EL
REMANENTE DE DIOS
Amadeo
Albuquerque Lara
La doctrina de un remanente reservado para Dios está atestiguada tanto en el Antiguo, como en el Nuevo Testamento. El Remanente de Dios es el tema de la preservación y fidelidad divina. En el Antiguo Testamento se refiere a un grupo fiel de israelitas preservado a través de juicios y calamidades; mientras que en el Nuevo Testamento, significa la fidelidad de los seguidores de Cristo dentro de la Iglesia. En ambos contextos, el Remanente sirve como un testamento por medio de la eterna misericordia y pacto con Dios. El tema del remanente prevalece en los escritos de muchos de los profetas y diferentes escritores en el Antiguo Testamento, y Jesucristo lo explica en sus propias palabras, según los pasajes citados en este estudio.
El concepto
del remanente está presente en los evangelistas y escritores en el Nuevo
Testamento, con el mismo significado. El apóstol Pablo cita pasajes del Antiguo
Testamento de manera directa e indirecta en donde el concepto del remanente es
bien claro. El capítulo 9 de Romanos vale la pena estudiarlo y analizarlo
teniendo como centro el concepto del remanente de Dios, sin ningún sesgo
doctrinal o político.
“El término
"remanente" en griego del Nuevo Testamento, λοιπός (loipós) se usa
para describir a quienes quedan después de una catástrofe o desastre, o para
identificar al pueblo fiel de Dios. La palabra "remanente" en hebreo
se traduce como שארית (she'erit), que significa "resto" o
"remanente” (Crédito: Seventh-day Adventist theology). En ambos idiomas
usados tanto en el Antiguo, como en el Nuevo Testamento, el concepto de
“remanente” comparte el mismo significado.
El
remanente en el Antiguo Testamento
En el
Antiguo Testamento, el remanente concierne a Israel. Los profetas Isaías,
Jeremías, Amos y Miqueas; así como en la literatura del post-exilio, como Esdras,
Nehemías, Haggeo, y Zacarías, enfatizan que a pesar de la degradante apostasía
del pueblo de Israel, Dios preserva un remanente fiel a su Palabra. Estos
escritores del post-exilio consistentemente se refieren a los judíos que
retornaban de la cautividad de Babilonia, como un remanente; porque no todos
regresaban.
El mismo concepto del remanente lo encontramos
en el primer libro de Reyes, cuando el profeta Elías, en el siglo IX a. C.,
cree ser el único profeta de Dios dejado con vida, porque a los demás profetas los
hijos de Israel los han matado; y que además, los sicarios de Jezabel lo buscan
para matarlo:
“He
sentido un vivo celo por Jehová Dios de los ejércitos; porque los hijos de
Israel han dejado tu pacto, han derribado tus altares, y han matado a espada a
tus profetas; y sólo yo he quedado, y me buscan para quitarme la vida” (1ro
Reyes 19:10 RVR 1960).
No
obstante, Dios le responde a Elías que tome ánimo, porque hay un remanente fiel
a Dios: “Y yo haré que queden en Israel siete mil, cuyas rodillas no se
doblaron ante Baal, y cuyas bocas no lo besaron” (1ro Reyes 19:18 RVR
1960).
Y el
apóstol Pablo, en los años 56-58 d.C., quien cita 183 veces el Antiguo
Testamento en sus escritos, recuerda el caso del profeta Elías en cuanto al
remanente de Israel aun ahora que estamos bajo la gracia. Dios en su
misericordia no olvida su pacto con su pueblo, porque la salvación es por
gracia, no por obras. La fidelidad de Dios se destaca en la doctrina del
remanente del pueblo de Israel que guarda el pacto y que no se olvida de sus
promesas.
