llamado robocop y de los robots, los cuales son máquinas con figura humana, fabricados para ejecutar determinadas labores, como en la construcción de automóviles. Además, se dice que el Emir de Bathréin se hace acompañar por un gigantesco robot guardaespaldas. Se lo puede observar en un video, en Internet.

Pero, continuando con los ciborg,  Lepth es una transhumana británica que se ha autoimplantado 50 microchips y varios imanes en el cuerpo, sin asistencia médica y sin anestesia, para según ella, mejorar su cuerpo. Según algunos cíborgs, el lugar favorito para la autoimplantación de microchips es entre el dedo índice y el pulgar, porque en ese lugar hay menos nervios, pero se los pueden implantar en otras partes del cuerpo, incluyendo el cerebro.

Estos microchips implantados se conectan con un lector o sensor electrónico; aunque otros ciborgs se autoconectan con sus teléfonos inteligentes. Quienes portan estos dispositivos son capaces de abrir puertas de sus casas, acceder a diferentes aplicaciones en sus celulares, a realizar gestiones bancarias, y otros procedimientos electrónicos, como los que se usan en tarjetas de crédito sin contacto y en los teléfonos inteligentes.

Pero también, estos microchips se los pueden implantar en el cerebro; y esta operación recibe el nombre de neuralink, término que significa la interfaz “cerebro-máquina” que conecta el cerebro humano con la máquina; sin embargo, los expertos en computación alertan a estos transhumanos del peligro de ser atacados por virus maliciosos; o malware o programa maligno. También estos transhumanos, como los llama la tecnología, pueden estar expuestos a hackers o jáqueres. Además del término neuralink, han acuñado otro relacionado con el cerebro: wetware, el cual es un elemento humano con tecnología de la información. La palabra está formada por “wet” y “ware” en inglés, que significa mojado o húmedo, más la comparación con software y hardware, términos de la computación; y se lo aplican a esta neurotecnología (wetware), porque el 75% del cerebro está compuesto por agua.

Esta tendencia de cyborgs o ciborgs, aunque moderna, comenzó gracias al invento del microchip por parte del ingeniero de Texas Instruments, Jack Kilby, cuando el 12 de septiembre de 1958, presentó al mundo el sistema integrado, llamado microchip. Desde entonces, el chip ha ido disminuyendo de tamaño; de manera que hoy contamos con micro y nano chips, para los celulares inteligentes. Pero los que se autoimplantan los transhumanos, o cyborgs, algunos son del tamaño de un grano de arroz, mientras que los que se inyectan con aguja hipodérmica, son del tamaño de un grano de sal (DW https://www.dw.com.)

Después de haber dado un vistazo a esta tendencia de transhumanismo, nos damos cuenta que el ser humano no está contento con las capacidades o habilidades, que tiene su cuerpo físico, o su organismo, o sus facultades cognoscitivas. La persona de pelo lacio quiere ser crespa; la que tiene el cabello crespo, lo prefiere lacio y se lo cambia.

Además, quienes nacen hombres hacen esfuerzos por cambiar su sexo para parecer y funcionar como mujer; y quienes nacen mujeres, procuran ser hombres. Ambos, hombres y mujeres, emprenden difíciles cirugías múltiples y costosas, para cambiar de sexo.

Sin embargo, hagan lo que hagan con los cambios físicos, dicen los investigadores sobre Gene Variants of Medical College of Georgia, de la Universidad de Augusta, Georgia, que estos transgéneros, aunque cambien de género, su cerebro seguirá sintiendo los instintos del sexo con que nacieron. Es decir, el cambio de sexo no cambia la naturaleza neurocerebral. Según los doctores gineco-obstetras e investigadores de “Gene Variants” de la Universidad de Georgia, J. Graham Theisen y Lawrence C. Layman, las personas transgéneros, según evidencias biológicas, experimentan una incongruencia entre el cuerpo y el cerebro. Dice el Dr. Thiesen que los individuos transgéneros experimentan “disforia”, lo contrario de euforia, porque el género que ellos sienten en su interior, no se corresponde con el sexo externo.

 

lunes, 13 de septiembre de 2021

 

LA BIBLIA: LIBRO MÁS TRADUCIDO

A 452 años de la traducción por Casiodoro de Reina

Amadeo Albuquerque Lara

La Biblia es el libro más traducido, más leído y más vendido, en el mundo. Según las Sociedades Bíblicas, la Biblia se ha traducido a 450 idiomas, en forma completa; y a más de 2,000 idiomas en forma parcial. Según el sitio web www.airetraducciones.com, la Biblia ocupa el primer lugar en traducciones, seguida por El Principito (1943), de Antoine de Saint Exupéry, traducido a 300 idiomas.

