jueves, 31 de octubre de 2024

 

507 ANIVERSARIO DE LA REFORMA PROTESTANTE

Amadeo Albuquerque Lara

31 de octubre de 1517, fecha en que Martín Lutero proclamó 95 Tesis en contra de las prácticas antibíblicas de la Iglesia católica.

LAS PRINCIPALES DESVIACIONES DE LA IGLESIA CATÓLICA Y LO QUE MARTÍN LUTERO SE PROPONÍA REFORMAR

RESUMEN: El arrepentimiento debe ser el que enseñó Jesucristo; el perdón de los pecados no lo puede otorgar el Papa ni un sacerdote; la doctrina del Purgatorio no es bíblica; las indulgencias sólo buscan el enriquecimiento de la Iglesia, pero el perdón de los pecados no se compra con dinero. Las buenas obras no salvan de la condenación, sino la sola fe en Cristo. Es necesario actuar en contra de los predicadores de las indulgencias. Por qué el Papa no libera a todas las almas del purgatorio sin necesidad de que los creyentes compren indulgencias por altas sumas de dinero. Por qué el Papa no usa su propio dinero para construir iglesias o basílicas. Por último, la conducta corrupta de los predicadores de indulgencias ha provocado la crítica que por qué el Papa los permite, lo que lo convierte en responsable.

LAS 5 “SOLAS” EXPLICADAS

Por simplificación se ha dicho las “Las 5 Solas”; pero en realidad

son 3 SOLAS, 1 Solus y 1 Soli DE LA REFORMA PROTESTANTE

Solus Christus, Sola Scriptura, Sola Fide, Sola Gratia, y Soli Deo Gloria. En realidad, son cuatro adjetivos y un adverbio, en latín.

1] Solus Christus: Cristo solo, sin el Papa, sin ningún otro dogma ni otra doctrina. Cristo no necesita ayudante. Cristo tiene todo el poder salvador en sí mismo. Es un error traducir solamente Cristo, pues el adverbio no puede acompañar al nombre; solamente a un verbo, a un adjetivo, o a otro adverbio. Pues no es lo mismo solamente Cristo, que Cristo solo. Para emplear el adverbio “solamente”, se necesitaría añadir la preposición “en”: Solamente en Cristo.

2] Sola Scriptura: La Escritura sola tiene la autoridad, sin la Tradición de la Iglesia católica. El Concilio de Trento de 1546 afirmaba que la Tradición de la Iglesia y las Escrituras tienen la misma autoridad. Eso es lo que significa la frase “Sola Scriptura”: la Escritura sola, sin la tradición. Eso tuvo en mente Martín Lutero.

3] Sola Fide: La fe sola en Cristo Jesús, sin las “buenas obras” es suficiente para la salvación del alma. Más el justo por la fe vivirá (Habacuc 2:4, Romanos 1:17, Gálatas 3:11, y Hebreos 10:38). Lutero no creía que las buenas obras libraran de la condenación eterna. La fe sola en Cristo, sin las indulgencias pagadas con dinero justifica al pecador.

4] Sola Gracia: La Gracia de Jesucristo sola, sin la compra de indulgencias y sin la doctrina del purgatorio. La Gracia es una dádiva de Dios y no se obtiene mediante el pago con dinero. La práctica de las Indulgencias martillaban fuertemente la mente de Lutero, y ocuparon gran parte de las 95 tesis

5] Soli Deo Gloria: Solamente a Dios se debe dar toda la Gloria y no al Papa ni a ningún obispo o confesor, ni a los llamados “santos”, ni a la iglesia.

Estas cinco doctrinas constituyen la certera simplificación de las doctrinas que defendieron los reformadores, con Lutero a la vanguardia. Por tanto, no se debe enseñar a los creyentes que fueron escritas por Martín Lutero solamente. Son las bases doctrinales expuestas por los reformadores junto con Lutero. La obra única de Lutero son las 95 tesis que clavó en la puerta de la iglesia de “Todos los Santos” en el Castillo de Witemberg, el 31 de octubre de 1517. Sin embargo, las 95 tesis son completamente desconocidas por los creyentes cristianos. Es una lástima, en verdad. Por esta razón incluyo un resumen de las 95 tesis, las cuales expresan lo que Martín Lutero proponía reformar.

 

miércoles, 30 de octubre de 2024

 

EL HOMBRE AMA COMO A SÍ MISMO, PERO DEGÜELLA

El hombre es un animal religioso. El hombre es el único animal religioso. Es el único animal que tiene la Verdadera Religión –varias de ellas. Es el único animal que ama a su prójimo como a sí mismo y lo degüella si su teología no es la correcta” (Mark Twain & Veronka PHP) (AFORISMOS, Mark Twain)

Amadeo Albuquerque Lara

El escritor estadounidense nació en Misuri en 1835 y falleció en Connecticut el 21 de abril de 1910. En lo sucesivo voy a citar unas frases de este escritor, porque contienen una gran verdad que se aplica al ser humano desde que éste existe sobre la Tierra. Mark Twain dejó no solamente libros escritos por él, sino frases célebres y aforismos. Las oraciones que me llaman la atención son las que afirman que “El hombre es un animal religioso. El hombre es el único animal religioso. Es el único animal que tiene la Verdadera Religión –varias de ellas. Es el único animal que ama a su prójimo como a sí mismo y lo degüella si su teología no es la correcta”. Estas oraciones contienen grandes verdades. Primero, que la religión no cambia a la persona, aunque ésta se proclame muy religiosa. Los fariseos representaban la secta más estricta de la religión judaica; pero Cristo les dijo que “eran semejantes a sepulcros blanqueados por fuera, pero por dentro estaban llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia” (Mateo 23:27-39 RVR 1960).

Semejante inmundicia los llevó a condenar a muerte por crucifixión a su mismo Mesías. El motivo de su acusación ante el tribunal llamado Sanedrín, fue porque Jesús no comulgaba con sus prácticas religiosas y porque condenaba su hipocresía. Por otro lado, durante la Edad Media, la Iglesia católica creó un tribunal religioso llamado “Santa Inquisición” para condenar a la hoguera a todos los que se opusieran a sus prácticas religiosas, aunque esas prácticas estuvieran muy lejos de los principios enunciados por el propio Jesucristo, a quien los Papas presumen ser sus vicarios.

El rey de Francia, Enrique IV, en 1598 promulgó el “Edicto de Nantes”, por el cual concedía libertad religiosa a los hugonotes protestantes, porque en Europa la pluralidad religiosa no era aceptada ni por la confesión católica ni por la protestante. He aquí otro ejemplo que demuestra que la religión vacía no tiene valor moral, ni que viva de acuerdo con los preceptos divinos, ni mucho menos que sea representante de un verdadero Dios. Jesucristo proclamó una doctrina contraria a las falsas prácticas religiosas de su época. Cuando un representante de la Ley judía le preguntó que cuál era el más grande mandamiento, para tentarlo, Jesús le respondió: El primero es “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. 38 Este es el primero y grande mandamiento. 39 Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. 40 De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas” (Mateo 22:34-40 RVR 1960).

Para Jesús ambos mandamientos tenían el mismo peso espiritual. Jesús le dijo al intérprete y maestro de la ley judaica que si ama a Dios debe amar a su hermano de igual manera. Jesús le dijo a este religioso que si él cumplía estos dos mandamientos, cumplía todo el contenido espiritual de la Ley y los Profetas. Para Jesús, la Ley y los Profetas era la máxima autoridad representante de la Palabra de Yavé o del innombrable para los líderes religiosos judíos: (יהוה (YHWH). La Ley, los Profetas y los Salmos (Lucas 24:13-35). Era la única Biblia que Jesús conoció y reconoció ante las máximas autoridades religiosas del judaísmo. Jesús no reconoció las adendas que los maestros de la Ley imponían a sus seguidores, pero que ellos mismos no eran capaces de cumplir.

El nombre de Dios en hebreo estaba representado por cuatro letras consonantes,  o gramaton, sin ninguna vocal; para que el nombre de Yavé fuera impronunciable. Por eso, los líderes religiosos se dirigían a Dios como el Innombrable. Nunca pronunciaban ese nombre (יהוה (YHWH); sin embargo, los líderes religiosos estuvieron prestos a condenar a Jesús a la muerte; a ser azotado, a ser coronado con espinas punzantes en su cabeza; y a ser crucificado, después de sustituir al criminal Barrabás y en el mismo estatus con dos criminales, uno a cada lado de su cruz. Esa era la religión a la cual se enfrentó Jesús por predicar el amor a Dios y al prójimo con ingual valor espiritual.