“No
ha desechado Dios a su pueblo, al cual desde antes conoció. ¿O no sabéis qué
dice de Elías la Escritura, cómo invoca a Dios contra Israel, diciendo: 3
Señor, a tus profetas han dado muerte, y tus altares han derribado; y sólo yo
he quedado, y procuran matarme? 4 Pero ¿qué le dice la divina respuesta? Me he
reservado siete mil hombres, que no han doblado la rodilla delante de Baal. 5 Así
también aun en este tiempo ha quedado un remanente escogido por gracia”
(Romanos 11:2-5 RVR 1960). Lo destacado es mío.
El número 7
es eminentemente simbólico en el sentido espiritual. representa la perfección,
la totalidad, el cumplimiento y la renovación a través de toda la Biblia; por
tanto, los “siete mil hombres” a los que se refiere el Antiguo Testamento, y el
apóstol Pablo, en la epístola a los Romanos, representan el remanente que
permanece fiel al Pacto. Pablo se refiere al pueblo de Israel, aun cuando ha
rechazado al Mesías y ha sido infiel, Dios ha guardado un remanente escogido
por gracia.
Otro
profeta que menciona el remanente de Dios es Isaías, quien en el siglo VIII a. C.,
le advierte a Israel que aunque su población sea como la arena del mar,
solamente un remanente regresará del exilio (Isaías 10:22). Isaías anuncia la
cautividad de las tribus del norte, por parte de Asiria. La doctrina del
remanente es un tema recurrente tanto en el Antiguo, como en el Nuevo
Testamento, significando que sólo un pequeño grupo de fieles a los mandamientos
de Dios serán protegidos por el Pacto. En el Nuevo Testamento, el apóstol Pablo
cita el texto del profeta Isaías, pero sin ubicar en dónde se encuentra. En la
epístola a los Romanos, el capítulo 9, verso 27, Pablo cita el pasaje de Isaías
10:22: “También Isaías clama tocante a Israel: Si fuere el número de los
hijos de Israel como la arena del mar, tan solo el remanente será salvo; 28
porque el Señor ejecutará su sentencia sobre la tierra en justicia y con
prontitud. 29 Y como antes dijo Isaías: Si el Señor de los ejércitos no nos
hubiera dejado descendencia, como Sodoma habríamos venido a ser, y a Gomorra
seríamos semejantes” (Romanos 9:27-29).
También el
profeta Jeremías, en el siglo VII a. C., alienta al pueblo de Dios con la
siguiente profecía: “Y yo recogeré al resto (remanente) de mis ovejas de todas las tierras adonde las
eché, y las haré volver a su redil; y crecerán y se multiplicarán. 4 Y pondré
sobre ellas pastores que las apacienten; y no temerán más, ni se espantarán, ni
faltará ninguna, dice Jehová” (Jeremías 23:3-4). (El paréntesis explicativo
es mío, basado en el término hebreo para “resto” o “remanente”). (Crédito: Jewish
Virtual Library).
El profeta
Miqueas, en el siglo V a. C., destaca el tema del remanente enfatizando que un
grupo de fieles permanecerá después del juicio, que confíen en la esperanza de
su restauración.
“Algún
día, oh Israel, yo te reuniré; juntaré al remanente que quedó. Volveré a
reunirlos como ovejas en su redil y como un rebaño en su pastizal. ¡Sí, su
tierra se llenará nuevamente de ruidosas multitudes! 13 Su
líder irrumpirá, se pondrá al frente y los sacará del destierro, a través de
las puertas de las ciudades enemigas, y los llevará de regreso a su propia
tierra” (Miqueas 2:12-13 NTV).
Este
remanente con frecuencia se presenta como un grupo purificado que experimentará
las bendiciones y la restauración de Dios. Teológicamente, el remanente
significa la misericordia y fidelidad de Dios con sus promesas del Pacto. (Crédito:
Precept Austin).