En esta investigación personal, voy a hacer énfasis en las traducciones de la Biblia al idioma español, a partir del año 1260, traducción conocida como la Biblia Alfonsina, porque fue patrocinada por el rey Alfonso X, cuya traducción estuvo a cargo de la Escuela de Traductores de Toledo. Sin embargo, la traducción de esta Biblia se basó en la versión latina de la Vulgata de Jerónimo, y no en los idiomas originales, como lo hizo Casiodoro de Reina, en 1569.

 Por tanto, las iglesias evangélicas de Nicaragua celebran en este año, el 452 aniversario de la traducción al español de la Biblia, por el ilustre traductor español Casiodoro de Reina, en 1569, quien se basó en los idiomas originales hebreo y griego. Esta traducción fue posteriormente revisada por el también español, Cipriano de Valera, en 1602. Esta traducción y revisión se conoce como la Biblia Reina Valera, la cual ha gozado de la preferencia de las iglesias protestantes, hasta que aparecieron las nuevas versiones modernas. Sin embargo, la Biblia Reina Valera sigue siendo preferida como Biblia de estudio, por la mayoría de las iglesias evangélicas. Esta Biblia fue publicada, probablemente, el 26 de septiembre de 1569. Por esa razón, las iglesias evangélicas de Nicaragua celebran durante el mes de septiembre, el mes de la Biblia.

No obstante, en esta investigación hago mérito también a otras traducciones de la Biblia al español, a partir de la llamada Biblia Alfonsina, traducida entre los años 1,260 y 1,280. Aunque se dice que es la primera Biblia traducida al español, debe aclararse que la traducción de Casiodoro de Reina, se basó en los idiomas originales hebreo y griego. Además, no todas las versiones se han basado en los idiomas originales. Pero quiero enfatizar en que desde 1260-1280, la Biblia completa ha sido traducida a 58 versiones al idioma español por parte de Sociedades Bíblicas u otras instituciones religiosas, incluyendo a la Iglesia Católica, a los Testigos de Jehová, una  versión del Antiguo Testamento de parte del Rabino judío Salomón, una versión del Nuevo Testamento, de parte de Judíos Mesiánicos y traducciones de porciones del texto bíblico, como Salmos, Proverbios, Cantares, y de los cuatro evangelios canónicos del Nuevo Testamento, en libritos individuales. Pero otro dato importante acerca del trabajo de las Sociedades Bíblicas es que 617 millones de personas en el mundo tienen la Biblia, o porciones de ella, en su propio idioma.

Hablando de idiomas, según el Ethnólogo, en el mundo se hablan 7,139 lenguas, hasta 2019. Además, en el mundo hay 4,065 lenguas con sistema de escritura; lo que quiere decir que los hablantes de esas 4,065 lenguas pudieran tener, por lo menos porciones de la Biblia, si los recursos económicos y logísticos de las Sociedades Bíblicas u otras instituciones, lo permitieran. O si en vez de tantas traducciones al español, se dedicaran esos fondos a hacer llegar la Biblia en otros idiomas a esas personas que todavía no la tienen.

De acuerdo con mis investigaciones, desde el año 1260 hasta el 2020, se han hecho 82 traducciones o versiones al español, divididas de las siguientes maneras: 58 traducciones de la Biblia completa, 18 traducciones del Nuevo Testamento, 2 traducciones del Antiguo Testamento y 4 traducciones de porciones, como Salmos, Cantares, y de los cuatro evangelios del Nuevo Testamento, de forma individual.

Para ser consecuente con la realidad, unas cuantas de estas versiones o traducciones se han hecho a partir de los idiomas originales arameo, hebreo y griego; mientras otras versiones se han basado en la Biblia Vulgata de Jerónimo, conocido como San Jerónimo. Otras versiones se han hecho tomando como fuente el Texto Crítico basado en los códices Sinaiticus y Vaticanus; en cambio todavía hay otras versiones que lo han hecho de forma mixta: tomando como fuente los idiomas originales, pero traduciendo de las versiones inglesas como la King James o la New International Version (NIV).