Tuvo razón el escritor Mark Twain al expresar que el hombre es “el único animal que ama a su prójimo como a sí mismo y lo degüella si su teología no es la correcta”. Yo añado que el ser humano degüella a su prójimo si su teología o política no está de acuerdo con su manera de pensar. Por esta misma razón el mundo de hoy arde en llamas producidas por los ubuses, por los misiles, por los carros de guerra, y bombas de racimo sin piedad, sin pensar en tantos inocentes que mueren por millares. Porque esos pueblos tienen líderes que en nombre de un movimiento político o religioso, matan a los seres inocentes, y destruyen las distintas reliquias y monumentos por igual.

Por tanto, se necesita una mente humana que ame a Dios y a su prójimo como a sí mismo, pero que no degüelle.

 

.

 

lunes, 28 de octubre de 2024

 

A 507 AÑOS DE LA REFORMA PROTESTANTE

31 de octubre de 1517, fecha en que Martín Lutero proclamó 95 Tesis en contra de las prácticas antibíblicas de la Iglesia católica.

LAS 3 SOLAS, 1 Solus y 1 Soli DE LA REFORMA PROTESTANTE

Ampliación e interpretación por

Amadeo Albuquerque Lara

Por simplificación se ha dicho “Las 5 Solas”; pero en realidad es un “Solus”, tres “solas” y un “soli” de la Reforma Protestante: Solus Christus, Sola Scriptura, Sola Fide, Sola Gratia, y Soli Deo Gloria. En realidad, son cuatro adjetivos y un adverbio, en latín.

1] Solus Christus: Cristo solo, sin el Papa, sin ningún otro dogma ni otra doctrina. Cristo no necesita ayudante. Cristo tiene todo el poder salvador en sí mismo. Es un error traducir solamente Cristo, pues el adverbio no puede acompañar al nombre; solamente a un verbo, a un adjetivo, o a otro adverbio. Pues no es lo mismo solamente Cristo, que Cristo solo. Para emplear el adverbio “solamente”, se necesitaría añadir la preposición “en”: Solamente en Cristo.

2] Sola Scriptura: La Escritura sola tiene la autoridad, sin la Tradición de la Iglesia católica. El Concilio de Trento de 1546 afirmaba que la Tradición de la Iglesia y las Escrituras tienen la misma autoridad. Eso es lo que significa la frase “Sola Scriptura”: la Escritura sola, sin la tradición. Eso tuvo en mente Martín Lutero.

3] Sola Fide: La fe sola en Cristo Jesús, sin las “buenas obras” es suficiente para la salvación del alma. Más el justo por la fe vivirá (Habacuc 2:4, Romanos 1:17, Gálatas 3:11, y Hebreos 10:38). Lutero no creía que las buenas obras libraran de la condenación eterna. La fe sola en Cristo, sin las indulgencias pagadas con dinero justifica al pecador.

4] Sola Gracia: La Gracia de Jesucristo sola, sin la compra de indulgencias y sin la doctrina del purgatorio. La Gracia es una dádiva de Dios y no se obtiene mediante el pago con dinero. La práctica de las Indulgencias martillaban fuertemente en la mente de Lutero, y ocuparon gran parte de las 95 tesis.

5] Soli Deo Gloria: Solamente a Dios se debe dar toda la Gloria y no al Papa ni a ningún obispo o confesor, ni a los llamados “santos”, ni a la iglesia.

Estas cinco doctrinas constituyen la certera simplificación de las doctrinas que defendieron los reformadores, con Lutero a la Vanguardia. Por tanto, no se debe enseñar a los creyentes que fueron escritas por Martín Lutero solamente. Son las bases doctrinales expuestas por los reformadores junto con Lutero. La obra única de Lutero son las 95 tesis que clavó en la puerta de la iglesia de “Todos los Santos” en el Castillo de Witemberg, el 31 de octubre de 1517. Y sin embargo, las 95 tesis son completamente desconocidas por los creyentes cristianos. Es una lástima, en verdad.

Explicación de las palabras “Solus”, “Sola” y “Soli”. La palabra Solus es un adjetivo que califica al nombre Christus: Solus Christus significa Cristo solo. Cristo tiene el poder salvador en sí mismo. En latín, solus es adjetivo, no adverbio. El adverbio no puede ir junto al nombre o sustantivo.

Sola” es adjetivo que acompaña a los nombres femeninos “Scriptura”, “Fide” y “Gracia”. Y es un error traducir el adjetivo “sola” como si fuera el adverbio “soli” o solamente. No es lo mismo decir “solamente la Escritura”, que “la Escritura sola”, fue el énfasis de Martín Lutero, porque él conocía los dogmas de la Iglesia. No es lo mismo decir “yo lo hago solo”, sin ayuda, que “solamente yo lo hago”, nadie más.

Soli” es adverbio que significa solamente y enfatiza en que “solamente a Dios sea la Gloria”. La gloria no es para el Papa ni para la Iglesia católica, ni para ninguna otra iglesia, ni para ninguna imagen.

domingo, 27 de octubre de 2024

RESUMEN DE LAS 95 TESIS DE MARTÍN LUTERO 

Ligeramente adaptado para información de la familia de la fe cristiana

Por Amadeo Albuquerque Lara

Con el créito editorial de  getAbstract

El anuncio más explosivo en la historia de la humanidad

El documento fundacional de la Iglesia evangélica

Cuando Lutero fijó sus tesis en la puerta de entrada de la iglesia del Palacio de Wittenberg, no podía imaginar que con ello cambiaría el rumbo de la historia de la humanidad. Lo que le importaba era hablar públicamente sobre las irregularidades de la Iglesia católica, que desde hacía siglos detentaba una posición de poder y que se estaba autodestruyendo por la corrupción, la codicia y los abusos. En retrospectiva, su provocación es equiparada con el comienzo de la Reforma, que no solo transformó a la Iglesia sino a Europa. Solo unos pocos han leído verdaderamente las tesis de Lutero, pero vale la pena hacerlo. Su estilo cáustico, que deja entrever su postura inclaudicable, no ha perdido fuerza con el transcurso de los siglos. Es un documento fascinante, que nos da la posibilidad de observar el modo en que este renovador radical estructura sus ideas.

Ideas fundamentales

  • La publicación de las famosas 95 tesis de Martín Lutero es considerada hoy en día como el punto de partida de la Reforma.
  • Contenido: Lutero cuestiona la práctica eclesiástica del comercio con las indulgencias y ataca su justificación teológica.
  • De acuerdo con uno de sus contemporáneos, el 31 de octubre de 1517, Lutero clavó sus tesis en la puerta de la iglesia del Palacio de Wittenberg, para hacerlas públicas.
  • Rápidamente, Lutero se convirtió en el líder espiritual del movimiento reformista.
  • La Reforma trajo aparejado un debilitamiento de la posición de poder de la Iglesia católica y la creación de un segundo culto cristiano.
  • Las tesis de Lutero fueron redactadas primero en latín y, un año más tarde, comenzó a publicar sus escritos en la lengua vernácula.
  • Las tesis son una mezcla de argumentos científicos y teológicos, por un lado, y de polémica de gran efecto público, por el otro.
  • Muchas de las tesis se basan en el dogma eclesiástico tradicional.
  • Lutero fue excomulgado tres años después de haber publicado sus tesis debido a su crítica continua a la Iglesia católica.
  • Cita: “Cualquier cristiano que realmente se arrepienta de sus pecados tiene el perdón de Dios, incluso sin una carta de indulgencia”.

Resumen

Tesis 1 a 7: Culpa y arrepentimiento

En el Evangelio según San Mateo, Jesucristo asigna al hombre la tarea de arrepentirse. Los creyentes deben ver su vida entera como un acto de arrepentimiento. En este contexto, el arrepentimiento no debe verse como un sacramento que, como en el caso de la confesión, solo los sacerdotes pueden juzgar. El arrepentimiento del que habla Cristo es algo más que el arrepentimiento interno que cada cristiano debe resolver por sí mismo. El arrepentimiento debe tener un efecto hacia afuera y convertirse en un verdadero arrepentimiento de corazón, que perdure hasta la muerte.

