domingo, 26 de diciembre de 2010

La Navidad

La Navidad

by Amadeo Albuquerque on Sunday, December 26, 2010 at 1:33pm
No sabemos con exactitud la fecha en que nació nuestro Redentor, pero el mundo cristiano la celebra el 25 de diciembre. Sin embargo, no es la fecha lo importante. Es el hecho de que Cristo haya venido a la tierra para salvar a la humanidad. "Porque de tal manera amó Dios al mundo que ha enviado a su hijo unigénito para que todo aquel que en él crea no se pierda, mas tenga vida eterna". Porque Dios no envió a su hijo para condenar al mundo, sino para que por medio de él sea salvo.
Es mi deseo que todos creamos en Cristo Jesús, para que la Navidad no sea una celebración comercial, sino una época de recordar ese acto tan lleno de amor de Dios para la humanidad. Que el año 2011 sea mejor y de más amor los unos con los otros. Que las injusticias de los hombres no sigan dañando los derechos de los demás, que en vez de odio haya amor, que en vez de guerras haya paz. FELIZ NAVIDAD Y AÑO NUEVO.
Amadeo Albuquerque Lara

miércoles, 8 de diciembre de 2010

Reformas a la ortografía


Reformas ortográficas de la RAE
Amadeo Albuquerque Lara
El domingo 28 de noviembre del presente año, las 22 academias de la lengua española se reunieron en Guadalajara, México, en ocasión de la Feria del Libro para aprobar las reformas a la ortografía española que saldrá publicada antes de la Navidad. No se habían reunido los académicos de la lengua (RAE), en Guadalajara, cuando escritores, y lectores de las redes sociales ya emitían sus protestas por semejante desbarajuste de las reglas ortográficas.

Entre otros cambios, la RAE, en complicidad con las 22 academias, eliminó la ch y la ll del alfabeto por lo que ahora éste consta de 27 letras. Antes las había eliminado del diccionario solamente, por razones de globalización. Según esta reforma, prevalecen las letras sin importar su correspondencia con los fonemas, en una época en que el estudio de la lengua se ha transformado en una ciencia: la ciencia lingüística.

Si la Y es una consonante, como lo afirma la nueva Ortografía, sin especificar si cuando va al inicio (yema) o al final de palabra (hay), o como enlace de coordinación de dos elementos de la misma categoría, entonces tendremos que usar la i para coordinar: “La rosa i el clavel”. Es más, ya no es necesaria la ll, pues quedó eliminada del alfabeto junto con la ch. que si la i griega será ye, y que la b será be (y no be alta o be larga), es una discusión bizantina; pero que la ch y la ll dejen de ser letras del alfabeto es un contrasentido, pues ambas letras (llamadas dígrafos por la RAE) representan fonemas palatales; por lo tanto, la ll no puede ser sustituida por la letra l, porque ésta no es palatal.

De ahora en adelante, siguiendo este nuevo criterio, ya la “digrafía” ll no se conocerá como elle, sino como doble ele, pues ya la digrafía no representará al fonema palatal lateral y para ser consecuentes, no se deberá escribir al inicio de palabra sino en medio y las eles deberán escribirse y pronunciarse en sílabas diferentes: al-lanar y no allanar, para evitar la palatalización. ¿Qué explicación dará a esto la RAE?

Asimismo la ch no podrá ser sustituida por la letra c por cuanto la ch representa a un fonema palatal africado y la letra c representa ya a tres fonemas: /k/, /z/ (en España) y /s/ en América Latina. Entonces, basados en el criterio académico, la ch se conocerá como ce ache y no como che, por las razones ya expuestas. ¿O es que ya no habrá palabras que se escriban con ch ni con ll?
Don Ramón Menéndez Pidal (1968:126) afirma que la ll proviene  de los grupos latinos PL, CL, FL, al palatalizarse la ele de esos grupos. Ej.: del latín plorar, tenemos llorar; de pleno, lleno; de plicare, llegar, de pluvia, lluvia. De clamar, llamar; de clave, llave; de flamma, llama, etc. La palatalización, por tanto, es un fenómeno fonético, no gráfico. Por lo tanto, si la ll es palatal y la l (ele) es alveolar, según Samuel Gili Gaya (1966:34), ¿cómo justifica la RAE la eliminación de la ll, si estos son dos sonidos distintos? Si me responden que la ortografía trata de letras y no de sonidos o fonemas, contestaremos que cada letra representa o debe representar a un fonema y un fonema es el resultado de la realización de un sonido, o de sus alófonos. “La lista de los fonemas de una lengua es una lista cerrada. El castellano, p. ej. distingue 24 fonemas, ni más ni menos”, afirma André Martinet (1968b: 23, 27), citado por Werner Abraham. Pero con la supresión de la ch y la ll, ¿cuántos fonemas le quedan ahora al español? Además, al pasar la y a una consonante pura, ¿qué fonema las representa? Escribiremos ahora “kasteyano”?

