lunes, 27 de diciembre de 2021

 

LAS FUENTES CONFIABLES DE LOS CUATRO EVANGELIOS

La multitud de testigos oculares

Amadeo Albuquerque Lara

Los cuatro evangelios canónicos fueron escritos entre los años 50 y 90 d.C. y de los autores, sólo Mateo, el recolector de impuestos, y Juan, hijo de Zebedeo, el empresario de la pesca, fueron del grupo de los doce apóstoles. Juan Marcos fue un joven perteneciente a una familia adinerada que probablemente era dueña de la casa en donde participaron de la última cena, y del aposento alto, el día de Pentecostés. Juan Marcos acompañó a Bernabé y al apóstol Pablo en sus viajes, y estuvo presente en el juicio de Jesús. Además, el apóstol Pedro lo considera su hijo en la fe (1ª Pedro 5:13) Lucas fue un médico de gran preparación académica y con excelente dominio del griego clásico; y además, fue compañero de viajes del apóstol Pablo. Lucas era un gentil que escribió a los gentiles, por medio de un gentil culto de nombre Teófilo, a quien le escribe en griego clásico, y que, además, se dirige a él con el título honorífico de “Excelentísimo”. Esto supone que Teófilo era un personaje importante dentro del mundo griego, y quien, además, ya tenía formación cristiana.  Estos tres evangelios reciben el nombre de sinópticos, porque los tres concuerdan en los hechos y ministerio de Jesús, de manera clara y resumida.

Juan fue de los primeros apóstoles que Jesús escogió, y perteneció al círculo íntimo de Jesús, junto con Santiago y Pedro; pero de Juan se dice: “Y uno de sus discípulos, a quien Jesús amaba, estaba reclinado en el pecho de Jesús” (Juan 13:23).

El evangelio de Juan aporta varios aspectos de la vida de Jesús que no registran los tres sinópticos; y además, se concentra más en la divinidad de Jesús, desde el inicio de su evangelio. Y su énfasis fue el ministerio de Jesús en Judea y Jerusalén, ciudades sureñas. En tanto que los otros tres, enfatizan en el ministerio de Jesús en Galilea y ciudades vecinas, al norte del territorio. Por lo tanto, el ministerio de Jesús está atestiguado tanto en el norte, como en el sur del territorio de Israel; desde Tiro y Sidón hasta Judea y Jerusalén; en donde Jesús fue crucificado y resucitado.

“Recorría Jesús todas las ciudades y aldeas, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo” (Mateo 9:35)

Algunos críticos cuestionan que por qué el cristianismo acepta sólo cuatro evangelios, cuando existen más de cincuenta evangelios considerados apócrifos, gnósticos o coptos. La respuesta es obvia; en primer lugar, los cuatro evangelios se basan en el testimonio de testigos oculares, además de ser, Mateo y Juan, parte del grupo de los Doce, y Juan Marcos fue testigo ocular incluyendo los acontecimientos en el juicio de Jesús, y como compañero de viajes de Bernabé y Pablo. En segundo lugar, los demás evangelios apócrifos se comenzaron a escribir hacia finales del primer siglo, cuando surgieron las enseñanzas de los gnósticos, Marción de Sinope, y otros herejes. Este período abarca hasta el siglo cuarto de la era cristiana, cuyos relatos se encuentran alejados de los hechos históricos; además, los evangelio apócrifos han sido rechazados por la Iglesia Ortodoxa, Comunión Anglicana, y las iglesias protestantes, por no considerarlos como escritura inspirada por el Espíritu Santo.

Sin embargo, según el testimonio de Lucas 1:1-4, en su tiempo ya se conocían muchos escritos intentando escribir los hechos y milagros y la vida de Jesús. Por tanto, ya circulaban varias versiones de los acontecimientos generados por Jesús y por el grupo de los doce apóstoles.

“Puesto que ya muchos han tratado de poner en orden la historia de las cosas que entre nosotros han sido ciertísimas, 2 tal como nos lo enseñaron los que desde el principio lo vieron con sus ojos, y fueron ministros de la palabra, 3 me ha parecido también a mí, después de haber investigado con diligencia todas las cosas desde su origen, escribírtelas por orden, oh excelentísimo Teófilo, 4 para que conozcas bien la verdad de las cosas en las cuales has sido instruido” (Lucas 1:1-4)

Por su preparación académica, Lucas se propone llenar ciertos requisitos para su escrito: 1) investigar con diligencia; 2) presentar el origen de los hechos; 3) escribirlos por orden, en una estructura cronológica; y 4) preocuparse para que se conozca bien la verdad de los hechos ciertísimos, narrados por él.

De los cuatro evangelios, los eruditos de la crítica textual concuerdan que Marcos escribió primero su evangelio, y que tanto Mateo como Lucas, aprovecharon información de Marcos, más cierta información de manuscritos que no incluye Marcos. Además, Marcos tiene como fuente de información el testimonio de Pedro, quien lo reconoce como hijo en la fe (1ª Pedro 5:13) más la tradición oral, pues los testigos oculares compartían con las iglesias, la vida, milagros y ministerio de Jesús, a los cuales se refiere el evangelista Lucas.

Por otro lado, Marcos escribe para los creyentes romanos, gentiles, no judíos. En tanto que Mateo escribe para los judíos; por eso, comienza su evangelio con la genealogía de Jesús para probar que es el Mesías descendiente del linaje de David. Mateo como autor, demuestra preparación profesional, pues su oficio anterior al de apóstol fue recaudador de impuestos del imperio romano. Sin duda tenía conocimientos contables, como para optar al oficio de recaudador de impuestos.

Por todas estas evidencias, los cuatro evangelios que componen la primera parte del Nuevo Testamento, reciben el reconocimiento de la Iglesia Ortodoxa, la Iglesia Católica, la Comunidad Anglicana, y las iglesias protestantes y evangélicas.

Ahora echemos un vistazo a la proliferación de escritos apócrifos o psedoepigráficos, los cuales tuvieron inicio a partir de finales del primer siglo de nuestra era, y se siguieron produciendo hasta el siglo cuarto, y en el período intertestamentario: entre Malaquías y el Nuevo Testamento. Algunos de estos escritos imitan el estilo de los evangelios canónicos; otros, se atribuyen autoría de personajes del Antiguo y del Nuevo Testamento, por lo que se conocen como pseudoepigráficos.

Según historiadores cristianos y críticos textuales, en los primeros siglos después de Cristo aparecieron en circulación algo más de cincuenta evangelios. Algunos eran de confesión gnóstica, copta, armenia, griega, egipcia, etc. Resulta difícil en este corto estudio citar el grupo de estos escritos; pero mencionaré algunos.

Evangelios al estilo de los canónicos

Evangelio de Tomás, Protoevangelio de Santiago, Evangelio de Marción, Evangelio de María Magdalena, Evangelio de Judas, Evangelio apócrifo de Juan, Evangelio de Valentín o Evangelio de la Verdad, Evangelio griego de los egipcios, Evangelio armenio de la infancia de Jesús, etc.

Evangelios de la Natividad

Protoevangelio de Santiago, Evangelio del pseudo-Mateo, Evangelio de la natividad de María, Extractos del Liber de infantia Salvatoris (cód. Arundel 404 del British Museum), y Evangelio Secreto de la Virgen María.

Evangelios de la Infancia

Evangelios de la infancia, de Tomás, Evangelio árabe de la infancia, Historia de José el carpintero, Evangelio armenio de la infancia, Liber de Infantia Salvatoris (ms. lat. 11867 de la Biblioteca Nacional de París), Evangelio de Pseudo Mateo y otros.

Evangelios de la Pasión y Resurrección

Evangelio de Pedro (fragm. de Akhmim), Evangelio de Nicodemo, también llamado Hechos de Pilatos (Acta Pilati) y Escritos complementarios, Evangelio de Bartolomé, Evangelio de Gamaliel, etc.

Evangelios asuncionistas

Libro de San Juan Evangelista (el Teólogo), Libro de Juan, arzobispo de Tesalónica, Narración del Pseudo José de Arimatea.

Otros evangelios con otros temas

Evangelio secreto de Marcos, Evangelio cátaro del pseudo-Juan, Evangelio de Bernabé, Evangelio de Taciano, Evangelio de los nazarenos, Evangelio de Ammonio, Evangelio de la Venganza del Salvador, Evangelio de la muerte de Pilato, Evangelio apócrifo de Galilea, y las listas siguen.

Estas listas no agotan los nombres de los evangelios y otros escritos apócrifos y pseudoepigráficos; pero basta para demostrar cuán abundantes fueron los escritos en los primeros siglos del cristianismo; y cuán difícil fue para los primeros cristianos seleccionar el Canon del Nuevo Testamento. Sin embargo, los cuatro evangelios de nuestro Nuevo Testamento, son suficiente fuente de doctrina y principios cristianos para reconocer la autenticidad, e historicidad del relato de la vida, ministerio y milagros de nuestro Señor Jesús.

