sábado, 17 de junio de 2023

 

FLAVIO JOSEFO Y EL ANTIGUO TESTAMENTO

Amadeo Albuquerque Lara

Tito Flavio Josefo es un historiador judeo-romano que nació en Jerusalén, en el año 37, cuatro años después de la muerte de nuestro Señor Jesucristo. Aunque era judío, de la secta de los fariseos, No negó la historicidad de Jesús. Más bien, reconoció el ministerio de los milagros realizados por Jesús, y lo reconoció como “más que un hombre”. Tácitamente, reconoce su divinidad.

Para destacar la importancia de la obra de Flavio Josefo, voy a transcribir el primer párrafo de la Introducción de los volúmenes XVIII, XIX y XX:

“Aparte de la Biblia misma, Flavio Josefo es con mucho la fuente histórica más importante para iluminar toda la era bíblica, y, con respecto a algunos personajes del Nuevo Testamento, es una fuente aún más completa. En términos de cantidad de datos, por ejemplo, Josefo provee probablemente 300 veces más cantidad de información acerca de Herodes el Grande que el Evangelio de Mateo, o diez veces más acerca de Poncio Pilato. También provee fascinadoras perspectivas acerca de otras figuras bíblicas como Arquelao, Herodes Antipas, los dos Agripas, Félix, y Festo, así como intrigantes atisbos acerca de Juan Bautista, de Jacobo, el medio hermano de Jesús, y del mismo Jesús”.

Flavio Josefo es reconocido como Josefo, Historiador judeo-romano. Nació en Jerusalén, y su padre era de la línea sacerdotal; mientras que su madre era de linaje real. Se dice que es autor de Antigüedades de los Judíos, libro que se compone de 20 volúmenes; Guerra de los Judíos es el segundo libro y contiene dos volúmenes. Josefo vivió desde el año 37 y murió a los cien años. Josefo fue testigo de la destrucción de Jerusalén por parte del imperio romano, de la destrucción del Templo en el año 70, y de las innumerables guerras de los romanos en contra de los judíos. Sin duda tuvo conocimiento de la obra de los apóstoles de Jesús, y pudo haberse familiarizado con la obra del apóstol Mateo, quien escribió para el pueblo judío para demostrar que Jesús era el Cristo o Mesías. Como el apóstol Juan murió a los cien años, también Josefo pudo haberse familiarizado con su obra.

Según sus biógrafos, los primeros once volúmenes de Antigüedades son una paráfrasis del Antiguo Testamento; mientras que los restantes nueve volúmenes se refieren a los personajes con quienes Josefo se relacionó en su tiempo, como los Herodes, y otros funcionarios romanos como Pilatos. Pero para no hacer más largo este escrito, voy a resumir los contenidos de los primeros ocho volúmenes, los cuales tratan desde la historia de la Creación, hasta la ascensión al trono de Salomón, como rey de Israel. Se refiere también a la muerte de Isaac, la historia de los hijos de Isaac; el éxodo de los judíos de Egipto; los 40 años en el desierto, y la muerte de Moisés.

El volumen quinto se refiere a la sustitución de Moisés por parte de Josué, y la muerte del sacerdote Elí. El sexto volumen narra la captura del Arca por los filisteos, y la muerte del rey Saúl. El séptimo volumen narra la ascensión al trono del reino de Israel y la muerte de David. El octavo volumen es la historia de la ascensión al trono de Salomón, como rey de Israel.

He seleccionado nada más estos primero ocho volúmenes del libro Antigüedades de los Judíos, sólo como una muestra del apego a la historia narrada en el Antiguo Testamento, por parte de Josefo. Los manuscritos existentes del libro Antigüedades de los Judíos, escritos por Josefo por los años 93-94, contienen dos referencias a Jesús de Nazaret y una referencia a Juan el Bautista. Aunque algunos críticos no creyentes afirman que estas referencias son interpolaciones posteriores, muchos otros historiadores reconocen su autenticidad. En el libro 18 de Antigüedades… Josefo afirma que Jesús era el Mesías, que fue un maestro sabio, y que fue crucificado por Poncio Pilato.

