domingo, 25 de abril de 2021

 

LOS ELAMITAS

Amadeo Albuquerque Lara

En el capítulo 2 del libro de Hechos se relata el prodigio acontecido el día de Pentecostés. El evangelista Lucas, autor de este libro, narra que para celebrar la fiesta de Pentecostés, se encontraban en Jerusalén judíos piadosos de varias partes del mundo de la época. Lucas menciona alrededor de por lo menos 16 nacionalidades, con sus respectivos idiomas maternos, entre ellos los ELAMITAS.

I)             Historia de la familia y lengua Elamita

La palabra elamita

La palabra elamita procede del latín Elamītae, y este derivado del hebreo ‘ēlām, Elam, la lengua que se habló en el antiguo Imperio Elamita. El imperio elamita estuvo situado al sureste de Babilonia, al este de Sumeria y al noreste del Golfo Pérsico. Según hallazgos arqueológicos recientes, publicados por la revista National Geographic, el 20 de diciembre de 2020, el reino elamita existió hace unos cuatro mil años antes de Cristo.

Elam, hijo de Sem y nieto de Noé

Según el libro de Génesis 10:22, Elam es hijo de Sem, hijo de Noé. Es decir, Elam es nieto de Noé. Según el versículo 22, “Los hijos de Sem fueron Elam, Asur, Arfaxad, Lud y Aram”. Debemos reconocer que Génesis 10 contiene la “Tabla de las Naciones”, lo que nos indica que cada nombre de persona también es el nombre de una nación, tal es el caso de Elam, Assur (Asiria) y Aram. Elam es el padre de   los elamitas, y al mismo tiempo, Elam es el nombre del reino, cuya ubicación geográfica se ha mencionado.

Reino de Elam

El libro de Génesis, capítulo 14:8-9 menciona el nombre del rey de Elam, para demostrar que Elam era un reino. Esto es lo que registra Génesis:

8 Y salieron el rey de Sodoma, el rey de Gomorra, el rey de Adma, el rey de Zeboim y el rey de Bela, que es Zoar, y ordenaron contra ellos batalla en el valle de Sidim; 9 esto es, contra Quedorlaomer rey de Elam, Tidal rey de Goim, Amrafel rey de Sinar, y Arioc rey de Elasar; cuatro reyes contra cinco.

 

A continuación, copio el mapa geográfico de Elam y el grabado de una vasija, en la cual hay una inscripción de esta lengua importante, la cual fue descifrada por el arqueólogo y paleógrafo francés, François Desset, en el año 2018.

 

El idioma fonético elamita, el más antiguo del mundo

François Desset, arqueólogo, paleógrafo francés y profesor de la Universidad de Teherán, en el año 2018 descifra la escritura elamita, después de diez años de trabajo en la interpretación de los signos fonéticos lineales. La revista National Geographic publicó un artículo el 20 de diciembre de 2020, en el cual informa el desciframiento del idioma elamita, acontecimiento que lo iguala al desciframiento de los jeroglíficos egipcios, por “Jean-François Champollion (1790-1832), quien finalmente descifró los jeroglíficos egipcios a través de la piedra de Rosetta, en 1822” (National Geographic, 15 de julio de 2013).

“El elamita lineal, una de las escrituras más antiguas del mundo, ha sido finalmente descifrada. Se trata de un gran hito en el mundo de la arqueofilología, puesto que se trata del ejemplo más antiguo que se conoce de escritura fonética, es decir, de símbolos que indican sonidos”.

Abel de Medici, National Geographic  (20 de diciembre de 2020)

La escritura no surgió en Mesopotamia

Antiguamente, se creía que la escritura había surgido en Mesopotamia, y así aparece hasta hoy en los libros de texto de historia; pero por el hallazgo reciente, por parte de los arqueólogos, el elamita se constituye en la lengua más antigua del Oriente medio. Lo particular de esta lengua es que tiene dos sistemas de escritura: la tradicional cuneiforme, en forma de cuña, que se basa en conceptos, y la escritura lineal fonética. Esta última característica, el sistema fonético, lo sitúa a una altura que no tenía ninguna lengua de su tiempo. El modo de lectura era de derecha a izquierda o de arriba hacia abajo. Su carácter lineal con símbolos fonéticos lo constituye en la lengua más antigua del mundo.

