lunes, 26 de diciembre de 2022

 

LA MUJER ESTIGMATIZADA DE MAGDALA

Amadeo Albuquerque Lara

María Magdalena ha sido el personaje bíblico a quien se le atribuyen diversos apelativos y estigmas; pero el peor de todos ha sido el de ser considerada una prostituta. La Biblia no le da este oficio, pero hubo un papa de la Iglesia católica que en una homilía del año 591, así la consideró. El desafortunado papa fue conocido como Gregorio el Grande, o Gregorio I. Los críticos no saben en qué se basó este religioso, para mancharla con este oficio de trabajadora sexual.

Históricamente, María Magdalena es conocida con ese nombre por su origen geográfico. Ella era de la ciudad de Magdala, situada muy cerca del mar de Galilea, en la parte noroeste del mar. Esta era una zona pesquera, pero algunos estudiosos creen que María era partera, y por eso, guardaba este estigma, en la sociedad judía; pero el evangelista Lucas, en el capítulo ocho, en los versículos 1-3, relata que Jesús recorría ciudades y aldeas predicando el evangelio del Reino de Dios; y los doce apóstoles y algunas mujeres de las que las había sanado de muchas enfermedades y expulsado demonios, entre ellas, “María, que se llamaba Magdalena, de la que habían salido siete demonios, 3 Juana, mujer de Chuza intendente de Herodes, y Susana, y otras muchas que le servían de sus bienes”. Nótese que estas mujeres eran el sostén económico del ministerio de Jesús en la región de Galilea.

Estas mujeres eran de buena posición económica, incluyendo a María Magdalena, a Juana mujer de Chuza y a Susana. Chuza era el intendente o administrador de los bienes e intereses financieros de Herodes; y sin duda, gozaba de privilegios que compartía con su mujer Juana, y ella, a su vez, compartía esos beneficios económicos con el ministerio terrenal de Jesús. De Susana no se sabe mucho, además de la mención de ella en este pasaje, pero dice Lucas que estas mujeres servían a Jesús de sus bienes.

Este relato de Lucas es corroborado por un artículo periodístico del diario español El País publicado en agosto de 2018. El diario publica los hallazgos recientes de la arqueología, en los yacimientos de la ciudad de Magdala, por la investigadora Jennifer Ristine. Estos hallazgos más bien reivindican a María Magdalena, tan estigmatizada por la tradición católica y por los críticos de la Biblia. Ristine, en su libro “María Magdalena: percepciones desde la antigua Magdala”, presentado el 22 de julio de 2018, afirma que, según excavaciones arqueológicas en la ciudad de Magdala, María Magdalena fue “una mujer adinerada, influyente y clave” en la vida de Jesucristo. Según estos datos, María Magdalena sirvió de apoyo económico al ministerio de Jesús, en la región de Galilea, tal como narra el evangelista Lucas en el capítulo ocho de su evangelio.

Los estigmas dados a María Magdalena son muchos. Entre ellos, que era una mujer histérica, según Celso, mayor crítico del cristianismo, siglo II d.C.; que había sido prostituta, según el papa Gregorio I, año 591; que era apóstol de los apóstoles (Evangelio apócrifo de María Magdalena); que era la esposa de Jesús, que había sido partera y por eso era menospreciada por la sociedad judía; que era la mujer pecadora, según Lucas 7:37-38:

“Entonces una mujer de la ciudad, que era pecadora, al saber que Jesús estaba a la mesa en casa del fariseo, trajo un frasco de alabastro con perfume; 38 y estando detrás de él a sus pies, llorando, comenzó a regar con lágrimas sus pies, y los enjugaba con sus cabellos; y besaba sus pies, y los ungía con el perfume”.

Este pasaje también ha dado base a los críticos para relacionarla con el oficio de la prostitución. Es más, los artistas de la pintura han usado la figura de María Magdalena como símbolo sexual, al representarla con un cuerpo atractivo y sensual. Entre los principales pintores, menciono a los siguientes: Giovanni Bellini, Museos del Vaticano; Giovanni Gerolamo Savoldo La Maddalena c. 1533 óleo sobre lienzo Florencia, Galerías Uffizi, Colección Contini Bonaccossi; Mello da Gubbio San Gregorio, Santa María Magdalena 1330 -1360 temple y oro sobre tabla Forlì, Musei San Domenico, Pinacoteca Civicak.