“Cuando nuestro Señor y Maestro Jesucristo dijo: ´Hagan penitencia´ etcétera (Mat. 4,17), quiso que la vida entera de los creyentes fuera una penitencia””.

El Papa solo puede otorgar una indulgencia a los infractores de las reglas de la Iglesia y de las normas que él mismo ha establecido en su rol de líder eclesiástico. Él solo puede otorgar una indulgencia a los creyentes en nombre de Dios, puesto que él es su representante en la Tierra. Esto significa que los creyentes solo pueden obtener la indulgencia divina a través de la intervención de un sacerdote.

Tesis 8 a 19: La muerte y el purgatorio

Los sacerdotes no están autorizados a fijar cánones penitenciales a las personas moribundas o necesitadas en nombre de la Iglesia. Si lo hacen de todos modos, es porque así lo han aprendido o porque hacen el mal adrede. Por su conducta cabe suponer que los castigos eclesiásticos pueden transformarse en castigos que se pagarán en el purgatorio. Esta idea es incorrecta, pero se extiende como la maleza. Antes, el proceso era el inverso: el sacerdote imponía una penitencia al pecador para que pudiera demostrar que verdaderamente se arrepentía de su conducta. Luego entonces el pecador recibía la absolución. Las personas moribundas recibían siempre la absolución porque, como ya se ha dicho, para ellas ya no rigen las leyes de la Iglesia.

“El Papa no quiere ni puede otorgar indulgencias por castigos, excepto de aquellos que él mismo ha impuesto por decisión propia o de las reglas de la Iglesia””.

Si alguien está a punto de fallecer, y su fe y su amor a Dios no son lo suficientemente fuertes, temerá la muerte. Esta es una situación horrible, llena de miedo y de una sensación parecida a la desesperación. Ese ya es castigo suficiente. El infierno, el purgatorio y el cielo se corresponden con los sentimientos de desesperación, cuasidesesperación y seguridad. Está claro que las almas que se encuentran en el purgatorio necesitan, sobre todo, dos cosas: más amor y menos horror. En ningún lugar hay pruebas de que las almas en este estado son estáticas. Más bien, todavía pueden hacer algo para cambiar su destino. Es posible que algunas de estas almas no sepan que son bienaventuradas.

Tesis 20 a 37: ¿Qué puede hacer una indulgencia y qué no puede hacer?

Cuando el Papa declara una indulgencia total de todos los castigos, solo se refiere a los castigos que él mismo ha impuesto. Sin embargo, hay algunos sacerdotes que afirman que las indulgencias tienen un alcance que excede el ámbito de responsabilidad del Papa. Esto es erróneo. Por ejemplo, en el purgatorio no es posible otorgar una indulgencia por los pecados por los que el creyente debería haber hecho penitencia en vida. Así, solo las mejores personas tendrían verdaderamente la posibilidad de recibir una indulgencia total para todos sus castigos, porque solo tendrían pocas culpas que expiar. Sin embargo, esto solo alcanza a unos pocos. Es decir, la mayoría de las personas son engañadas cuando les prometen la indulgencia total de todos sus castigos.

“Las reglas eclesiásticas sobre la penitencia solo rigen para los vivos, según esto, no es posible indicar penitencia a los moribundos””.

No solo el Papa tiene poder sobre el destino de las almas en el Purgatorio; también lo tienen los obispos y pastores. Pero no porque pueden resolver la indulgencia, sino porque tienen el poder para interceder. Se dice que las almas se libran del Purgatorio cuando pagan suficiente dinero para hacerlo. Pero las indulgencias compradas solo logran que la avaricia y las ansias de ganar se multipliquen. Además, nadie puede decir con certeza que las almas que compraron su liberación, realmente serán aceptadas. Por lo visto, San Severino y San Pascual querían quedarse en el purgatorio.

“Nadie tiene la certeza de la sinceridad de su arrepentimiento, mucho menos si ha obtenido la indulgencia total (del castigo por sus pecados)””.

Nadie podrá saber jamás con certeza si su arrepentimiento fue suficiente. Mucho menos es posible saber si uno realmente ha logrado comprar su absolución. Es necesario protegerse de todas las personas que propagan la idea de la carta de indulgencia como el método para la reconciliación definitiva; pues las indulgencias solo cubren los castigos dados a las personas por infracciones a las reglas eclesiásticas. Es incorrecto querer hacerle creer a las personas que no deben arrepentirse de nada más una vez que cuentan con una carta de indulgencia. Todos los cristianos tienen la posibilidad de recibir la absolución de toda culpa y castigo si verdaderamente se arrepienten, y sin tener que pagar por ello. Dios ha dado a todos los cristianos la misma participación en su Iglesia, tanto en la vida como en la muerte.

Tesis 38 a 48: Indulgencia versus buenas acciones

Más allá de toda crítica en contra del comercio de indulgencias, es necesario recordar que la absolución de los pecados no debe verse como algo completamente malo. La indulgencia es una certificación de que Dios ha perdonado al pecador. Sin embargo, según el dogma cristiano, el exceso de indulgencias no puede ser una buena señal: un verdadero cristiano se arrepiente de corazón y acepta agradecido el castigo por su pecado. Sin embargo, hoy se compran tantas cartas de indulgencia que uno tiene la impresión de que las personas ya no se preocupan por el arrepentimiento, de que, en lugar de amar el castigo, lo odian.

“Todo cristiano que verdaderamente se arrepiente tiene derecho a recibir una indulgencia total de sus culpas y castigos, incluso si no tiene una carta de indulgencia””.

Algunas personas pueden dejarse convencer de comprar una indulgencia en lugar de destacarse por las buenas acciones de amor al prójimo. Es por ello que debería enseñarse claramente que las acciones de caridad siempre superan el valor de las indulgencias. Siempre es mejor ayudar a los pobres o prestarles algo a los necesitados, en lugar de gastar el dinero en indulgencias. Solo con buenas acciones se multiplica el amor y la humanidad se hace mejor.

“Hay que enseñar a los cristianos que a dar a los pobres y a prestar a los necesitados es mejor que comprar una indulgencia””.

Con indulgencias nadie mejora, solo logran liberarse de los castigos. Quien compra una indulgencia en lugar de usar el dinero para ayudar a su prójimo, actúa en contra de la voluntad divina.

Los que tienen suficiente en la vida, en ningún caso deberían malgastar su dinero para comprar una indulgencia; por el contrario, mejor sería usar el dinero para financiar su vida cotidiana. Todo lo demás es un despilfarro. Todo el mundo debería saber que ningún cristiano está obligado a comprar indulgencias. Se trata de una decisión puramente libre. Como contraprestación, lo mejor es dedicarle una oración al Papa en agradecimiento por la absolución de los pecados en lugar de darle dinero por ello.

Tesis 49 a 55: El accionar de los predicadores de la indulgencia

Recibir una indulgencia es una cosa buena, siempre y cuando no nos confiemos en que, por el solo hecho de tener una indulgencia, podemos olvidar el temor a Dios. Seguramente, el Papa se enfurecería si supiera qué métodos utilizan los predicadores de la indulgencia para hacer que las personas les den su dinero. Con certeza no querría que los cristianos entreguen sus últimas monedas para poder construirse una iglesia nueva. Y hasta estaría dispuesto a vender la basílica de San Pedro para ayudar a los pobres a los que los predicadores de la indulgencia les arrebataron sus ahorros.

“Hay que enseñar a los cristianos que, si el Papa supiera de los métodos extorsivos de los predicadores de la indulgencia, preferiría ver arder hasta las cenizas a la basílica de San Pedro antes que dejar que se construya con la piel, la carne y los huesos de sus ovejas””.

Nadie puede esperar entrar al cielo por el solo hecho de tener una carta de indulgencia, ni siquiera si el mismo Papa se lo promete. Y si en algunas iglesias ya no se predica la palabra de Dios para fomentar la compra de indulgencias, esto no puede ser el deseo de Dios. La misa nunca debería dedicar más tiempo a la indulgencia que a la transmisión del Evangelio. El Evangelio es cien veces más importante que la indulgencia.