Sin embargo, algunas ramas del cristianismo han adoptado hechos y nombres de esos escritos apócrifos, como la Iglesia Católica y algunas iglesias protestantes, las cuales les dan crédito también. Por eso, citaré un fragmento documentado por Wikipedia.

“Entre las tradiciones conservadas únicamente en los apócrifos, se cuentan los nombres de los padres de María, (Joaquín y Ana), el episodio de la Presentación de la Virgen niña en el templo, el número y los nombres de los Reyes Magos (Melchor, Gaspar, Baltasar), y la presencia de un asno y un buey en el pesebre donde María dio a luz. Allí también se encuentran los nombres y las historias del Buen Ladrón (Dimas) y del Mal Ladrón (Gestas); la historia de Verónica (recogida inclusive en la devoción piadosa del Via Crucis, de tradición católica); el nombre de Longinos, el centurión que atravesó el costado de Jesús en la cruz; o la primera sugerencia explícita de la virginidad perpetua de María, que se encuentra en el Protoevangelio de Santiago. La fuerte presencia de esas tradiciones en la liturgia lleva con frecuencia a olvidar que ninguno de ellos ha sido incluido entre los Evangelios canónicos” (Wikipedia)

Para concluir, los cuatro evangelios canónicos se escriben por apóstoles y discípulos de Jesús, quienes fueron testigos presenciales; y que además, recibieron información de otros testigos oculares, quienes todavía estaban vivos al tiempo de escribirse los principales hechos y milagros efectuados por Jesús. Aunque sólo dos de los autores, de los cuatro evangelios, Mateo y Juan, pertenecieron al grupo de los Doce, Juan Marcos fue el joven que huyó desnudo, cuando se realizaba el juicio de Jesús. Y fue testigo ocular en el ministerio de Jesús, y compañero en los viajes de Bernabé y Pablo.

Lucas, aunque no perteneció al grupo de los Doce, fue compañero de viajes del apóstol Pablo, y escuchó el testimonio de los muchos testigos presenciales pertenecientes a las iglesias visitadas. Y como académico, utilizó las técnicas rigurosas de investigación desde el origen de los hechos, puso en orden esos acontecimientos, con la intención de presentar la verdad para la edificación de los gentiles griegos. Y por último, Juan fue discípulo amado, y único que murió de muerte natural, del grupo de los Doce, y sus escritos prueban el origen divino de Jesucristo, desde su nacimiento, hasta su resurrección y apariciones posteriores.

Por último, Juan finaliza su evangelio con estas palabras: “Este es el discípulo que da testimonio de estas cosas, y escribió estas cosas; y sabemos que su testimonio es verdadero. 25 Y hay también otras muchas cosas que hizo Jesús, las cuales si se escribieran una por una, pienso que ni aun en el mundo cabrían los libros que se habrían de escribir. Amén” (Juan 21:24-25). Los estudiosos de la Biblia creen que Juan murió de muerte natural hacia el año cien de nuestra era cristiana.

 


lunes, 20 de diciembre de 2021

 

DOCTRINAS Y PRÁCTICAS DE LA IGLESIA PRIMITIVA DE JERUSALÉN

Base Bíblica: Hechos de los apóstoles y epístolas de Pablo

Amadeo Albuquerque Lara

El libro de los Hechos de los apóstoles es la fuente bíblica de la historia de la iglesia primitiva de Jerusalén y algunas de las epístolas del apóstol Pablo. Por tal razón, debemos escudriñar las prácticas y doctrinas de este primer grupo de creyentes en Jesús, el Mesías de Israel. Aclaro que digo creyentes y no cristianos, porque fue en Antioquía, mucho tiempo después, en donde los primeros discípulos fueron llamados cristianos (Hechos 11:26). Se supone que ya había transcurrido bastante tiempo desde la venida del Espíritu Santo, el día de Pentecostés. Ya Pablo había visto la visión en el camino a Damasco, después de haber participado en la persecución de los discípulos de Jesús.

Ya Esteban había sido martirizado, pero los que habían sido esparcido después de su muerte, sólo evangelizaban a los judíos. Pero en Antioquía les hablaron del evangelio del Señor Jesús, también a los griegos; no obstante, esta noticia molestó grandemente a la Iglesia de Jerusalén. Por eso, enviaron a Bernabé a Antioquía. Bernabé constata la conversión de los hermanos de Antioquía, se regocija y exhorta a los creyentes a que permanezcan fieles al Señor. La razón era que Bernabé “era varón bueno, y lleno del Espíritu Santo” (Hechos 11:24). Como consecuencia, una gran multitud fue agregada al Señor, en Antioquía.

“Después fue Bernabé a Tarso para buscar a Saulo; y hallándole, le trajo a Antioquía. 26 Y se congregaron allí todo un año con la iglesia, y enseñaron a mucha gente; y a los discípulos se les llamó cristianos por primera vez en Antioquía” (Hechos 11:25).

Pero no solamente fueron llamados cristianos, sino que también el grupo de seguidores de Jesús se conocía como los del Camino; Hechos 19:9, 24: 14 “Pero esto te confieso, que según el Camino que ellos llaman herejía, así sirvo al Dios de mis padres, creyendo todas las cosas que en la ley y en los profetas están escritas” Hechos 24:14) Además de estos nombres, fueron conocidos como la secta de los nazarenos (Hechos 24:5). Notemos que la base bíblica para la evangelización a judíos y gentiles es la ley y los profetas, para probar la autoridad que tenía Jesús, como el Mesías prometido. El mismo Jesús citó la ley y los profetas a sus discípulos incrédulos, para probarles que él era el Mesías.

“Entonces él les dijo: ¡Oh insensatos, y tardos de corazón para creer todo lo que los profetas han dicho! 26 ¿No era necesario que el Cristo padeciera estas cosas, y que entrara en su gloria? 27 Y comenzando desde Moisés, y siguiendo por todos los profetas, les declaraba en todas las Escrituras lo que de él decían”. (Lucas 24”25-27)

Sin embargo, por lo que hemos leído, no sólo existió la iglesia de Jerusalén, sino que por la predicación de los apóstoles y creyentes, se fueron organizando iglesias por toda el Asia Menor. a medida que los seguidores del Camino eran fustigados, debido a la cruenta persecución de parte de los líderes religiosos de la religión judía.

Pero volvamos a las prácticas del grupo de creyentes que formaban la Iglesia de Jerusalén. El criterio general que se tiene de las prácticas religiosas de estos primeros creyentes es que 1) eran unidos, 2) que practicaban mucho la oración en grupos, 3) que compartían el pan en las casas de los demás creyentes, 4) que vendían sus posesiones para el beneficio de los más necesitados; y 5) que eran muy entregados a compartir su fe por donde quiera que se desplazaban, al ser perseguidos por creer en el Jesús resucitado; y además, debido al espíritu de hermandad de estos seguidores de Jesús, “sobrevino temor a toda persona; y muchas maravillas y señales eran hechas por los apóstoles” (Hechos 2:43-47). Todo esto era muy bueno, pero sus doctrinas todavía eran judías; por eso, no aceptaban a los gentiles.

De manera que todas estas prácticas las hemos tomado como base de una verdadera doctrina y fe evangélicas, con la creencia de que no hubo problemas doctrinales ni de comportamiento humano que requiriera una fuerte disciplina de parte de los apóstoles. Pero ya hemos visto que también las “columnas de la Iglesia” se plegaban a la ley de Moisés. Hacía falta un Pablo para que reprendiera hasta al mismo Pedro.

Por tanto, examinemos unos pequeños problemas que se suscitaron, respecto al repartimiento del pan, y a la venta de las posesiones. En cuanto al repartimiento del pan y la ayuda a los necesitados, hubo quejas de parte de los griegos.

En aquellos días, como creciera el número de los discípulos, hubo murmuración de los griegos contra los hebreos, de que las viudas de aquellos eran desatendidas en la distribución diaria (Hechos 6:1).

Recordemos que los creyentes griegos eran considerados gentiles e incircuncisos de parte de los hebreos judaizantes. Por tanto, ya se empieza a manifestar el descontento racial y religioso. Sin embargo, los apóstoles resuelven el problema, nombrando diáconos para que atiendan a los necesitados, sin distingo de etnias, a fin de que ellos, los apóstoles, se dedicaran a la predicación del evangelio. Por ende, debido a este conflicto se instituye el diaconado, como segunda autoridad, después de los apóstoles. Pero veamos los requisitos para el nombramiento de estos siete diáconos.

