domingo, 28 de julio de 2013

De preste, presbítero, sacerdote y obispo

Origen de las palabras preste, presbítero, sacerdote y obispo
Amadeo Albuquerque Lara

Después de leer el Libro de Buen Amor de Juan Ruiz, Arcipreste de Hita, y de comparar la palabra ‘preste’ del español antiguo con la palabra inglesa priest, me he dispuesto a investigar el origen de estas palabras, sabiendo que ambas lenguas están emparentadas por el lado del indoeuropeo, el griego y el latín. En efecto, cualquiera que se dedica a investigar el parentesco de las palabras en diferentes idiomas, especialmente de aquellos términos provenientes de lenguas afines, le tiene que llamar la atención el parecido de ciertas palabras, como las que he mencionado.

Pues bien, la palabra ‘preste’ del español antiguo tiene su origen en el griego ‘presbyter’, ‘presbyteros’, palabras que dieron origen al vocablo presbítero en español y a presbyter, en inglés. Originalmente significa anciano o mayor, persona que se dedica a oficiar los ritos religiosos. La palabra priest en inglés tiene el mismo origen, pero también se utiliza la palabra presbyter, en forma culta. En cambio, el término priest es el resultado de la evolución fonética en la cual perdió la sílaba by y la terminación er más la diptongación de la e en ie: ‘pres–(by)–t–(er)’, priest. Especialmente, las iglesias presbiterianas prefieren la palabra ‘presbyter’ como un cultismo. Dentro de la Iglesia católica se usa también la palabra presbítero referido a un religioso que puede administrar la Eucaristía y otros ritos, menos la confirmación y la ordenación sacerdotal, mientras que el sacerdote está facultado para otros ritos, menos la ordenación sacerdotal que le corresponde en jerarquía al obispo.

Ahora bien, la palabra sacerdote viene del latín ‘sacer dos’ o ‘sacerdotis’; de donde el vocablo ‘sacer’ significa sacro o sagrado y ‘dos’, regalo. Entonces, el sacerdote es un regalo sagrado; algo así como un hombre consagrado o que se ha entregado al servicio de Dios. En las religiones no cristianas también se nombra sacerdote o sacerdotisa a la persona dedicada a efectuar ritos a la deidad. En el Antiguo Testamento el sacerdote era el encargado de ofrecer los sacrificios de animales, ya fueran mamíferos o aves. En tanto que en las religiones primitivas el sacerdote ofrecía sacrificios humanos, generalmente una doncella.

Por otro lado, la palabra obispo viene del griego ‘Episkopos’ literalmente supervisor, antiguamente sobreveedor. La palabra epískopo está formada por dos palabras griegas: ‘epi’, sobre; y ‘skopeo’, mirar o vigilar. Hay derivados de este término que se acercan al original griego, como episcopado y episcopal. Existen obispos en la Iglesia católica, Iglesia episcopal, Iglesia anglicana, Iglesia morava y otras. Generalmente, estas personas tienen niveles de dignatarios eclesiásticos responsables de administrar todos los ritos y sacramentos, incluyendo la ordenación de sacerdotes. El grado superior al de obispo, en la jerarquía católica es el de cardenal y de éste, el papa. Sin embargo, el papa también es llamado el obispo de Roma. Entendiéndose esto como el sumo pontífice (el puente supremo) el máximo supervisor o vigilante de la doctrina de toda la Iglesia.

En cuanto a la palabra bishop’, en inglés, este vocablo viene del antiguo sajón, ‘biscop’, que a su vez viene del antiguo alto alemán, ‘bisco’. Naturalmente, la palabra tanto sajona como alemana, ha sufrido una evolución en el tiempo y por influencia de otras lenguas, perdió la parte inicial y final de la palabra griega ‘€–piskop–(os)’ o del latín tardío ‘(e)–piscop–(us)’ y sólo quedó la parte central ‘piscop’. Luego siguiendo la evolución fonética, la p inicial se convirtió en b y la sc se fricatizó en el sonido sh. De estos cambios resultó la palabra ‘bishop’ del inglés.

Como es fácil de observar, las palabras sufren cambios fonéticos y morfológicos que a su vez se reflejan en la ortografía. Este es un fenómeno diacrónico, o sea, una transformación a través del tiempo que sufren las palabras de cualquier idioma. Por ejemplo, en español antiguo la palabra ‘preste’ también sufrió los mismos cambios. Del vocablo griego presbyter o del latín ‘pres(bi)te(r)’, el español preste perdió la sílaba bi y la r final, dando como resultado el término preste. Por supuesto, por influencia de la Iglesia se recobró la palabra original del latin presbiter o presbíteros, lo cual dio origen al término culto, presbítero. Por tanto, resulta interesante reconstruir las palabras desde su origen y reconocer que éstas pasan por etapas evolutivas que afectan la fonética y la ortografía. También hay que reconocer que en ese proceso evolutivo hay un aspecto popular y otro culto. El aspecto popular fue preste, mientras que la palabra culta es presbítero.


Masaya, 28 de julio de 2013