Tesis 56 a 68: ¿Qué es el “tesoro de la Iglesia”?

El pueblo no entiende muy bien cómo es que el Papa puede otorgar indulgencias a partir del llamado “tesoro de la Iglesia”. No puede ser que se refiera a los bienes en sentido estricto, pues la mayoría de los clérigos no los entregaría con facilidad. Tampoco puede tratarse de los méritos de Jesucristo y los Santos, puesto que ellos alcanzan a los creyentes sin la intervención del Papa. Según San Laurencio, el tesoro de la Iglesia son “sus pobres”, pero él utilizaba el término con un sentido diferente al que hoy conocemos.

“El verdadero tesoro de la Iglesia es el Sagrado Evangelio de la magnificencia y de la misericordia de Dios””.

Por tesoro de la Iglesia se entiende más bien la “llave de la Iglesia”, que esta recibió por el sacrificio de Jesucristo. Pero el mayor tesoro de la Iglesia es el Evangelio, que habla de la misericordia y de la gloria de Dios. Este tesoro hace que los primeros sean los últimos, mientras que la indulgencia hace que los últimos sean los primeros.

“Esta desvergonzada prédica sobre la indulgencia hace difícil para los estudiosos proteger la imagen del Papa frente a las críticas malintencionadas y las preguntas mordaces de los laicos””.

No debe sorprender, pues, que sea tan codiciada. El Evangelio puede atrapar en sus redes incluso a las personas ricas y hacer que ingresen al cristianismo, pero la indulgencia solo atrapa la riqueza. Solo beneficia a los predicadores de la indulgencia, que tienen en sus manos un negocio lucrativo.

Tesis 69 a 80: ¿Por qué hay que actuar en contra de los predicadores de la indulgencia?

Los obispos y sacerdotes deben apoyar a los comisarios designados por el Papa para otorgar indulgencias. Pero hay que controlar de cerca a los predicadores de la indulgencia e impedir que desparramen mentiras. El anatema del Papa los alcanzará.

“¿Por qué el Papa, que hoy es más rico que el más rico de los Craso, no puede construir al menos una Iglesia de San Pedro con su propio dinero en lugar de hacerlo con el de los pobres creyentes?””.

Es una estupidez afirmar que la indulgencia papal podría liberar a un pecador de todas sus culpas, incluso si hubiera atacado a la mismísima madre de Dios. La indulgencia papal no podrá jamás, ni siquiera en los casos más mínimos, absorber los pecados y hacerlos desaparecer. Se dice que la indulgencia es el mayor obsequio que puede hacer el Papa, y que ni el mismo Pedro podría haber hecho un obsequio más grande. No es cierto: el Papa tiene el Evangelio y, según las cartas de los Corintios, también tiene el poder de sanar. Estos son dones aún más grandes. Se afirma que la cruz de la indulgencia, que por estos días cuelga en muchas iglesias, puede compararse con la cruz de Cristo. Los obispos, sacerdotes y teólogos que permiten estas blasfemias deberían ser castigados.

Tesis 81 a 95: Cuestionamientos al Papa

La conducta de los predicadores de la indulgencia ha llevado cada vez con más frecuencia a que las personas responsabilicen al Papa por su conducta. Se vuelve cada vez más difícil defender al líder eclesiástico. Entre las preguntas mordaces que se formulan se encuentra, por ejemplo, por qué el Papa no libera todas las almas del purgatorio, simplemente por amor a los más necesitados. En lugar de eso, recoge el dinero que recibe para liberar las almas y construye con él una Iglesia desventurada. Uno podría preguntar por qué siguen celebrándose misas para los difuntos, si la liberación de sus almas ya fue comprada y ya no necesitan oraciones. ¿Por qué el Papa no devuelve el dinero donado para estas misas? ¿Por qué un hombre sin Dios puede comprar la libertad de su alma, pero el Papa no puede liberarla por su solo deseo de hacerlo?

“Por ello, deben desaparecer todos los profetas que predican a los cristianos: ´Paz, paz´ cuando no hay paz””.

Algunos críticos también se preguntan por qué el Papa no usa por una vez su propio dinero para construir una iglesia, si es lo suficientemente rico como para hacerlo. ¿Y qué pasa con esas raras personas que muestran total arrepentimiento? ¿Qué indulgencia puede otorgar el Papa o qué puede darles, si tienen derecho a recibir una indulgencia total? ¿Por qué el Papa, que por estos días otorga indulgencias una vez por día, no puede multiplicar esta acción y garantizar indulgencias a todos los creyentes?

“Es imprescindible animar a los cristianos a esforzarse por seguir a Cristo, su líder, a pesar de los castigos, la muerte y el infierno; y a confiar en que entrarán al cielo después de muchas tribulaciones, en lugar de tranquilizarse con una falsa seguridad espiritual””.

Estas preguntas básicas pueden resultar difíciles de responder, incluso para los estudiosos. Pero no es posible ignorarlas: Si no se encuentran argumentos decisivos en contra de estos reproches, quedamos en manos de los enemigos de la Iglesia y del cristianismo. Sin embargo, sería muy sencillo cortar las alas de los críticos: utilizando la indulgencia de acuerdo con las enseñanzas cristianas. Por eso, debemos exhortar a detener y expulsar a los falsos profetas. A los creyentes debería volver a transmitírseles que al cielo se llega por un camino de tribulaciones, castigos y muerte, y no con indulgencias y falsas esperanzas.

 

lunes, 21 de octubre de 2024

 

DOS MENTES "EXTRAORDINARIAS” DESAFÍAN EL ORIGEN DEL UNIVERSO

Amadeo Albuquerque Lara

El origen del universo ha sido el principal desafío para los inquietos e imaginativos científicos. La pregunta que inquietaba al estadounidense Edwin Hubble (1889-1953) y al sacerdote y astrónomo belga, Georges Lemaitre (1894-1966). La pregunta era: “How did the universe begin?” ¿Cómo comenzó el universo? ¿Se imaginan a dos hombres con una mentalidad finita y limitada, queriendo explicar el origen e inmensidad del universo? Hubble con su gigantesco y sofisticado telescopio para su época, pensó contestar la pregunta. Luego, a este científico se le unió el sacerdote y astrónomo Georges Lemaitre con la “inigualable” hipótesis del Big Bang, como la respuesta a la pregunta de cómo se originó el universo.

Desde entonces, la mayoría de los astrofísicos, como Stephen Hawking y otros, han continuado apoyando esta hipótesis del Big Bang. Pero Hawking afirma que antes del Big Bang no había nada, ni siquiera Dios. Porque según él, no se necesita ningún dios para explicar el origen del universo. Pero tampoco existe un humano que pueda explicar con argumentos de alcance humano, cómo vino a la existencia el universo.

Porque el científico Mariano Artigas presupone que “la cosmovisión científica actual sugiere que el universo está atravesado en su interior por una racionalidad que debe remitir a una inteligencia personal” (La mente del universo, Artigas Mariano). “Entonces quizás, el Big Bang es una teoría errónea… o en el menor de los casos es una teoría incompleta” (3 teorías que desafían el Big Bang, BBC Mundo). Esto demuestra la debilidad y complejidad de la llamada “Teoría del Big Bang”.

“Uno de los físicos más eminentes del mundo, Stephen Hawking, dice haber cambiado de parecer con respecto a la creación del Universo y ahora afirma que Dios no tuvo nada que ver en ello” (BBC Mundo).

“En su anterior libro de 1988, el popular "Una breve historia del tiempo", Hawking pareció aceptar la mano de Dios en la creación del cosmos. "Si pudiéramos descubrir una teoría completa, sería el máximo triunfo de la razón humana, porque entonces conoceríamos la mente de Dios", escribió entonces. Sin embargo, en su última obra, el físico más famoso del Reino Unido disputa la creencia de Isaac Newton, quien afirmó que el Universo debió haber sido diseñado por Dios y no pudo haber surgido del caos” (BBC MUNDO/Noticias).

Hawking en un principio tuvo la idea de que si se lograra explicar la teoría completa de la creación del cosmos, entonces “conoceríamos la mente de Dios”. Sin embargo, queda el reto para los científicos: ¿Se podría conocer la mente de Dios?                     

