sábado, 25 de noviembre de 2023

SAN PEDRO NO PUDO SER EL PRIMER PAPA DE LA IGLESIA CATÓLICA ROMANA

Amadeo Albuquerque Lara

Los apóstoles Pedro y Pablo fueron martirizados por Nerón, el emperador romano cuyo nombre completo era Nerón Claudio Augusto Germánico (37 d.C.- 68 d.C.). Nerón fue tan malo que ordenó el incendio de la ciudad de Roma, aunque el emperador culpó a los cristianos del incendio, por lo cual fueron ejecutados en masa. Los historiadores Tácito, Dion Casio y Suetonio escribieron vivamente sobre el caos y la destrucción. También Nerón fue señalado por el asesinato de su propia madre Agripina, en el año 59 d.C. y de sus dos esposas: Claudia Octavia y Popea Sabina; pero el historiador Gian Giacomo Bologna de Italia (1529- 1608), duda que Nerón sea el culpable de la muerte de su madre.

Durante el imperio de Nerón se produjo la peor persecución de todos los cristianos, a partir del incendio de la ciudad de Roma (Crédito: Jorge Cuesta Fernández, Universidad de Murcia). De manera que éstos eran lanzados a los leones para diversión del emperador y sus allegados, o incendiados como antorchas en postes, para iluminar las fiestas nocturnas del emperador. Así que los apóstoles Pedro y Pablo no se libraron de las atrocidades del emperador durante los años 54-68, catorce años, que por suerte no fueron más.

“Nerón y Domiciano han sido considerados como los emperadores que inauguraron las persecuciones del Imperio Romano contra el cristianismo primitivo. Esta tradición tiene su origen en la Apología de Melitón de Sardes, las obras de Tertuliano, principalmente en el Apologeticum y en el Ad Nationes (s. II- III d.C.), así como las obras de Eusebio de Cesarea, Lactancio, Orosio y Sulpicio Severo” (Crédito: Jorge Cuesta Fernández, Universidad de Murcia).

Los primeros cristianos en Roma, tenían sus cultos y oraciones en catacumbas o subterráneos; eran perseguidos y asesinados (Crédito: BBC News World)

Por tanto, si Nerón murió en el año 68, el martirio de los apóstoles Pedro y Pablo debió haber sido por los años 66 o 67, a lo sumo; porque la última carta de Pablo, 2ª Timoteo, fue escrita en los años 66 o 67. Sin embargo, en ninguna de las cartas escritas por el apóstol Pablo se menciona que el apóstol Pedro haya sido nombrado papa de la iglesia de Roma. Además, el apóstol Juan, quien fue el longevo de los apóstoles de Jesús, cuya muerte ocurrió entre los años 100 o 101, tampoco menciona en sus epístolas, o su último libro, Apocalipsis, que Pedro haya sido nombrado Papa; Además, el nombramiento de Pedro como Papa de Roma, si es que hubiera existido, tuvo que haber venido de la Iglesia de Jerusalén, de la cual el Apóstol era una de las “columnas principales”, según el libro de los Hechos de los Apóstoles. Tampoco la columna principal.

A lo sumo, quizás tuvo nombramiento de obispo o anciano de la Iglesia de Jerusalén, no de la Iglesia de Roma (Hechos capítulo 11). Tampoco el apóstol Pedro habla como Papa de Roma en sus dos cartas, sino como apóstol: “Pedro, apóstol de Jesucristo, a los expatriados de la dispersión en el Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia”, no menciona a Roma. (1ra Pedro, capítulo 1, verso 1) Fecha de composición de la primera carta del apóstol Pedro:  años 62-64 d.C. desde Babilonia (5:13).

Veamos qué dice el apóstol Pedro en su segunda carta:

“Simón Pedro, siervo y apóstol de Jesucristo, a los que habéis alcanzado, por la justicia de nuestro Dios y Salvador Jesucristo, una fe igualmente preciosa que la nuestra (2 Pedro, capítulo 1, verso 1).

Si Pedro hubiera sido nombrado Papa por la Iglesia de Jerusalén, Pedro en sus cartas hubiera escrito: Pedro, Papa de la Iglesia de Roma; en vez de eso, afirma: “Simón Pedro, siervo y apóstol de Jesucristo…” Fecha de composición de la segunda carta del apóstol Pedro: probablemente a finales del año 66 o principios del año 67, fecha de su martirio por mandato del emperador Nerón. Pero ni la Biblia ni la historia confirman el papado del Apóstol.