“Buscad, pues, hermanos, de entre vosotros a siete varones de buen testimonio, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, a quienes encarguemos de este trabajo. 4 Y nosotros persistiremos en la oración y en el ministerio de la palabra” (Hechos 6:3-4).

Mas, en cuanto a la venta de las posesiones para beneficio de los más necesitados, hubo un problema mayor. Un matrimonio formado por Ananías y Safira, venden sus posesiones, pero mienten a los apóstoles y “tientas al Espítu del Señor” al entregar sólo parte del dinero de la venta. Aquí se manifiesta el pecado de la mentira y la falsa piedad y honestidad. Sin embargo, este pecado no queda sin castigo. Ananías muere primero al afirmar que ha entregado completo el producto de la venta de sus posesiones; y posteriormente, también su esposa Safira, cae muerta como consecuencia de la misma mentira y falsa piedad de su difunto marido. Estos dos ejemplos, sirven como prototipo de los futuros comportamientos que se han dado dentro de las iglesias: quejas por la discriminación en los beneficios a los pobres; y la falta de honestidad en las dádivas a la iglesia (Hechos 5:1-11).

Preparación incompleta de parte de los dirigentes de la iglesia.

Cabe señalar que los dirigentes reconocidos como “columnas” en la Iglesia de Jerusalén son Santiago el Justo, Pedro y Juan. Pero observemos que los doce apóstoles fueron comisionados por el mismo Jesús para que además de predicar la cercanía del Reino de Dios, también sanaran enfermos, echaran fuera demonios y poder sobre los espíritus inmundos. Según el evangelio de Marcos 3:13-19, el Señor Jesús escoge a doce discípulos para que anden con él (estrategia del Reino de Dios, Marcos 1:14). Notemos que no puede haber predicación, ni poderes sobrenaturales, sin que antes haya intimidad con el Maestro.

En razón de esta intimidad, los envía con el poder sobre los demonios. El énfasis de la misión es en contra de los demonios, los espíritus inmundos, y sobre toda clase de enfermedades, que eran las plagas de la época; y también era la base para la aceptación de la predicación. De manera que estos poderes hacían que se despertara un gran “temor a toda persona; y muchas maravillas y señales eran hechas por los apóstoles” (Hechos 2:43). Sin embargo, según Mateo, la orden del Maestro es ir primero a las ovejas perdidas de la casa de Israel; porque los instruye: “No vayáis por el camino de los gentiles, y no entréis en ninguna ciudad de los samaritanos” (Mateo 10:5). Por tanto, había una premura de predicar primeramente a los judíos. Por esa razón, la Iglesia de Jerusalén tiene una visión judaica, a favor de 1) la estricta observancia de la ley de Moisés, 2) de la circuncisión y 3) de no comer animales considerados por la ley de Moisés como inmundos.

Por tanto, estas tres bases doctrinales provenientes de la ley de Moisés, se convierten en una restricción en contra de los gentiles, especialmente, en contra de los griegos. El mismo apóstol Pedro se pliega a estas creencias, de manera que Pablo le reclama fuertemente, en la cara, porque no se comporta conforme a la verdad del evangelio. Pablo reprende a una de las “columnas” de la Iglesia de Jerusalén.

“Pero cuando vi que no andaban rectamente conforme a la verdad del evangelio, dije a Pedro delante de todos: Si tú, siendo judío, vives como los gentiles y no como judío, ¿por qué obligas a los gentiles a judaizar?” (Gálatas 2:14).

Las exigencias de los judaizantes dentro de la Iglesia de Jerusalén fueron un obstáculo serio para la evangelización de los gentiles. Pero estos problemas surgen dentro de la iglesia organizada, porque el día de Pentecostés, la predicación del Jesús resucitado fue efectiva para judíos y gentiles, porque “el Señor añadía cada día a la Iglesia los que habían de ser salvos” (Hechos 2:47). El Señor no sólo salva a judíos, sino a quienes habían de ser salvos. Muchas veces, los líderes de las iglesias modernas obstaculizan el trabajo de la evangelización, y la formación espiritual de los creyentes, en defensa de las tradiciones creadas por los hombres.

La doctrina de Pablo en cuanto a la ley de Moisés

Observemos que Santiago, Pedro y Juan, son las columnas de la Iglesia de Jerusalén, pero se dejan llevar por el judaísmo. Hasta el mismo Bernabé se hace a favor de los judaizantes; aunque más tarde en Antioquía, cambia su punto de vista doctrinal, en favor de los gentiles de Antioquía (Gálatas 2:11-21). En este pasaje, el apóstol Pablo expone la doctrina del evangelio que recibió cuando fue comisionado como apóstol a los gentiles. Su doctrina en cuanto a la ley de Moisés es clara, según la carta a los gálatas. La salvación es por la fe en Cristo y no conforme a los rudimentos de la ley mosaica.

La doctrina en cuanto a la circuncisión

Tito, siendo griego, y por tanto gentil, no fue obligado a circuncidarse; pero el escándalo por la exigencia de la circuncisión era tan fuerte, que tuvo que organizarse un concilio en la Iglesia de Jerusalén para tratar la doctrina de la ley de Moisés y la circuncisión (Gálatas 2:3-8 y Hechos 15:1-5)

“Entonces algunos que venían de Judea enseñaban a los hermanos: Si no os circuncidáis conforme al rito de Moisés, no podéis ser salvos. 2 Como Pablo y Bernabé tuviesen una discusión y contienda no pequeña con ellos, se dispuso que subiesen Pablo y Bernabé a Jerusalén, y algunos otros de ellos, a los apóstoles y a los ancianos, para tratar esta cuestión”. (Hechos 15:1-2).

Esta postura de los que vinieron de Judea era una herejía muy clara, aunque las “columnas” de la Iglesia de Jerusalén no lo consideraron así en su momento. Más bien, le dieron tanta importancia, que convocaron a un concilio para tratar esta cuestión. Pues la no circuncisión, se oponía al cumplimiento de la ley de Moisés. En consecuencia, esta doctrina se constituía contra la fe y la gracia salvadora de Jesús; circuncisión versus gracia.

“Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe” (Efesios 2:8-9)

Otra carta de Pablo que expone la verdadera doctrina evangélica, en cuanto a la salvación por gracia, no por la ley, ni tampoco por obras, se manifiesta en la carta a los Efesios.


 

La doctrina en cuanto a los animales inmundos

La tercera polémica que se desarrolla en la Iglesia de Jerusalén se relaciona también con la ley de Moisés. Se trata de no comer animales considerados inmundos. Para contrarrestar esta falsa doctrina, Pedro recibe una visión de un lienzo que baja del cielo con toda clase de animales inmundos; sin embargo, esta visión más bien tiene que ver con la aceptación de los gentiles por parte del apóstol Pedro, quien había recibido la misión de predicarle solamente a los de la circuncisión; es decir, a los judíos y no a los gentiles. Cornelio era gentil, y sin esta visión, Pedro no lo hubiera considerado digno de la fe evangélica (Hechos 10:9-16). Pedro se sincera ante Cornelio y los que lo acompañaban, y les dice:

“Vosotros sabéis cuán abominable es para un varón judío juntarse o acercarse a un extranjero; pero a mí me ha mostrado Dios que a ningún hombre llame común o inmundo” (Hechos 10:28)

Por sus palabras, Pedro expresa el horrible concepto que tiene de los gentiles: abominables, comunes e inmundos. Para Pedro, antes de esta visión, los gentiles son gente abominable, común e inmunda. Es decir, si el mismo apóstol Pedro tiene este concepto, ¿qué se podía esperar de los demás apóstoles y miembros de la Iglesia de Jerusalén? ¿Qué había pasado con la Gran Comisión de Mateo 28:19-20 y Marcos 16:15-18?

Por lo visto, la Iglesia de Jerusalén tenía serios problemas doctrinales en cuanto al cumplimiento de la Gran Comisión encomendada a los apóstoles por Jesús, antes de ascender al cielo: “Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo” (Mateo 28:19, Marcos 16:15).

¿Se pueden imaginar a una iglesia fundada por los apóstoles de Jesús, que tuviera tantas doctrinas en contra del cumplimiento de la Gran Comisión dada a quienes se consideraban “columnas de la iglesia de Jerusalén”? Y esto que, según el libro de los Hechos, la fuente de la historia de los primeros creyentes,

“Todos los que habían creído estaban juntos, y tenían en común todas las cosas; 45 y vendían sus propiedades y sus bienes, y lo repartían a todos según la necesidad de cada uno. 46 Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón, 47 alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo” (Hechos 2:44-47).

