jueves, 25 de abril de 2024

 

NICODEMO Y JESÚS

Amadeo Albuquerque Lara

En el capítulo 3 del Evangelio de Juan se registra un diálogo muy interesante entre Nicodemo y Jesús, diálogo que el evangelista Juan aprovecha para destacar la más clara cristología. Empecemos por revisar el currículo de Nicodemo y el de Jesús.

Nicodemo: Maestro de la Ley, Principal entre los judíos, de la secta de los fariseos, los más estrictos guardadores de la Ley de Moisés, y miembro del poderoso Sanhedrín, la asamblea legislativa y judicial del antiguo Israel.

Jesús: “Rabí venido de Dios por Maestro” (según Nicodemo), Hijo de Dios, Redentor de la humanidad (Juan 3:15-16), obrador de milagros, y cumplidor de la Ley de Moisés (Mateo 5:17-37), no ha venido “para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él” (Juan 3:16-17).

Nicodemo comienza el diálogo con una especie de alabanza: “Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro; porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no está Dios con él” (Juan 3:2). Cabe destacar que los fariseos eran los más reacios enemigos de Jesús; pero parece que este fariseo era mesiánico, nada más que esperó la noche para acercarse a Jesús para sostener este diálogo.

El apóstol Juan aprovecha este diálogo para sacar a luz la misión del Mesías y para documentar su cristología. Jesús despierta la intriga del fariseo mencionándole el nuevo nacimiento. Nicodemo replica inmediatamente que cómo puede un adulto entrar en el vientre de su madre y volver a nacer, porque él está pensando en lo terrenal, no en lo espiritual. Jesús le contesta que lo que es nacido de la carne, carne es; pero lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. Cristo le dice a Nicodemo que para entrar en el Reino de los cielos es necesario bautizarse en agua y ser bautizado con el Espíritu Santo. Todo esto sorprende a Nicodemo, porque los fariseos sólo creen que con cumplir la Ley son hechos perfectos.

La cristología del apóstol Juan es que Jesús es el Hijo de Dios, que sólo los que creen en Cristo pueden ser salvos de la ira de Dios. Como fariseo, Nicodemo sabe lo que significa la ira de Dios, porque es una doctrina basada en el Antiguo Testamento, el cual contiene la Ley, los Profetas y los Salmos. Nicodemo, José de Arimatea y Saulo de Tarso son tres judíos de la secta de los fariseos, maestros de la Ley, versados en el conocimiento y costumbres de la religión judía; sin embargo, reconocieron en Jesús la misión redentora, y como el único mediador entre Dios y la humanidad.

“Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre” (1 Timoteo 2:5). “E indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad: Dios fue manifestado en carne, Justificado en el Espíritu, Visto de los ángeles, Predicado a los gentiles, Creído en el mundo, Recibido arriba en gloria” (1 Timoteo 3:16 RVR 1960). Destacado es mío.

 

 

 

 

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