“En
términos bíblicos, el “remanente” se refiere a un reducido grupo fiel de
personas que permanecen verdaderos ante la enseñanzas de Dios, aun cuando la
mayoría se ha apartado por completo. Este concepto está presente tanto en el
Antiguo, como en el Nuevo Testamento para describir a un grupo escogido y
preservado a través de pruebas y tribulaciones, a menudo con promesas de futura
restauración o salvación” (Crédito: Seventh-day Adventist theology). Traducción
personal por el autor de este escrito.
El
remanente en el Nuevo Testamento
En el Nuevo
Testamento el Señor Jesús incluye la doctrina del remanente al final del Sermón
del Monte en sus propias palabras, proponiendo una metáfora a sus oyentes. En
este pasaje Jesús enseña los requisitos para ser ciudadanos del Reino de los
cielos. Mateo cita la metáfora de la puerta estrecha y el camino angosto que
conducen a la vida eterna, según Jesús refiriéndose a los pocos que hallan la
vida eterna.
“Entrad
por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que
lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; 14 porque estrecha
es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la
hallan” (Mateo 7:13-14 RVR 1960).
El
evangelista Lucas también cita las palabras de Jesús en cuanto al pequeño grupo
de los que se salvan y entran en la vida eterna.
“Pasaba
Jesús por ciudades y aldeas, enseñando, y encaminándose a Jerusalén. 23 Y
alguien le dijo: Señor, ¿son pocos los que se salvan? Y él les dijo: 24
Esforzaos a entrar por la puerta angosta; porque os digo que muchos procurarán
entrar, y no podrán” (Lucas 13:22-24 RVR 1960).
En el
pasaje de Lucas el Señor Jesús vuelve a utilizar la metáfora de la puerta
angosta, enfatizando el esfuerzo necesario para entrar por la puerta angosta, porque
muchos no podrán entrar. Cristo no vino a abrir las puertas a multitudes con
tal de que engrosaran el número de los que lo seguían. Él sabía que muchos no
creerían en sus enseñanzas. Lo aseguró a sus discípulos en el Sermón de las Parábolas
(Mateo 13, Marcos 4 y Luc. 8 RVR 1960). Ni tampoco él forzaba a las multitudes
para que creyeran en él. Así que solamente un remanente creyó y quedó fiel. Cuando
las multitudes lo seguían, Jesús sabía que sólo un pequeño grupo le era fiel; y
prueba a sus discípulos si ellos no se consideran parte del remanente.
“Desde
entonces muchos de sus discípulos volvieron atrás, y ya no andaban con él. 67
Dijo entonces Jesús a los doce: ¿Queréis acaso iros también vosotros? 68 Le
respondió Simón Pedro: Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida
eterna. 69 Y nosotros hemos creído y conocemos que tú eres el Cristo, el Hijo
del Dios viviente” (Juan 6:66-69 RVR 1960).
La
respuesta del apóstol Pedro a la pregunta de Jesús, contiene la esencia del remanente.
Simón Pedro habla en nombre de los doce: “nosotros hemos
creído y conocemos que tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente”. Los
demás que “volvieron atrás” no formaban parte del pequeño grupo del remanente
de sus seguidores. Por lo tanto, el Señor Jesús confirma que sus apóstoles se
consideran parte de este pequeño grupo que se fuerzan por tener la vida eterna
asegurada.
En el Nuevo
Testamento, después de la muerte y reurrección de Jesucristo, el concepto del
remanente se extiende a la comunidad cristiana primitiva, que comprendía tanto
a judíos, como a gentiles. El apóstol Pablo enfatiza la doctrina del remanente
en Romanos como ya se ha citado; también el apóstol Pedro se refiere al
concepto del remanente con diferentes palabras: en 1 Pedro 2:9 Pedro se refiere
a la iglesia como "linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo
adquirido por Dios". Y en 1 Pedro 5:12 Pedro menciona a los
"hermanos" que están sufriendo persecución, lo que podría
interpretarse como una referencia al remanente que permanece fiel a pesar de la
persecución y el sufrimiento. El longevo apótol Juan también lo mantiene en el
libro de Apocalipsis, citando la palabra “resto” que se encuentra en la Biblia
hebrea.