Sin embargo, a pesar del crédito de poner al alcance tantas versiones en idioma español, no me parece adecuado que se ponga en entredicho las primeras traducciones de la Biblia; así como se ponga en duda ciertos pasajes de la Biblia tachándolas de adiciones posteriores; o porque ciertos textos son más confiables, porque según los críticos, están basados en manuscritos “más antiguos”. Además, si la Biblia se toma como norma de fe y conducta, no debe estar regida por leyes estrictas de derechos de autor o “Copyright”, que empresas comerciales le han impuesto a su distribución y citaciones de sus partes. En mi opinión, si la Biblia es un libro considerado como la Palabra de Dios, no debe tratarse como un objeto comercial.

Con estos breves datos, me he propuesto darle mérito a los esfuerzos que han hecho diferentes instituciones religiosas por poner al alcance de los hablantes de los millares de lenguas que se hablan en el mundo, la lectura de la Biblia. Especialmente, he destacado el trabajo de las Sociedades Bíblicas y de otras instituciones religiosas por ofrecer la Biblia en el idioma español a partir de 1260 hasta nuestros días.

Ochenta y dos traducciones o versiones de la Biblia o partes de ella al idioma español, 450 idiomas en forma completa y más de 2,000 idiomas, en forma parcial, significa que la Biblia es el libro más traducido, más leído y más vendido, comparado con otros libros de gran circulación. Por lo tanto, la Biblia se considera un libro de gran importancia para las iglesias de tradición católica y protestante; así como a nivel mundial.

viernes, 10 de septiembre de 2021

 

REYES OMITIDOS POR MATEO EN SU GENEALOGÍA DE JESÚS

Base bíblica: Mateo 1:8, Isaías 14:20, 1º de Reyes 21:20-22).

Amadeo Albuquerque Lara

Según eruditos bíblicos, Mateo escribió su Evangelio en lengua aramea, especialmente, para judíos cristianizados y posteriormente fue traducido al idioma griego koiné, el griego hablado por los judíos helenizados. “El principal producto literario del contacto del judaísmo del Segundo Templo y la cultura helenística es la traducción de la Biblia hebrea a la versión de la Septuaginta, específicamente, al griego koiné judío” (Wikipedia). Hay que tomar en cuenta que los traductores de la Septuaginta, o versión de los LXX, se basaron en el texto hebreo llamado Texto Masorético.

El apóstol Mateo, el anterior recaudador de impuestos, llamado también Leví, escribió su Evangelio probablemente, entre los años 60 y 70 d. C.; y según el consenso de varios estudiosos de la Biblia, Mateo tomó el 50% de su información del Evangelio de Marcos (escrito entre 48 y 50 d. C.; y el restante, de la fuente Q (Quelle, en alemán) y de la tradición oral, pero la infancia de Jesús no aparece ni en la fuente Q, ni en el Evangelio de Marcos, por lo que se cree que la tomó de otra fuente desconocida (Blog de Rafael Sanz). Sin embargo, los que organizaron el Canon del Nuevo Testamento, lo ubicaron en primer lugar, entre el período intertestamentario de los escritos apócrifos y los primeros escritos sagrados, considerados inspirados por intervención divina.

El apóstol Mateo, en el primer capítulo de su Evangelio, incluye la genealogía de Jesús, al igual que lo hizo el médico amado, Lucas, en el capítulo 3. Sin embargo, hay algunas diferencias entre la genealogía de Mateo y la de Lucas, en cuanto a los personajes que Mateo menciona, y el orden en que aparecen.

Mientras Mateo incluye a cinco mujeres en su genealogía, Lucas las omite para destacar la participación de los maridos de cuatro de esas mujeres, excluyendo a María, esposa de José. Pero también Mateo tiene mucho cuidado de omitir a tres reyes malignos, descendientes del rey malvado y apóstata Acab y su esposa Jezabel, ambos de repudiable reputación.

Atalía, hija de Acab, fue esposa de Joram el rey de Judá (no confundir a este Joram, con Joram, hijo de Salomón). Entonces, Joram y Atalía fueron los padres de Ocozías, y Ocozías fue padre de Joás; y Joás, fue padre de Amasías. Estos tres son los reyes omitidos en Mateo 1:8. Los nombres omitidos son: Ocozías, Joás y Amasías; y sus reinados se encuentran entre Joram y Uzías, también llamado Azarías: (1º de Crónicas 3:11-12).

Mateo cumplió con lo dicho por el profeta Isaías, quien sentenció que “La descendencia de los malhechores jamás será nombrada” (Isaías 14:20).