Además, hay que tomar en cuenta que estos creyentes habían recibido el Espíritu Santo y habían sido bautizados en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Lo que quiere decir que hacía falta un apóstol Pablo para que les enseñara la verdad del evangelio de Jesucristo. El comportamiento de los apóstoles demuestra que a pesar de los tres años que pasaron en la intimidad de Jesús, y de haber recibido poderes sobrenaturales, no lo habían conocido. Tomás dudó al verlo resucitado; también los demás discípulos creyeron que se habían robado el cuerpo de Jesús, igual criterio que los líderes religiosos, cuando aconsejaron que pusieran guardia a cuidar el sepulcro; y aun hablando con ellos, después de resucitado, no lo reconocían.

La lección que captamos de los comportamientos de los apóstoles y creyentes de la Iglesia de Jerusalén es que la institución humana apela y prioriza el poder de mando y la estructura administrativa, antes que al Poder del Espíritu Santo, y al mandato de Jesús, manifestado en la Biblia, como la Gran Comisión.

sábado, 20 de noviembre de 2021

 

HERENCIA ANDALUZA EN AMÉRICA

Amadeo Albuquerque Lara

Este artículo tiene como objetivo destacar dos temas: primero, sobre la importancia del habla andaluza, o hablas andaluzas, y su herencia lingüística en las hablas de América; y segundo, sobre la obra gramatical castellana escrita por un andaluz. El habla andaluza nace de una mezcla de la herencia lingüística árabe, especialmente, la pronunciación de la “j” y un vasto vocabulario de por lo menos 4000 palabras; herencia del dialecto extremeño, manchego y murciano, más otras características arcaicas de origen castellano.

Por otro lado, fue un andaluz, Elio Antonio de Nebrija o Nebrixa (1444-1522), nacido en Lebrija, Sevilla, quien escribió la primera Gramática Castellana, así con ese título, en 1492. De manera que un andaluz propaga la supuesta lengua castellana con acento andaluz, en los territorios subyugados por los conquistadores que, según Nebrija, venían a enseñarnos la lengua de Castilla que estaba en su estado cumbre de la perfección, según se lo dijo a la reina. No se imaginó don Antonio de Nebrija cuánto le faltaba evolucionar al que él llamó castellano en estado de perfección.

Cuando Nebrija se dio cuenta de la llamada conquista de América; se dirigió a la reina Isabel de Castilla para que le patrocinara su “arte” gramatical, llamado por él, Gramática Castellana la cual tenía la intención de instruir a los “pueblos bárbaros”, según lo expresa Nebrija en su Prólogo, para que “muchos pueblos bárbaros y naciones de peregrinas lenguas” pudieran recibir las leyes y la lengua del vencedor.  (Prólogo de la Gramática Castellana). Nótese que Nebrija llama arte a la gramática; porque a partir de esa obra, los demás gramáticos de lengua española, incluida la Real Academia, han seguido llamándole “arte de hablar y escribir” y no ciencia a la disciplina gramatical.

Andalucía es una región autónoma al sur de España, compuesta por las comunidades de Sevilla, Huelva, Extremadura, Málaga, Granada, Córdoba, Jaén, Murcia, Montalbán y Almería. Su variedad lingüística es la andaluza; llamada por lingüistas “hablas de Andalucía”, porque son varias. Los críticos del acento andaluz lo tienen a menos, porque en las obras de teatro, y las películas, los porteros, las camareras y los graciosos son andaluces. Son considerados con un criterio despectivo y burlesco, como el que se le da a los gallegos en los chistes. En España, el habla andaluza es la más menospreciada y estereotipada de todas las hablas regionales.  Sin embargo, también los andaluces tienen sus defensores; entre ellos, el miembro de la RAE, don Antonio Rodríguez Almodóvar y el catedrático de sociolingüística andaluza, Pedro Carbonero; sin embargo, no están de acuerdo en la creación de una Real Academia de Lengua Andaluza, puesto que no es una lengua, sino una variedad dialectal del español.

Una característica fonética de las hablas de Andalucía es la no pronunciación del sonido [s] al final de sílaba, o la pronuncian como “h” aspirada, o como “j”; pero esa característica también se observa en Extremadura, Murcia, buena parte de Castilla-La Mancha y Canarias. La otra característica es que el sonido de [z] y [c], conocido como ceceo, el andaluz lo pronuncia como [s], en las regiones de Córdoba, Montalbán, parte de Huelva, Sevilla, Jaén y Almería. Esta característica es conocida como seseo, o “jejeseo”, por la pronunciación del sonido [s] como [j].

Este escrito lo he titulado “Herencia andaluza en América”, referido al español hablado en América. Los lectores notarán que estas características fonéticas andaluzas son también propias de las hablas de América. Por ejemplo, en Nicaragua, la [s] al final de sílaba se pronuncia como [j], como [h] aspirada como en inglés, o sencillamente no se pronuncia del todo, y como consecuencia, la última vocal antes de la [s] muda, se alarga. Tampoco en Nicaragua se usa el ceceo; es decir, la z y c se pronuncian igual que el sonido [s].

Pero lo triste es que algunos críticos de países vecinos, a los nicas nos llaman “mucos”, porque no pronunciamos las eses finales de sílaba; pero también nos dicen con sorna que los nicas nos comemos las eses, con doble sentido, las heces. Pero si ellos cecearan, no habría doble sentido. Por ende, no sólo en España se burlan del acento andaluz, sino que por su herencia en América, somos motivo de burlas por quienes ignoran que el español tiene sus variantes dialectales en cada región, país y zonas. Hay variantes dialectales que son nasalizadas; o como los ticos que pronuncian el sonido [s] como el sonido [sh] del inglés; pero ellos no lo notan.

Para finalizar, las hablas andaluzas son una variedad dialectal del español que se habla en las diferentes zonas de España y de América, y no debe ser motivo de burla ni de afrenta practicar el acento andaluz; porque en cada región del territorio español se practica también una variante dialectal de la lengua general de España y de las regiones de América.

Por último, la razón por qué compartimos rasgos fonéticos con las hablas andaluzas es porque los conquistadores que vinieron a América provenían del sur de España o se estacionaban en Cádiz, Sevilla, mientras esperaban embarcarse para América. Por tanto, si no eran originarios de Andalucía, su estadía en Sevilla los hacía tomar el acento andaluz; y eso fue lo que enseñaron a los originarios de estas regiones. Entonces, ¿eran castellanos los conquistadores? No, ellos nos trajeron el acento y costumbres de los andaluces, quienes también fueron fuertemente influenciados por los árabes que quedaron como reducto, después de su expulsión del resto de España. Recordemos que Alpujarra fue el último reducto de la cultura hispano-musulmana en España, al sur de Granada. (ABC Andalucía, "El Español hablado en Andalucía, Universidad de Sevilla; Amadeo Albuquerque Lara, Cátedra "El Español de América", UNAN, Managua)

 

miércoles, 10 de noviembre de 2021

 

PALABRAS OPACAS O TRANSPARENTES

Amadeo Albuquerque Lara

En lingüística, se llaman palabras motivadas o  transparentes a las que les captamos el significado al escucharlas o leerlas. Generalmente, estas palabras son de uso en la vida diaria, o provienen de la tecnología, de la ciencia, de la medicina, o de las disciplinas del pensamiento o del saber humano. La mayoría de estas palabras provienen del latín o del griego, y son parecidas a las palabras de nuestro idioma y, generalmente, tienen el mismo significado en ambos idiomas. Por ejemplo, amor, caridad, gracia, espíritu, pan, oreja, boca, ortografía, filosofía, geografía, auditorio, escritorio, etc. En general, son transparentes, porque las hemos aprendido desde que empezamos a hablar, o porque nos las han enseñado en la escuela.

Pero hay palabras sin motivación semántica; es decir, no captamos el significado cuando las escuchamos o cuando las leemos. Estas palabras se llaman opacas. Si estas palabras pertenecen al idioma español, podemos buscar su significado en un diccionario de la lengua española; pero existen palabras que han sido deformadas de otras lenguas. Por ejemplo, nuestra lengua se ha ido llenando de anglicismos y de espanglish. Los anglicismos tienen la característica de ser adaptados a la morfología y fonética del español; pero lo que la RAE llama espanglish es diferente. La RAE  define el espanglish, así: “Modalidad del habla de algunos grupos hispanos de los Estados Unidos en la que se mezclan elementos léxicos y gramaticales del español y del inglés”.

Aunque la RAE define el espanglish como fenómeno lingüístico de grupos de los Estados Unidos, la realidad es que el espanglish se practica por hablantes de distintas nacionalidades. Por ejemplo, en los colegios bilingües, es común escuchar el intercambio de códigos inglés/español, en sus conversaciones diarias. También los venezolanos, chilenos y otros suramericanos practican el espanglish, increíblemente.