Elamita lineal fonética


Elamita cuneiforme


 

“La elamita cuneiforme es una escritura logo-silábica. El corpus completo de la escritura elamita cuneiforme consta de aproximadamente 20.000 tablillas y fragmentos” […]

“La elamita cuneiforme tiene dos variantes, la primera, derivada del acadio, se usó desde el III al II milenio a. C., y la segunda, una forma simplificada utilizada durante el I milenio a. C.” (Wikipedia)

 

Hasta aquí, hemos revisado la historia de Elam como nieto de Noé, como descendiente de Sem, el cual encabeza las familias y lenguas semíticas. Sin embargo, los estudiosos de las lenguas semíticas, no incluyen el elamita. Sin duda, y es muy obvio, esto se debe a la antigüedad de estas familias lingüísticas. Dicen los estudiosos que el acadio, lengua semita, no comparte ningún rasgo con la lengua elamita, a pesar de ser su vecino.

La celebración de un de las grandes fiestas judías: Pentecostés.

Pero mi estudio sobre los elamitas se basa en el capítulo dos del libro de los Hechos, en donde se mencionan varias nacionalidades y lenguas, por motivo de la celebración de una de las grandes fiestas de los judíos: Pentecostés, conocida con varios nombres, entre los cuales, “fiesta de la cosecha”, “fiesta de los primeros frutos” o “fiesta de los cincuenta días”, proviene de la palabra hebrea “Shavuot” y del griego “Pentecostés”.

En el versículo 9 del capítulo 2 de Hechos se mencionan a los Partos, medos, elamitas, etc. La mención de estas nacionalidades nos permite ubicar la región geográfica en donde se encontraba el reino de Elam, fundamentado con pasajes de la Biblia, el artículo de National Geographic y el mapa que incluyo.

Leamos ahora lo que nos relata el evangelista Lucas en el libro de los Hechos, en el capítulo dos.

Hechos 2: 7- 9: “Y estaban atónitos y maravillados, diciendo: Mirad, ¿no son galileos todos estos que hablan? 8 ¿Cómo, pues, les oímos nosotros hablar cada uno en nuestra lengua en la que hemos nacido? 9 Partos, medos, elamitas, y los que habitamos en Mesopotamia, en Judea, en Capadocia, en el Ponto y en Asia” […]

Lo que sucede aquí, según Lucas, es lo contrario de lo ocurrido en la construcción de la torre de Babel. Mientras allá Dios confunde la lengua hablada por los constructores de la torre, como castigo por la soberbia de Nimrod, constructor de varias ciudades, y su prepotencia de querer ser igual a Dios, en Jerusalén sucede lo contrario: de distintas lenguas habladas por los participantes de la fiesta de Pentecostés, Dios las unifica en la lengua galilea, posiblemente una variante del hebreo. Los diferentes hablantes se confunden y exclaman: ¿no son galileos todos estos que hablan?

En la ciudad de Jerusalén los judíos piadosos estaban reunidos para celebrar la gran Fiesta Judía de Pentecostés, segunda de las tres principales fiestas judías. Jesús, antes de ascender al cielo, había dado órdenes a sus discípulos que no salieran de Jerusalén hasta que fueran investidos con el poder del Espíritu Santo. En el Aposento Alto, estaban reunidas unas 120 personas, junto con los apóstoles. esperando el cumplimiento de la profecía de Joel y del cumplimiento de la promesa dada a ellos por Jesús:

“Y en los postreros días, dice Dios, Derramaré de mi Espíritu sobre toda carne, Y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán; Vuestros jóvenes verán visiones, Y vuestros ancianos soñarán sueños”, (profecía de Joel citada en Lucas 2:17).

