sábado, 9 de diciembre de 2023

 EL SHEOL Y EL HADES: EL LUGAR DE LOS MUERTOS

Y el Infierno, como lugar de castigo eterno

Amadeo Albuquerque Lara

En el Hades (la región de los muertos) el rico alzó sus ojos, estando en tormentos, y vio a Abraham a lo lejos, y a Lázaro en su seno” (Lucas 16:23 NBLA).

Y se levantaron todos sus hijos y todas sus hijas para consolarlo; mas él no quiso recibir consuelo, y dijo: Descenderé enlutado a mi hijo hasta el Seol” (Gén 37:35 RVR 1960 )

El primer pasaje bíblico hace referencia a la parábola que les relató Jesús a los fariseos que confiaban en las riquezas, quienes “eran avaros”. El capítulo 16 de Lucas comienza con la parábola del mayordomo infiel, las enseñanzas sobre el Reino de Dios y el divorcio; y luego, les relata la parábola del rico y Lázaro (versos 19-31) El propósito de la parábola es enseñarles a los fariseos avaros que el dinero sólo da placeres en la vida terrenal, pero del tormento en el Hades no los salva. Mientras Lázaro, el mendigo, se regocija en el “seno de Abrahán”, el rico se lamenta en el Hades, que es el lugar de los muertos.  Como el Nuevo Testamento fue escrito en griego, Lucas  cita a Jesús que usa la palabra griega Hades; o tal vez el evangelista Lucas traduce Sheol por Hades, pues el griego era el idioma hablado entonces, el hebreo era sólo un idioma litúrgico.

Dice la parábola que existe un abismo entre ambos personajes, de manera que los de un lado no pueden pasar al otro; con lo cual Jesús concuerda con el concepto hebreo del Sheol, en el cual hay separación de dos lugares, en el mismo Sheol. Sin embargo, no perdamos de vista que en esta parábola Jesús está más interesado en darles una lección a los fariseos ricos que confían en las riquezas, antes que describir el “seno de Abrahán”, Sheol o Hades, porque según documentación sobre el Antiguo Testamento, el Sheol es un lugar adonde van los que mueren, sin distinción.

Ahora, volvamos a la segunda cita en Génesis 37. El capítulo comienza con el relato de Jacob, los hijos de “Bilha y los hijos de Zilpa, mujeres de su padre;” y José, el hijo predilecto de Jacob.  José era hijo de Raquel y Jacob, por lo cual había rivalidades entre los medio hermanos. El verso citado arriba se refiere al momento en que Jacob recibe la falsa noticia que le dan a su padre los medio hermanos de José, acerca de la muerte de su hijo José, a quien tanto amaba Jacob. Y aunque todos sus hijos y todas sus hijas trataron de consolarlo, Jacob exclamó que descendería “enlutado a mi hijo hasta el Seol”. Jacob está seguro que su hijo José permanece en el Seol y no en ningún otro lugar, hasta donde descendería enlutado para reunirse con él, a la hora de su muerte. Hay muchos lugares en el Antiguo Testamento en donde encontramos referencias al Seol, el lugar en donde están los muertos, y el lugar en donde el que muere se reúne con sus padres. Citaré esos pasajes de la Biblia, un poco más adelante. La palabra Seol la cita el Antiguo Testamento 64 veces, según (StudyBible).

Algunos pasajes referidos a Sheol/Hades:

Deuteronomio 32:22 y Salmo 86:13, Job 11:8, Salmo 16:10 y Hechos 2:27.  En Lucas , en el libro de Hechos de los apóstoles, Jesús no descendió a un lugar de tormento, sino al Hades. Lucas cita el Salmo 16:10, con las siguientes palabras: “porque no dejarás mi alma en el Hades, ni permitirás que tu Santo vea corrupción” (Hechos 2:27), refiriéndose a Jesús, en el Nuevo Testamento. Obsérvese que según Lucas, Jesús estuvo en el Hades entre su muerte y su resurrección. El apóstol Pablo escribiéndole a los Efesios, lo expresa con estas palabras: “(Y eso de que subió, ¿qué es, sino que también había descendido primero a las partes más bajas de la tierra…”?  (Efesios 4:9). Claramente, esto es el concepto del Hades, en el Nuevo Testamento. El Hades no es el infierno; por tanto, Jesús entre su muerte y la resurrección, no descendió a los infiernos, tal como lo declara el Credo niceno. 