Los expertos modernos han reconocido la autenticidad de la segunda referencia a Jesús en Antigüedades, libro 20, capítulo 9. Aquí se mencionan a Santiago, hermano de Jesús, llamado el Cristo. Esta referencia es reconocida por los estudiosos como más auténtica, que la primera. Pero como siempre, los críticos tratan de poner en duda la autenticidad de las referencias a los pasajes de la Biblia; especialmente, si se refieren al Nuevo Testamento. No solamente los críticos modernos han querido negar la autenticidad de los manuscritos de donde se tradujo la Biblia, sino que hasta de las referencias citadas por historiadores de la calidad de Flavio Josefo.

Casi la totalidad de los estudiosos consideran la referencia en el Libro18, capítulo 5 del libro Antigüedades a la prisión y muerte de Juan el Bautista como auténtica y no como interpolación cristiana. Existe una cantidad de diferencias entre la narración de Josefo y las narraciones del Nuevo Testamento. Por eso, los estudiosos ven estas variaciones como indicaciones de que los pasajes de Josefo no son interpolaciones; puesto que los interpoladores cristianos muy posiblemente habrían hecho corresponder estas variaciones, con las narraciones del Nuevo Testamento, sin permitir estas variaciones.

Josefo escribió sus obras que sobreviven después de haberse establecido en Roma, cerca del año 71, bajo el patrocinio del emperador romano Vespasiano. Pero todos sus manuscritos datan del siglo once, al igual que los demás manuscritos antiguos. Sin embargo, los más antiguos que sobreviven, fueron copiados por monjes cristianos. Se cree que los judíos no se interesaron por preservar los escritos de Josefo quizás porque consideraban que Josefo fue un traidor, pero también porque sus obras circulaban en griego, idioma que había ya declinado poco tiempo después de la era de Josefo.

CONCLUSIÓN

Las obras de Josefo han sido reconocidas por ser un historiador de relatos antiguos, incluyendo los del Antiguo Testamento; pero cuando Josefo cita testimonios referentes al Nuevo Testamento, su autoridad queda mermada por parte de los críticos, porque aseguran que sus testimonios no son auténticos, sino interpolaciones cristianas, con el fin de hacerla coincidir con los relatos del Nuevo Testamento. Debo hacer notar que los ataques de los críticos con más fuertes contra los manuscritos del Nuevo Testamento que contra los del Antiguo Testamento. Quizás son así de fuertes porque su propósito es sembrar la duda en cuanto a la autenticidad de la persona de Jesús, su divinidad, sus milagros, y de la obra de sus seguidores de los primeros siglos. Sus ataques son también en cuanto a la antigüedad y fidelidad de los manuscritos de donde se han hecho las primeras traducciones de la Biblia.

Para finalizar, citaré los principales argumentos de los críticos más acérrimos de los manuscritos más antiguos. Estos dicen que los manuscritos están incompletos; que la aparición de los actuales manuscritos es tardía, del siglo once, en el caso de los libros de Flavio Josefo; y del siglo cuarto, en el caso de los manuscritos más antiguos de la Biblia. Sin embargo, no tratan de la misma manera a los manuscritos de la literatura clásica.

Pero debo afirmar que hay críticos modernos más conscientes que aceptan que los manuscritos de la Biblia son más confiables debido al número de copias que con más frecuencia se han hecho desde los Escritorios, por expertos escribas con dominio de las lenguas originales.

En el caso de la Biblia, contamos con la rigurosidad con que se ha preservado el Texto Masorético Hebreo, y su traducción al griego conocida como la Biblia Septuaginta. Además, tenemos la traducción al Latín, y a otros idiomas que han mantenido la fidelidad de su mensaje salvífico.

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