En el siguiente pasaje cito las palabras del profeta Elías, cuando ambos se encuentran y en donde Acab trata al profeta como su enemigo, porque Elías le dice que Dios va a eliminar a su descencia “porque te has vendido a hacer lo malo delante de Jehová”:

Eliminaré de Acab a todo varón en Israel, tanto al esclavo como al libre. Yo haré a los de tu casa como a los de la casa de Jeroboam hijo de Nabat y a los de la casa de Baasa hijo de Ajías, por la provocación con que me has provocado a ira y con que has hecho pecar a Israel."” (1º de Reyes 21:20-22).

Veamos las actitudes idolátricas y apóstatas de cada uno de los tres reyes cuyos nombres fueron omitidos de la genealogía de Jesús, según el apóstol Mateo:

Ocozías, nieto y sucesor del rey Acab, fue el octavo rey de Israel. Su reinado duró solamente dos años (1853-1852 a.C), pues al caer de una ventana, quedó lisiado y tomó cama. El profeta Elías le manda a decir con sus criados que va a morir, razón que lo indispone en contra del profeta y lo manda a perseguir para matarlo; pero la muerte de Ocozías fue inminente.

 Al igual que sus padres y abuelos paternos, introdujo y fomentó la adoración de los dioses baales, El, Baal y Asera lo cual produjo el descontento de sus gobernados y además, la maldición por su idolatría y apostasía.

Estos hechos detestables, lo hicieron merecedor de su exclusión de la genealogía escogida por  Mateo.

Joás, hijo de Ocozías, fue el noveno rey de Judá (835 a. C. – 796 a. C.); quien hizo lo recto ante los ojos de Dios, mientras vivía su tío y sacerdote Joiada, quien junto con su esposa Josaba escondió en el templo a Joás cuando era un bebé, para librarlo de la masacre desatada por su abuela Atalía; pero después de la muerte, del sacerdote Joiada se corrompió, por lo que le fue anunciado que no prosperaría por haber dejado a Jehová, y por haber ordenado dar muerte a pedradas, en el atrio del templo, a Zacarías, hijo del sacerdote Joiada,  quien le profetizó que no prosperaría, ante lo cual ordenó que se le apedreara. Zacarías, antes de morir pronunció que Jehová juzgaría a Joás (2º de Crónicas 24:17-22). Es obvio que por su actitud pecaminosa y apóstata, Joás tampoco fuera contado entre las generaciones de Jesucristo.

Nota: 2do Crónicas 24:20 se refiere a Zacarías, hijo del sacerdote Joiada, a quien el rey Joás mandó a apedrear. Pero Mateo 23:35 citando palabras de Jesús, se refiere a Zacarías, hijo de Berequías: Este Berequías era hijo de Zorobabel (1ro Crónicas 3:20). Entonces, el Zacarías de Mateo es diferente que el de 2do Crón 24:20; o es una confusión de parte de Mateo 23:35: 

para que venga sobre vosotros toda la sangre justa que se ha derramado sobre la tierra, desde la sangre de Abel el justo hasta la sangre de Zacarías hijo de Berequías, a quien matasteis entre el templo y el altar.

Sin embargo, el Zacarías que murió apedreado en el patio de la casa de Jehová fue el hijo del sacerdote Joiada, según la cita de Crónicas.

Para aclarar tal incógnita, leí un comentario que dice: “Una antigua tradición narra que Zacarías fue cortado por la mitad,​ una muerte similar a la de Isaías en “Vidas de los Profetas”. Zacarías era un sacerdote con una vida recta​ y un profeta de Dios que trabajaba en el Templo de Jerusalén”. Por lo tanto, como en la Biblia se mencionan varios Zacarías, pudiera ser este el que menciona Jesús en el evangelio de Mateo 23:35

Amasías, fue el décimo rey de Judá, hijo y sucesor de Joás, rey de Judá. Lo primero que hizo fue perseguir a los asesinos de su padre; además, fue el primero en organizar un ejército con soldados del reino de Israel, para derrotar a Edom; pero al igual que muchos cristianos, después que reciben la bendición de Dios, se olvidan; y en vez de serle fiel, se dedican a practicar los vicios de las personas que los rodean. De igual manera, Amasías después de alcanzar la victoria, se convirtió en adorador de los dioses edomitas, en vez de darle la gloria al Dios de sus padres. En consecuencia, su apostasía le produjo su ruina posterior, al emprender la guerra contra Joás, rey de Israel. El resultado fue su asesinato y el saqueo de Jerusalén. (2º de Crónicas 25:14-16).

