lunes, 28 de agosto de 2023

 

LA IGLESIA CRISTIANA POST-APOSTÓLICA

Desde la muerte de los apóstoles Pedro, Pablo y Juan, hasta la romanización de la Iglesia por Constantino I, en el año 325

Amadeo Albuquerque Lara

Pedro y Pablo fueron martirizados en Roma, según la tradición; Santiago, hermano del Señor Jesús quedó a cargo de la Iglesia de Jerusalén, pero fue lapidado por “violar la ley de Moisés”, por órdenes del sumo sacerdote judío Hanan ben Hanan o Ananías ben Ananías, alrededor del año 62 d.C. A Santiago lo sucedió su hermano Simón, pero también fue martirizado. Santiago, hijo de Zebedeo, y uno de los doce apóstoles, había sido decapitado a espada por Herodes Agripa I. Juan, el apóstol amado, fue desterrado por el emperador romano Domiciano a la Isla de Patmos, una isla rocosa en el mar Egeo, pero posteriormente regresó a Ëfeso en donde murió de muerte natural.  Por tanto, con la muerte de Juan, el último de los doce apóstoles, llega a su fin la era apostólica.

Se sabe que Éfeso fue la iglesia madre de las iglesias del Asia Menor, durante la era post-apostólica. Pero en esta iglesia habían penetrado los gnósticos, representantes de una de las peores herejías en contra de la persona de Jesús. Terminada la actividad misionera de Pablo y demás evangelistas, se desató una persecución en contra de los creyentes en Jesucristo. La situación político-religiosa en contra de la Iglesia de Jerusalén de parte de los romanos, hizo que los ancianos de la iglesia decidieran trasladarla a la ciudad de Pela, una ciudad mayormente gentil, situada en la llanura central de Macedonia, en Grecia. Los historiadores cristianos refieren que después del martirio de Santiago y de su hermano Simón, la Iglesia de Pela siguió bajo la dirección de familiares de Jesús. De aquí en adelante, los líderes de las diferentes iglesias cristianas tomaron los nombres de obispos y presbíteros, en las principales ciudades.

Aparecen las primeras herejías en contra de la persona de Jesús

Son muchas las herejías surgidas en contra de la persona de Jesús, durante el primer siglo y siguientes. Entre ellas, cabe mencionar: Judaizantes, nicolaísmo, gnosticismo, docetismo, montanismo, marcionismo, arrianismo, etc. En este estudio solamente me referiré a las peores herejías en contra de la divinidad de Jesucristo, y que penetraron en las iglesias cristianas, y que fueron causa de cismas.

Judaizantes: estos grupos constituyeron los principales enemigos de los cristianos gentiles convertidos al cristianismo; especialmente, los judaizantes de la Iglesia de Jerusalén.

Nicolaítas: esta doctrina hizo mucho daño en algunas iglesias del Asia Menor, como en Pérgamo y Éfeso; aunque fueron rechazados por otras congregaciones cristianas. La doctrina de los Nicolaítas es herética, basada en fabulas y genealogías mitológicas, cuyo propósito es desvirtuar el mensaje de Salvación en Cristo.

Gnosticismo: Los gnósticos creían que el cuerpo de Jesús no era real, que los sufrimientos y la humanidad de Jesucristo fueron aparentes y no reales, y que su forma humana fue una mera ilusión.

Docetismo: El docetismo formaba parte de la herejía gnóstica. La palabra griega koiné para la herejía “doceta”, es: δοκεῖν/, dokeĩn significa "parecer, aparecer", dókēsis "aparición, fantasma". Los gnósticos eran también docetistas. Ellos basaban su doctrina en Juan 1:14, y aquel Verbo fue hecho carne”.  Para estos herejes, el espíritu es compatible con Dios el Padre, pero no la carne. Por lo tanto, Dios el Padre no puede encarnarse o tomar forma humana. Entonces, la humanidad de Cristo fue aparente, ilusiva.