Es más, el papado no existió hasta que el emperador Constantino I (19 de septiembre de 324 al 22 de mayo de 337) fuera reconocido como emperador del imperio romano unificado. Cuando el emperador Constantino aceptó el cristianismo, cesó la persecución de los cristianos. En el año 313, “los emperadores Constantino y Licinio concedieron plena libertad de culto a los cristianos (Vatican News). Entonces, con el ascenso de este emperador romano, fue que la iglesia cristiana (no católica) en Roma alcanzó la paz, pero también el poder y representatividad otorgados por Constantino. Nótese que fue el Emperador romano el que puso la tiara al Papa y no al revés, ni tampoco la Iglesia católica romana, porque no existía.

“Fue a través de su habilidad política que el emperador Constantino (272-337), con Roma en un contexto de decadencia, promulgó, junto con el emperador Licinio (250-325), el Edicto de Milán, poniendo fin oficialmente a la persecución religiosa. (Cfr: BBC News)

Al año siguiente, en 314, el nombramiento de “un Papa se convirtió en dirigente de la Iglesia: Silvestre (285-335). La primera vez, por tanto, que el cristianismo ya no era una religión clandestina”. (Edison Veiga BBC News Brasil, Roma).

Así que ya con el reconocimiento oficial, la libertad de culto, la adopción del calendario de festividades de la roma pagana, por parte de la iglesia, las autoridades eclesiásticas nombraron el primer Papa en la persona de Silvestre (314), reconocido posteriormente como el Papa San Silvestre (31 de enero de 315 hasta el 31 de diciembre de 335) (Edison Veiga BBC News Brasil, Roma)

La historia secular registra la imposición de la tiara papal a Silvestre de parte del mismo Emperador Constantino I. Antes de Silvestre no hubo ningún papa, a pesar de que quieran suponer que Pedro fue el primer papa. Sin embargo, ni la Biblia ni la historia secular lo confirman. El historiador judeo-romano, Flavio Josefo, era contemporáneo de los apóstoles; sin embargo, él no menciona a Pedro como Papa. Aunque la Iglesia católica cuente como el papa número 33 a Silvestre, independientemente, no lo pueden comprobar. ¿Cómo podría haber papas en una Roma pagana que no reconocía al cristianismo, sino que lo perseguía atrozmente hasta la muerte? ¿Cómo podría haber una Iglesia católica, con un Papa como cabeza universal, si los creyentes cristianos eran perseguidos y asesinados, lanzados a los leones, o incendiados como antorchas humanas? Durante dos siglos, subsiguientes a la era apostólica, no hubo iglesia católica romana en la ciudad de Roma, ni representante oficial que se llamara Papa, ni Sumo Pontífice.

Quién fue San Silvestre, el último "santo" del año y primer papa "legal" del cristianismo (Edison Veiga BBC News Brasil, Roma) El argumento que esgrime la Iglesia católica es que Jesús, cuando Pedro le contestó que él era el “Cristo, el hijo del Dios viviente”, Jesús le dijo:

“Y yo te digo: «Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi iglesia, y el poder de la Muerte no prevalecerá contra ella. 19 Yo te daré las llaves del Reino de los Cielos. Todo lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo»” (Mateo 16:18-19).

Si analizamos lo dicho por Jesús a Pedro, nos sorprenderá que: 1] “sobre esta piedra edificaré mi iglesia”, la iglesia de Jesucristo, no la iglesia católica de Roma, porque no existía, ni la fundó Cristo; 2] Jesús no pudo haber edificado su iglesia sobre un hombre que lo había negado tres veces, y a quien lo había llamado “satanás”: ni que fuera reconocido como “la piedra que rechazaron los edificadores, que vino a ser la cabeza del ángulo”.

“Pero él, volviéndose, dijo a Pedro: ¡Quítate de delante de mí, Satanás!; me eres tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres” (Mateo 16:23).

Claramente, Pedro no entendía las cosas de Dios; era tropiezo, no podía ser el fundamento de la iglesia de Jesucristo.