El arte sobre María Magdalena, en 200 obras: “Todas las épocas han mirado a la que siguió a Jesús desde Galilea hasta el Gólgota y lo vio resucitar. Así lo atestiguan las cerca de 200 obras de grandes artistas desde el siglo III a.C. hasta el siglo XX ilustradas en el volumen publicado por Silvana Editoriale y titulado "Magdalena. Il mistero e l'immagine"  (Vatican News)

Lo netamente bíblico es que María Magdalena fue una de las mujeres que sostenían el ministerio de Jesús con sus bienes, y la primera mujer en ver a su Raboni resucitado. El primer día de la semana, siendo aún oscuro, María Magdalena se presenta al sepulcro, buscando a su Maestro, pero se da cuenta que la tumba está vacía. Ella, sorprendida, pregunta que dónde lo han puesto.

“15 Jesús le dijo: Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas? Ella, pensando que era el hortelano, le dijo: Señor, si tú lo has llevado, dime dónde lo has puesto, y yo lo llevaré. 16 Jesús le dijo: ¡María! Volviéndose ella, le dijo: ¡Raboni! (que quiere decir, Maestro). 17 Jesús le dijo: No me toques, porque aún no he subido a mi Padre; mas ve a mis hermanos, y diles: Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios. 18 Fue entonces María Magdalena para dar a los discípulos las nuevas de que había visto al Señor, y que él le había dicho estas cosas”. (Juan 20:15-18)

María Magdalena no solamente es la primera mujer en ver a Jesús resucitado, sino que recibe un mandato de dar a sus discípulos las nuevas de la resurrección. Ella, sin vacilar, les dice a los desanimados discípulos que “había visto al Señor”. La mujer estigmatizada de Magdala no duda, no vacila, ni tiene miedo de los judíos, como lo tenían los demás discípulos. Sencillamente, cumple con el mandato del Señor de que vayan a Galilea y que allí lo verían.

Marcos, hijo de otra María, tía de Bernabé (Colos. 4:10), nos dice que en días anteriores, Jesús había sacado siete demonios de esta mujer. El papa Gregorio I sin duda relacionó estos siete demonios con los siete pecados capitales que nombra la Iglesia católica. Sin embargo, ninguna de las “pasiones del alma”, incluye a la prostitución. Estas son las siete pasiones humanas, consideradas como pecados capitales: La soberbia, la avaricia, la lujuria, la ira, la gula, la envidia y la pereza. De manera que en ninguna manera se pueden relacionar los siete demonios expulsados a María Magdalena, con los siete pecados capitales, ni mucho menos que en ellos se incluya a la prostitución.

CONCLUSIÓN

La tradición católica y los críticos de la Biblia han estigmatizado a María Magdalena de manera despiadada. Celso, fue el mayor crítico del cristianismo del segundo siglo d.C. Este crítico califica a María Magdalena como una mujer histérica; el papa Gregorio I, 591 d.C., la estigmatizó como prostituta; otros críticos la cuentan como la esposa de Jesucristo; y como apóstol de los apóstoles, incluyendo al papa Francisco, quien en 2017 elevó la memoria litúrgica de María Magdalena a la categoría de fiesta igual que los apóstoles. Para ello, instituyó la celebración en honor a María Magdalena, el 22 de julio de cada año.

Sin embargo, según la Biblia, María Magdalena fue una pecadora arrepentida, fiel seguidora de Jesús, mujer valiente que presenció la muerte y crucifixión del Señor Jesús, junto con otras mujeres y con su madre María, sin miedo a los judíos. No se escondió ni lo negó como el apóstol Pedro. Fue la primera mujer en ver a Jesús resucitado, el primer día de la semana, después de su crucifixión y quien recibió el mandato de su Maestro de comunicarle a sus discípulos que se fueran a Galilea, en donde lo verían. Según los evangelios canónicos, Mateo, Marcos, Lucas y Juan, María Magdalena fue la seguidora y discípula de Jesús desde Galilea hasta el lugar de su crucifixión y de su resurrección. Fue la fiel testigo de su crucifixión y primera testigo de la resurrección del Señor Jesús (Mateo 27:55-56, Marcos 15:40-41; Juan 19:25, y 20:1-2.