Actualmente, (Fernanda Paúl, 3 de noviembre, 2021) ha publicado una información en internet, por BBC News/Mundo, de palabras que han ingresado al español. Entre ellas, están: “Gásfiter", esta forma viene del inglés “gas fitter”, o sea, reparador de tuberías de gas o fontanero;  "cotufa", proviene del inglés “corn to fry” o sea, maíz para palomitas; y "escortei”, viene del inglés “scotchtape”. Ahora pregunto: ¿se parecen estas palabras al inglés? Nooo. ¿se parecen al español? Tampoco. Entonces, ¿qué son? Simplemente, espanglish. Forman un híbrido léxico: inglés/español.

Según “Fernando Zúñiga, experto en tipología lingüística y lenguas indoamericanas, existen diferentes tipos de préstamos lingüísticos” y que algunos de estos préstamos pueden tener diferente significado que el que tienen en la lengua original. Para que una palabra sea transparente, debe contener un referente u objeto físico de nuestro conocimiento; significante o imagen mental con la cual se relaciona el objeto físico; y el concepto o significado que sabemos de esa palabra. Por ejemplo, el referente de la palabra PUERTA es la estructura que se abre para entrar a una casa o edificio, y que se cierra, para salir. La imagen mental es la representación que el hablante u oyente tiene al escuchar o leer la palabra “puerta”. El concepto o significado es cómo se define el objeto que se ha representado en nuestra mente.

Ahora bien, si el hablante nunca ha escuchado ni leído qué es “gásfiter”, ¿puede el oyente saber cuál es el referente de esta palabra? O ¿cómo se la representa mentalmente? O ¿cómo la define? Claro que no. Tampoco se puede imaginar (imagen mental) lo que es “gásfiter”. Por tanto, estas palabras que los lingüistas han calificado como “espanglish” y que la RAE ha registrado en su Diccionario, son ejemplos claros de palabras opacas; es decir, carecen de motivación semántica para el oyente que desconoce el código de donde provienen.

BBC Mundo publica una lista bien ampia de estos híbridos léxicos, citados por Fernanda Paúl, en consulta con varios hablantes. Entre estas palabras sólo cito algunas para ilustrar a mis lectores. Por ejemplo:

Camarón: un trabajo temporal en Panamá, probablemente del inglés "come around" (pásate por aquí) ganar un dinero extra. No se refiere al crustáceo marino de diez pies, de tamaño pequeño.

Cachifa: en Venezuela, empleada doméstica; probablemente del inglés, "K-Chief" o "kitchen chef" (jefe de cocina). Pero también es una forma despectiva para el oficio de doméstica.

Changüí: "dame un changüí" significa "dame una oportunidad" en Uruguay. Viene de la expresión "chance to win" (oportunidad para ganar dinero).

Charcot: en Panamá significa atajo y viene del inglés "shortcut".

En conclusión, para que una palabra sea entendible, o transparente, el hablante/oyente debe manejar el código de su lengua o los códigos de la lengua de origen y el de la lengua de entrada; pero en el caso del anglicismo, es un vocablo del inglés usado en español, en nuestro caso. En muchos casos, el anglicismo es innecesario cuando existe equivalente en español. Naturalmente, con el auge de la tecnología y la ciencia, el inglés ha ejercido una influencia incontenible sobre el idioma español. Pero usar palabras, como las que he citado como espanglish: gásfiter, cotufa o escortei  es completamente innecesario. ¿Para qué usar “charcot”, si en español tenemos la palabra atajo o desvío? Sin embargo, estas deformaciones de palabras de ambos idiomas están registrados como léxico nuevo; pero me resisto a llamarlos neologismos o anglicismos, porque no cumplen con esas definiciones.

sábado, 6 de noviembre de 2021

 

¿ES EL CASTELLANO LENGUA PERFECTA?

Amadeo Albuquerque Lara

Excatedrático de Lingüística Española, UNAN, Managua

 Eso cree la mayoría de quienes piensan que el castellano es la lengua pura de España. Pero, ¿se puede comprobar?

Primeramente, voy a aclarar que en España no sólo se habla castellano o español. En España existen seis lenguas en el mismo nivel que el español y que ejercen influencias mutuas, en el nivel fonético, léxico o de vocabulario, gramatical y semántico. Ëstas son las siguientes lenguas y dialectos de España:

Castellano o español es la lengua oficial de toda España, pero nació como dialecto en Cantabria y contiene entre 3.000 y 4.000 palabras árabes, sin incluir palabras de otras lenguas y dialectos hablados en la Península Ibérica, en la época prerromana.

En la formación del idioma español, desde su evolución del latín hablado o vulgar, como dialecto de Castilla, han influido antiguas lenguas habladas en la Península Ibérica, como el vasco, celta, íbero, celtíbero, el lusitano, el tartesio, el ligur. el antiguo alemán, sólo para mencionar algunas de la época prerromana. Pero a éstas hay que añadir la influencia de los demás dialectos romances, como el riojano, toledano, y asturiano, que al igual que el dialecto castellano, se influenciaron mutuamente. Es, decir, desde su formación, el dialecto castellano no fue puro; ni mucho menos, cuando se convirtió en la lengua oficial de España, en 1492, por el matrimonio de don Fernando de Aragón y la reina Isabel de Castilla.

En ese entonces, se fusionaron los dialectos de Aragón y el de Castilla, pero con la categoría de lengua castellana, como la lengua oficial de España. Debo enfatizar en que toda lengua nace como dialecto de otra lengua dominante, como es el caso del español que nació como dialecto castellano originado en el latín hablado, llamado vulgar, al igual que las otras lenguas romances.

Sin embargo, hasta aquí he mencionado las influencias de otras lenguas en su etapa de formación del castellano; pero ya como lengua oficial de España, en 1492, se da la llamada “conquista de América”. Por el contacto con las lenguas amerindias, el idioma español se ha enriquecido con palabras procedentes del nahualt o nahoa, el maya, el quiché, el guaraní, quechua, quichua, aymara, el misumalpa, etc.

Pero, además, ya como lengua dominante, por el contacto con otras lenguas europeas y euroasiáticas, el español se ha nutrido del inglés, en las áreas de la ciencia, la industria, la tecnología y los deportes; el francés, el italiano, el alemán moderno, el japonés, el africano, el vasco, el catalán, el portugués, y otras más. Sin embargo, no debemos decir que el español es una lengua corrupta, como lo creían los puristas, en la época de la prelingüística. Pero tampoco debemos concluir que quien habla castellano habla la lengua pura, tal como queda demostrado.

Ahora me referiré a las cinco lenguas cooficiales de España, éstas son:

Catalán, es la lengua romance oficial de Cataluña, junto con el español y el aranés. El catalán es otra de las lenguas romances que se hablan en España y, concretamente, en Cataluña. El catalán es una de las tres lenguas cooficiales de Cataluña, junto con el castellano y el aranés. El catalán también se habla en las islas Baleares, al este de Aragón, sur de Francia, Alguer y Cerdeña; pero en estas regiones, el catalán presenta diferencias dialectales.

Gallego es la lengua romance que se habla principalmente en Galicia, y presenta similitudes con el portugués; por eso, a veces recibe el nombre de gallego-portugués.

Valenciano es la lengua romance que se habla en la Comunidad Valenciana, como lengua oficial.

Euskera o Vasco es la lengua oficial del País Vasco, sin ningún vínculo lingüístico con las demás lenguas de España. Cuenta con 700,000 hablantes.

Aranés u occitano es una lengua romance que se habla principalmente en el Valle de Arán, en el Sur de Francia, en Mónaco y en algunas zonas de Italia. Según estudios, el aranés está relacionado con el catalán, por sus características lingüísticas y origen. El dialecto aranés fue declarado como lengua oficial de Cataluña, en 2010. En España sólo lo hablan unas 3,000 personas.

Por tanto, hemos nombrado cinco lenguas cooficiales con el español; sin embargo, cada una de estas lenguas cuentan con diferencias dialectales, dependiendo de las divisiones regionales, geográficas, y por influencia de lenguas contiguas y en contacto.

Dialectos del norte y del sur de España

A continuación, me voy a referir a algunos dialectos que se hablan en el norte y sur de España, aunque sin agotarlos todos. Por ejemplo, en el norte se pronuncia con claridad el sonido [S] sibilante, y el sonido [C] y [Z] se pronuncian linguo-interdental; mientras que en el sur, el sonido [S] se pronuncia como una [H] aspirada, como en inglés; y el sonido [C] y [Z] se pronuncia como [S]. Por influencia del sur de España, algunos países de centro y sur América, el sonido [S] se aspira o simplemente, se pronuncia como [J]. Incluso, en Honduras y en algunos hablantes del norte de Nicaragua, hasta la [C] se pronuncia como “J”: “Lijenciado”.