REFERENCIAS

American Museum of Natural History (Georges Lemaitre, Father of the Big Bang)

Artigas, Mariano, La mente del Universo. Universidad de Navarra

Hawking, Stephen, A brief history of Time

BBC Mundo (3 teorías que desafían el Big Bang)

Hawking, Brief answers to the big questions

Hawking, Stephen, The Grand Design

Redacción/ BBC Mundo (Dios no creó el universo, Stephen Hawking)

THE GRAND DESIGN, Stephen Hawking and Leonard Mlodinov

domingo, 20 de octubre de 2024

JUAN APÓSTOL, EVANGELISTA Y VISIONARIO DE LA DIVINIDAD

Amadeo Albuquerque Lara

Este escrito acerca del apóstol Juan cuenta con el respaldo documental de los escritos del Nuevo Testamento citados aquí, de las enciclopedias Britannica, Wikipedia, “The Voice of the martyrs”, Vatican News, más otras fuentes confiables. Además de estar basada esta información en los Evangelios sinópticos, el Evangelio de Juan, las tres epístolas que llevan su nombre, Apolipsis, Hechos de los Apóstoles, y la Epístola del apóstol Pablo a los Gálatas. El escrito analiza los hechos de la Biblia en los cuales estuvo presente el apóstol Juan junto a sus compañeros apóstoles Pedro y Santiago. Testimonio que lo autoriza para ser considerado el autor de los libros del Nuevo Testamento que contienen el nombre de Juan apóstol y fuerte defensor de la divinidad del Señor Jesús, como ningún otro de sus compañeros. Véase la versión Reina Valera 1960: el Evangelio de Juan, 1ra Juan 5:7-8 (texto mutilado), 1ra Timoteo 3:16 (texto mutilado también) en otras versiones, y el libro de Apocalipsis.

Juan el Apóstol es el autor del Evangelio que lleva su nombre, del libro de Apocalipsis, y de las tres epístolas juaninas. Aunque hay críticos que dudan de la autoría del libro de Apocalipsis, las evidencias son mayores que las especulaciones de los diferentes “aparatos críticos”. El apóstol Juan fue un discípulo destacado del Señor Jesús, y estuvo presente en distintos eventos en la vida y ministerio de Jesús. Juan es el más longevo de los apóstoles, testigo y partícipe de las persecuciones por los emperadores romanos y por el Sanedrín judío. El único que podía solidarizarse con los creyentes perseguidos y angustiados; y el único que podía brindar la esperanza de la recompensa y la ciudadanía en la Nueva Jerusalén, y de presentar una tierra nueva un nuevo cielo, y la corona de la vida.

Juan nació en Galilea, era hermano de Santiago el Mayor, hijo de Zebedeo, y probablemente hijo de Salomé. Al tiempo de su llamamiento al apostolado por Jesús, probablemente vivía en Capernaún o Cafarnaún, según el idioma que cite el nombre de la ciudad. Tanto a Juan como a su hermano Santiago, Jesús los llamó “Boanerges” o “hijos del trueno” (Marcos 9:38), debido a su carácter impetuoso.

Juan perteneció al círculo íntimo del Mesías en su manifestación divina. Estuvo presente en el milagro de la resucitación de la hija de Jairo. Fue tan privilegiado que fue testigo, junto a Pedro y Santiago, de la Transfiguración de Jesús en la cual el Señor se vuelve radiante en gloria divina, “resplandeció su rostro como el sol, y sus vestidos se hicieron blancos como la luz” (Mateo 17:2b). Este acto divino es tan importante, que es narrado por los tres evangelios sinópticos. En esa visión milagrosa y gloriosa, los tres discípulos tuvieron la visión de tres personajes bíblicos: Jesús, Moisés y Elías.

Juan, Santiago o Jacobo y Pedro también fueron partícipes de los últimos momentos de angustia y oración de entrega de su Maestro, en su agonía en el huerto o jardín de Getsemaní, ante la cercanía de su pasión, muerte y resurrección. Aunque Jesús los escogió como testigos de su entrega al Padre, el cansancio de ellos, no les permitía permanecer despiertos; y mientras Jesús oraba, ellos dormían. En cuanto a Juan, algunos comentaristas lo han llamado Juan el divino, o Juan el teólogo; y tienen razón, por ser un teólogo verdadero al presentar a Jesús como la Palabra creadora, y como el mismo Dios hecho carne, que hizo su Tabernáculo entre nosotros (Enmanuel o Dios con nosotros).

Además de ser testigo de los eventos sagrados anteriores, Juan estuvo recostado al pecho del Maestro, durante la Última Cena; fue testigo cercano de la crucifixión, junto a la madre de Jesús. Tuvo el privilegio de estar presente en las apariciones de Jesús resucitado, y de la pesca milagrosa en el Mar de Galilea. Esta participación de Juan en el ministerio de Jesús nadie la puede poner en duda como la de ser autor de los libros que llevan su nombre en el Nuevo Testamento. Ningún otro Juan se menciona en el Nuevo Testamento al que se le quiera dar el mérito de suplantarlo.

Juan junto a sus otros hermanos apóstoles estuvo presente en el Aposento Alto, esperando el cumplimiento del derramamiento del Espíritu Santo profetizado por Joel (2:28-32) y el mandato de Jesús de no salir de Jerusalén hasta ser revestidos con el Espíritu Santo (Lucas 24:49). Después de este otro acto milagroso, Juan, Pedro y Santiago fueron considerados “las columnas” o principales líderes en la Iglesia de Jerusalén (Gálatas 2:9); además, Juan y Pedro fueron misioneros, predicadores y obradores de milagros para proclamar el mensaje del Evangelio entre judíos, y ante los creyentes de Samaria. También Juan sufrió las embestidas del Concilio de Jerusalén; y sufrió la prisión por causa de predicar el Evangelio de Jesucristo. Posteriormente, fue desterrado a la Isla griega de Patmos por el Emperador romano, Tito Flavio Domiciano (51-96). Después de este destierro se trasladó a la ciudad de Éfeso, hasta su muerte natural. Quizás debido a su presencia en Éfeso, algunos lo confundan con el mencionado Juan el Presbítero, o Juan el Anciano, o Juan de Éfeso, o Juan de Patmos, pero sin el fundamento como el que se ha presentado en este escrito. (Confróntese las Enciclopedias Britannica, Wikipedia, The Voice of the martyrs, Vatican News, más los textos bíblicos citados en este estudio).

Sin embargo, los críticos, teólogos modernos y maestros de Biblia, discípulos de los teólogos alemanes, como Karl Lachmann (1793-1851), filólogo y creador de la crítica textual; y Rudolf Bultmann (1884-1976), teólogo luterano y profesor de Nuevo Testamento, quien afirmó que hay que “desmitologizar” el Nuevo Testamento para que sea creído por una mente científica. Pero estos teólogos modernos, ignorando todo el ministerio y participaciones en los actos milagrosos de Jesús, niegan la autoridad del apóstol Juan como autor del Evangelio de su nombre, de las tres epístolas que también llevan su nombre, y del libro de la Revelación de Jesucristo, o Apocalipsis. A continuación, cito un párrafo tomado de Wikipedia:

“Las polémicas que sobre él se abatieron y aún se abaten —en particular, si Juan el Apóstol y Juan el Evangelista fueron o no la misma persona, y si Juan el Apóstol fue autor o inspirador de otros libros del Nuevo Testamento, como el Apocalipsis y las Epístolas joánicas: Primera, Segunda y Tercera— no impiden ver la tremenda personalidad y la altura espiritual que a Juan se adjudica, no solo en el cristianismo, sino en la cultura universal. Muchos autores lo han identificado con el discípulo a quien Jesús amaba, que cuidó de María, madre de Jesús, a pedido del propio crucificado (Stabat Mater). Diversos textos patrísticos le adjudican su destierro en Patmos durante el gobierno de Domiciano, y una prolongada estancia en Éfeso, constituido en fundamento de la vigorosa «comunidad joánica», en cuyo marco habría muerto a edad avanzada. A través de la historia, su figura ha sido asociada con la cumbre de la mística experimental cristiana. Su presencia en artes tan diversas como la arquitectura, la escultura, la pintura, la música, la literatura, y la cinematografía es notable. La Iglesia católica, la ortodoxa, y la anglicana entre otras, lo celebran en distintas festividades (ver ficha)” (Crédito: Wikipedia).