Evidentemente, se trata de un concepto equivocado de quienes redactaron el Credo de Nicea, en el siglo IV.  El concepto del Hades que tiene el apóstol Pablo es: “las partes más bajas de la tierra”; igual que el concepto de infierno que tenían los griegos.  También el apóstol Mateo se refiere al corazón de la Tierra: “Porque como estuvo Jonás en el vientre del gran pez tres días y tres noches, así estará el Hijo del Hombre en el corazón de la tierra tres días y tres noches” (Mateo 12:40). La palabra latina para infierno es “infernum”, lugar más bajo de la tierra, o subterráneo (Cfr. RAE). De manera que para un estudio bien fundado en la Biblia, no se puede asegurar que Jesús descendió a los infiernos, sino al Hades, el lugar de los muertos, esperando la mañana de su resurrección.

Todos estos pasajes de la Biblia nos aseguran que el hecho de que Jesús haya estado en el Hades esperando su resurrección, es una prefigura para nosotros los creyentes. La enseñanza es que, al morir, iremos al lugar de los muertos, esperando que Jesús en su segunda venida, nos lleve con él a la casa del Padre, adonde él fue a preparar morada.

“En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. 3 Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis. 4 Y sabéis a dónde voy, y sabéis el camino” (Juan 14:2-3). Nótese que estaremos con Cristo, hasta cuando él venga otra vez. Destacado es mío.

Luego, el apóstol Pablo en su primera carta a los Tesalonicenses, los instruye de la siguiente manera, en cuanto a los que mueren en Cristo y su posterior resurrección:

“Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero” (1 Tes.4:16).

Debo aclarar aquí que la palabra hebrea “שאול (Sheol)”nunca se usa en plural, en referencia al lugar a donde van los muertos, o los que duermen. En cambio, la palabra hebrea “קֵבֶר (Kever)”, se encuentra 51 veces traducida como sepulcro, y 15 veces como sepultura. Los traductores del Antiguo Testamento la usan en plural 29 veces, porque “Kever” significa sepulcro, lugar de podredumbre. El Seol es el lugar de los muertos. Por ejemplo, en Ëxodo 14:11 los israelitas le protestan a Moisés en el desierto que si no había sepulcros (קְבָרִים, en plural) en Egipto, porque sienten y creen que morirán en el desierto. Los traductores del Antiguo Testamento a veces traducen la palabra hebrea Sheol o Seol como infierno, como sepulcro o como abismo. Esto puede producir confusión entre los lectores de la Biblia. El comentarista de Middletown Bible Church alerta que “En el Antiguo Testamento, Seol es traducido 31 veces como infierno, 31 veces como sepulcro y tres veces como abismo. En el Nuevo Testamento, Hades es traducido 10 veces como infierno y una vez como sepulcro” Sin embargo, no hay que confundir estos términos, pues Sheol, sepulcro y abismo, tiene cada uno un significado diferente en la Biblia hebrea. A veces los traductores asignan significados que no se corresponden con el original.

En este pasaje se cita la palabra “sepulcro” en plural: “Y dijeron a Moisés, ¿no había sepulcros קְבָרִים (plural de “Kever”) en Egipto? (Éxodo 14:11). Pero la palabra Seol nunca se usa de esa manera. Kever se usa en plural 29 veces, en el Antiguo Testamento, según los estudiosos del Antiguo Testamento.

El profeta Isaías en el capítulo 14, verso 11 profetiza contra Nabucodonosor, el rey de Babilonia,  cuando en su pedantería, anhelaba subir al cielo y ser semejante al Altísimo. Por eso, el profeta Isaías compara su derrota como si hubiera caído del cielo, hasta donde Nabucodonosor quería escalar. El Profeta lo compara igual que Lucifer cuando se creyó igual a Dios. El profeta se burla  de Nabucodonosor con las siguientes palabras:

“¡Cómo caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana! Cortado fuiste por tierra, tú que debilitabas a las naciones. 13 Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré, a los lados del norte; 14 sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo” (Isaías 14:13-14).

Pero, en vez de eso, Isaías lo reprende con las palabras del versículo 9, del capítulo 14: “El Seol abajo se espantó de ti”, porque Nabucodonosor no es digno del Seol, sino más bien irá al sepulcro (Kever), en donde su cama serán los gusanos. El profeta Isaías presenta un contraste entre lo que aspiraba el rey de Babilonia de subir a las alturas de las nubes y de ser “semejante al Altísimo”, con el sepulcro (Kever), comido de gusanos. Esta lección del Profeta, Nabucodonosor la entendió perfectamente.  “Descendió al Seol tu soberbia, y el sonido de tus arpas; gusanos serán tu cama, y gusanos te cubrirán” (Isaías 14:11). En este pasaje hay una clara distinción entre el sepulcro en donde los cuerpos se pudren, comidos de gusano, y el Sheol, adonde van los muertos; o más bien, los que duermen (Daniel 12:2, 1ra Tesalonicenses 4:13-17 RVR1960).