Dialectos del norte:

Algunos dialectos del norte de España, son: cántabru, aragonés, astur-leonés, asturiano y bable; riojano, navarro-aragonés, y castellano churro.

Dialectos del sur:

Andaluz, andaluz oriental, extremeño, canario,  manchego, madrileño, y murciano.

Como he mencionado antes, no solamente existen estos dialectos, porque en regiones que limitan con otras lenguas, se dan otras variedades dialectales.

Para finalizar, queda demostrado que el idioma llamado castellano, no es una lengua impecable, como creen y se enorgullecen algunos puristas que ignoran todas las etapas por las que ha pasado nuestro idioma español, desde que se inició como dialecto romance, en las regiones de Cantabria, la Rioja, Burgos, La Mancha, Castilla, Andalucía y Canarias.

Bibliografía

Tatutrad, traductores

Wikipedia cita a los siguientes autores:

Guillermo Hernández García, José Manuel Cabrales Arteaga (2006). Lengua y Literatura 2. Madrid, SGEL-Educación. ISBN 84-7143-926-3.

VV.AA. (Belén Garí, Matilde Leder, Matilde Garí) (1995). Ciencias del Lenguaje; Alfa Nauta-Programa Educativo Temático. Barcelonm, Nauta C., S.A. ISBN 84-89140-58-8.

Alvar, Manuel (director). Manual de dialectología hispánica. El español de España. Ed. Ariel, 1999.

Zamora Vicente, Alonso. Dialectología española. 2ª ed. (ampliada). Ed. Gredos, 1967. 6ª reimpresión. 1996.

domingo, 24 de octubre de 2021

 

JOSÉ Y LOS ISMAELITAS

Génesis 30:22–24; 37:3; Gén 39:7–12; Gén 41; 45:4–15; 49:22–26).; 1ro Crón. 5:1–2

Amadeo Albuquerque Lara

José es hijo de Jacob y Raquel, descendiente de la línea genealógica de Abraham y Sara; mientras que Ismael es hijo de Abraham y Agar, sierva de Sara. José nació en casa de Labán, padre de su madre, Raquel, la esposa que Jacob amaba. Jacob con Raquel tuvo dos hijos: José y Benjamín. Aunque hijos de un mismo padre, hubo rivalidad entre los descendientes de Abraham y Sara y los descendientes de Abraham y Agar.

La discordia comienza por quién es realmente el legítimo primogénito; puesto que Ismael nació primero en el matrimonio de Abram y Sarai, trece años antes del nacimiento de Isaac, cuando Abram tenía 86 años de edad (ambos con esos nombres todavía); y además, la misma Sarai pidió a su marido Abram que tomara a su sierva egipcia Agar para que le pariera hijo. Este conflicto perdura hasta hoy entre israelíes y árabes. Pero hoy día, el pleito no es solamente por la primogenitura, sino por la ocupación de territorios.

No obstante, mi estudio se centra en José, los ismaelitas y Egipto. José por ser hijo de Raquel, era el preferido de su padre Jacob; por eso, sus hermanos, que no eran de padre y madre, lo odiaban y procuraban su muerte; pues sólo José y Benjamín eran hermanos de padre y madre. Pero Dios tenía otro plan para José y para su familia, sin distingo de esposas o concubinas.

Por otro lado, los ismaelitas eran descendientes de Ismael, hijo del patriarca Abraham y su criada egipcia Agar. Pero Dios no distingue entre amigos o enemigos en el cumplimiento de su plan. Esta historia es un poco rara, desde el punto de vista humano; porque el actuar de Abraham y Sara es en apariencia una injusticia, según la óptica humana. Como Sarai era estéril, le dijo a su marido Abram que tomara a Agar, su criada para que ésta concibiera al heredero de la promesa, según planes del matrimonio. De esta unión nació Ismael, padre de los ismaelitas o árabes. Pero según el plan de Dios, Ismael no sería el heredero de la promesa, sino Isaac, que nacería posteriormente de la estéril Sarai. Sin embargo, desde el embarazo de Agar hubo celos entre Sarai y Agar; y posteriormente, entre Ismael e Isaac. De manera que echaron de la familia a Agar y a su hijo, la cual sufrió vicisitudes en el desierto, con su hijo Ismael.

Luego, cuando Abram tenía la edad de 99 años, Dios se le apareció y le confirmó la promesa de que sería padre de muchedumbres, le confirmó la posesión de la tierra de Canaán, le cambió el nombre de Abram a Abraham y a su mujer Sarai a Sara y además, Dios lo instruyó para que tanto él como todo el que naciera en su casa fueran circuncidados, a los ocho días de nacido. La circuncisión sería para todo varón entre ellos por todas las generaciones; el nacido en casa, y el comprado por dinero; y además, a cualquier extranjero, que no fuera del linaje de Abraham (Gén 17:10-14).

 Abraham tenía 99 años, cuando se circuncidó junto con su hijo Ismael de trece. De aquí en adelante, todo varón israelita debía ser circuncidado (Gén 17:5- 27).

Tanto Isaac como Ismael serían herederos de la promesa de ser padres de muchedumbres, según Génesis 17:19-21, porque Ismael fue padre de doce príncipes, forjadores de tribus nómadas, del desierto de Parán, mientras que Isaac sería el heredero de la promesa que Dios le había hecho al patriarca Abraham de darle la tierra prometida. Por tanto, el hogar de Ismael fue el desierto de Parán, al sur del mar mediterráneo y al oeste del reino de Edom (Génesis 21). Pero también, Dios les dio tierras a los hijos de Esaú, el monte Seir; posteriormente, el reino de Edom. A los hijos de Lot les dio las tierras de Moab y Amón. Todos en posesión muchos años antes que Israel conquistara la tierra de Canaán.

Por cosas del destino, diríamos los humanos, pero no. Según el plan de Dios, los ismaelitas sirvieron para el cumplimiento del plan divino. Como los ismaelitas eran comerciantes que viajaban en caravana para Egipto, compraron a José, por iniciativa de Judá, hermano mayor de José, con la intención de salvarlo de la muerte que planeaban sus hermanos. (Génesis 37:25-28).

Según el plan de Judá, los ismaelitas compran a José y viajan con él para Egipto. Al llegar a Egipto, los ismaelitas ofrecen a José en venta a Potifar, jefe de la guardia de Faraón. Potifar compra a José y lo nombra mayordomo de la servidumbre de su casa. Pero la esposa de Potifar se enamora de José y le propone que se convierta en su amante. Sin embargo, al rechazarla José, ella se siente culpable y teme ser delatada por José, ante Potifar. Por tanto, ella se adelanta a delatarlo injustamente, ante su marido Potifar.

Aunque parezca raro, estas escenas estaban dentro del plan de Dios, porque Potifar encierra en la cárcel a José y allí José se da a conocer como el intérprete de sueños ante el jefe de los coperos y el jefe de los panaderos de Faraón, quienes compartían prisión con José. De manera que esta plataforma le sirve a José para interpretar los sueños del mismo Faraón.

En su sueño, Faraón ve subir del río siete vacas gordas y hermosas; pero luego ve subir del río también siete vacas flacas y feas; pero estas flacas devoraban a las siete vacas gordas. Luego, Faraón tiene un segundo sueño de siete espigas llenas y hermosas que eran devoradas por siete espigas vanas, abatidas por el viento (Génesis 41).

Aunque Faraón llamó a sus sabios y magos para que le interpretaran los sueños, ninguno los supo interpretar. Era el plan de Dios destacar a José ante el mismo Faraón, para convertirlo en el segundo después de Faraón. Entonces, el copero recuerda que estando él y el jefe de los panaderos en prisión, un joven hebreo que estaba también en la prisión, les interpretó a cada uno su sueño, lo cual se cumplió en cada uno de ellos. Al escuchar esta historia, Faraón manda a llamar a José y éste le dice que Dios le ha manifestado a Faraón lo que va a suceder. De manera que José le explica a Faraón que los dos sueños son uno solo, y luego le interpreta el significado. Le anuncia que van a haber siete años de abundancia y luego, siete años de escasez, como nunca la ha habido en tierra de Egipto. Por tal razón, le aconseja que busque a un varón prudente y sabio; y que además, nombre gobernadores por todo Egipto, para que durante los años de abundancia, se llenen los graneros de Egipto, para suplir los años de escasez. Entonces

 “dijo Faraón a sus siervos: ¿Acaso hallaremos a otro hombre como éste, en quien esté el espíritu de Dios?” (Gén 41:38).

En esta historia observamos que Dios tenía un plan para José y para que Faraón reconociera a Yavé como el Dios cuyo espíritu estaba en José. También era el plan de Dios para que sus hermanos se rindieran ante José y que lamentaran la maldad de ellos en contra de su hermano; pero en especial, para el beneficio de su pueblo.

