EL
TEXTO MASORÉTICO O BIBLIA HEBREA
Amadeo
Albuquerque Lara
La Biblia del Oso, que
fue traducida de los idiomas originales por el fraile jerónimo Casiodoro de
Reina, tiene como fuentes primarias para el Antiguo Testamento, el Texto
Masorético o Biblia hebrea; y para el Nuevo Testamento, el Texto Recibido o el
Nuevo Testamento griego de Erasmo de Rótterdam. En esta ocasión me voy a
referir al Texto Masorético o Biblia hebrea.
Acerca del Texto
Masorético, su confiabilidad y escrupuloso cuidado de parte de los masoretas o
expertos en los idiomas originales, la Enciclopedia Británica confirma la
siguiente información la cual traduzco del idioma inglés:
“El Texto Masorético, del
hebreo “masoreth” que significa “tradición”, es el texto hebreo tradicional de
la Biblia judía, meticulosamente compilada y codificada; y le suplieron las
marcas diacríticas (añadidura de vocales y otros signos) para su correcta
pronunciación. Esta obra monumental la comenzaron aproximadamente en el siglo
sexto y fue completada en el siglo décimo por eruditos en escuelas talmúdicas
en Babilonia (e Israel), en un esfuerzo por reproducir en lo más posible el
texto original del Antiguo Testamento hebreo” (Crédito: Enciclopaedia
Britannica). Los paréntesis son de este autor.
Los críticos de este Texto
comentan que la obra de los masoretas encargados de resguardar, y hacerlo apto
para la pronunciación y correcta lectura, procuraban que cada letra y cada
palabra fuera revisada con extremos cuidados. Eran tan cuidadosos, que contaban
las palabras de cada línea y las líneas de cada página para estar seguros de la
fidelidad del texto sagrado. Además, marcaban las letras y palabras que
ocupaban el centro de la página con el fin de asegurar futuras revisiones (idem).
Por tanto, los
traductores de la Biblia han preferido el Texto Masorético como fuente original
con el fin de asegurar la fidelidad de las respectivas traducciones del Antiguo
Testamento a los diferentes idiomas. La Biblia del Oso, traducida por Casiodoro
de Reina y publicada en Basilea, Suiza, el 28 de septiembre de 1569, tomó como
texto original el Texto Masorético para la traducción del Antiguo Testamento; y
para la traducción del Nuevo Testamento, se basó en el Textus Receptus
o Texto Recibido, conocido también como el Nuevo Testamento griego publicado
por Desiderius Erasmus de Rotterdam en 1516.
Años más tarde, en 1602,
esta Biblia fue revisada por otro fraile jerónimo de nombre Cipriano de Valera.
Desde entonces, la Biblia en español preferida por la mayoría de las iglesias
evangélicas es la Reina Valera de 1960, cuya pulcritud y belleza literaria de
la Biblia del Oso, de donde se origina la Reina Valera, ha sido elogiada por afamados
filólogos como don Marcelino Menéndez Pelayo, quien “alabó desde un punto de
vista literario a la Biblia del oso, a la que consideró estar mejor escrita que
las versiones católicas de Felipe Scío de San Miguel (1793) y Félix Torres Amat
(1825)” (Crédito: Wikipedia); y también esta traducción ha sido valorada por el
académico de número de la Real Academia Española, don Antonio Muñoz Molina
(Crédito: Programa
Buenas Noticias TV).
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