JOB: EL CREYENTE EN SU
REDENTOR VIVO
Amadeo
Albuquerque Lara
Job en su
libro es presentado como “un hombre perfecto y recto, temeroso de Dios y
apartado del mal”; como un ganadero muy rico, con 7 hijos y 3 hijas y numerosos
amigos y criados. Job vivía en «la tierra de Uz», la cual es una ciudad
mencionada como parte del antiguo reino de Edom, según el libro de Lamentaciones
4:21. Esta región se situaría en un área que abarca el sur de la actual
Jordania y el sur de Israel, formando parte de la península arábiga.
La tierra
de Edom se encontraba en la región montañosa de Seir, al este del valle de
Arabá y al sur de Judá, extendiéndose hasta el norte de Arabia. Según
estudiosos del libro de Job, la ubicación de la tierra de Uz es anterior al
establecimiento del reino de Edom o Esaú, hermano gemelo de Jacob. Por tanto, para
entender mejor la ubicación de la “tierra de Uz”, es necesario ubicar el territorio
del reino de Edom, lugar bíblico más reciente y mejor conocido.
A pesar de
la dificultad del terreno, Edom se caracterizaba por sus importantes
yacimientos de cobre y hierro, así como por su desarrollo agrícola y
sofisticadas fortificaciones. Sin embargo, al reino de Edom le llegó su castigo
por regocijarse por la muerte de su hermano gemelo Jacob y por saquear las
riquezas de Israel aprovechando las debilidades de ese pueblo, y para
enriquecer su reino (Abdías 12-13).
Este
estudio se fundamenta en la historia sobre el personaje Job, que ofrece el
libro de su nombre. Job ha sido el objeto de estudio para explicar el origen
del sufrimiento humano. Por eso, este estudio busca las fuentes más confiables
que se refieren al sufrimiento, a la paciencia y a la fidelidad y completa
confianza en los designios de Dios. Aun en nuestros días, cada vez que vemos el
sufrimiento en una persona justa pensamos que la causa es el pecado, y a veces
condenamos sin tratar de entender la justicia y la misericordia y propósitos de
Dios. Job sufrió tanto dolor que maldijo el día de su nacimiento; pero no blasfemó
contra Dios, sino que el lamento de Job se centra en desear que el día de su
sufrimiento nunca hubiera existido; porque “En todo esto no pecó Job, ni
atribuyó a Dios despropósito alguno” (Job 1:22).
El estudio
del libro de Job se enfoca en la pregunta del sufrimiento humano y la fidelidad
a Dios ante la adversidad, a través de la historia de un hombre justo que lo
pierde todo, pero mantiene su fe. El libro desafía la idea de que el
sufrimiento es siempre consecuencia del pecado y enseña sobre la soberanía de
Dios y la importancia de la confianza y la adoración en los tiempos difíciles. La
historia de Job demuestra que el sufrimiento no es exclusivo de los pecadores,
sino que puede afligir a los justos. Esto refuta el pensamiento común de la
época que establecía una relación directa entre el pecado y el castigo, tal
como lo demuestra la actitud en las pláticas de sus amigos; y peor aún, el
reproche que se manifiesta en las palabras groseras de su propia esposa: “¿Aún
retienes tu integridad? Maldice a Dios, y muérete” (Job 2:9). En estas
palabras se nota el desprecio por la integridad de Job, por su existencia, y
por la soberanía de Dios.
La historia
de Job está llena de ricas enseñanzas para los creyentes en Dios y en su Hijo
Jesucristo. La historia de Job nos enseña que podemos enfrentar pérdidas y
dolores profundos sin entender las causas. A pesar de la devastación, Job tuvo
que elegir entre maldecir a Dios o bendecirlo, lo que resalta la prueba de la
fe y la lealtad. Job nunca maldijo a Dios como se lo demandó su mujer, sino que
dijo: “Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allá. Jehová
dio, y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito” (Job 1:21).
La historia
de Job enseña que debemos bendecir a Dios en medio del sufrimiento, aun cuando
no entendamos sus caminos, ya que Él es soberano y justo, y Su propósito es
revelar Su grandeza y permitir la formación espiritual del creyente. También
destaca la importancia de la integridad, la humildad ante Dios, y el perdón
hacia quienes nos han dañado, mostrando que la fe en Él es recompensada y que
el sufrimiento puede tener un propósito divino, aunque a veces solo Él lo
conozca.
El título y
tema de este estudio se basa en la frase que se ha hecho icónica para la vida
cristiana: "Yo sé que mi Redentor vive, y al fin se levantará sobre el
polvo" (Job 19:25). Job basa su fe y esperanza en un Redentor que
vivirá después de su muerte y que se levantará de entre el polvo, una figura
que se transforma en la prefigura de la resurrección de Cristo, se interpreta
como una promesa de resurrección de los creyentes en Dios y en Cristo; en una
vindicación, una esperanza que se alinea con el anuncio de la salvación en
Cristo y su gran seguridad de lo que Jesús le expresó a Marta:
“Le
dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté
muerto, vivirá. 26 Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente (Juan
11:25-26).
Este
estudio ha documentado que la expresión de Job de “Yo sé que mi Redentor
vive” es una prefigura de la Resurrección de Jesucristo y asimismo, de la
resurrección de los creyentes en él. El acto de Jesús al negarse a retractarse
ante las falsas acusaciones durante su sufrimiento también se compara con Job,
que se mantuvo firme frente a las falsas acusaciones y la adversidad. Se trata
de una conexión teológica que une la fe de Job en su Redentor personal con la
creencia en la resurrección de Jesucristo, que fue esperado y que cumplió la
promesa de vida después de la muerte.