CONSLUSIÓN

Sin duda, la razón principal de que los organizadores del Canon del Nuevo Testamento decidieran que Mateo ocupara el primer lugar es porque Mateo se considera el Evangelio del Reino, y porque comienza con la genealogía de Jesús. Como Mateo escribe para judíos cristianizados, destaca la genealogía de Jesús, porque la genealogía de una persona era de suma importancia para ellos; y porque Mateo demuestra que Jesús desciende del linaje de David; Además, siendo la genealogía del pueblo hebreo tan importante, en la sinagoga había una genealogía ampliada, expuesta a la vista de los asistentes devotos.

Es probable que tanto Mateo como Lucas hayan tomado sus genealogías de este documento; pero en forma resumida. De ahí sus diferencias, en cuanto a los personajes y orden en que aparecen. Mientras Mateo comienza con David y termina con Jesús, Lucas comienza su genealogía con Jesús y termina con Adán, hijo de Dios.

Es encomiable saber que en su genealogía, Mateo destaque a cinco mujeres, incluyendo a María; mientras que Lucas menciona más bien a sus maridos. Este hecho me llamó la atención para dedicarles los estudios anteriores; pero también, me llamó la atención que Mateo omitiera los nombres de tres reyes malvados, idolátricos y apóstatas pertenecientes a la descendencia de Acab y Jezabel, descendencia que el profeta Isaías dijo que tales descendencias no debían mencionarse: “La descendencia de los malhechores jamás será nombrada” (Isaías 14:20). Y porque según el profeta Elías, no había ninguno como Acab que se vendiera “a hacer lo malo delante de Jehová”. (1ro Reyes 21:25)

 

martes, 7 de septiembre de 2021

 

LUCIFER Y LOS ÁNGELES CAÍDOS

ORIGEN E HISTORIA

Base: Libro de I Enoc. Referencias: Génesis 6:1-7, Deut 33:2, Isaías 14:12-13, Lucas 10:18, libro de Judas, Apocalipsis, 12:7-9, 20:1-2, 1ra de Pedro 3:18-20, y 2da Pedro 2:4

Amadeo Albuquerque Lara

El origen de la historia de Lucifer y los “ángeles caídos” o vigilantes, se encuentra ampliamente documentado y explicado en el primer capítulo del Libro de Enoc o I Enoc (1–36), libro que pertenece a la Literatura Intertestamentaria, llamada Apócrifa o Pseudoepigráfica, indistintamente.

Cabe aquí aclarar que, dentro de los libros pseudoepigráficos, existe un Enoc etíope o I Enoc; y un Enoc eslavo, conocido como II Enoc. En este estudio me referiré al I Enoc, específicamente al primer capítulo o “Libro de los Vigilantes”.

Primero, aclaremos la diferencia entre un libro apócrito y un libro pseudoepigráfico: Según el Diccionario de la RAE, apócrifo se dice “de una obra, especialmente literaria: De dudosa autenticidad en cuanto al contenido o a la atribución”. En cambio, un escrito se considera Pseudoepigráfico, cuando se le atribuye a un personaje de la Biblia que existió varios siglos antes que alguien escribiera un supuesto libro, en nombre de ese personaje, como es el caso del Libro de Enoc y muchos otros más; pero en la bibliografía bíblica, los dos términos se aplican indistintamente a la misma literatura.

Según la Biblia, Enoc fue el bisabuelo de Noé (1,700 a.C.); mientras que el Libro de Enoc se cree que fue redactado por varios autores judíos, y que se basaron en los libros canónicos de Génesis, Números y Deuteronomio, probablemente en el III siglo a.C.; otros proponen la fecha entre los años 161 y 125 a. C. o entre el II y I siglo a. C., según los eruditos.

En el sitio de “Casa del Libro”, en Internet, se encuentra el siguiente comentario sobre el Libro de Enoc, que en adelante lo llamaré “el Libro”:

[…] fue muy conocido y venerado en los primeros siglos del Cristianismo y por Padres de la Iglesia como Ireneo, Orígenes o Tertuliano, pero a finales del siglo IV ya fue considerado herético y condenado por la ortodoxia, hasta que se convirtió en un libro “maldito”. Se cree que fue escrito entre el siglo I y II a. C. y su conservación se debe a los cristianos etíopes que lo incluyeron en su canon, encontrándose a lo largo del tiempo versiones en arameo, hebreo y griego.

