miércoles, 24 de septiembre de 2025

 

JOB: EL CREYENTE EN SU REDENTOR VIVO

Amadeo Albuquerque Lara

Job en su libro es presentado como “un hombre perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal”; como un ganadero muy rico, con 7 hijos y 3 hijas y numerosos amigos y criados. Job vivía en «la tierra de Uz», la cual es una ciudad mencionada como parte del antiguo reino de Edom, según el libro de Lamentaciones 4:21. Esta región se situaría en un área que abarca el sur de la actual Jordania y el sur de Israel, formando parte de la península arábiga.

La tierra de Edom se encontraba en la región montañosa de Seir, al este del valle de Arabá y al sur de Judá, extendiéndose hasta el norte de Arabia. Según estudiosos del libro de Job, la ubicación de la tierra de Uz es anterior al establecimiento del reino de Edom o Esaú, hermano gemelo de Jacob. Por tanto, para entender mejor la ubicación de la “tierra de Uz”, es necesario ubicar el territorio del reino de Edom, lugar bíblico más reciente y mejor conocido.

A pesar de la dificultad del terreno, Edom se caracterizaba por sus importantes yacimientos de cobre y hierro, así como por su desarrollo agrícola y sofisticadas fortificaciones. Sin embargo, al reino de Edom le llegó su castigo por regocijarse por la muerte de su hermano gemelo Jacob y por saquear las riquezas de Israel aprovechando las debilidades de ese pueblo, y para enriquecer su reino (Abdías 12-13).

Este estudio se fundamenta en la historia sobre el personaje Job, que ofrece el libro de su nombre. Job ha sido el objeto de estudio para explicar el origen del sufrimiento humano. Por eso, este estudio busca las fuentes más confiables que se refieren al sufrimiento, a la paciencia y a la fidelidad y completa confianza en los designios de Dios. Aun en nuestros días, cada vez que vemos el sufrimiento en una persona justa pensamos que la causa es el pecado, y a veces condenamos sin tratar de entender la justicia y la misericordia y propósitos de Dios. Job sufrió tanto dolor que maldijo el día de su nacimiento; pero no blasfemó contra Dios, sino que el lamento de Job se centra en desear que el día de su sufrimiento nunca hubiera existido; porque “En todo esto no pecó Job, ni atribuyó a Dios despropósito alguno” (Job 1:22).

El estudio del libro de Job se enfoca en la pregunta del sufrimiento humano y la fidelidad a Dios ante la adversidad, a través de la historia de un hombre justo que lo pierde todo, pero mantiene su fe. El libro desafía la idea de que el sufrimiento es siempre consecuencia del pecado y enseña sobre la soberanía de Dios y la importancia de la confianza y la adoración en los tiempos difíciles. La historia de Job demuestra que el sufrimiento no es exclusivo de los pecadores, sino que puede afligir a los justos. Esto refuta el pensamiento común de la época que establecía una relación directa entre el pecado y el castigo, tal como lo demuestra la actitud en las pláticas de sus amigos; y peor aún, el reproche que se manifiesta en las palabras groseras de su propia esposa: “¿Aún retienes tu integridad? Maldice a Dios, y muérete” (Job 2:9). En estas palabras se nota el desprecio por la integridad de Job, por su existencia, y por la soberanía de Dios.

La historia de Job está llena de ricas enseñanzas para los creyentes en Dios y en su Hijo Jesucristo. La historia de Job nos enseña que podemos enfrentar pérdidas y dolores profundos sin entender las causas. A pesar de la devastación, Job tuvo que elegir entre maldecir a Dios o bendecirlo, lo que resalta la prueba de la fe y la lealtad. Job nunca maldijo a Dios como se lo demandó su mujer, sino que dijo: “Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allá. Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito” (Job 1:21).

La historia de Job enseña que debemos bendecir a Dios en medio del sufrimiento, aun cuando no entendamos sus caminos, ya que Él es soberano y justo, y Su propósito es revelar Su grandeza y permitir la formación espiritual del creyente. También destaca la importancia de la integridad, la humildad ante Dios, y el perdón hacia quienes nos han dañado, mostrando que la fe en Él es recompensada y que el sufrimiento puede tener un propósito divino, aunque a veces solo Él lo conozca.

El título y tema de este estudio se basa en la frase que se ha hecho icónica para la vida cristiana: "Yo sé que mi Redentor vive, y al fin se levantará sobre el polvo" (Job 19:25). Job basa su fe y esperanza en un Redentor que vivirá después de su muerte y que se levantará de entre el polvo, una figura que se transforma en la prefigura de la resurrección de Cristo, se interpreta como una promesa de resurrección de los creyentes en Dios y en Cristo; en una vindicación, una esperanza que se alinea con el anuncio de la salvación en Cristo y su gran seguridad de lo que Jesús le expresó a Marta:

Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. 26 Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente (Juan 11:25-26).

Este estudio ha documentado que la expresión de Job de “Yo sé que mi Redentor vive” es una prefigura de la Resurrección de Jesucristo y asimismo, de la resurrección de los creyentes en él. El acto de Jesús al negarse a retractarse ante las falsas acusaciones durante su sufrimiento también se compara con Job, que se mantuvo firme frente a las falsas acusaciones y la adversidad. Se trata de una conexión teológica que une la fe de Job en su Redentor personal con la creencia en la resurrección de Jesucristo, que fue esperado y que cumplió la promesa de vida después de la muerte.

