viernes, 19 de septiembre de 2025

 

¿NO HAY BÁLSAMO EN GALAAD?

"¿No hay bálsamo en Galaad? ¿No hay allí médico? ¿Por qué, pues, no ha recobrado la salud la hija de mi pueblo?” (jeremías 8:22) “¿No está Jehová en Sion? ¿No está en ella su Rey? ¿Por qué me hicieron airar con sus imágenes de talla, con vanidades ajenas?” (Jeremías 8:19b).

Amadeo Albuquerque Lara

Galaad, también conocido como Ramot de Galaad, era un territorio dentro de la Tribu de Manasés oriental, al sur del Valle de Basán. Según relatos bíblicos, en el territorio de Galaad, el rey Acab de Israel fue herido mortalmente en una batalla contra Siria, y más tarde, Jehú fue ungido como rey de Israel allí. Pero también Galaad era un personaje bíblico, nieto de Manasés (Números 36). A Manasés le tocó en suerte dos territorios: la mitad del territorio al este del río Jordán, y la otra mitad al oeste del mismo río. Galaad y Basán eran regiones muy fértiles; Basán fue seleccionada para la crianza de ganado por sus abundantes pastizales. En tanto que Galaad era una región montañosa y boscosa, muy famosa por el bálsamo que se producía en su territorio. El bálsamo de Galaad provenía del árbol llamado Commiphora gileadensis o Commiphora opobalsamum, (Crédito: Evangélico digital). Ampliaré esta información más adelante.

El bálsamo de Galaad cumplía una triple función: 1) Se utilizaba en la industria de la perfumería de alto valor comercial (Génesis 37:25); 2) Era utilizado como incienso en los ritos del Tabernáculo y del Templo hebreo (Éxodo 30); y 3) Metafórica y espiritualmente, referenciaba la presencia, el poder y justicia de Dios dentro del pueblo de Israel y Judá (Jeremías 8). El bálsamo era muy apreciado para curar los sufrimientos y las heridas físicas, así como las del alma, proclamado como la solución de la desolación y abandono de Dios por el pecado de Judá, por el profeta Jeremías.

Según el libro de Deuteronomio capítulo 19, Dios ordenó a Moisés que se establecieran ciudades de refugio en el territorio de la tierra prometida. Ramot de Galaad era una de las ciudades levitas seleccionada como ciudades de refugio, para amparar a quienes cometieran un asesinato sin intención de matar y sin antecedentes de enemistad. En el territorio de Manasés Dios ordenó a Moisés que designara seis ciudades de refugio: tres al este del Jordán y tres al oeste; véase también Números 35:9-15.

Entonces apartó Moisés tres ciudades a este lado del Jordán al nacimiento del sol, 42 para que huyese allí el homicida que matase a su prójimo sin intención, sin haber tenido enemistad con él nunca antes; y que huyendo a una de estas ciudades salvase su vida: 43 Beser en el desierto, en tierra de la llanura, para los rubenitas; Ramot en Galaad para los gaditas, y Golán en Basán para los de Manasés” (Deuteronomio 4:41-43).

Otro aspecto importante del territorio de Galaad fue que el rey Salomón nombró a Ben Geber gobernador del territorio de Ramot de Galaad para que se encargara de las provisiones para la casa real. Estas provisiones provenían de las aldeas y ciudades de Galaad y del Valle de Basán (1 Reyen 4:7,13). Ramot de Galaad desempeñó un papel importante en la historia del pueblo de Israel, porque constituía la puerta de entrada al territorio al este del Jordán, una región muy fértil, proveedora de los mejores aceites o bálsamos. Del bálsamo fabricaban los mejores perfumes y aceites medicinales para curar heridas físicas y espirituales.

Ya se ha documentado que de la resina de un árbol fabricaban aceites, inciensos, como los que se emplearon en el Tabernáculo israelita, y perfumería exquisita. Los perfumes eran tan distinguidos que con ellos ungían a la reina Ester y demás doncellas, antes de entrar a los aposentos del rey Asuero (Ester 2:12-13). El perfume era un aceite balsámico y también un aceite de mirra, ambos aceites perfumaban a la reina Ester y demás doncellas. El aceite balsámico era una sustancia aromática muy valiosa, cuyos métodos de preparación y cultivo se mantenían en secreto.

En la Biblia, se menciona como una valiosa mercancía; por ejemplo, mientras los hermanos de José contemplaban cómo matarlo, pasó una caravana de ismaelitas en su camino a Egipto desde Galaad. En su carga había “aromas, bálsamo y mirra” (Génesis 37:25).