El Libro fue encontrado en forma fragmentaria, junto con los Rollos del Mar Muerto, escrito en lengua de Etiopía. Otros fragmentos están escritos en hebreo, arameo y griego, clasificados como 4Q317. Pero gracias a la iglesia ortodoxa de Etiopía, el Libro se conserva en forma completa. El Libro no ha sido aceptado ni en el canon judío ni en el cristiano a partir del siglo IV, durante el Concilio de Laodicea, en el año 364 d. C.; pero ha sido considerado como inspirado, por las iglesias cristianas ortodoxas de Etiopía y Eritrea; y también, por los primeros cristianos y por lo menos por doce padres de la Iglesia; entre ellos, Orígenes, Ireneo y Tertuliano, quienes consideraron el Libro de inspiración divina . Por esta razón, leemos varias referencias a este Libro, en los escritos, tanto del Antiguo, así como del Nuevo Testamento, como se detalla en su lugar.

El Libro contiene cinco grandes secciones o libros; entre ellos está la primera parte compuesta por el “Libro de Los Vigilantes” ( Caps 1-36), el cual contiene material único sobre el origen de Lucifer o Luzbel, los demonios o “ángeles caídos”, llamados también “Vigilantes”; así como sobre los orígenes de los gigantes, o “nephilim”, que nacieron producto de la unión de los “ángeles caídos” con las “hijas de los hombres”. También, el Libro justifica la razón moral para que Dios dispusiera la destrucción de casi la totalidad de la humanidad por medio del Diluvio Universal.

El Libro expone como los responsables de la maldad, antes del Diluvio, a los “ángeles caídos”, o “Vigilantes”, quienes, en vez de velar por los humanos, más bien los indujeron a practicar el pecado de la promiscuidad y la rebelión en contra de Dios. Por eso, Dios decidió acabar con esta generación corrupta y malvada, y comenzar de nuevo con la familia de Noé y su posteridad, después del Diluvio.

En cuanto a Enoc, el Libro relata que “Ante esos sucesos, Enoc había sido ocultado y no había ningún humano que supiera dónde fue escondido ni dónde está ni qué le sucedió” (Libro, cap. 12:1). Génesis 5:24: “Caminó, pues, Enoc con Dios, y desapareció, porque lo llevó Dios”

Según los estudiosos bíblicos, la parte más antigua del Libro de Enoc es el “Libro de los Vigilantes” que data de alrededor del año 300 a.C., y la última parte, el “Libro de las Parábolas”, del siglo I a.C. Los vigilantes fueron creados para proteger de la maldad a los humanos; pero como más bien la introdujeron entre los humanos, y se rebelaron contra la autoridad de Dios, fueron destruidos durante el Diluvio. (Libro de Enoc, capítulo 10)

En cuanto a los ángeles caídos, el primero en ser echado del cielo fue Luzbel o Lucifer, por haberse rebelado en contra de su Creador; a pesar de que Dios lo había encargado de ser el jefe de los demás ángeles; pero el poder y la belleza con que fue creado (Luzbel significa “luz bella”), lo volvieron fatuo y desafiante ante la autoridad de Dios. Por lo tanto, fue lanzado del cielo; aunque se entiende que Lucifer fue lanzado primero, en una primera rebelión; y posteriormente, un grupo de 200 ángeles rebeldes fue lanzado hacia la Tierra. La caída de Lucifer inspiró al pintor Alexandre Cabanel (1868), a pintar el cuadro “Ángel caído”, en el cual Lucifer es derrotado por el arcángel San Miguel, después de una gran batalla en el cielo.

Los estudiosos citan algunas referencias bíblicas analógicas al lanzamiento de Lucifer, en el Antiguo Testamento, como por ejemplo, Isaías 14. Podríamos suponer, entonces, que hubo un documento antiguo que se perdió, porque muchos se han perdido con el tiempo, con la historia completa; y que el Libro de Enoc se propone reconstruirlo, varios años más tarde.

Según algunos intérpretes bíblicos entre esas referencias están Isaías 14:12-13 y Apocalipsis 12:7-9; pero el pasaje de Isaías se refiere a la endecha sarcástica que hace el profeta Isaías a raíz de la muerte del poderoso y pretencioso rey de Babilonia, quien conquistó el reino de Judá entre los años 600 y el 588 a. C. La endecha se presenta bajo la figura literaria llamada apóstrofe, porque se dirige a un personaje ya fallecido; y es también una analogía, al comparar la caída de Lucifer, el “Lucero de la Mañana” con la caída ante la muerte del rey de Babilonia, quien se creía ser el “Lucero hijo de la mañana”.