3] Jesús le entregará “las llaves del Reino de los cielos”, no las llaves que según la Iglesia católica tiene el Papa en el Vaticano. El Reino de los cielos no es la Iglesia católica romana, no lo dice la Biblia.

Reino de Dios o Reino de los Cielos (en griego βασιλεία τοῦ θεοῦ basileia tou theou) es un reino en el cual Dios es el gobernante y juez, cuya sede es el cielo. “Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos” (Mateo 5:3). Por tanto, el apóstol Pedro ni ningún otro apóstol puede tener potestad sobre el Reino de los Cielos.

4] “todo lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo» No significa la absolución de pecados por Pedro, ni mucho menos por un sacerdote; la Biblia afirma que sólo Dios puede perdonar pecados.

“¿Quién puede perdonar pecados, sino solo Dios? Entonces los escribas y los fariseos comenzaron a pensar, diciendo: ¿Quién es éste que habla blasfemias?” (Lucas 5:21)

Si al mismo Jesús los líderes religiosos judíos lo acusaron de blasfemo por perdonar pecados, ¿qué diremos de un sacerdote, un humano tan pecador como todos?

Ahora observemos la versión griega de Mateo 16:18: “κἀγὼ δέ σοι λέγω ὅτι σὺ εἶ Πέτρος, καὶ ἐπὶ ταύτῃ τῇ πέτρᾳ οἰκοδομήσω μου τὴν ἐκκλησίαν”

Pedro en griego es Petros, piedra suelta, algo así como guijarro; y piedra es petra, roca o peñasco. Otra vez, la iglesia no será edificada sobre Petros, sino sobre petra, que representa a Cristo: la confesión de Petros: que Jesús es “el Cristo, el hijo del Dios viviente”. Además, leamos lo que afirma el apóstol Pedro en su discurso, después que él y Juan sanaran a un hombre cojo, a la puerta del Templo :

“Este Jesús es la piedra reprobada por vosotros los edificadores, la cual ha venido a ser cabeza del ángulo. 12 Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos” (Hechos 4:11-12).

Claramente habla el apóstol Pedro que no es él la piedra sobre la cual Cristo edificaría  su iglesia; es “Jesús la piedra, cabeza del ángulo”. Ya he dicho que la palabra “piedra” en la Biblia es lo mismo que “roca” o “peña”; y en el Antiguo Testamento, Jehová es la roca; pero en el Nuevo Testamento, Jesús es la piedra y la roca. En el Antiguo Testamento, encontramos la palabra roca o peña en Deuteronomio, 2 Samuel, los Salmos, e Isaías; en el Nuevo Testamento, Piedra y roca las encontramos en Mateo, 1 Corintios y 1 Pedro, unas veinte veces por lo menos, solamente en estos pasajes citados. De manera que es Dios y Jesús quienes se constituyen en piedra, roca o peña, como refugio y protección del pueblo de Dios; y el mismo apóstol Pedro confiesa que es Jesús “la piedra, cabeza del ángulo”. Lo que quiere decir, la piedra o roca de fundamento de la Iglesia de Jesucristo.

En el desierto, Moisés recibió órdenes de Dios que golpeara la roca para suministrarle agua al pueblo que se lamentaba por la falta de agua. El patriarca Jacob usó una piedra de cabecera en Betel, en donde se le apareció Dios en visión de una escalera que desde la tierra llegaba al cielo; y por la cual subían y descendían ángeles (Gén 28:11-13).

Por lo tanto, si en este pasaje de Mateo 16:16-18, la Iglesia católica supone basar la doctrina del papado, queda sin fundamento, porque la Biblia en ningún lado afirma que Pedro (Petros) es la piedra que se constituye en la cabeza del ángulo del edificio, el cual es la Iglesia de Jesucristo. Mucho menos que la Biblia afirme que Pedro fue el primer papa de la Iglesia romana. La historia secular confirma que el primer Papa legal de la Iglesia católica fue Silvestre (en el año 314), conocido como el Papa San Silvestre, hasta que Constantino I oficializó el cristianismo en Roma. De la Roma pagana a la cristiana.

“Silvestre guio el pasaje de la Roma pagana a la Roma cristiana, y asistió a la construcción de las grandes basílicas constantinianas”. (Vatican News).