Aquí voy a hacer un paréntesis para lanzar una advertencia en cuanto a la acomodación o mutilación que hace el Novum Testamentum Graece de Nestlé-Aland, y el de Westcot & Hort, de 1 Timoteo 3:16: La Reina Velera traduce así: Dios fue manifestado en carne, Justificado en el Espíritu,”. Si este pasaje lo comparamos con las versiones basadas en el citado Novum Testamentum Graece, notaremos la influencia de la herejía gnóstico-doceta y maniquea: “Sin duda alguna, el gran misterio de nuestra fe[a] es el siguiente:  Cristo[b] fue revelado en un cuerpo humano y vindicado por el Espíritu” (Nueva Traducción Viviente).  Fue Cristo y no Dios manifestado en carne: Docetismo, gnosticismo y maniqueísmo disfrazados o disimulados al alterar el versículo de 1ª Timoteo 3:16, según ellos, Dios no puede encarnarse, porque la carne es mala y no forma parte de Dios, el cual es espíritu, según la herejía gnóstica-doceta y maniquea. La base doctrinal es la siguiente:

 “existe una fuerte contraposición entre lo espiritual y lo material (carne), de forma que solo lo espiritual puede representar a Dios, y lo terrenal es contrario a la idea de Dios. De aquí surge un rechazo a una posible encarnación de Dios, que para el gnosticismo es un hecho imposible”.(Crédito: Real Academia Española, RAE – Docetismo, Gnosticismo y Maniqueísmo)

Maniqueísmo:  doctrina herética practicada por Mani o Manes (c. 215-276). Manes creía que el espíritu del hombre es de Dios pero el cuerpo del hombre es del demonio. Esto se explicaba a través de un conjunto de mitos antropogónicos, de influencia gnóstica y zoroástrica. En el hombre, el espíritu o luz se encuentra cautivo por causa de la materia corporal; por lo tanto, la materia no pertenece a Dios, y no puede encarnarse.

Marcionismo: Marción (85-150 d. C.) predicaba que el Dios benévolo del Evangelio que envió a Jesucristo al mundo como salvador era el verdadero Ser Supremo, diferente y opuesto al Demiurgo malévolo o dios creador, identificado con el Dios hebreo del Antiguo Testamento. Se consideraba seguidor del apóstol Pablo, del que creía que era el único y verdadero apóstol de Jesucristo.​

Arrianismo: herejía en contra de la divinidad de Jesús, y en contra de la doctrina de la Trinidad. Arrio (Libia 250 o 256 - Constantinopla 336), fue presbítero y sacerdote de Alejandría, considerado hereje, porque negaba la naturaleza divina de Jesús. Arrio afirmaba que el Hijo está subordinado al Padre, por ser criado por el Padre; por tanto, también Arrio se oponía a la doctrina de la Trinidad, doctrina dominante en el cristianismo de la época. El arrianismo sostuvo que Jesús no es propiamente Dios, sino la primera criatura creada por el Padre, la cual no gozaba de divinidad, y fue empleado para la creación del mundo. Con esto el arrianismo postuló la existencia únicamente de Dios, y la de un solo principio, el Padre.

Aquí nuevamente hago otro paréntesis para advertir a los creyentes acerca de las razones de por qué el Novum Testamentum Graece de Nestlé-Aland, y el de Westcot & Hort, suprimen parte del versículo 7 de 1 Juan 5, en donde la Reina Valera confirma la doctrina de la Trinidad, doctrina que combatió el arrianismo: “Porque tres son los que dan testimonio en el cielo: el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo; y estos tres son uno”. En tanto que la Nueva Traducción Viviente, y demás versiones modernas, suprimen parte del versículo 7: “Por lo tanto, son tres los testigos[c]  8 —el Espíritu, el agua y la sangre—y los tres están de acuerdo”. Esta es una clara evidencia que la herejía de Arrio se encuentra camuflada o disimulada en el Novum Testamentum Graece de Nestlé-Aland, y el de Westcot & Hort, de los cuales traducen todas las versiones modernas, con el respaldo de las Sociedades Bíblicas Unidas.  Mi pregunta es la siguiente: ¿Por qué Westcot & Hort (1881), y Nestlé-Aland (1898) rechazaron el Nuevo Testamento de Erasmo de Rótterdam (1,516) para imponer a su propio criterio el Novum Testamentum Graece? ¿Por qué hasta en el siglo XIX (1881) le encuentran errores al Nuevo Testamento de Erasmo, lo rechazan y lo denigran? ¿Por qué basaron su Nuevo Testamento en Konstantin von Tischendorf (1849), si este señor se llevó los manuscritos sin permiso del Monasterio de Santa Catalina? ¿Quién o quiénes los autorizaron?  ¿Fueron inspirados por Dios y el Espíritu Santo, para imponer su “Aparato crítico” para socavar la autoridad de la Biblia? Destacado es mío

