sábado, 29 de septiembre de 2018


BURGOS Y LA RIOJA, CUNA DE NUESTRA LENGUA
EL CANTAR DE MIO CID (Siglos XI-XII)
GONZALO DE BERCEO Y LOS MILAGROS DE NUESTRA SEÑORA (S.XIII)
Amadeo Albuquerque Lara
A continuación, cito algunos datos tomados de Wikipedia y posteriormente, escribo mis comentarios con fundamentos histórico-lingüísticos.

“Milagros de Nuestra Señora es la obra capital de Gonzalo de Berceo, clérigo secular que sin embargo pertenecía a la órbita del monasterio de San Millán, entre 1246 y 1252 aproximadamente, trata de una compilación de exempla que relatan veinticinco milagros de la Virgen María, escritos en Riojano”.

“Las colecciones de milagros marianos aparecieron a lo largo del siglo XI, pero será a partir de los siglos XII y XIII cuando se producirá un considerable aumento de estas colecciones y habrá incluso autores especializados en el mismo, como Gautier de Coincy, Jean Le Marchant, Adgar, Bonvesin de la Riva o Alfonso X el Sabio. Hay de dos tipos: las de los milagros locales, vinculadas a los grandes centros de peregrinación (Laon, Rocamadour, Chartres, etc.), y las generales. Berceo aprovechó una de estas colecciones de milagros generales para componer la suya en un periodo de divulgación de las lenguas románicas y de difusión de las tradiciones marianas. La devoción a María se expandió en el siglo XIII por toda la geografía europea, pues ofrecía una imagen maternal más amable y cercana del cristianismo”. Hasta aquí las citas de Wikipedia.

Gonzalo de Berceo nació en la Rioja, al norte de España y es el primer poeta que escribe en lengua romance riojano del siglo trece. Recordemos que el Castellano se hizo oficial hasta en el año 1492, con la unión de las coronas de Castilla y Aragón, debido al matrimonio de don Fernando de Aragón y doña Isabel de Castilla. Cabe mencionar que el Cantar de Mio Cid es del siglo anterior, pertenece al Mester de Juglaría, de tradición oral y anónimo, narrado en lugares públicos por juglares, quienes recitaban sus versos de memoria; aunque los expertos opinan que la obra de Mio Cid la escribió un mozárabe.
Berceo pertenece al Mester de Clerecía, una escuela de escritores muy escrupulosos en cuanto a la métrica, una literatura llena de cultismos y apegados a la ortografía de la época. Sus autores se jactaban de ajustarse al meticuloso conteo de las sílabas de sus poemas, como es el caso del manifiesto de esta escuela literaria:

Mester trago fermoso, non es de ioglaría
mester es sen pecado, ca es de clerezía
fablar curso rimado por la cuaderna vía
a sílabas cuntadas, ca es grant maestría.
(Siglo XIII, Libro de Alexandre)

Hermoso oficio os traigo, no es de juglaría 
oficio es sin pecado, porque es de clerecía
mis versos riman como en la cuaderna vía
contando bien las sílabas, esto es gran maestría.

El Libro de Alexandre es una obra en verso del primer tercio del siglo XIII.​ Mientras Berceo narra milagros de la virgen, El Libro de Alexandre narra muchos elementos fabulosos de la vida de Alejandro Magno. Está escrito utilizando la cuaderna vía o tetrástrofo monorrimo alejandrino, lo cual es una estrofa de cuatro versos de catorce sílabas, con la misma rima, en el ejemplo anterior la rima termina en –ía, en cada verso. Por eso este tipo de poema se conoce como tetrástrofo monorrimo, perteneciente a la escuela poética del Mester de Clerecía.

La obra representativa y mejor conocida de Gonzalo de Berceo es Milagros de Nuestra Señora. Son 25 milagros que él toma de la tradición oral y escrita que existía desde el siglo once, de amplio conocimiento entre los escritores de la época. Como es de suponer, el grupo de clérigos pertenecientes al Mester de Clerecía no eran todos sacerdotes, pero se clasificaban como clérigos dado el alto grado de preparación intelectual y porque estuvieron dedicados a la propagación de la devoción mariana, debido a la influencia del Monasterio de San Millan de la Cogolla (proclamado por la UNESCO como patrimonio universal, en 1997); esta tendencia mariana que prevalece hasta hoy, se manifiesta mayormente en el ámbito popular y religioso.

Pablo Esparza, refiriéndose al lenguaje riojano, afirma: “Los primeros textos en castellano se encontraron en el Monasterio de Suso, en La Rioja. Debemos recordar que los monasterios guardaban importantes obras literarias y religiosas, debido a la dedicación de sus monjes. Eran también los que poseían los “Scriptorium” o escritorios en donde se reproducían las copias de manuscritos originales para su conservación. Por esa razón, Esparza afirma que la Rioja es la cuna del castellano; aunque como dije antes y lo confirma la Real Academia Española de la Lengua, la Rioja todavía habla un lenguaje bastante diferente que el resto de España. Ese lenguaje se conoce como riojano y sus variantes dialectales se clasifican como riojanismos.

Por último, debo aclarar que el relato registrado en el libro los Cantares del Cid, El Cantar de Mio Cid y las Gestas del Cid, son todos nombres referidos al mismo libro que data del año de su composición de finales del siglo doce o principios del trece. Las gestas del Cid que se narran en el libro se llevan a cabo en la región de Burgos, también norte de España. Su primer destierro se registra en 1081 y su muerte, en 1099. Por lo tanto, la verdadera cuna de la lengua que se habla en España y América hispana se sitúa en el norte de España, en una zona compartida entre Burgos y la Rioja. Y como último dato, nuestra lengua recibió el nombre de castellano, como dije antes, por la unión de las coronas de Castilla y Aragón; pero actualmente, nuestra lengua se llama español; porque es la lengua oficial de España y América; por tanto, es un error creer que hablar castellano es más correcto que hablar español. El castellano pasó de ser un dialecto a una lengua en carácter temporal, mientras se unificaban los demás dialectos de la Península Ibérica, en una sola lengua que hoy hablamos españoles peninsulares y no españoles a nivel mundial: el español.