Junto con la profecía de Joel, estaba la promesa dada por Jesús a sus discípulos:

He aquí, yo enviaré la promesa de mi Padre sobre vosotros; pero quedaos vosotros en la ciudad de Jerusalén, hasta que seáis investidos de poder desde lo alto”. (Lucas 24:49 RVR 1960)

El gran prodigio de la unificación de las lenguas

Las diferentes lenguas maternas allí representadas, se unifican en una sola: la galilea, probablemente, una variante de la lengua hebrea, es la que escuchan y entienden a la perfección, los distintos hablantes allí reunidos. Allí estaban congregados, por lo menos unas 16 o 17 naciones, regiones, con sus respectivas lenguas, pero entienden con claridad lo que hablan aquellos humildes galileos. Todos admirados exclaman:

Mirad, ¿no son galileos todos estos que hablan? (verso 7) ¿Cómo, pues, les oímos nosotros hablar cada uno en nuestra lengua en la que hemos nacido? (verso 8)

Lucas amplía este prodigio de la siguiente manera:

5 Moraban entonces en Jerusalén judíos, varones piadosos, de todas las naciones bajo el cielo. 6 Y hecho este estruendo, se juntó la multitud; y estaban confusos, porque cada uno les oía hablar en su propia lengua.

Después de estas señales de un acontecimiento extraordinario. el Espíritu Santo desciende en forma de lenguas de fuego que se posan sobre la cabeza de los 120 que están en el Aposento Alto, y el apóstol Pedro aprovecha la oportunidad de contestar las mofas de la multitud que los acusa de estar borrachos,

El primer sermón del apóstol Pedro

Pedro, el humilde pescador, a quien Jesús llamó para que se convirtiera en pescador de hombres, ya investido con el poder del Espíritu Santo, predica el primer sermón a la multitud allí reunida.

Hechos 2:22-24: Varones israelitas, oíd estas palabras: Jesús nazareno, varón aprobado por Dios entre vosotros con las maravillas, prodigios y señales que Dios hizo entre vosotros por medio de él, como vosotros mismos sabéis; 23 a éste, entregado por el determinado consejo y anticipado conocimiento de Dios, prendisteis y matasteis por manos de inicuos, crucificándole; 24 al cual Dios levantó, sueltos los dolores de la muerte, por cuanto era imposible que fuese retenido por ella.

De esta parte del discurso de Pedro, podemos extraer estas grandes enseñanzas:

1)     Jesús era varón aprobado por Dios, por maravillas prodigios y señales

2)     Los judíos mataron a ese Jesús por medio de inicuos

3)     Los líderes judíos pidieron que Jesús fuera crucificado

4)     A este Jesús, Dios lo levantó de los muertos: su resurrección

5)     Jesús demostró su poder ante la muerte, por cuanto ésta no lo pudo retener.

Como resultado de este poderoso sermón del apóstol Pedro, ya investido con el Espíritu Santo, ese mismo día y a la misma hora, se convirtieron y se bautizaron, unas 3,000 personas las cuales formaron la primera iglesia primitiva en Jerusalén. Pero esos convertidos no se quedaron sentados en sus habitaciones en Jerusalén, sino que fueron predicando a este Jesús crucificado y resucitado y el poder salvador de Dios, en donde quiera que iban. Y como fruto de esta misión de predicación, surgieron las varias iglesias del Asia Menor, a las que más tarde el apóstol Pablo organizó y fortaleció.

Con razón, Jesús les mandó que no salieran de Jerusalén hasta ser investido con el poder del Espíritu Santo; pero el resultado sería que ellos debían de ser testigos en Jerusalén, en Judea y en Samaria y hasta lo último de la Tierra. Y nosotros hemos sido alcanzados por esa predicación que se inició en Jerusalén, por unos humildes galileos, primeramente; pero además, por aquellos creyentes que fueron bautizados en agua y por el Espíritu Santo, en el Día de Pentecostés.

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