La Iglesia post-apostólica

Después de este paréntesis de advertencia doctrinal acerca de la persona de Jesús, cabe preguntarse qué ocurrió a la Iglesia de Jesucristo en la época post-apostólica. Jesús, en sus últimos días de vida había profetizado lo que ocurriría después de su muerte. Había recordado a sus seguidores la profecía de Zacarías 13:7 que dice: “Heriré al pastor, y las ovejas del rebaño serán dispersadas” (Mateo 26:31-34). Antes de las apariciones de Jesús a sus apóstoles, el desánimo y la incredulidad eran obvias en los apóstoles. Algunos de ellos, como Simón Pedro y otros, estaban dispuestos a continuar su vida de pescadores: “Simón Pedro les dijo: Voy a pescar. Ellos le dijeron: Vamos nosotros también contigo” (Juan 21:3).  

La destrucción de Jerusalén y el Templo (año 70)

Jesús profetizó la destrucción que vendría a la ciudad de Jerusalén y el Templo. Sus apóstoles habían admirado la bella estructura arquitectónica del Templo de Jerusalén, y Jesús profetizó: “¿Veis todo esto? De cierto os digo, que no quedará aquí piedra sobre piedra, que no sea derribada” (Mateo 24:2). Esta profecía de Jesús se cumplió cuando las hordas romanas a la orden del emperador Tito, destruyeron la ciudad de Jerusalén, incluyendo el Templo salomónico, en el año 70 d. C. Todo esto ocurrió sin que terminara el primer siglo de la era cristiana.

La situación para el crecimiento de las iglesias se tornaba sombrío, y todos buscaban el refugio debido a la terrible persecución de parte de los romanos. La persecución era igual tanto en contra de judíos, como en contra de los cristianos.

El libro de los Hechos, que constituye la historia de la Iglesia primitiva, no incluye estos últimos acontecimientos barbáricos de la soldadesca  romana. Lo que nos deja a expensas de los historiadores no bíblicos, como Flavio Josefo, historiador judeo-romano, contemporáneo de los apóstoles; quien sólo se interesa en la historia de los judíos, en sus obras “Guerras de los Judíos” y “Antigüedades”. La destrucción de Jerusalén y el Templo, marca el final de la nación judía y el comienzo de la diáspora. Por tanto, nos interesa saber qué pasó con los líderes y creyentes en general, de lo que fue la Iglesia de Jerusalén y las demás iglesias del Asia Menor y de los otros lugares.

Final de la era apostólica y comienzo de la obra de los discípulos de los apóstoles

Los discípulos de los apóstoles se conocen en la historia cristiana como “Padres Apostólicos”, porque son los defensores y continuadores de la doctrina y predicación de los apóstoles de Jesús.

Juan, el último de los apóstoles en su libro Apocalipsis nos describe la situación espiritual de las iglesias del Asia Menor, la cual es bastante lamentable. Casi todas han permitido la entrada de los falsos maestros, como los nicolaítas en la iglesia de Pérgamo; mientras otras han perdido su celo y primer amor. La iglesia de Corinto aun en vida de Pablo ya estaba llena de problemas doctrinales, incluyendo divisiones, las que todavía se multiplican en nuestras iglesias de hoy

Después de la muerte del apóstol Juan cerca del año 100-110 d.C., los únicos testigos del cristianismo son los llamados “Padres apostólicos”. Sólo voy a mencionar a los más cercanos a la época de los apóstoles.

Policarpo de Esmirna (70-155 d.C.) fue discípulo del apóstol san Juan, y fue el más famoso entre los obispos de la iglesia primitiva. Esmirna es una de las diócesis más antiguas, conocida desde el siglo I, cuando Policarpo de Esmirna fue su obispo. Se desconoce el año preciso en que el cristianismo se extendió en Esmirna, pero como parte del Asia Menor, su fundador fue sin duda el apóstol Pablo.   Desafortunadamente, la mayoría de los miembros de la iglesia ortodoxa de Esmirna, fue asesinada por el ejército turco. Los que escaparon fueron evacuados a Grecia.