En un escrito anterior en donde analizo el contenido, autoría y propósito de Juan el apóstol al escribir el libro de Apocalipsis, cito también trozos de la información que ofrece la Encyclopedia Britannica, reconocida fuente de información histórica.

CONCLUSIÓN

Después de ofrecer este aporte a la persona y obra apostolar de Juan, no queda duda que el apóstol Juan, el discípulo a quien Jesús amaba (Juan 13:23), y el partícipe junto a sus compañeros apóstoles Pedro y Santiago el Mayor de tantos actos y eventos milagrosos de Jesús, creo que es totalmente injusto dudar de su autoría de los libros del Nuevo Testamento que llevan su nombre; aun teniendo el cuidado del apóstol de incluir su nombre en su Evangelio, en sus tres epístolas, y en el último libro del Nuevo Testamento, Apocalipsis.

Es tan injusto querer regalarle la autoría a un Juan el Presbítero o Juan el Anciano, o Juan de Éfeso, o Juan de Patmos. Todos esos apelativos regalados a un personaje desconocido en la Biblia y en otros documentos históricos (“oscuro, y legendario”, según las Enciclopedias Britannica y Wikipedia); pero más que todo, tener la osadía de negar hechos de tanta importancia relatados en los Evangelios sinópticos, en el Evangelio que lleva su nombre, en las epístolas que también llevan su nombre, y en el libro de la “Revelación de Jesucristo” o Apocalipsis. Por último, remito a los lectores a Apocalipsis 22:18-19):

Yo testifico a todo aquel que oye las palabras de la profecía de este libro: Si alguno añadiere a estas cosas, Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en este libro. 19 Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad y de las cosas que están escritas en este libro”.

REFERENCIAS

Apocalipsis Reina Valera 1960

Encyclopedia Britannica

The Voice of the martyrs

Vatican News

Wikipedia 

viernes, 18 de octubre de 2024

 

El autor del libro de Apocalipsis y las epístolas juaninas en duda por teólogos modernos

Prester John, legendary Christian ruler of the East, popularized in medieval chronicles and traditions as a hoped-for ally against the Muslims. Believed to be a Nestorian (i.e., a member of an independent Eastern Christian church that did not accept the authority of the patriarch of Constantinople) and a king-priest reigning “in the Far East beyond Persia and Armenia,” Prester John was the centre of a number of legends that hark back to the writings of “John the Elder” in the New Testament. (Encyclopedia Britannica)

John the Presbyter was an obscure figure of the early Church who is either distinguished from or identified with the Apostle John and/or John of Patmos. He appears in fragments from the church father Papias of Hierapolis as one of the author's sources and is first unequivocally distinguished from the Apostle by Eusebius of Caesarea. He is frequently proposed by some as an alternative author of some or all of the Johannine books in the New Testament. (Wikipedia)

Nótese que ambas enciclopedias califican a Juan el Presbítero o Juan el Anciano como un personaje legendario (Britannica); y como una figura oscura de la Iglesia primitiva (Wikipedia). Sin embargo, los teólogos modernos, discípulos de los teólogos alemanes, siguen creyendo que Juan el apóstol no es el autor de Apocalipsis, sino este personaje Juan el Presbitero o Juan el Anciano. Y no sólo le asignan la autoría de Apocalipsis, sino también la autoría de las epístolas juaninas. Siempre hemos creído que el Apóstol Juan es el autor de Apocalipsis, del Evangelio de Juan, y de las epístolas juaninas. Pero después del siglos XIX, toda la Biblia se ha puesto en duda. Espericialmente, el Nuevo Testamento.

Como creyentes en la Palabra de Dios, especialmente como pastores y predicadores, debemos dejar las opiniones de los teólogos modernos que se basan en la teología y crítica textual del Nuevo Testamento. Teorías y teología que ahora se enseña en los Seminarios de nuestra época.


jueves, 17 de octubre de 2024

 

LA REVELACIÓN DE JESUCRISTO: APOCALIPSIS DE JUAN

Amadeo Albuquerque Lara

Las primeras palabras del libro de Apocalipsis son: “La revelación de Jesucristo….” Su autor indiscutido es el apóstol Juan, el discípulo amado, el discípulo al que Jesús en la cruz le encomendó los cuidados de su madre, y a quien dio por hijo a su madre. El apóstol Juan siempre estuvo al lado de su Maestro y a quien Jesús dirigió estas palabras: “Jesús le dijo: Si quiero que él quede hasta que yo venga, ¿qué a ti? Sígueme tú” (Juan 21:22). Estas palabras se las dirigió al apóstol Pedro, cuando éste le preguntó: “¿y qué de éste?”, refiriéndose a Juan. Desde entonces, se extendió la noticia de que Juan no moriría. En realidad, el apóstol Juan fue el más longevo de sus doce discípulos, y el único que falleció de muerte natural. Se cree que Juan murió alrededor de los años 100-101, después que escribió el libro de Apocalipsis, en los años 96-98.

El libro de Apocalipsis ha sido interpretado con sesgos sensacionalistas tanto por evangélicos como por católicos. Tanto predicadores, como maestros de Biblia se han enfocado en dar una interpretación caprichosa a las figuras y símbolos alegóricos que aparecen en el libro, en vez de explicar el verdadero propósito por el cual se escribió el libro. Naturalmente, a los oyentes o lectores les encantan las historias de lo oculto, de lo desconocido, o de lo que infunde miedo, porque nos gustan las historias de terror, las favoritas de los viernes 13.

“El libro tiene dos partes bien diferenciadas: La primera en la que se describe la situación actual de la Iglesia y de los cristianos, y la segunda en la que se narra un futuro lleno de esperanza para los seguidores de Jesús y para toda la humanidad” (gobiernodecanarias.org/Biblia). La primera parte está comprendida en los capítulos 1-3, en los cuales relata la situación actual de las iglesias del Asia Menor, especialmente. La segunda parte, está comprendida desde el capítulo cuatro hasta el final.

Después de la muerte de los apóstoles Pedro, Pablo y Juan, comienza la era postapostólica; es la era de las más terribles persecuciones; Santiago muere decapitado por Herodes Agripa I, según Hechos 12:2; Esteban, el diácono, muere apedreado ante una turba desenfrenada, mientras predicaba el Evangelio (Hechos 7:1-8:1-3). Cerca del año 68, Pedro y Pablo fueron asesinados por Nerón, emperador romano, durante una feroz persecución emprendida por los emperadores romanos, antes y después de Nerón. Por lo tanto, estas persecuciones causaron el temor y temblor de los creyentes en Jesús y ansiaban el pronto regreso de Jesucristo. El apóstol Juan, el único superviviente durante estos años, había sido desterrado a la isla de Patmos por el emperador Domiciano. “Yo Juan, vuestro hermano, y copartícipe vuestro en la tribulación, en el reino y en la paciencia de Jesucristo” (Apoc 1: 9) Estando en el destierro «a causa de la palabra de Dios y el testimonio de Jesucristo» Juan recibe la visión para que escribiera las cosas que habían de acontecer. Y al mismo tiempo para solidarizarse con los creyentes perseguidos y asesinados; porque él mismo participaba de la tribulación.

Después de la introducción del libro de Apocalipsis, Juan se dirige a las siete iglesias del Asia Menor: Éfeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia y Laodicea (Apoc 2-3). Después de lamentar el estado de algunas de las siete iglesias, Juan expresa el propósito al escribir el libro: para darles aliento y esperanza a los perseguidos cristianos y mostrarles la nueva tierra y los nuevos cielos, en donde no habrá más sufrimientos, ni llanto.

A partir del capítulo cuatro hasta el final, comienza Juan a relatar las visiones, figuras y personajes extraordinarios, y símbolos alegóricos, que son los temas que tanto atraen a ciertos predicadores y creyentes. Las imágenes principales que Juan describe son la del Cordero, los ángeles, el rollo, los sellos, las bestias y dragones; más la imagen de la serpiente antigua llamada diablo. Esos personajes son los causantes de las persecuciones y de las tribulaciones de los creyentes, los cuales serán echados al lago de fuego; pero Juan no se queda ahí.

En el capítulo 7 Juan relata la visión de la multitud vestida de ropas blancas, las que han sido lavadas por la sangre del Cordero. En los siguientes capítulos Juan describe a ángeles que lamentan la situación de los moradores de la Tierra, las trompetas, y la imagen del Templo de Dios.