Estas referencias bíblicas al bálsamo de Galaad han inspirado muchas alusiones literarias y culturales, incluyendo referencias en el poema “El Cuervo” de Edgar Allan Poe. El Poema “El Cuervo” trata sobre un hombre afligido por la pérdida de su amada, Leonora, y recibe la visita de un cuervo parlante en su estudio a medianoche. El cuervo, que solo pronuncia la palabra "Nunca más", se convierte en un símbolo de su dolor y de la inevitabilidad de su desesperación, empujándolo a un lento descenso hacia la locura.  A medida que el narrador le hace preguntas sobre su amada y si la volverá a ver, el cuervo repite la misma frase, atormentándolo y reafirmando que su dolor será eterno. El hombre busca respuestas a su sufrimiento y la consolación que nunca encuentra, lo que subraya el absurdo de la existencia. El poema de Edgard Allan Poe es lo opuesto de lo que ofrece el mensaje y la pregunta del profeta Jeremías. Ante el lamento y el sufrimiento, el profeta pregunta: “¿No hay bálsamo en Galaad?”, “¿No está Jehová en Sion? ¿No está en ella su Rey? ¿Por qué me hicieron airar con sus imágenes de talla, con vanidades ajenas?” (Jeremías 8:19b), con el significado que el pueblo de Judá tiene un Dios que sana las heridas físicas y espirituales, y conlleva la esperanza de buscar el favor de Dios.

La pregunta formulada por el profeta Jeremías en el capítulo 8, verso 22 ha sido el motivo por el cual se ha fundamentado este estudio. El motivo ha sido el “Bálsamo de Galaad”, pero la esencia del mensaje ha sido la pregunta del profeta Jeremías al pueblo herido y desconsolado de Judá. Jeremías 8 registra la advertencia de Dios a Judá de lo que Babilonia les haría. Al inicio del capítulo 8 de Jeremías el profeta lanza la advertencia de que los huesos de sus líderes civiles y religiosos serán sacados de los sepulcros y expuestos al sol y a la Luna como castigo a Judá por haber idolatrado en contra de su Dios. Al escuchar las noticias, Jeremías se lamenta: "¿No hay bálsamo en Galaad?" (versículo 22). Su pregunta es una búsqueda poética y espiritual de esperanza, un ruego por la curación espiritual que Dios ofrece, si la buscan. Por eso, el profeta Jeremías les recrimina que si no saben que hay bálsamo en Galaad, como referencia metafórica y espiritual al poder sanador y perdonador de Dios.

En el aspecto espiritual, la pregunta del profeta Jeremías al pueblo de Judá: "¿No hay bálsamo en Galaad?" (Jeremías 8:22) se usa para expresar la desesperación ante la falta de esperanza y curación espiritual en Judá. El bálsamo de Galaad tenía tanta importancia, que la pregunta se convirtió en un símbolo de la búsqueda de consuelo y esperanza, asociándose con el poder curativo de Dios, y la posibilidad de sanar las heridas espirituales. Esperanza y consuelo que en el Nuevo Testamento también se refiere al poder sanador de Dios representado en su Hijo Jesucristo, como el  Salvador, justificador y perdonador.

La pregunta del profeta Jeremías se ha hecho tan importante, que ha inspirado canciones espirituales afroamericanas y se ha usado en obras literarias y cinematográficas para simbolizar la curación y la esperanza.  "There Is a Balm in Gilead" es un espiritual afroamericano que compara el bálsamo curativo con el poder salvador de Jesús, el único verdadero tratamiento que nunca falla en curar nuestras heridas espirituales.

 

En el Antiguo Testamento, el profeta Jeremías se refiere al bálsamo de Galaad en forma metafórica y espiritual simbolizando el poder sanador y perdonador de Dios en los momentos de desesperación y desmoralización, como sucedía frecuentemente con el pueblo de Israel, o con el pueblo de Judá. Y en el Nuevo Testamento tenemos como solución espiritual a Jesucristo. La pregunta sería: ¿Acaso no hay salvación en Cristo? En ambos Testamentos hay una pregunta que infunde el consuelo y la solución a la ruina espiritual: “¿No hay bálsamo en Galaad?” y la respuesta es Dios en el Antiguo Testamento.

En el Nuevo Testamento, el Señor Jesús les reprochó a sus discípulos por diferentes circunstancias, como falta de fe, por buscar privilegios personales, y cuando mostraban desaliento o descontento. En una ocasión les preguntó que si ellos también querían abandonarlo; pero en otra ocasión, al ver que sus discípulo flaqueaban los amonestó diciéndoles: “las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida” (Juan 6:63). Estas palabra se pueden equiparar con el mensaje del profeta Jeremías al pueblo de Judá, y pudieran ser paralelas a la del bálsamo de Galaad, cuando el Señor Jesús les pregunta a sus discípulos: "¿Acaso también vosotros estáis sin entendimiento?" (Mateo 15:16) ante la dureza de corazón de algunos y al mismo tiempo indica la frustración ante la falta de comprensión y fe de la gente, similar a la búsqueda de soluciones sin creer en las disponibles. También, en el Nuevo Testamento, la falta de arrepentimiento del pueblo que no acepta a Jesús como el Mesías puede verse como una negativa a recibir la "sanación" espiritual; la falta de consuelo o la desesperanza en tiempos de persecución o prueba se puede contrastar con la esperanza que se encuentra en Cristo.