En el Antiguo Testamento, el concepto de Sheol es el lugar adonde van los muertos malos y buenos, sin ninguna distinción (Isaías 5:14). Pero en el Nuevo Testamento, el concepto corroborado por la parábola de Jesús acerca del rico y Lázaro es de dos divisiones. Según la parábola, el “seno de Abrahán” representa el Sheol/Hades. Allí se encuentran tanto el rico como el mendigo Lázaro, pero en el Hades, el cual concuerda con el concepto de Sheol, del Antiguo Testamento. Este nuevo concepto introducido por Jesús, incluye una división: dos lugares separados por un abismo, concepto que encontramos en el Nuevo Testamento, con la parábola del rico y Lázaro.

El comentarista de Middletown Bible Church concuerda con este concepto: “El Seol/Hades estaba dividido en dos compartimientos, uno para los justos y el otro para los malos (Lucas 16:26)” (The Middletown Bible Church). Sin embargo, no es que hubiera dos “seoles”, porque como dijimos, la palabra hebrea Sheol no tiene plural; sino que ya en el Nuevo Testamento, el Hades tiene dos divisiones. Sin embargo, no olvidemos que este concepto de divisiones en el Hades está basado en la parábola del rico y Lázaro, la cual tenía la intención de darles una lección a los fariseos avaros que confiaban más en sus riquezas que en la vida eterna.

El Salmo 18:5 y 2 Samuel 22:6, contienen un bello paralelismo sinónimo compuesto por los conceptos de Seol y muerte: “Ligaduras del Seol me rodearon; Tendieron sobre mí lazos de muerte”.  Ante el salmista y el profeta Samuel, se alzan ante ellos “las ligaduras del Seol” y “los lazos de muerte”. Sin embargo, ambos personajes bíblicos están conscientes del lugar que los espera a la hora de la muerte. Nótese que no hay referencias al infierno, ni a un lugar que se llame cielo. Esto es el concepto de la muerte y el lugar adonde se reunirían con sus antepasados.

El Salmo escrito por los hijos de Coré asegura que el Seol es el lugar adonde van los muertos, tanto de los que confían en sus riquezas, como de los rectos; pero allí no ven la luz, porque el Sheol para los hebreos es un lugar de oscuridad y de silencio; es el lugar de los que duermen:

Según el Salmo 49:14, el Seol es la morada de los que se jactan de sus riquezas: “Y los rectos se enseñorearán de ellos por la mañana; Se consumirá su buen parecer, y el Seol será su morada” (Salmo 49:14). Esto indica que los rectos tendrán un lugar especial en el Seol; mientras que los que se jactan de la buena vida en la Tierra, en el Seol se consume tanto su buen parecer, así como sus riquezas. Sin duda, Jesús usó la enseñanza de los Salmos (49:14), para ilustrar la parábola del rico y Lázaro, en donde aparece el rico en un lugar de tormento; mientras Lázaro se encuentra en el “seno de Abrahán”.

Y en los versículos 16-19, el Salmo, alienta al lector: “No temas cuando se enriquece alguno, Cuando aumenta la gloria de su casa; 17 Porque cuando muera no llevará nada, Ni descenderá tras él su gloria. 18 Aunque mientras viva, llame dichosa a su alma, Y sea loado cuando prospere, 19 Entrará en la generación de sus padres, Y nunca más verá la luz” (Salmo 49:16-19).

Sin embargo, en el Salmo 116:3 el salmista anónimo se refiere a los temores de la muerte y del sepulcro, no menciona el Sheol, según la Nueva Versión Internacional: “Los lazos de la muerte me enredaron; me sorprendió la angustia del sepulcro y caí en la ansiedad y la aflicción” (NVI). Evidentemente, los traductores de la Nueva Versión Internacional, equiparan los términos hebreos “sheol”, lugar donde van los muertos; con “Kever” que significa sepulcro. Porque, era el sepulcro  tan temido por los hebreos; porque era el lugar en donde los cuerpos eran devorados por los gusanos.