El Apocalipsis presenta imágenes simbólicas y alegóricas de tres mujeres: 1) la mujer vestida del sol coronada con doce estrellas, y el dragón. Esta visión del capítulo 12 ha sido motivo de controversias según las diferentes interpretaciones. 2) la mujer que representa a Babilonia, la madre de las rameras, en el capítulo 17; y 3) en el capítulo 19, presenta a la esposa del Cordero, que sin vacilaciones es la Iglesia de Jesucristo, no una iglesia idólatra.

El capítulo doce ha sido interpretado con sesgos doctrinales de parte de la Iglesia católica. Se trata de la mujer y el dragón. En realidad, el dragón es el causante de los males y persecuciones. El dragón es la serpiente antigua o el diablo que ha querido destruir a la Iglesia de Jesucristo. Pero Juan advierte a los cristianos que el dragón se puede vencer con la sangre del Cordero, Jesucristo.

Hay que hacer notar que las imágenes en las visiones de Apocalipsis no son siempre personas individuales, sino que generalmente representan colectivos. Algunos estudiosos del Apocalipsis suponen que el dragón puede representar a Herodes, porque él quiso matar al bebé Jesús. Pero esto supondría que la mujer es María, interpretación católica. Pero también otros suponen que representa a Israel, por la corona de doce estrellas sobre la cabeza de la mujer. Las doce estrellas serían las doce tribus de los hijos de Israel.

Si de interpretaciones de figuras y personajes alegóricos se trata, el libro de Apocalipsis es muy difícil de llegar a conclusiones y significados convincentes. Pero esas figuras y personajes de terror no son el centro y propósito del libro. Ya que Juan usa las figuras y personajes que representan el mal causante de la tribulación y sufrimientos. Su principal propósito es amonestar a las iglesias del Asia Menor que se habían desviado, para que vuelvan al primer amor; y segundo, dar ánimo y esperanza a los sufridos creyentes víctimas de la terrible persecución, y mártires por causa de su fe en Jesús. La tribulación era tanta, que los sufrientes cristianos ansiaban el pronto regreso de Cristo. Por tanto, Juan se solidariza con ellos y les asegura que el sufrimiento en esta Tierra, no se compara con la gloria de la Nueva Jerusalén celestial. Juan les asegura la corona de la vida si permanecen fieles hasta la muerte, aún más si mueren como mártires. “No tengas ningún temor de las cosas que has de padecer. He aquí, el diablo va a echar a algunos de vosotros a la cárcel, para que seáis probados, y tendréis tribulación durante diez días. Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida” (Apoc 2:10). Aquí el diablo no es una persona, sino la institución o instituciones que perseguían a los cristianos: el Imperio romano y las instituciones judías antimesiánicas. Los diez días son simbólicos y no necesitan ninguna interpretación. Sin duda presentan un período de corta duración comparado con la eternidad de gloria y recompensas.

El capítulo 14 es la visión del cántico de los 144,000 que son los redimidos como primicias para Dios y el Cordero. También esta visión ha sido motivo de interpretaciones doctrinales sesgadas. El número 144 es el resultado de multiplicar 12 x 12; cifra que se refiere a las 12 tribus de Israel, cifra que se representa en las puertas de la Ciudad Santa, la Jerusalén celestial, y que es una cifra constante en el libro. No olvidemos que estas visiones son alegóricas y simbólicas. En la visión de los tres ángeles, uno de ellos tiene el evangelio eterno para predicarlo a todas las naciones. Esta visión es una retrospección a la gran comisión que Jesucristo le encomendó a sus discípulos de ser testigos en Jerusalén, en Samaria, y hasta lo último de la Tierra (Marcos 16:15-18). Esta comisión se está cumpliendo desde Jerusalén hasta nuestros días. Los otros dos ángeles advierten de la caída de Babilonia, la pagana y fornicaria; indicación de Juan a los cristianos que el mal tendrá su castigo. Y el tercer ángel, advierte de no adorar a la bestia, o Satanás.

El capítulo 17 también ha sido motivo de controversias entre los intérpretes del Apocalipsis: se trata de Babilonia, la madre de las rameras y de las abominaciones de la Tierra. Esta visión es muy explícita. La madre de las rameras es Babilonia, la enemiga del pueblo de Dios. Esta visión dejó aterrorizado al apóstol Juan: “Vi a la mujer ebria de la sangre de los santos, y de la sangre de los mártires de Jesús; y cuando la vi, quedé asombrado con gran asombro” (Apoc 17:6). Esta visión representa al Imperio romano, y a la institución judía anticristiana, perseguidores de los cristianos.

Evidentemente, la visión de la Jerusalén celestial, la ciudad santa, de la nueva tierra y del nuevo cielo, será el cumplimiento de la profecía de Isaías: “Porque he aquí que yo crearé nuevos cielos y nueva tierra; y de lo primero no habrá memoria, ni más vendrá al pensamiento. 18 Mas os gozaréis y os alegraréis para siempre en las cosas que yo he creado; porque he aquí que yo traigo a Jerusalén alegría, y a su pueblo gozo. 19 Y me alegraré con Jerusalén, y me gozaré con mi pueblo; y nunca más se oirán en ella voz de lloro, ni voz de clamor” (Isaías 65:17-19). Por tanto, ese es el propósito de Juan al escribir el libro de Apocalipsis, presentar a los creyentes en Jesucristo la recompensa de los que sean fieles hasta la muerte: la Nueva Jerusalén donde no habrá persecuciones, tribulación, sufrimiento, ni lloro, ni lamentaciones.

“Y no habrá más maldición; y el trono de Dios y del Cordero estará en ella, y sus siervos le servirán, 4 y verán su rostro, y su nombre estará en sus frentes. 5 No habrá allí más noche; y no tienen necesidad de luz de lámpara, ni de luz del sol, porque Dios el Señor los iluminará; y reinarán por los siglos de los siglos” (Apoc 22:3-5).

CONCLUSIÓN

Este análisis se ha hecho con el fin de eliminar las tendencias de ciertos profesores de Biblia de interpretar antojadizamente las visiones, figuras y personajes alegóricas, sin tener ningún fundamento más que su ubérrima imaginación.  También se ha expresado que el libro se divide en dos partes: 1) la lamentable situación de las iglesias del Asia Menor, y 2) solidarizarse con los sufridos y perseguidos cristianos, para darle la esperanza de un nuevo cielo y una nueva tierra, en los cuales no habrá más lamentaciones ni sufrimiento. El mensaje de Juan en Apocalipsis es muy claro. Confirmar que él es el autor del libro; que hay que ser fieles a Dios y al Cordero a pesar del sufrimiento y de las persecuciones; y que el único digno de adoración es Dios.

“Yo Juan soy el que oyó y vio estas cosas. Y después que las hube oído y visto, me postré para adorar a los pies del ángel que me mostraba estas cosas. 9 Pero él me dijo: Mira, no lo hagas; porque yo soy consiervo tuyo, de tus hermanos los profetas, y de los que guardan las palabras de este libro. Adora a Dios” (Apoc 22:8-9).

 REFERENCIAS                  

Apocalipsis RVR 1960

Gobierno de Canarias (gobiernodecanarias.org/Biblia)

lunes, 14 de octubre de 2024

 

EL ALFABETO ARMENIO DE 39 LETRAS, FUE CREADO PARA TRADUCIR LA BIBLIA

Amadeo Albuquerque Lara

La Biblia es el libro más traducido de toda la literatura universal. La Biblia comenzó a recopilarse mediante textos cristianos locales. Luego, la tradición oral fue tomando rasgos globales y se transformó en escritos documentados. Los cuatro evangelios, como los tenemos hoy, se formaron de la tradición oral. El apóstol Juan, el discípulo amado, escribió lo siguiente:

“Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado, y palparon nuestras manos tocante al Verbo de vida 2 (porque la vida fue manifestada, y la hemos visto, y testificamos, y os anunciamos la vida eterna, la cual estaba con el Padre, y se nos manifestó); 3 lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo” (1ra Juan 1:1-3).