“Entonces
el dragón se llenó de ira contra la mujer; y se fue a hacer guerra contra el
resto (remanente) de la descendencia de ella, los que guardan los mandamientos
de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo” (Apocalipsis 12:17 RVR 1960).
Paréntesis es mío.
El resto de
la descendencia de la mujer se refiere al remanente de los que
guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo. Los
apóstoles conocían la doctrina predicada por su Maestro y ellos la enfatizan en
sus enseñanzas. En el Nuevo Testamento el remanente a menudo se asocia con las
promesas del perdón, la vida eterna, el eterno amor de Dios. La futura
restauración del Reino de Dios, y la tierra nueva y los cielos nuevos
reservados para los que luchen hasta el fin.
CONCLUSIÓN
Contra
cualquier doctrina que anule el concepto del remanente de Dios, las referencias
a este concepto han sido documentadas en este estudio sobre la doctrina
extendida tanto en el Antiguo, como en el Nuevo Testamento. Se trata de una
doctrina bien cimentada en el Antiguo Testamento y defendida con mucha claridad
en el Nuevo Testamento por el mismo Señor Jesucristo en cuanto a la fidelidad y
sufrimientos de sus seguidores; y el apóstol Pablo en la epístola de Romanos la
confirma con toda claridad refiriéndose al remanente israelí, así como el
remanente en el Nuevo Testamento. Asimismo,
el apóstol Juan en el libro de Apocalipsis se refiere a la lucha del diablo en
contra del pequeño grupo descendiente de la mujer: “Entonces el dragón se
llenó de ira contra la mujer; y se fue a hacer guerra contra el resto
de la descendencia de ella, los que guardan los mandamientos de Dios y
tienen el testimonio de Jesucristo” (Apocalipsis 12:17 RVR 1960). Resaltado
es mío para enfatizar en el concepto del remanente.
La doctrina
del remanente se refiere a un pequeño grupo dentro del pueblo de Dios en el
Antiguo y en el Nuevo Testamento. Este
estudio ha citado a profetas de reconocida autoridad tanto en el Antiguo, como
en el Nuevo Testamento; puesto que el mismo Jesucristo declara que son pocos
los que se salvan (Lucas 13:23 RVR 1960). Jesús no vino a ofrecer una salvación
universal, como lo proclaman algunos torciendo el significado de Juan 3:17. Pero
Cristo es rotundamente específico, porque él dice que muchos procurarán entrar
por la puerta angosta, pero no podrán: “Esforzaos a entrar por la puerta
angosta; porque os digo que muchos procurarán entrar, y no podrán” (Lucas 13:24
RVR 1960).
En otro
pasaje del evangelio Cristo reclama a una multitud que lo seguían porque les
había dado de comer. Estas son las palabras textuales de Jesús: "Les
digo la verdad, ustedes quieren estar conmigo porque les di de comer, no porque
hayan entendido las señales milagrosas" (Juan 6:26 NTV). Jesús no es
partidario de llenar templos o megaiglesias que predican el “Evangelio de la
Prosperidad”. Jesús fue claro en cuanto al remanente: “No todo el que me
dice: «Señor, Señor», entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la
voluntad de mi Padre que está en los cielos” (Mateo 7:21 RVR 1960). Él
busca a los pocos que se esfuerzan por entrar en el Reino de los cielos y que
perseveran hasta el fin: “Mas el que persevere hasta el fin, este será salvo”
(Mateo 24:13 RVR 1960).
REFERENCIAS
Bible
Study Tools > Remnant meaning
Biblia
Nueva Traducción Viviente
Biblia
Reina Valera 1960
Encyclopedia
Britannica: The Remnant of God
Jewish
Virtual Library > Remnant of Israel
Precept
Austin > A Call to the Remnant
Precept
Austin > Romans 11:1-4 Commentary
Seventh-day
Adventist theology, The Renmant
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