viernes, 5 de junio de 2015

LAS TRIBUS AISLADAS DE PERÚ Y BRASIL


NO HAY DINERO PARA ASISTIR A LAS TRIBUS AISLADAS DE PERÚ Y BRASIL
Amadeo Albuquerque Lara

El periódico español El País, en su edición electronica para América, destaca la noticia de la situación por la que pasan los indígenas en las selvas remotas de Perú y Brasil. En la noticia se destaca el poco interés que muestran los gobiernos de esos países por darle asistencia económica a esos indígenas. Sin embargo, las compañías petroleras y mineras sí muestran enorme interés por explotar esos bosques y obtener la riqueza escondida entre la maraña que también “esconde” a estos miles de indígenas.

El presidente Alan García de Perú, cuando estaba de turno, expresó que  “han creado la figura del nativo selvático no conectado; es decir, desconocido pero presumible, por lo que millones de hectáreas no deben ser exploradas”. La clara evidencia es que para el entonces presidente era mejor seguir ignorando la presencia y existencia de estas tribus selváticas no conectadas con la civilización, pero permitir la explotación de sus bosques. Nótese la frase “desconocido pero presumible” del president Alan García. Parece que para él eran más importantes los “millones de hectáreas no exploradas”.

Naturalmente, la opinion del entonces presidente de Perú no podia quedar en solitario. “El mismo año, el presidente de la petrolera estatal PeruPetro, Daniel Saba, fue todavía más allá: “Es absurdo decir que hay no contactados cuando nadie los ha visto”. Es decir, ambos líderes negaban la existencia de estas tribus para crear conciencia a favor de la explotación petrolera. Sí, “nadie los ha visto” porque es major afirmarlo que investigarlo, ¿verdad?

Sin embargo, hoy antropólogos y agrupaciones humanitarias están preocupados por la existencia de estas tribus, por ejemplo: “ El Centro Pulitzer para la Cobertura Informativa de Crisis y publicada hoy en la revista estadounidense Science. Las apariciones se multiplican en el bosque tropical que emerge en la frontera entre Brasil y Perú. Es decir, si nadie quiere saber de ellos entonces ellos mismos están saliendo de los bosques para darse a conocer. Para que no digan que nadie los ha visto.

Hay agrupaciones que están dando muestras de la existencia de estos indígenas “no contactados”, por ejemplo: “La agencia del Gobierno brasileño que establece las políticas relacionadas con los pueblos indígenas, la Fundación Nacional del Indio (Funai), entró en contacto con cinco tribus aisladas entre 1987 y 2013. Solo en los últimos 18 meses, tres grupos han contactado con los poblados cercanos: los xinane, los korubo y los awá guajá. En Perú, el periodista Andrew Lawler confirma en la revista Science otro puñado de contactos.”

Pero, afortunadamente, “El Gobierno peruano, con Ollanta Humala al frente desde 2011, ya no niega la existencia de tribus aisladas. En los últimos años, ha destinado tres millones de hectáreas a crear cinco reservas para mantener a estos grupos al margen del resto del mundo. La antropóloga peruana Beatriz Huertas, autora del libro Los pueblos indígenas en aislamiento, señala las causas que pueden estar empujando a estas tribus fuera de la selva: los madereros ilegales, la minería, las prospecciones de gas y petróleo, los conflictos con otros grupos aislados, la falta de alimento y el tráfico de droga desde Perú, el mayor productor de coca del mundo, a Brasil”.

Para finalizar esta nota, quiero enfatizar en el peligro que acecha a estas tribus. Los estudiosos y antropólogos temen que se pierdan estas culturas debido a la mezcla con las llamadas civilizaciones. Estos estudiosos afirman: “En Perú viven unos 8.000 indígenas aislados, según los cálculos de Huertas. Su principal amenaza es la transmisión de enfermedades contra las que no tienen defensas. Las infecciones llegan a lomos de madereros, mineros, misioneros, traficantes de droga e incluso periodistas, según la investigación de Science. En la década de 1980, unos 350 miembros de una tribu aislada murieron por enfermedades después de entrar en contacto con trabajadores de la petrolera holandesa Shell, denuncia la antropóloga peruana. “Estamos en el umbral de grandes extinciones de culturas”, sostiene Francisco Estremadoyro, director de ProPurús, una organización dedicada a blindar la biodiversidad de las cabeceras amazónicas en el sudeste peruano”. Algo semejante sucedió con los indígenas que entraron en contacto con los conquistadores españoles: siempre el exterminio de los pueblos indígenas o más bien autóctonos. Afirman los investigadores: “Las enfermedades adquiridas en un primer contacto pueden exterminar hasta al 90% de una tribu”.

Pero mi pregunta es: ¿qué están hacienda esos gobiernos para proteger a estas tribus desposeídas? Leamos lo que afirma el citado artículo del diario El País: “En Brasil se repiten los mismos problemas. “La Fundación Nacional del Indio está muerta”, sentencia el septuagenario explorador brasileño Sydney Possuelo, que en 1987 fundó su Departamento de Tribus Desconocidas. En 2014, el Gobierno de Dilma Rousseff aprobó un presupuesto de 1,15 millones de dólares para localizar y proteger a los pueblos aislados, un 20% de lo que pedía la Funai. Este año se ha concedido la misma cantidad, esta vez un 15% de lo solicitado.”


Como es fácil de notar, pareciera que los mismos gobiernos no se interesan por hacer un esfuerzo presupuestario para sacar de la miseria, pero conservando su cultura, de estas tribus aisladas del progreso de sus países. Y las petroleras y las compañías mineras, ¿muestran algún interés por esta gente? ¿Destinan algunos millones de dólares para que no se extingan? O, ¿Están más interesadas en su extinción? Sólo el tiempo lo dirá. Por de pronto, velemos por la no extinción de nuestros pueblos autóctonos de nuestro país. Luchemos por conserver su cultura y su lengua.

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