 Pero si comparamos este mismo versículo con la traducción Reina Valera 1960, notaremos una diferencia: “Me rodearon ligaduras de muerte, Me encontraron las angustias del Seol”.  La versión Reina Valera concuerda con la versión en español de la Septuaginta: “Me rodearon los lazos de la Muerte, Me atraparon los terrores del Seol”. Ambos traductores citan la palabra hebrea “Sheol” o Seol, en vez de “sepulcro”. Además, la Biblia Septuaginta es una versión griega traducida directamente de la Biblia hebrea, llamada también Texto Masorético. Fue una traducción por parte de 72 rabinos hebreos expertos en las lenguas originales. Según esta traducción de la NVI, al salmista lo angustia el Seol; pero hemos dicho que al Seol van tanto justos como injustos, en secciones separadas, esperando la resurrección del día final, cuando sí habrá un destino diferente para justos e injustos. Por tanto, este concepto fue corroborado por la parábola del rico y Lázaro dicha por Jesús a los fariseos que confiaban en las riquezas. Según la parábola, a un lado estaba el rico, y al otro, el mendigo Lázaro; ambos separados por un abismo (Lucas 16:19-31). Destacado es mío.

A continuación, cito varios versículos del Antiguo Testamento acerca del lugar adonde van los muertos o Sheol, tanto justos como injustos: “Y tú vendrás a tus padres en paz, y serás sepultado en buena vejez”: Abrahán ( Gén 15:15.  “y murió Abraham en buena vejez, anciano y lleno de años, y fue unido a su pueblo” (Gén 25:8); “Y exhaló Isaac el espíritu, y murió, y fue recogido a su pueblo” (Gén 35:29),  “Mas cuando duerma con mis padres, me llevarás de Egipto y me sepultarás en el sepulcro de ellos”: Israel; (Gén 47:30),  (Isaac: “Yo voy a ser reunido con mi pueblo. Sepultadme con mis padres en la cueva que está en el campo de Efrón el heteo” (Gén 49:29,31). “Aarón será reunido a su pueblo, pues no entrará en la tierra que yo di a los hijos de Israel” (Núm 20:24), (“Y toda aquella generación también fue reunida a sus padres” (Jueces 2:10).  “He aquí que yo te recogeré con tus padres, y serás recogido en tu sepulcro en paz”: rey de Judá; (2 Crón 34:28), El rico: “Entrará en la generación de sus padres, Y nunca más verá la luz”, (Salmo 49:19), “Porque a la verdad David, habiendo servido a su propia generación según la voluntad de Dios, durmió, y fue reunido con sus padres, y vio corrupción” (Hechos 13:36).

Todos estos pasajes de la Biblia son una prueba que en el Antiguo Testamento, las personas al morir, van a reunirse con sus antepasados, en el Sheol, adonde van tanto los buenos, como los malos; pero también hay libros del Antiguo Testamento que dejan ver que existía el concepto en el Antiguo Testamento de un lugar eterno, un fuego que no se apaga, un lugar donde Dios derrama su ira, y un reino de maldad, donde el gusano no muere. Destacado es mío.

 “Se ha encendido el fuego de mi ira, que quema hasta lo profundo del abismo. Devorará la tierra y sus cosechas, y consumirá la raíz de las montañas” (Deuteronomio 32:22) .“Y del polvo de la tierra se levantarán las multitudes de los que duermen, algunos de ellos para vivir por siempre, pero otros para quedar en la vergüenza y en la confusión perpetuas (Daniel 12:2”). “Entonces saldrán y contemplarán los cadáveres de los que se rebelaron contra mí. ‘Porque no morirá el gusano que los devora, ni se apagará el fuego que los consume:¡repulsivos serán a toda la humanidad!” (Isaías 66:24). “¡Que sorprenda la muerte a mis enemigos! ¡Que caigan vivos al *sepulcro, pues en ellos habita la maldad!” (Salmos 55:15). Destacado es mío.

La enseñanza de Jesús acerca del infierno

Jesús enseña la doctrina del infierno con mucha claridad en el evangelio de Marcos capítulo 9, versos 42-50, Mateo 10:28 y 23:33. En la sección del evangelio de Marcos Jesús introduce tres conceptos vitales para la vida cristiana: vida, Reino de los cielos, e infierno. En esos versos Jesús dice que es mejor entrar en la vida manco, cojo o ciego, antes que “ser echado en el infierno, al fuego que no puede ser apagado, 46 donde el gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se apaga”; pero para ilustrar el concepto de infierno él usa dos figuras: 1] fuego que nunca se apaga, y 2] gusano que no muere. Es obvio que Jesús tomó estas figuras del Antiguo Testamento para aplicarlos a su doctrina acerca de un lugar de castigo para los malvados, e incrédulos.