La analogía sería: así como Lucifer, Lucero de la mañana fue echado del cielo, así el rey de Babilonia autollamado “Lucero, hijo de la mañana”, fue echado de la pompa de su reino, por la muerte. (Isaías 14:12-13)

.¡Cómo caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana! Cortado fuiste por tierra, tú que debilitabas a las naciones.

Como hemos leído, en los libros canónicos de la Biblia cristiana se encuentran ciertas referencias, con interpretaciones influenciadas por las historias tardías contenidas en el Libro de Enoc. Por ejemplo, en los escritos canónicos no se encuentra la historia ampliada de la caída de Lucifer y demás ángeles rebeldes, así como tampoco el nacimiento de gigantes, como resultado de la unión de ellos con las hijas de los hombres; pero sí se encuentran, por lo menos unas 33 referencias, sobre todo, en el Nuevo Testamento, las cuales amplía el Libro de Enoc con más detalles, capítulos 6-8.

Algunas de esas referencias canónicas se encuentran en Génesis 6:1-7, la cual es una alusión al Libro capítulo 6:1-2:  Así sucedió, que cuando en aquellos días se multiplicaron los hijos de los hombres, les nacieron hijas hermosas y bonitas 2. y los Vigilantes, hijos del cielo las vieron y las desearon, y se dijeron unos a otros: “Vayamos y escojamos mujeres de entre las hijas de los hombres y engendremos hijos”

Comparemos este relato con Génesis 6:1-2: “Aconteció que cuando comenzaron los hombres a multiplicarse sobre la faz de la tierra, y les nacieron hijas, 2 que viendo los hijos de Dios que las hijas de los hombres eran hermosas, tomaron para sí mujeres, escogiendo entre todas”.

Las otras referencias son: Deut 33:2, Isaías 14:12-13, 1ra de Pedro 3:18-20, y 2da Pedro 2:4 Apocalipsis 12:7-9, y el libro de Judas, que se refiere a los “ángeles que no guardaron su dignidad”.

Y a los ángeles que no guardaron su dignidad, sino que abandonaron su propia morada, los ha guardado bajo oscuridad, en prisiones eternas, para el juicio del gran día; (Judas 6; Libro de Enoc, capítulo 10, información ampliada)

Pero Judas sólo nos ofrece referencias, sin profundizar en la historia. Así que la única base de la historia de la caída de Lucifer y el grupo de 200 ángeles rebeldes, (“ángeles caídos” o “Vigilantes”), así como el castigo en prisiones eternas, se encuentra única y exclusivamente en el Libro de Enoc, capítulo 10 y en la “Asunción de Moisés”.

También Judas 9 contiene una referencia a la contienda de Satanás con el Arcángel Miguel respecto al cuerpo de Moisés; pero las fuentes de esta referencia no se encuentran en los escritos del Antiguo Testamento, sino en el libro apócrifo, La Asunción de Moisés, confirmado por Orígenes de Alejandría. (c. 184-c. 253), padre de la Iglesia.

Relata el Libro de Enoc, en su primer capítulo: “Libro de los Vigilantes”, que posteriormente a la caída de Lucifer, hubo un grupo de 200 ángeles que se rebelaron desafiando la autoridad de Dios y creyéndose igual a él. Este grupo estaba bajo la jefatura de Semyazza y otros diecinueve líderes más, quienes cayeron sobre el Monte Hermón, en los días de Jared, padre de Enoc, cuando fueron echados del cielo, después de batallar con el arcángel Miguel. Fue en ese lugar en donde se pusieron de acuerdo todos, (Enoc 7:1) aunque al principio su jefe Semyazza temía el castigo si cometían este pecado de tomar esposas de entre las bellas y atractivas “hijas de los hombres”. (Libro de Enoc, capítulos 6-8)

Además, cada uno de estos veinte líderes estaban dotados de habilidades especiales, por lo que fueron asignados para enseñárselas a los hombres. Entre éstas están: el arte de la guerra, la creación de espadas, cuchillos, escudos de bronce, y abrigos, magia, brujerías y hechicerías. A las mujeres les enseñaron el arte del engaño, a teñirse el pelo y a pintarse la cara. Pero al final, es el mismo Semyazza, secundado por Kesabel, quienes conducen al resto del grupo a tener relaciones sexuales con las hijas de los hombres.