Por otro lado, si de atar y desatar se trata, Jesús mismo mencionó esas palabras,  refiriéndose a la iglesia local, cuando se trata de perdonar al hermano, si peca contra otro hermano, no contra Dios:

“15 Por tanto, si tu hermano peca contra ti, ve y repréndele estando tú y él solos; si te oyere, has ganado a tu hermano. 16 Mas si no te oyere, toma aún contigo a uno o dos, para que en boca de dos o tres testigos conste toda palabra. 17 Si no los oyere a ellos, dilo a la iglesia; y si no oyere a la iglesia, tenle por gentil y publicano. 18 De cierto os digo que todo lo que atéis en la tierra, será atado en el cielo; y todo lo que desatéis en la tierra, será desatado en el cielo” (Mateo 18:15-18).

Entonces, Jesús no sólo a Pedro le dio el poder de “atar y desatar”. También le dio esta potestad a la iglesia local: cualquier grupo de creyentes organizados como iglesia local, en cualquier lugar del mundo. En el caso de una decisión de la iglesia local, este grupo de creyentes tiene la autoridad para amonestar al hermano que pecó contra otro hermano, o de destituirlo. Pero eso se lo dijo a la iglesia, no se lo dijo a Pedro, ni mucho menos que se aplique a la potestad de perdonar a un sacerdote.

CONCLUSIÓN

En este artículo he postulado la tesis de que San Pedro, el “siervo y apóstol de Jesucristo”, no pudo haber sido el primer Papa de la Iglesia católica romana, porque la Iglesia católica no existía en Roma, sino hasta que el Emperador Constantino I oficializó el cristianismo. He documentado que los emperadores Nerón y Domiciano desataron la mayor persecución en contra de los cristianos, después que Nerón los acusó de haber ellos incendiado la ciudad de Roma.

Por otro lado, he documentado con fuentes confiables que Nerón martirizó a los apóstoles Pedro y Pablo, antes del año 68 d.C., sin haber los mismos apóstoles indicado en sus escritos de que San Pedro había sido elegido Papa de la Iglesia de Roma, ni de la Iglesia de Jerusalén.

Además, he documentado con fuentes confiables de historiadores extrabíblicos que el primer Papa de la Iglesia católica fue conocido como San Silvestre, en el año 314, bajo el emperador Constantino I, después que aceptara el cristianismo, que cesara toda persecución contra los cristianos y declarara la libertad de culto en el imperio romano.

Dadas todas estas circunstancias históricas y con base en la Biblia, San Pedro mismo nunca se identificó como “la piedra, cabeza del ángulo”, tal como él confesó que es “Jesús la piedra, cabeza del ángulo”; ni tampoco se identifica como Sumo Pontífice, ni como Obispo de Roma, ni como Papa, sino como: “Pedro, siervo y apóstol de Jesucristo”, en sus dos epístolas escritas antes del año 67, año en que fue martirizado por el emperador romano Nerón Claudio Augusto Germánico, quien murió en el año 68 de la era cristiana, después de gobernar Roma durante catorce años.

Por último, también he documentado que la Iglesia de Jesucristo fue fundada sobre la piedra de la confesión de Pedro, no sobre Pedro; porque es “Jesús la piedra que rechazaron los edificadores y fue constituido en cabeza del ángulo”; y que las llaves entregadas a Pedro, simbólicamente por Jesús, se refieren al Reino de los cielos, no a la Iglesia católica romana.

 

 


domingo, 12 de noviembre de 2023

 ASÍ QUE, ¿NO HAY NINGÚN JUSTO?

Amadeo Albuquerque Lara

Desde que visité una iglesia evangélica por primera vez, he escuchado esta frase: “No hay justo, ni aun uno” y lo generalizan para creyentes e impíos. El apóstol Pablo en Rom 3:10b después de discutir que tanto judíos como gentiles están en iguales condiciones: “que todos están bajo pecado”, llega a esta conclusión: “No hay justo, ni aun uno”. Ahora pregunto: los que hemos entregado nuestra vida a Jesucristo, ¿también estamos bajo pecado? Entonces, ¿no dice el mismo apóstol Pablo que el justo por la fe vivirá? (Rom 1:17) y lo repite el escritor a los Hebreos, citando una promesa: “Mas el justo vivirá por fe; Y si retrocediere, no agradará a mi alma” (10:38). Y el profeta Habacuc 2:4: 4 lo había afirmado: “He aquí que aquel cuya alma no es recta, se enorgullece; mas el justo por su fe vivirá”. Y Pablo lo confirma en Gálatas 3:11: “Y que por la ley ninguno se justifica para con Dios, es evidente, porque: El justo por la fe vivirá”. ¿Nota usted el paralelo “ley” y “fe”?