Pero para que sus oyentes entendieran mejor estas dos figuras literarias, Jesús hace referencia a otra imagen muy familiar. La imagen que usa Jesús para ilustrar el concepto de infierno es la palabra hebrea “Gehenna”.  La palabra hebrea “gehena” tiene como etimología “gehinnom”; clara referencia al Valle de Hinon, un lugar maldito por causa de los ritos paganos. Pero también la “gehena” era el lugar en donde incineraban la basura de la ciudad de Jerusalén, cuyo fuego se mantenía ardiendo día y noche (Mateo 23:33) “¿Cómo podrán escapar al castigo de la gehena? RVA-2015. “¡Serpientes! ¡Generación de víboras! ¿Cómo se escaparán de la condenación del infierno?” (Mateo 23:33 RVA-2015). Así que, ante la visualización del fuego del Valle de Hinón, crematorio cercano a la ciudad de Jerusalén, el concepto del infierno debería quedar muy claro en la mente de sus oyentes. Destacado es mío.

El Valle de Hinón:  el valle de Hinón se convirtió en el lugar utilizado para incinerar los desperdicios de Jerusalén. La palabra gehena (Gehenem, Yahannam) también aparece en el libro musulmán, el Corán, como lugar del tormento para los pecadores, el equivalente islámico del infierno cristiano (Crédito: Bibliatodo Diccionario). El término Gehenna proviene del latín tardío “gehena”, y éste del hebreo “gē hinnōm”: 'valle de Hinón', topónimo maldito a causa de los ritos paganos; también la palabra gehena se usaba en la lengua siriaca: “gihannā”. De manera que Jesús, sabiendo que este vocablo era muy común, lo utilizó para ilustrar el concepto de infierno en el sentido neotestamentario y cristiano, con base en el Antiguo Testamento.  ​La gehena es un lugar en donde la persona se puede condenar (Mateo 10:28) en un fuego inapagable (Marcos 9:43). En Mateo 23:33 Jesús dice: Vosotros, serpientes, generación de víboras, ¿cómo podréis escapar al castigo del Gehena? ( RVA-2015)

Y para finalizar, leamos el versículo en el evangelio de Mateo, el cual expresa las amonestaciones de Jesús: “Y no temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno (. Mateo 10:28)

CONCLUSIÓN

En este artículo he documentado los vocablos, Sheol o Seol,  Hades, “Kever”: sepulcro, e Infierno. He afirmado que el vocablo “Sheol” es de origen hebreo, y es el lugar adonde van todos los que mueren, buenos y malos; pero que también existe el sepulcro o kever, al cual los hebreos temían, por ser lugar de putrefacción, infestado por gusanos. En tanto que el Hades es de origen griego, propio del Nuevo Testamento. Además, he documentado que este concepto de Hades Jesús lo ilustró con la parábola del rico y Lázaro, en donde ambos están en el mismo Hades, pero separados por un abismo. Este concepto de “abismo” Jesús lo tomó del Antiguo Testamento, en Deuteronomia 32:22. Por tanto, ninguno tiene acceso al otro, pero están en distintas condiciones: el rico había gozado de sus riquezas, en tanto que el mendigo Lázaro, sólo había experimentado pobreza, desprecios, y sufrimientos. He dicho que Jesús opone estas dos situaciones ante los fariseos quienes se jactaban de sus riquezas, pero que tampoco se preocupaban por los pobres. Y que además, se burlaban de las enseñanzas de Jesús.

En cuanto al Infierno, he documentado que Jesús introdujo este concepto, tomado del Antiguo Testamento, y con imágenes cercanas y familiares para sus oyentes; especialmente, para los fariseos amantes de las riquezas. Las imágenes mencionadas son: fuego, ilustrado con la realidad del crematorio de desperdicios en el Valle de Hinón, en donde el fuego nunca se apaga; por otro lado, Jesús usa la figura del gusano que nunca muere, aunque sufra la intensidad del fuego que nunca se apaga. En tanto que Antiguo Testamento, la ira de Dios se presenta con varias figuras: “furor de Dios como fuego’, (Naún 1:6), Dios es “fuego consumidor”(Deut  4:24), “el fuego que no se apaga” (Jerem 4:4), Dios es “fuego de fundidor” (Malaquías 3:2).

El castigo eterno tiene varios nombres, en el Nuevo Testamento: “el horno de fuego” (Mateo 13:42), “fosos de tinieblas” (2 Pedro 2:4), “el lago de fuego” Apocalipsis (20:14). El fuego representa la ira de Dios, en el Antiguo Testamento; y en el Nuevo Testamento, el fuego es el castigo eterno. En el Antiguo Testamento, el gusano es el que devora los cuerpos, en el sepulcro. Mientras que en el Nuevo Testamento, el gusano representa a los malvados que desoyen las enseñanzas del Maestro, Jesucristo.