Clemente de Roma, (35-99) o san Clemente I, fue un cristiano insigne de finales del siglo I, uno de los llamados Padres apostólicos por haber transmitido el «eco vivo» de la predicación de los apóstoles de Jesús de Nazaret. Ireneo lo llamó el tercero, después de los apóstoles. Murió por la defensa de su fe, martirizado cerca del año 101.

Ignacio de Antioquía, nacido en Antioquía de Siria, Imperio romano, en el año 35, murió en Roma, entre 108 y 110. Fue discípulo directo de San Pablo y San Juan. Es el segundo sucesor del apóstol Pedro en el gobierno de la Iglesia de Antioquía.

Ireneo de Lyon (Esmirna, Asia Menor, c. 140 - Lyon, c. 202), fue discípulo de san Policarpo, quien lo envió a las Galias a ejercer el obispado allí, en el año 189. En esta región se desató una persecución en contra de los cristianos, a tal punto que muchos de ellos murieron martirizados. La obra destacada de Ireneo fue contra el gnosticismo, una de las tantas herejías en contra del cristianismo.

Orígenes de Alejandría. (c. 184 - c. 253) también conocido como Orígenes Adamantius, fue un erudito, asceta​ y teólogo cristiano primitivo que nació y pasó la primera mitad de su carrera en Alejandría. Origenes es un reconocido padre de la Iglesia, muy influyente en el campo de la teología y la apologética entre los cristianos primitivos.

Atanasio de Alejandría (296-373 defensor contra las herejías del gnosticismo y el arrianismo. Fue muy activo y defensor del cristianismo primitivo, en el Concilio de Nicea

El Concilio de Nicea

Para contrarrestar las herejías de Arrio, y para procurar la unidad de la Iglesia cristiana que se encontraba dividida en cuanto a la herejía de Arrio, el emperador Constantino I (272-337) convocó el Primer Concilio de Nicea, en el año 325. La herejía de Arrio estaba tan propagada en el cristianismo, que en el seno de la Iglesia había un cisma acerca de la relación entre Jesús y Dios el Padre, y algunos emperadores apoyaban esta herejía.

“El Concilio I de Nicea es el primer Concilio Ecuménico; es decir, universal, en cuanto participaron obispos de todas las regiones donde había cristianos. Tuvo lugar cuando la Iglesia pudo disfrutar de una paz estable y disponía de libertad para reunirse abiertamente. Se desarrolló del 20 de mayo al 25 de julio del año 325” (Crédito: Wikipedia-Arrio). Finalmente, el arrianismo fue condenado por el Concilio de Constantinopla, en el año 381. Pero actualmente, los Testigos de Jehová apoyan la herejía de Arrio; y como digo en mis advertencias, hay un apoyo disimulado en las versiones modernas de la Biblia, apoyadas también por las Sociedades Bíblicas Unidas.

CONCLUSIÓN

Gracias al Concilio de Nicea I, convocado por el emperador romano, Constantino I, la asistencia de los obispos en dondequiera que había una iglesia cristiana, y gracias a la hegemonía que había adquirido la Iglesia de Roma, Constantino logró la romanización de la Iglesia cristiana, bajo su dominio y la unificación entre la Iglesia y el Estado, y bajo la absoluta autoridad del Obispo de Roma, posteriormente nombrado papa, en el año 315.

Con Roma a la cabeza, las principales celebraciones se acomodaron al calendario, santoral, y festividades romanas, marcando la consolidación de la Iglesia católico romana, bajo el dominio del Obispo de Roma. El primer papa oficialmente legalizado por el emperador Constantino I, fue Silvestre (conocido en la historia de los papas como San Silvestre), nacido en Roma, fue papa desde el 31 de enero de 315 hasta el 31 de diciembre de 335.

BIBLIOGRAFÍA

BBC News Mundo – El papa del oficialismo cristiano

Biografías y Vidas –La Enciclopedia biográfica en línea – Arrio

Deutsche Bibel Gesellschaft Academic -The Novum Testamentum Graece (Nestle-Aland) and its history (Sociedad Académica Bíblica Alemana)

Google – Principales herejías de la Iglesia Primitiva

Santacatalina.org  – Código Sinaítico

Wikipedia – Arrio

Wikipedia – Concilio de Nicea I

Wikipedia – El final de la etapa apostólica

Wikipedia - Konstantin von Tischendorf

Wikipedia – https://.es.wikipedia.org – Monasterio de Santa Catalina Monte Sinaí

 

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