La Palabra de Dios no podía permanecer como habla oral, solamente. Se necesitaron escritores cristianos para plasmarla por escrito para que perdurara para la posteridad. Además, los escritores de la Biblia no escribieron de oídas, sino que fueron testigos oculares de los hechos.

Según el sitio Hyur service, el alfabeto armenio fue creado para usarlo en la escritura; pero específicamente, fue creado para traducir la Biblia al armenio, y para difundir el cristianismo. El alfabeto fue creado y desarrollado por San Mesrop Mashtots, en los años 405-406.  

Según RT español, los arqueólogos descubrieron restos de un edificio en Armenia que creen haya sido la primera iglesia cristiana. Armenia fue el primer Estado cristiano del mundo. Por lo tanto, debieron preocuparse por traducir la Biblia a su lengua nacional, el armenio. El hallazgo de los restos del edificio fue publicado por la Universidad de Münster. El edificio tenía forma octogonal, con anexos en forma de cruz. Además, el edificio data del siglo IV y es un monumento único, y “estaba profusamente decorado con mármol importado del Mediterráneo”, publica RT en español.

Para destacar la importancia que tiene la arquitectura antigua y moderna de templos, mezquitas y sinagogas, es necesario reconocer qué sería de la arquitectura sin edificios construidos para la adoración de las diferentes divinidades. El cristianismo se ha preocupado por construir edificios con diferentes estilos arquitectónicos por arquitectos de renombre, y obras de arte de los más renombrados pintores de la antigüedad y modernos. Bastaría con echar un vistazo a la arquitectura clásica.

REFERENCIAS

Hyur service

RT español

Universidad de Münster

sábado, 12 de octubre de 2024

 

CONFLICTOS RESUELTOS MEDIANTE UNA BULA PAPAL

En ocasión del mal llamado  “Descubrimiento de América” y de

Conmemorar La Reforma Protestante por Martín Lutero

Amadeo Albuquerque Lara

En este mes de octubre se conmemora la Reforma Protestante el 31 de octubre de 1517, y se lamenta el desencuentro entre dos civilizaciones: España y América. Pero poco se sabe de la disputa que hubo entre los reinos de España y Portugal. Porque el Monarca Juan II de Portugal (1455-1495) reclamaba las riquezas de todos los países saqueados por Cristóbal Colón y sus hombres. Y España las reclamaba para su reino también. Colón había venido a América en 1492, y tan pronto se avizoraban las riquezas de estas pobres tierras, “la América indígena”, “de pueblos bárbaros”, como nos llamó el gramático andaluz Antonio de Nebrija en el Prólogo de su Gramática Castellana (1492), cada uno de los dos reinos quería ser el único beneficiado.

La Disputa entre los reinos de España y Portugal

Entonces, había que solucionar la disputa. Los reyes católicos, Isabel de Castilla y Fernando de Aragón procuraron el poderío del nuevo Papa, Alejandro VI (1431-1503), quien en 1493 firmó y selló la Bula o Documento papal para sentar las bases del “derecho universal”. La Bula Inter Caetera, del Papa Alejandro VI de 1493 lo arregló todo. Tanto el reino de Portugal, como el de España tendrían sus derechos de posesión, como hasta ahora está establecido. (Crédito: Remeseiro Fernández, Alejandro. (2004).

Hasta aquí la reseña de la llamada o mal llamada “Conquista o Descubrimiento de América”. Actualmente, la fecha del 12 de octubre de 1492 se ha renombrado como “La Resistencia Indígena”. Además de la historia dada a conocer en el párrafo primero de este escrito, les recomiendo a los lectores que indaguen un poco más en el libro “Las venas abiertas de América Latina” de Eduardo Galeano. Por eso, nuestro insigne poeta Rubén Darío le dice a Colón: “¡Desgraciado Almirante! Tu pobre América,/ tu india virgen y hermosa de sangre cálida, […]

“Ellos eran soberbios, leales y francos,/ ceñidas las cabezas de raras plumas;/ ¡ojalá hubieran sido los hombres blancos/ como los Atahualpas y Moctezumas!” […]

“¡Pluguiera a Dios las aguas antes intactas/ no reflejaran nunca las blancas velas;/ ni vieran las estrellas estupefactas/ arribar a la orilla tus carabelas!”.

Qué belleza de poema, qué protesta, qué percepción de la realidad, la que muy pocos entienden; especialmente, los europeístas.

La Reforma Protestante

Ahora me voy a referir a algunos aspectos del movimiento religioso conocido como “La Reforma Protestante”, iniciado por el monje agustino y teólogo alemán, Martín Lutero, el 31 de octubre de 1517, porque en estas circunstancias, dos BULAS PAPALES quisieron anular un movimiento que estaba basado en los principios de la Palabra de Dios, pero no pudieron.

Así como en la invasión de América por España y Portugal, estuvo involucrada la investidura y poderío papal de Alejandro VI, también en la Reforma estuvieron involucrados los siguientes papas, especialmente, el Papa León X:

Los papas en tiempo de Martin Lutero y Carlos V: León X (11 de marzo de 1513 a 1 de iciembre de 1521); Adriano VI (9 de enero de 1522 a 14 de septiembre de 1523); Clemente VII (26 de noviembre de 1523 a 25 de septiembre de 1534); Paulo III (3 de noviembre de 1534 a 10 de noviembre de 1549). Pero el poderío al que tuvo que enfrentar Lutero fue el del Papa León X, y el del Emperador Carlos V.

En 1521, el Papa León X excomulgó o expulsó de la Iglesia católica al monje agustino y teólogo alemán, Martín Lutero. La causa de la excomunión fue porque Lutero le reclamó al Papa y a las autoridades de turno que reformaran a la Iglesia. Se había hecho práctica de parte de los papas la de emitir bulas ofreciendo la salvación del alma a cambio de depositar grandes sumas de dinero; así como promulgar dogmas y doctrinas alejadas de la Biblia. Según la historia, “El más antiguo documento papal sobre papiro que se conoce con fecha cierta es una bula del papa Esteban III (c. 720-772) del año 757”, según Wikipedia. La Encyclopedia Britannica afirma lo siguiente, respecto a las bulas papales:

“Para el siglo XIII, el término bula papal se estaba usando solamente para documentos emitidos por el Papa. Estos incluían canonizaciones de santos, pronunciamientos dogmáticos, la dispensación para el matrimonio de Enrique VIII con Catalina de Aragón (la viuda de su hermano), la restauración de la Sociedad de Jesús en 1814; y el anuncio del próximo Segundo Concilio Vaticano. Tanto los papas Juan Pablo II, así como el Papa Francisco han emitido bulas para anunciar los años del Jubileo: el Gran Jubileo de los años 2000 a 2001; y del Jubileo Extraordinario de la Misericordia de 2015 a 2016, respectivamente” (Crédito Britannica: traducción personal del inglés).

Sin embargo, no todas las bulas papales fueron pacíficas. El Papa León X emitió dos bulas en contra del reformador Martín Lutero. Una era para que Lutero se retractara de pedir la reforma de las doctrinas antibíblicas; y la segunda, para excomulgar a Lutero por no acatar la Bula. Esta bula fue la que derramó la gota que rebalsó el vaso para el Reformador. Lutero rompió la Bula ante un público, acto que encolerizó al Papa León X, y lo mandó a perseguir como “hereje” para que la llamada Santa Inquisición lo quemara en la hoguera. Pero hemos dicho que Lutero tuvo como su protector a Federico III de Sajonia.

Estos dos acontecimientos a los que me he referido en este corto escrito estuvieron llenos de conflictos político-religiosos. El primero, la invasión de América por los reinos de España y Portugal, fueron resueltos mediante la Bula del Papa Alejandro VI; pero la Reforma Protestante fue un movimiento completamente religioso de parte de Lutero, para que la Iglesia católica se ajustara a las doctrinas expresadas en la Biblia. Pero el rechazo de parte del Papa León X y su junta de cardenales, más el poderío político de Carlos V, no pudieron acallar el movimiento de Reforma que se extendió por toda Alemania y Europa, porque Lutero se basó en los principios indestructibles de la Palabra de Dios.

REFERENCIAS

Bulas papales/ Remeseiro Fernández

Bulas papales/ Technohumanismo

Encyclopedia Britannica/Britannica

Wikipedia

http://www.archivodelafrontera.com/wp- content/uploads/2011/08/GAL012.pdf