Las
lecciones principales de la historia de Job, son la importancia de la fe y la
confianza en Dios en medio del sufrimiento inexplicable, la prueba de que el
amor a Dios debe ser más allá de las bendiciones, la comprensión de que la
sabiduría está en Dios y no en el entendimiento humano, y que el sufrimiento
puede ser un proceso para fortalecer la fe y acercarse a Dios, resultando en su
restauración y un mayor propósito de vida.
Pero esta
percepción del sufrimiento sólo la pueden experimentar si se tienen las
características espirituales que tuvo Job: “era este hombre perfecto y
recto, temeroso de Dios y apartado del mal” (Job 1:1). Si esta profundidad
de espiritualidad era posible según los preceptos del Antiguo Testamento, en el
Nuevo Testamento hay un Dios perdonador y en su Hijo Jesucristo hay el perdón y
la justificación de nuestros pecados; porque “Si confesamos nuestros
pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de
toda maldad” (1 Juan 1:9).
Por último,
el libro de Job nos debe hacer reflexionar en la realidad de la existencia
humana, que no por ser sumisos y fieles a Dios y a su Hijo Jesucristo, no vamos
a sufrir enfermedades, pérdidas de los miembros de nuestra familia y hasta de
nuestros bienes. Ante todo esto que se ha mencionado en este escrito, Dios debe
erigirse como la fuente de nuestra fe y no como la causa injusta del
sufrimiento humano, porque, a pesar de las pruebas más duras, Job mantiene su
fe en un Dios que tiene el control de todo y cuya voluntad siempre se cumple,
incluso cuando se presenta como un misterio. Job demuestra que el sufrimiento
no siempre es castigo por el pecado. En su caso, fue permitido por Dios para
probar su fe y para revelar la sabiduría y el carácter de Dios a Satanás y a
los hombres.
Job se
aferra a su integridad y lealtad a Dios a pesar de la pérdida de su riqueza y
familia, negándose a culpar a Dios. Job comprende la grandeza y santidad de
Dios y se arrepiente de sus quejas, reconociendo que solo Él es justo. Pero ante todo, permanece la frase icónica de
Job: "Yo sé que mi Redentor vive, y al fin se levantará sobre el
polvo" (Job 19:25).
La frase de
Job es una prueba de su esperanza en la resurrección, aunque no lo exprese
claramente. Job reconoce que él es “polvo”, pero ese polvo será redimido y
levantado después de su muerte.
Dios
finalmente restaura la fortuna de Job y lo bendice grandemente, demostrando que
la fe y la obediencia traen recompensa. Job muestra un profundo espíritu de
perdón al orar por sus amigos, quienes habían hablado mal de él y de Dios, lo
que le vale la aprobación divina. Finalmente,
Job entiende a la sabiduría de confiar en Dios en lugar de buscar
respuestas humanas: La historia nos enseña que no siempre comprenderemos las
razones del sufrimiento, pero debemos confiar en la sabiduría de Dios, a quien
no necesitamos explicar nada.
CONCLUSIÓN
La historia
del personaje bíblico Job ha sido interpretada de diferentes ángulos,
dependiendo de la ideología, de la fe y del concepto que tengan de la soberanía
de Dios. Aun en la actualidad hay personas que atribuyen al estado pecamiso del
creyente como la causa del sufrimiento. Pero de Job dice el relato bíblico que “era
este hombre perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal” (Job 1:1b).
Ha sido el
objetivo de este esudio profundizar en el conocimiento de la soberanía de Dios
en relación con el sufrimiento humano; demostrar que Dios permite el
sufrimiento del creyente, pero proporciona los medios y las fuerzas para
resistirlo. Por todo el sufrimiento, las pérdidas materiales y aun la pérdida
de sus hijos no fueron suficientes para que Job maldijera a su Dios, como se lo
demandó su mujer. Job pudo haberse sentido solo y abandonado por Dios por no contar
con el apoyo de su mujer y el de sus amigos; pero Job confiaba en la sabiduría
de Dios, su soberanía e inmensa misericordia. Por eso, “En todo esto no pecó
Job, ni atribuyó a Dios despropósito alguno” (1:22).
Dedico este
estudio a los miembros de mi familia incluyéndome yo mismo; porque Dios nos ha
permitido el sufrimiento, pero no nos ha dejado sin su presencia, su amor y su
misericordia. Junto con las enfermedades nos ha provisto los cuidados médicos,
los exámenes, y los medicamentos necesarios para combatir y mitigar el
sufrimiento. Doy gracias a Dios por su inmensa misericordia en abrirnos las
puertas de la medicina actual, de la tecnología y de la ciencia. Doy gracias a
Dios porque mis hijos y familiares han
provisto el transporte a las citas médicas y a mis hijas e hijo para ofrecernos
el acompañamiento necesario en los momentos en que más lo necesitamos. Que Dios
sea alabado porque es bueno y porque su misericordia es para siempre. Amén.
REFERENCIAS
Biblia
Reina Valera 1960
Clir.net – La
soberanía de Dios y el sufrimiento: el caso de Job
Churchofjesuschrist.org
– Job 1 – 16
Grace
Evangelical Society – La fe de Job creció a través del sufrimiento
Iglesia Soli
Deo Gloria – La revelación de Dios
MónicaCarvajal.org
– El sufrimiento de Job y el nuestro
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