Por tanto, en todos estos pasajes citados, no somos justificados por la ley, sino por la fe en Jesucristo; y eso es lo que el apóstol Pablo arguye en Romanos capítulo 3.

Entonces preguntémonos: ¿Se contradice la Biblia, o somos nosotros los que la interpretamos erróneamente? Evidentemente, la Biblia no se contradice jamás. Más bien, el salmista dice que “La suma de tu palabra es verdad, Y eterno es todo juicio de tu justicia” (Salmo 119:160). Esto quiere decir que no debemos basarnos en un solo versículo, sin tomar en cuenta el contexto mismo en donde aparece. Si no hubiera ningún justo, la Biblia no mencionara la palabra “justo” 206 veces, en el Antiguo Testamento; y 81 veces, en el Nuevo Testamento.

Por tanto, revisemos el contexto en que Pablo afirma que no hay ningún justo:

No hay justo, ni aun uno; ¿Por qué? ¿Cuál es la razón?

1] “No hay quien entienda” (verso 11a), (Usted lector que ha sido justificado por la fe, ¿no entiende la justificación por la fe?

2] “No hay quien busque a Dios” (verso 11b). Usted que ya es creyente, ¿no busca a Dios? Entonces, no es justo.

3] “Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles” (verso 12a); Hermanos, ustedes se han desviado de la fe en Cristo y se consideran inútiles? ¿Por eso no se consideran justos?

4] “No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno” (verso 12b). Hermanos: ustedes siguen cometiendo pecado voluntariamente, igual que antes que se arrepintieran? Entonces, no son justos.

Queridos lectores creyentes: todos los que hemos confesado nuestros pecados y nos hemos arrepentido, según la Palabra de Dios, somos considerados “justos”. ¿Cree eso? Así es, no lo dudemos.

Concluimos entonces que el apóstol Pablo se refiere a todos los que están “bajo pecado”, tanto judíos como gentiles. No hay diferencia si por la ley fuera la justificación.

El salmista asegura: “Joven fui, y he envejecido, Y no he visto justo desamparado, Ni su descendencia que mendigue pan” (Salmo 37:25).

El justo florecerá como la palmera; crecerá como cedro en el Líbano. Plantados en la casa de Jehová, en los atrios de nuestro Dios florecerán. Aun en la vejez fructificarán; estarán vigorosos y verdes, para anunciar que Jehová mi fortaleza es recto, y que en Él no hay injusticia.” (Salmo 92:12-14)

 Los justos siempre prestan con generosidad y sus hijos son una bendición. Aléjate del mal y haz el bien, y vivirás en la tierra para siempre. Pues el SEÑOR ama la justicia y nunca abandonará a los justos. Los mantendrá a salvo para siempre, pero los hijos de los perversos morirán” (Salmo 37:23 y siguientes).

Véase la oposición o antítesis entre justos y perversos. Esta oposición corre paralela en toda la Biblia; pero en el Nuevo Testamento, somos hechos “justos” por la fe en Jesucristo; el mismo apóstol Pablo declara en Gálatas 2:21: “No desecho la agracia de Dios, porque si por la ley viene la justicia, entonces en vano murió Cristo”. Por tanto, son a los que están bajo la ley y bajo el pecado; y a los perversos a quienes se refiere Pablo: “No hay justo, ni aun uno”. Son los que no están bajo la gracia, sino bajo la ley.