Las lecciones principales de la historia de Job, son la importancia de la fe y la confianza en Dios en medio del sufrimiento inexplicable, la prueba de que el amor a Dios debe ser más allá de las bendiciones, la comprensión de que la sabiduría está en Dios y no en el entendimiento humano, y que el sufrimiento puede ser un proceso para fortalecer la fe y acercarse a Dios, resultando en su restauración y un mayor propósito de vida.

Pero esta percepción del sufrimiento sólo la pueden experimentar si se tienen las características espirituales que tuvo Job: “era este hombre perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal” (Job 1:1). Si esta profundidad de espiritualidad era posible según los preceptos del Antiguo Testamento, en el Nuevo Testamento hay un Dios perdonador y en su Hijo Jesucristo hay el perdón y la justificación de nuestros pecados; porque “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad” (1 Juan 1:9).

Por último, el libro de Job nos debe hacer reflexionar en la realidad de la existencia humana, que no por ser sumisos y fieles a Dios y a su Hijo Jesucristo, no vamos a sufrir enfermedades, pérdidas de los miembros de nuestra familia y hasta de nuestros bienes. Ante todo esto que se ha mencionado en este escrito, Dios debe erigirse como la fuente de nuestra fe y no como la causa injusta del sufrimiento humano, porque, a pesar de las pruebas más duras, Job mantiene su fe en un Dios que tiene el control de todo y cuya voluntad siempre se cumple, incluso cuando se presenta como un misterio. Job demuestra que el sufrimiento no siempre es castigo por el pecado. En su caso, fue permitido por Dios para probar su fe y para revelar la sabiduría y el carácter de Dios a Satanás y a los hombres.

Job se aferra a su integridad y lealtad a Dios a pesar de la pérdida de su riqueza y familia, negándose a culpar a Dios. Job comprende la grandeza y santidad de Dios y se arrepiente de sus quejas, reconociendo que solo Él es justo.  Pero ante todo, permanece la frase icónica de Job: "Yo sé que mi Redentor vive, y al fin se levantará sobre el polvo" (Job 19:25).

La frase de Job es una prueba de su esperanza en la resurrección, aunque no lo exprese claramente. Job reconoce que él es “polvo”, pero ese polvo será redimido y levantado después de su muerte.

Dios finalmente restaura la fortuna de Job y lo bendice grandemente, demostrando que la fe y la obediencia traen recompensa. Job muestra un profundo espíritu de perdón al orar por sus amigos, quienes habían hablado mal de él y de Dios, lo que le vale la aprobación divina. Finalmente,  Job entiende a la sabiduría de confiar en Dios en lugar de buscar respuestas humanas: La historia nos enseña que no siempre comprenderemos las razones del sufrimiento, pero debemos confiar en la sabiduría de Dios, a quien no necesitamos explicar nada.

CONCLUSIÓN

La historia del personaje bíblico Job ha sido interpretada de diferentes ángulos, dependiendo de la ideología, de la fe y del concepto que tengan de la soberanía de Dios. Aun en la actualidad hay personas que atribuyen al estado pecamiso del creyente como la causa del sufrimiento. Pero de Job dice el relato bíblico que “era este hombre perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal” (Job 1:1b).

Ha sido el objetivo de este esudio profundizar en el conocimiento de la soberanía de Dios en relación con el sufrimiento humano; demostrar que Dios permite el sufrimiento del creyente, pero proporciona los medios y las fuerzas para resistirlo. Por todo el sufrimiento, las pérdidas materiales y aun la pérdida de sus hijos no fueron suficientes para que Job maldijera a su Dios, como se lo demandó su mujer. Job pudo haberse sentido solo y abandonado por Dios por no contar con el apoyo de su mujer y el de sus amigos; pero Job confiaba en la sabiduría de Dios, su soberanía e inmensa misericordia. Por eso, “En todo esto no pecó Job, ni atribuyó a Dios despropósito alguno” (1:22).

Dedico este estudio a los miembros de mi familia incluyéndome yo mismo; porque Dios nos ha permitido el sufrimiento, pero no nos ha dejado sin su presencia, su amor y su misericordia. Junto con las enfermedades nos ha provisto los cuidados médicos, los exámenes, y los medicamentos necesarios para combatir y mitigar el sufrimiento. Doy gracias a Dios por su inmensa misericordia en abrirnos las puertas de la medicina actual, de la tecnología y de la ciencia. Doy gracias a Dios  porque mis hijos y familiares han provisto el transporte a las citas médicas y a mis hijas e hijo para ofrecernos el acompañamiento necesario en los momentos en que más lo necesitamos. Que Dios sea alabado porque es bueno y porque su misericordia es para siempre. Amén.

REFERENCIAS

Biblia Reina Valera 1960

Clir.net – La soberanía de Dios y el sufrimiento: el caso de Job

Churchofjesuschrist.org – Job 1 – 16

Grace Evangelical Society – La fe de Job creció a través del sufrimiento

Iglesia Soli Deo Gloria – La revelación de Dios

MónicaCarvajal.org – El sufrimiento de Job y el nuestro

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