lunes, 28 de diciembre de 2020

 

EL DELANTAL COMO SÍMBOLO DE SERVICIO

Amadeo Albuquerque Lara

El delantal en Nicaragua distingue por lo menos tres tipos de servicio. A las empleadas domésticas, o asistentes del hogar, el delantal las aísla de los demás miembros de la familia; las señoras que venden en el mercado, el delantal les sirve para proteger el vestido y para guardar el dinero de la venta diaria. Pero en Nindirí, departamento de Masaya, el delantal toma el lugar de una página de anuncio comercial. Si usted ve un delantal blanco tendido sobre una pequeña vara que sobresale para la calle, significa que en esa casa se venden nacatamales, especialmente los fines de semana, a partir del viernes.

Estos tres servicios, para mí, son función exclusiva del delantal, según lo he explicado en el párrafo anterior; pero el delantal tiene otros usos en diferentes oficios. Los cocineros y cocineras lo llevan puesto, para proteger su uniforme; los zapateros, talabarteros y panaderos también lo usan para proteger la ropa contra los materiales que usan para el cumplimiento de su oficio. Pero en estos últimos casos citados, el delantal no es símbolo de discriminación ni de no pertenencia de familia, como es el caso de las asistentes del hogar; y a las vendedoras del mercado las distingue en su oficio.

Pero el delantal también se conoce como mandil. Exactamente el delantal de los zapateros y talabarteros se llama mandil. Sin embargo, el mandil tiene una distinción muy particular entre la logia masónica. En la antigüedad, el mandil lo usaban los constructores, conocidos también como masones. “Hace más de 3000 años, en las iniciaciones Esenias, Griegas y Egipcias se ha utilizado el Mandil blanco de una u otra forma y ha pasado de la Masonería Operativa donde se utilizaba durante la construcción de edificios, monumentos, templos y demás construcciones de arte en materia de arquitectura a la Especulativa debido a la importancia de su simbolismo (PERSEVERANCIA, CONSTANCIA y FIRMEZA)”: (Diario masónico)

Las logias masónicas han escogido el mandil como símbolo de perseverancia, constancia y firmeza; sin embargo, para los masones el mandil es un símbolo de distinción, de categoría y de rango; y los materiales de su confección son muy elaborados y coloridos, muy lejos del mandil de cuero curtido por el uso de materiales sucios de los constructores, de donde tomaron el símbolo masónico de las logias modernas.

Para finalizar, el delantal es símbolo de servicio, así como también lo es el mandil de cuero rústico. Como lo he expuesto, el delantal ha tomado el símbolo de servicio, pero también ha servido y sigue sirviendo como discriminación social. Sin embargo, el delantal también da un poco de prestigio a las señoras vendedoras del mercado, pues su uso no las discrimina como en el caso de las asistentes del hogar. Aunque también las ubica dentro de una clase social, que en lenguaje moderno se clasificarían como emprendedoras.

viernes, 25 de diciembre de 2020

 

EL NACIMIENTO DE JESÚS, SEGÚN MATEO Y LUCAS

Amadeo Albuquerque Lara

El cristianismo universal celebra hoy 25 de diciembre el nacimiento de Jesús. Los evangelios canónicos que narran el nacimiento de Jesús son Mateo y Lucas, en el Nuevo Testamento. Sin embargo, ninguno de los dos evangelios nos asegura la fecha exacta ni se preocupan por detallar que si los pastores y los magos coincidieron en la hora de la adoración.

Para Lucas, lo más importante es el hecho extraordinario de que unos humildes pastores recibieran el anuncio de un ángel y una multitud de huestes celestiales, anunciando que había nacido el niño Jesús en la ciudad de David, o sea Jerusalén, en un pueblecito llamado Belén. La noticia serviría para llenar de gozo a todo el pueblo. Nada de alarmas, nada de turbaciones de Herodes ni mucho menos del pueblo, tal como lo narra Mateo 2:3.

En tanto, Mateo se interesa en el tiempo del nacimiento: en tiempos del rey Herodes y que unos magos de oriente vinieron donde Herodes a preguntarle dónde había nacido el rey de los judíos. Naturalmente, esta noticia le produjo turbación a Herodes, porque para él, solamente él era el rey de los judíos nombrado por Roma, el imperio que dominaba a los ciudadanos de Israel, en esa época.