Según el Libro, de esta unión resultan los gigantes o nephilim, quienes fueron dominantes, superiores y valientes, en relación con los demás seres humanos; de tal manera que obligaban a los hombres a mantenerlos. Pero, además, llenaron la Tierra de violencia y derramamiento de sangre. Precisamente, esta maldad llegó hasta el cielo y conmovió a los arcángeles a interceder ante Dios para que los destruyera (Libro, capítulos 9 y 10).

Según el Libro de Enoc, los Vigilantes quedaron sobre la Tierra, en prisiones eternas, y que la carne de ellos fue destruida, pero sus espíritus se convirtieron en espíritus malos, de los cuales nos relata el Nuevo Testamento.

 En el libro de Génesis 6:1-7 hay una referencia a los gigantes, pero no afirma con claridad que los gigantes fueran producto de la unión de “las hijas de los hombres, con los “ángeles caídos”; puesto que había gigantes antes y después de la unión; pero sí se afirma que estos hijos fueron valientes y de renombre. Aunque algunos comentaristas creen que estos gigantes nacieron de la unión entre los hijos de Dios y las hijas de los hombres; pero Génesis es bien claro y lo dejo a discreción de los lectores.

“Había gigantes en la tierra en aquellos días, y también después que se llegaron los hijos de Dios a las hijas de los hombres, y les engendraron hijos. Estos fueron los valientes que desde la antigüedad fueron varones de renombre”. (Génesis 6:4)

En la Biblia encontramos información de que había gigantes en pueblos de Canaán, cuando Josué mandó espías para explorar la tierra, por lo cual regresaron con un informe negativo y de miedo. También había gigantes en el Valle de Basán y en tierra de los filisteos; uno de ellos fue Goliat. De Og, rey de Basán, se dice”

“Porque únicamente Og rey de Basán había quedado del resto de los gigantes. Su cama, una cama de hierro, ¿no está en Rabá de los hijos de Amón? La longitud de ella es de nueve codos, y su anchura de cuatro codos, según el codo de un hombre. (Deuteronomio 3:11)

El auge de la composición de libros apócrifos o pseudoepigráficos tuvo efecto en el período intertestamentario de cuatrocientos años, entre el libro del profeta Malaquías, y los primeros escritos del Nuevo Testamento. El Libro es producto de este período y por lo tanto, no fue tomado como Escritura inspirada, a partir del siglo IV, sino que ha sido tomado como un libro de historia y de interés teológico, por algunos; o como libro “maldito”, por autoridades eclesiásticas posteriores.

CONCLUSIÓN

El Libro de Enoc fue de mucha importancia para la comunidad de Qumrán; así como para ciertos cristianos primitivos, y hasta para algunos padres de la Iglesia; así como para las iglesias de Etiopía y Eritrea. Sabemos esto último, por los hallazgos de los Rollos del Mar Muerto y por el idioma en que fueron escritos los fragmentos encontrados en la cueva 4Q317, en las cercanías del Mar Muerto.

Por lo tanto, basados en las razones expuestas anteriormente, el Libro de Enoc no fue incluido en el Canon Cristiano; ni tampoco en el canon judío. Esto es lo que dicen algunos estudiosos; el Libro fue escrito tratando de reconstruir la historia y enseñanzas del patriarca Enoc. Según la tradición oral, el Libro contiene cinco capítulos, considerados libros por los estudiosos de este Libro. En su totalidad, el Libro contiene las visiones y enseñanzas que Enoc le deja a su hijo Matusalén; pero como esta fuente histórica no es confiable, el Libro no fue incluido en el Canon. Además, por ser un escrito posterior a la existencia del supuesto autor, en este caso, Enoc, se ubica dentro de la literatura apócrifa o pseudoepigráfica.

El Libro de Enoc fue traducido al inglés, profusamente anotado y comentado por el teólogo anglicano irlandés, crítico bíblico, profesor y traductor de Literaturas Apócrifas y Pseudoepigráficas, R. H. Charles. Sus traducciones y anotaciones a estos libros intertestamentarios, se encuentran en dos gruesos volúmenes, de suma importancia para consulta e investigaciones.

Por último, en el caso de las 33 referencias citadas por diferentes escritores canónicos, en el Atntiguo Testamento, pero especialmente, en el Nuevo Testamento, son producto de la aceptación que tuvo el Libro de Enoc y otros escritos apócrifos entre los primeros cristianos y por parte de algunos padres de la Iglesia, como queda documentado.

Hay muchas otras referencias en la literatura bíblica que desconocemos, por provenir de los Evangelios Apócrifos o de esa profusa Literatura Intertestamentaria, pero esas referencias no afectan la sustentación firme de nuestra fe cristiana.