Entre otras preguntas que Jesús hizo a sus discípulos voy a citar algunas, como: "¡¿Cómo es que no tenéis fe?!" (Marcos 4:40); les preguntó por qué tenían tanto miedo ante la tempestad. En otra ocasión, los discípulos buscaban destacarse entre ellos mismos en vez de buscar lo espiritual, pero Jesús los increpó: "¿Por qué discutíais entre vosotros sobre quién era el más grande?" (Marcos 9:33-34). Cuando los discípulos no pudieron curar a un epiléptico, Jesús reprocha su poca fe a pesar del poder para sanar que él les había conferido: "¿Hasta cuándo he de soportaros?" (Mateo 17:17). “¿No hay bálsamo en Galaad?”. Otra vez, "¿No entendéis todavía ni creéis?" (Marcos 8:21). Esta pregunta la hizo Je’sus después de la milagrosa alimentación de cuatro mil personas, para que comprendieran que tenían que "creer" en Él: “Hay bálsamo en Galaad”. Jesús los alienta con estas palabras:  

El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida. 64 Pero hay algunos de vosotros que no creen. Porque Jesús sabía desde el principio quiénes eran los que no creían, y quién le había de entregar. 65 Y dijo: Por eso os he dicho que ninguno puede venir a mí, si no le fuere dado del Padre” (Juan 6:63-65).

Este estudio ha documentado las palabras del profeta Jeremías 8:22 referente a la utilidad y propiedades del bálsamo de Galaad, en el Antiguo Testamento, y las ha comparado con los poderes de Jesucristo, en el Nuevo Testamento. Ha comparado la falta de fe del pueblo de Judá y su separación por medio de la idolatría, despreciando el poder espiritual de Dios y ha comparado la falta de fe de sus discípulos y a veces hasta quererse alejar de él.

 

CONCLUSIÓN

 

Este estudio se ha basado en la pregunta retórica y profundamente espiritual que formula el profeta Jeremías en en capítulo 8, verso 22: “¿No hay bálsamo en Galaad?” La pregunta está dirigida al pueblo de Judá por haberse apartado de los preceptos de Dios y por ir tras dioses paganos en vez de la adoración de su Dios y por haber perdido la fe y la esperanza de una solución divina. El profeta Jeremías advierte a Judá lo lamentable de su pecado de idolatría por adorar al sol y a la Luna y los ejércitos del cielo en vez del verdadero Dios, que por esta causa y del pecado de sus líderes civiles y espirituales sufrirán la vergüenza aun los reyes, sacerdotes, los profetas y los moradores de Jerusalén al ser sacados de los sepulcros los huesos de ellos, sin haber quien les dé sepultura.

En aquel tiempo, dice Jehová, sacarán los huesos de los reyes de Judá, y los huesos de sus príncipes, y los huesos de los sacerdotes, y los huesos de los profetas, y los huesos de los moradores de Jerusalén, fuera de sus sepulcros; 2 y los esparcirán al sol y a la luna y a todo el ejército del cielo, a quienes amaron y a quienes sirvieron, en pos de quienes anduvieron, a quienes preguntaron, y ante quienes se postraron” (Jeremías 8:1-2)

Pero Dios no condena sin brindar una oportunidad de arrepentimiento, sino que él espera que el que ha caído se levante, que el que se ha desviado regrese al buen camino; porque Dios lamenta que su pueblo no ha querido volverse de su desviación. Por eso, el profeta Jeremías pregunta: “¿No hay bálsamo en Galaad?”. Pregunta que se ha dicho es una recomendación de buscar a Dios, de volverse de su mal camino, porque Dios es suficiente perdonador para el pueblo de Judá, en el Antiguo Testamento; por eso, el profeta pregunta: “¿No está Jehová en Sion? ¿No está en ella su Rey? ¿Por qué me hicieron airar con sus imágenes de talla, con vanidades ajenas?” (Jeremías 8:19b).

En tanto que en el Nuevo Testamento, tenemos en Jesucristo la reconciliación y perdón de los pecados, la justificación por la fe, la promesa de la vida eterna y la morada que Jesús prometió a todos los que creen en él.

REFERENCIAS

Biblia Reina Valera 1960

Encyclopedia Britannica, Balm of Gilead

Evangélico digital, bálsamo de Galaad

Protestante digital, Ciudad de Refugio

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