El plan de Dios había comenzado varios años antes, cuando José era pequeño, en casa de su padre Israel. Primeramente, José tiene sueños que le cuenta a sus hermanos y a su padre. El primer sueño de los manojos que se inclinan a él, tiene que ver con su supremacía sobre sus hermanos; pero el segundo sueño es más intimidante, pues tiene que ver con su superioridad no sólo ante sus hermanos, sino ante su padre y su madre.

Todo esto resulta en malestar entre sus hermanos. Además, la preferencia de Israel, por su hijo José, acentúa más el odio de sus hermanos. El odio de los hermanos de José, los hace que preparen el plan para matarlo (Gén 37:18-36; pero Dios hace que Rubén tome la iniciativa para no matarlo, sino solamente echarlo en el pozo, con la intención de rescatarlo después y devolverlo a su padre. Sin embargo, Judá propone un mejor plan para no hacerle daño a su hermano, sino venderlo a los mercaderes ismaelitas. Al comprarlo los ismaelitas, viajan con él a Egipto y lo ofrecen en venta a Potifar. Pero la lujuria de la mujer de Potifar y su falsa acusación, lo envían a prisión. Los compañeros de prisión, los coperos y panaderos lo destacan como intérprete de sueños, para interpretar los sueños de Faraón. La interpretación de los sueños de Faraón, lo catapultan como el segundo después de él, para la ejecución del plan de Dios. Luego, la escasez de víveres por toda la tierra de Israel, hace que sus hermanos vayan en busca de trigo a Egipto. En Egipto los recibe su hermano José, aunque ellos no lo reconocen; pero en vez de vengarse de ellos, les enseña la lección de que se arrepientan por el odio con que ellos lo trataron. Pero además, su alto puesto en Egipto, descubrió la mentira con la cual engañaron a su padre Israel. También, la historia demuestra que José poseía una actitud de perdón hacia sus hermanos; pero antes, les enseñó la lección de que el engaño tiene consecuencias.

CONCLUSIÓN

En esta historia hay algunas lecciones que aprender. Primero, Israel dio a conocer su predilección por José, lo cual despertó el odio de sus demás hermanos. Al vestirlo con colores especiales, acentuó más la desigualdad entre los hermanos. Además, José y Benjamín eran medio hermanos de los demás hijos de Israel, porque lo eran de diferentes mujeres.

Por otro lado, en el cumplimiento de su plan, Dios cambia las malas intenciones de los humanos. Por el odio de sus hermanos, José fue vendido como esclavo en Egipto; pero Egipto era el lugar en donde José surgiría como segundo en el mando después de Faraón. José en el pozo hubiera sido sólo un cadáver; José como esclavo de Potifar, seguiría siendo esclavo, sin la acusación de la mujer de Potifar. Pero José en la prisión de Potifar hubiera sido sólo un prisionero, sin los sueños del copero y del panadero. Además, José hubiera quedado para siempre en la cárcel, si Faraón no hubiera tenido los dos sueños; y si el copero y el panadero no lo hubieran recomendado.

En consecuencia, fue el plan de Dios que fueran sucediendo todas estas escenas, para que José se convirtiera en el instrumento de Dios para rescatar de la hambruna a su familia y, además, para que se establecieran en Egipto con  distinciones de Faraónpor causa de José.

Todas estas etapas en la vida de José, nos debe hacer reflexionar que no debemos rasgar nuestros vestidos con la primera experiencia desagradable que tengamos, sino pedir la dirección de Dios y estar dispuestos a ser el barro que Dios vaya moldeando, hasta llegar al cumplimiento de su divina voluntad. Naamán, el sirio, no hubiera sido limpio de su lepra si no hubiera cumplido el ciclo de sus siete zambullidas en las aguas turbias del río Jordán. De manera que Dios, en el cumplimiento de su plan, nos conduce a una serie de etapas que él espera que completemos. Por último, nuestra obediencia para el cumplimiento del plan de Dios, nos lleva a la victoria.

 

 

martes, 12 de octubre de 2021

 

LAS DOCE TRIBUS DE ISRAEL

Génesis 32:22-30, 35:9-11 y 22-26; Jueces 17-21, 1ro Crónicas 1-9; y Apocalipsis 7:5-8;

Amadeo Albuquerque Lara

Al revisar la lista de las doce tribus de Israel, noto que hay diferencias entre la lista del primer libro de las Crónicas y la del capítulo siete de Apocalipsis; y aun en los capítulos 17 al 21 del libro de Josué. En estas listas hay nombres omitidos y nombres añadidos de las doce tribus. Por tanto, en este estudio me propongo descubrir las razones de estas diferencias. Es interesante darse cuenta que también hay diferencias entre el Israel terrenal y el Israel espiritual, en cuanto al contenido de estas listas del Antiguo Testamento, y la lista de Apocalipsis.

En mi estudio anterior, titulado “Las varas mondadas de Jacob”, mencionaba en la Conclusión que Dios escogió a Jacob ya con nombre de Israel cambiado por el Ángel con quien luchó en Peniel (Génesis 32:22-30;), para ser el fundador del pueblo del Israel terrenal y político; y que las familias de sus doce hijos serían los fundadores de las doce tribus tanto del Israel terrenal, como del Israel espiritual del cual habla el autor del libro de Apocalipsis. También me propongo demostrar que un estudioso de la Biblia, en vez de encontrar contradicciones, debe encontrar razones de esas diferencias.

En cuanto a las representaciones terrenales y espirituales, intuyo que quizás esa sea la razón de las dos apariciones de Dios a Jacob. En la primera aparición Jacob, con ese nombre, lucha con un varón o ángel de Dios y le cambia el nombre de Jacob a Israel (Gén 32:22-30). En la segunda aparición, Dios mismo le aparece en persona en Betel para confirmarle el cambio del nombre por el ángel (¿el Israel terrenal?) y, además, para confirmarle la promesa hecha a Abram y a Isaac, que a su descendencia le daría la tierra prometida (Gén 35:9-15). ¿Un Israel espiritual que perpetraría la fe en un Dios que no cambia?

De los doce hijos que Jacob engendró de cuatro diferentes mujeres: de las dos esposas, Lea y Raquel y de las dos siervas, once nacieron en Padan- Aram, en casa de su suegro y tío Labán; y Benjamín nació en el camino de Betel yendo para Belén, en tierra de Judá. Bilha, sierva de Raquel, tuvo a Dan y Neftalí; y de Zilpa, sierva de Lea, tuvo a Gad y Aser.

De su esposa Lea tuvo a Rubén, Simeón, Leví, Judá, Isacar, Zabulón y a Dina. Y de su esposa favorita, Raquel, tuvo a José, el último en casa de Labán. Y Benjamín fue el último de Raquel., porque ella murió en las labores del parto (Gén 35:16-19). Ahora bien, de estos doce hijos varones, diez fueron los fundadores de las doce tribus de Israel; porque la casa de José fue representada por sus dos hijos: Manasés y Efraín, por decisión de Israel, cuando ya estaba muy enfermo (Gén 48:1-4). Y la casa de Leví fue una familia sacerdotal, sin derecho a tierras, como las demás tribus; aunque posteriormente, pidieron ciudades de las demás tribus. Por tanto, diez hijos de Israel y dos nietos conforman las doce tribus de Israel.

Al principio de este estudio he afirmado que he notado las diferencias de nombres de las doce tribus de Israel en el libro 1ro de Crónicas 1-9 y en Apocalipsis capítulo 7. Por tal razón, me he propuesto encontrar una respuesta. Por ejemplo, en la lista de las doce tribus del Israel espiritual, en relación con los 144 mil sellados, que se encuentra en el capítulo 7 de Apocalipsis, se menciona la tribu de Leví; pero no se mencionan las tribus de Dan y Efraín, porque fueron calificadas como idólatras; y perdieron su derecho en el Israel espiritual.

Hay que notar que Moisés repartió tierras en Galaad, al este del Jordán a la media tribu de Manasés, Rubén y Gad, porque ellos poseían abundancia de ganado y esa tierra era fértil y de buenos pastos, incluyendo los pastizales del Valle de Basán, al norte. Sin embargo, Moisés les puso la condición de que debían luchar en la guerra de conquista de Canaán, junto con sus demás hermanos (Números 32, Deuteronomio 3:10-20). Al sur, también quedó la tribu de Judá; pero Josué incluyó en este territorio extenso, la tribu de Simeón. Pero quedaban siete tribus sin asignarles tierras (Josué 18:2). Por tanto, Josué ordena que tres hombres de cada una de esas siete tribus recorran el territorio, para él darles su territorio, por suertes. Estas asignaciones se dieron después de estar establecidos en Canaán.