Notemos que los magos se dirigen a Herodes, como representante de un poderío terrenal; mientras el ángel envía directamente a los pastores al lugar del nacimiento. Si se trataba de un rey recién nacido, era obvio que Herodes supiera el acontecimiento. Los magos no concebían que el recién nacido rey de los judíos naciera en un pueblecito insignificante ni mucho menos que naciera en un pesebre. Pero Herodes se turba y toda Jerusalén con él, por el anuncio de los magos. Es comprensible que Herodes se turbara, porque perdería el poderío sobre los judíos; pero, ¿por qué habría de turbarse el pueblo con él? Sin duda, ellos estaban contentos con la explotación por parte de Herodes. Sin duda, el pueblo era pro imperialista, contentos con ser súbditos del imperio romano. Notemos que los pueblos siempre prefieren la pompa antes que la humildad. Y el niño que nacía no venía a fundar un reino de este mundo (Juan 18:36).

Ante tal anuncio del nacimiento de un rey, Herodes convoca a sacerdotes, escribas y sabios, para indagar el lugar exacto del nacimiento. Cuando le informan que nacería en Belén de Judea, envía los magos con la orden de que regresaran para informarle los detalles para que él fuera también a adorarlo. Esto era una trampa para deshacerse del recién nacido rey.

Una vez que los magos llegan al lugar donde estaba el niño con su madre, le ofrecen los regalos que traían destinados para el evento: oro, incienso y mirra. Pero los magos reciben una revelación de que regresaran por otra ruta y no para volver a ver a Herodes. (Mateo 2:11-12).

Tanto en la adoración de los pastores, así como la de los magos, está de por medio la revelación divina según el relato de los dos evangelistas: Mateo y Lucas; los únicos que se ocupan de narrar el nacimiento de Jesús, tomando en cuenta que son cuatro los evangelios del Nuevo Testamento. El anuncio a los pastores es de parte de un ángel y se hacen presente las huestes celestiales; en tanto que la revelación a los magos es primeramente por medio de una nueva estrella en el firmamento; y después de la adoración, la revelación es en sueños, para que regresen por otro camino.

En cuanto a las dudas del tiempo de la adoración de los magos, además de Mateo 2:10-12, para aclarar que los padres de Jesús no se quedan en el mesón durante dos años, Lucas 2:21 nos narra que pasados los ocho días de la purificación, según Levíticos capítulo 12, José y María llevaron al niño al templo para circuncidarlo. Es decir, sus padres cumplieron con la ley judía respecto a la circuncisión y el nombramiento del niño. Le pusieron el nombre de Jesús, según lo había ordenado el ángel desde antes que el niño naciera. Por lo tanto, los padres de Jesús ya han continuado con su vida religiosa, según la Torá; y seguramente, llevan ya una vida como los demás ciudadanos, hasta que un ángel le revela a José en sueños que huya a Egipto con María y el niño, porque Herodes lo buscará para matarlo. Herodes para estar seguro de asesinar al nuevo rey de los judíos, ordena la matanza de todo niño hasta los dos años de edad.

CONCLUSIÓN

Como dije antes, los evangelistas Mateo y Lucas al narrar el nacimiento de Jesús no siguen un orden cronológico, ni tampoco se preocupan por cada detalle, pero sí se preocupan del magno acontecimiento de que el nacimiento traería gozo para todo el pueblo, porque lo salvaría de sus pecados.

Por otro lado, el hecho de que unos pastores humildes fueran los primeros en adorar al Mesías indica que el ministerio de Jesús tenía como prioridad a los pobres; segundo, la adoración de los magos de oriente, ya fueran de Persia, de Babilonia, de Arabia o de otro lugar, indica que la misión del Mesías era no solamente para los judíos, sino para los gentiles también.

Esta verdad fue interpretada por los apóstoles de Jesús y por la iglesia primitiva, del primer siglo. La misma iglesia enviaba a predicadores a anunciar las nuevas de salvación a judíos y gentiles, por todas las regiones de la época.

Por último, lo importante de la Navidad no es la fecha ni los detalles de los acontecimientos, sino la razón por qué Jesús vino al mundo. El cristianismo universal celebra la Navidad el 25 de diciembre, según el Concilio de Nicea I, en el siglo cuarto; pero no es la fecha ni los detalles lo importante, sino el magno acontecimiento y su misión redentora.