Por tanto, ¿Quién es justo según la Biblia? Los que no necesitan arrepentimiento, porque ya se han arrepentido: “7 Os digo que así habrá más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente, que por noventa y nueve justos que no necesitan de arrepentimiento” (Lucas 15:7). Son palabras del Señor Jesús, en sus parábolas de la misericordia: 1) la oveja perdida; 2) la dracma o moneda perdida; y 3) el hijo pródigo. (Todos los destacados en negrita y subrayados son míos)

Si como lectores no se sienten convencidos, busquen en la Biblia todos los 206 versículos en el Antiguo Testamento y los 81 versículos en el Nuevo Testamento en donde aparece la palabra justo o justos, refiriéndose a quienes nos hemos arrepentido de nuestros pecados, quienes estamos bajo la gracia y quienes somos mantenidos firmes por el Señor.

Es muy peligroso mantener una interpretación errónea de la doctrina de la justificación por la fe, porque entonces estaríamos desechando el sacrificio de Cristo. Él vino a rescatarnos del pecado y a cumplir toda justicia, y a presentarnos ante Dios justificados por la fe en él. Porque el pecado es la separación de Dios que sufre el ser humano.

sábado, 11 de noviembre de 2023

 ¿EL BEBÉ MOISÉS NAVEGA SOBRE EL RÍO NILO?

Amadeo Albuquerque Lara

¿Es usted creyente o miembro de una iglesia? Entonces, lea esta nota.

Sin duda usted ha escuchado que debido a los asesinatos de los niños de los hebreos en Egipto, la madre de Moisés, Jocabed, decidió colocar al bebé Moisés en una canasta embadurnada de brea y lo echó a navegar sobre el río Nilo, bajo la vigilancia de su hermana Miriam. ¿Usted ha leído eso en la Biblia? Se ha percatado que eso no es cierto?

Para comprobarlo, voy a transcribir el pasaje bíblico en Éxodo 2:

 “2 Un varón de la familia de Leví fue y tomó por mujer a una hija de Leví, 2 la que concibió, y dio a luz un hijo; y viéndole que era hermoso, le tuvo escondido tres meses. 3 Pero no pudiendo ocultarle más tiempo, tomó una arquilla de juncos y la calafateó con asfalto y brea, y colocó en ella al niño y lo puso en un carrizal a la orilla del río. 4 Y una hermana suya se puso a lo lejos, para ver lo que le acontecería. 5 Y la hija de Faraón descendió a lavarse al río, y paseándose sus doncellas por la ribera del río, vio ella la arquilla en el carrizal, y envió una criada suya a que la tomase. 6 Y cuando la abrió, vio al niño; y he aquí que el niño lloraba. Y teniendo compasión de él, dijo: De los niños de los hebreos es este. 7 Entonces su hermana dijo a la hija de Faraón: ¿Iré a llamarte una nodriza de las hebreas, para que te críe este niño? 8 Y la hija de Faraón respondió: Ve. Entonces fue la doncella, y llamó a la madre del niño, 9 a la cual dijo la hija de Faraón: Lleva a este niño y críamelo, y yo te lo pagaré. Y la mujer tomó al niño y lo crio”. (Éxodo cap.2, RVR)

¿Qué le ha hecho pensar que la canasta con el bebé estaba preparada para navegar sobre el río?

“3 Pero no pudiendo ocultarle más tiempo, tomó una arquilla de juncos y la calafateó con asfalto y brea, y colocó en ella al niño”. Sin duda, usted tiene en mente que la brea es para que la canasta no se hunda en el río, ¿verdad? Pero no.

La Biblia dice que puso la canasta en un carrizal, a la orilla del río, no lo lanzó al río a navegar. Pero su hermana Miriam lo estaba vigilando a la distancia. Pero, ¿Qué es un carrizal? 1. m. Sitio poblado de carrizos (RAE).

La Biblia dice que su hermana lo estaba vigilando a la distancia. No dice que lo iba vigilando mientras la canasta navegaba. El sitio era cercano al lugar en donde la hija de Faraón se bañaba. Sin duda, Jocabed, la madre de Moisés (Éxodo 6:20), se había dado cuenta de eso. Por tanto, cuando la hija de Faraón se bañaba, vio la canastita y descubrió que era un bebé de los hebreos. El resto de la historia no tiene más complicaciones de interpretación.

Existen muchos temas de la Biblia que son mal interpretados, por eso, cuando usted si es creyente y lee su Biblia, hágase preguntas para ver si el texto leído usted lo interpreta correctamente. Si es posible, lea el texto dos o más veces hasta que quede satisfecho o satisfecha.