La casa de Leví fue separada para ser una familia sacerdotal. El sacerdocio de Jehová era la heredad de ellos. Por eso, en vez de tierras y ejidos, les asignaron ciudades de cada una de las doce tribus que sí tenían territorios y ejidos para sus ganados (1ro Crón 6:64; Josué 18:7).

Por otro lado, en 1ro Crónicas 1-9, no se menciona a la tribu de Dan, por su idolatría y apostasía; pero sí se menciona en la repartición de tierras, en Josué capítulo 19 y Jueces 18; pero su territorio había quedado incompleto. Por tanto, ellos buscaron un lugar fácil de conquistar y ese lugar fue en el Monte de Efraín. En el libro de Jueces capítulo 18 se encuentra la razón de su idolatría. Los hijos de Dan enviaron a cinco representantes, hombres guerreros, en busca de un territorio fácil de conquistar. Cuando llegan al Monte de Efraín, se proponen reconocer la tierra de Lais, la cual consideran sin protección militar, ni pueblo cercano que la defienda. Por eso, la escogen para poseerla para completar su territorio tribal.

Estos cinco espías llegan a la casa de Micaía o Miqueas, bisnieto del rey Saúl, en el Monte de Efraín; pero estos espías estando en la casa de Micaía ven que allí hay una imagen de talla y otra de fundición, que había dado a fabricar la madre de Micaía, para hacer de la casa un centro de adoración idolátrica. Además, dio a hacer un efod, así como terafines o ídolos familiares.

Cuando los cinco espías regresan a Zora y Estaol, de donde los habían enviado, ellos cuentan que Lais es fácil de conquistar. Entonces emprenden el viaje con 600 hombres valientes armados. Pero, después de derrotar y destruir con fuego a Lais, llegan de nuevo a la casa de Micaía con la intención de robar los ídolos. Pero, además del robo de los ídolos y el efod, los cinco espías, más 600 hombres armados de espadas, convencen y se llevan al sacerdote levita que administraba estos ídolos de la familia de Micaía. Se los llevan consigo para hacerlos sus propios dioses, y al levita lo nombran su sacerdote, en provocación contra el Dios de su padre Israel (Jueces capítulo 18).

Entonces, esta tribu de Dan pierde su lugar en la genealogía de Crónicas y en el libro de Apocalipsis, debido a este acto idolátrico y de apostasía. Pero con la derrota de Lais, ellos le dan el nombre de Dan y queda constituida como tribu entre las otras once, colindante con la media tribu occidental de Manasés, el mar mediterráneo al oeste, los filisteos, Judá y Simeón, al sur, y la tribu de Efraín al este. Hay que notar que Josué introdujo la tribu de Simeón en territorio de Judá, por considerar que era inmenso.

Ya he mencionado que Moisés repartió las tierras al este del Jordán y al sur. Por tanto, Josué repartió las tierras al oeste del Jordán, comenzando de sur a norte; pero la tribu de Dan, queda en el centro del territorio, cuyos límites los describo en el párrafo anterior.

Por otro lado, aunque Apocalipsis 7 incluye a la tribu de Leví, en la lista de tribus, hemos visto que fue nombrada familia de sacerdotes, encargados de ministrar al pueblo de Israel; por lo tanto, no tuvieron derecho a tierras ni ejidos. En consecuencia, José fue sustituido por sus dos hijos: Manasés y Efraín; y Leví por ser una familia sacerdotal, no recibió tierras ni ejidos. Dan, aun con su idolatría, ocupó un lugar en la repartición, en el Israel terrenal, pero no tuvo lugar en el Israel espiritual. Entonces, según el mapa de las doce tribus de Israel, son: de norte a sur, Aser, Neftalí, Zabulón, Isacar, las dos medias tribus de Manasés, Dan, Efraín, Benjamín, Gad, Rubén, Judá y Simeón; pero les quedaron de enemigos los amalecitas. Al final, Manasés fue, en primer lugar, el más favorecido en cuanto a extensión de tierra, porque le quedaron posesiones al este y al oeste del río Jordán; y en segundo lugar, Judá al sur. Zabulón, Isacar y Benjamín fueron los de menor territorio. Sin embargo, en el Israel espiritual de Apocalipsis se menciona la tribu de José; pero no se menciona la tribu de Efraín. La razón está en el libro del profeta Oseas 11:2-3, 12; 12:1, 14.

“Efraín ha provocado a Dios con amarguras; por tanto, hará recaer sobre él la sangre que ha derramado, y su Señor le pagará su oprobio” (Oseas 12:14).

Como se ve, la lista de tribus en el capítulo 7 de Apocalipsis se ajusta al último discurso de Moisés, por el cual les repite la ley dada en el Sinaí y los amonesta a que sean fieles al pacto con Dios y que observen sus mandamientos. Por tanto, Dan y Efraín quedan fuera de la lista del capítulo 7 de Apocalipsis, según el Israel espiritual.

Sin embargo, para entender el derecho del establecimiento de las doce tribus en Canaán, debemos recordar el llamado a Abraham, por ser el patriarca fundador del pueblo de Israel, llamado también hebreo, en honor a Heber. Abram sale de Ur de los Caldeos con su padre Taré y su sobrino Lot siguiendo el mandato de Dios de salir de su tierra y de su parentela, una familia idólatra, y se fuera a la tierra de Canaán, la cual se la daría por posesión a él y a su parentela: Israel, y a las familias de sus doce hijos.

Taré o Teraj, sale de Ur de los caldeos, en Mesopotamia; pero muere en Harán o Arán, a la edad de 205 años (Gén 11:24-32). Abraham y Lot siguen su camino hacia la tierra de Canaán y llegan hasta el sur, la que sería Judá, de donde vendría el Mesías.

La genealogía de Abraham comienza con Isaac, y Jacob, quien se convierte en Israel, el fundador del pueblo llamado en su nombre (1ro Crón 2:1-2). Israel y su familia se establecen en Canaán, la Tierra Prometida, pero no sin antes haber luchado contra Sehón, rey de los amorreos y con Og, rey de Basán, tierra de gigantes; así como con otros pueblos cananeos (Números 21:21-35).

Según historiadores y arqueólogos reconocidos, el establecimiento del pueblo de Israel en Canaán lo registran en el siglo XIII a. C, el año 1,220. Esta fecha la han consensuado los historiadores Michael Benner y Gabrielle Sed-Rajna; así como el Rabino e historiador Jesy Eisenberg. También apoya esta fecha la arqueóloga Sarah Rochav. De manera que la narración bíblica acerca de la conquista de Canaán por el pueblo de Israel, no es un mito, como creen algunos; sino que ha sido constatada, consensuada y ubicada por la historia y la arqueología. Es la Biblia apoyada por la historia y la arqueología.

CONCLUSIÓN

La historia que hemos escudriñado en este breve escrito, comenzó con una promesa hecha a una persona de fe llamada Abram que vivía en una tierra idólatra, con un padre adorador y vendedor de ídolos. Por eso, Taré no llega con Abraham y Lot a la Tierra Prometida, porque muere en Arán.

Por tanto, Dios escogió no al idólatra, sino a su hijo Abram cuyo nombre fue cambiado por Abraham, para ser el padre de multitudes, fundador del pueblo del Israel terrenal, y espiritual; o pueblo hebreo, como se conoce también; y fue además, padre de doce hijos, de los cuales, diez de ellos y sus dos nietos son los fundadores de las doce tribus de Israel.

Estas doce tribus fueron constituidas como el reino de Israel, durante el período monárquico de David y Salomón. Pero dividido en diez tribus del norte y dos del sur, por las pésimas decisiones y conductas idolátricas y de uniones con mujeres paganas de sus reyes posteriores a Salomón, los cuales igualaron al Israel terrenal, con los pueblos vecinos que tenían reyes.

Lastimosamente, de una persona que vivía en una ciudad idólatra, Dios la sacó de allí para fundar un pueblo monoteísta, santo y fiel a su Dios y guardador del Pacto. Sin embargo, la decisión de tener reyes y dioses, como los pueblos vecinos, condujo al pueblo de la santidad, a cometer actos de idolatría, de desobediencia y de provocación. Estos actos idolátricos llevaron a este pueblo a los cautiverios y a la desmoralización de su religión, de su concepto monoteísta, y a la destrucción dos veces de sus mismos templos. La decisión del pueblo de Israel de tener reyes, y otros dioses como sus pueblos vecinos, lo igualó a los pueblos que Dios ordenó que destruyeran.

Por tanto, queda muy claro que Dios, conocido como Yavé o YHWH o Elohim por el pueblo de Israel, es un Dios celoso que castiga a quienes lo sustituyen por dioses de piedra, de plata o de oro; de talla o de fundición. “Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre. 3 No tendrás dioses ajenos delante de mí” (Éxodo 20:2-3).