Ahora veamos lo que dice Menéndez Pidal acerca de la ch: “La ch es una africada compuesta de una oclusión postalveolar mojada, seguida de una explosión africada sorda.” Otra vez, este filólogo aplica el criterio fonético y no gráfico para distinguir la unión de c más h. Por otro lado, la Ortografía de 1999, afirma: “El fonema africado palatal sordo de, por ejemplo, chaleco, se representa con el dígrafo ch” (1.2.1). Y ahora al quedar eliminado el dígrafo, ¿cómo se representa el fonema referido? La c, por otro lado cambia de sonido, dependiendo de la vocal que le siga. Ej.: En las palabras cama, como, cuna, adquiere el sonido de k; en tanto que en ceso, cisa, se comporta como una z ante las vocales e, i, para los países ceceantes, como España, o como un sonido de s para las regiones no ceceantes, ante las mismas vocales.

La h, en cambio, no tiene fonema que la represente en español y ya no lo tenía en latín. La Ortografía de 1999 afirma textualmente: “Esta letra que en otro tiempo representó una aspiración, carece hoy de valor fonológico y no representa sonido alguno” (1.2.5). Entonces, ¿por qué la RAE no la elimina?

De la y dice la Ortografía, 1999: “La y puede tener un valor consonántico al representar al fonema palatal sonoro, como en yema, y un valor vocálico equivalente al representado por la letra i, en palabras como y, rey, hoy” (1.2.2,f). Este criterio es mucho mejor que el que se anuncia en la nueva Ortografía, por cuanto es un punto de vista fonológico y no literal o gráfico. (Véase a Alarcos Llorach 1981: 166 – 169)  

En cuanto a la eliminación de los acentos diacríticos en los pronombres demostrativos, hay que aclarar lo siguiente. La misma RAE acepta dos categorías léxicas en estas formas: los determinantes demostrativos: este, ese, aquel; y los pronombres demostrativos: éste, ése y aquél. Luego, si las formas que no llevan tilde son determinantes y las que la llevan son pronombres, tenemos que aceptar que el acento gráfico en español tiene una función suprasegmental, por cuanto cambia la categoría de tales palabras. “Suprasegmental: rasgos como acento, tono, longitud, etc.” – Nos ilustra Lyons (ed.) 1970: 326), también citado por Abraham.

No es el mismo caso en las palabras guión, truhan y hui. Guion no llevará tilde si se pronuncia como monosílabo, pero deberá llevarla si se pronuncia como bisílaba: tru–hán; en cambio la nueva Ortografía sencillamente elimina la tilde, sin explicar. En cuanto a la forma hui, si se trata del pretérito perfecto simple del verbo huir: huí, aquí hay unión de dos vocales cerradas y si una de ella no se tilda, hui deberá pronunciarse como diptongo y no como hiato: hu–í. Por esta misma razón fonética, el diptongo hui es mejor representarlo con y antes que con i: huy y no hui, pues la i es vocal y no una semi vocal ni una semi consonante. Entonces, según esta Ortografía el pretérito perfecto simple del verbo huir ¿se pronunciará como diptongo (hui) y no como una palabra bisílaba de acentuación aguda, por representar un hiato (hu–í)?

            Estas breves observaciones están basadas en reglas fonológicas y fonéticas de acuerdo con criterios modernos de la lingüística, dejando atrás los criterios filológicos que se basaban en la lengua escrita únicamente (como en 1741). Por la razón de que los fonemas son representados por letras, en la ortografía, no debemos confundir los unos con las otras. La correspondencia de fonemas y letras debiera preocupar a los académicos.

En cuanto a la función de los acentos gráficos o tildes, debemos ser cuidadosos en separar aquellos que obedecen a las reglas de las agudas, graves y esdrújulas y los que cambian los modos y tiempos verbales (llegue y llegué; amara y amará), así como los que cambian las categorías léxicas (el, artículo y él, pronombre; sé del verbo saber y se pronombre; sólo, adverbio y solo, adjetivo, etc.). Por tanto, si el acento gráfico cambia la categoría gramatical o la léxica de una palabra, no debemos eliminarlo cuando cumple esta función suprasegmental.

Bibliografía:
Abraham, Werner. Diccionario de terminología lingüística actual. Gredos, Madrid, 1974.
Alarcos Llorach, Emilio. Fonología Española. Gredos, Madrid, 1981.
Gili Gaya, Samuel. Nociones de Gramática histórica española. Biblograf, Barcelona,
 1966.
Menéndez Pidal, Ramón. Manual de Gramática Histórica Española. Espasa – Calpe,
Madrid, 1968.
Amadeo Albuquerque Lara
Excatedrático de la UNAN y la UCA y
Especialista en lingüística española