lunes, 16 de octubre de 2023

 BULAS, INDULGENCIAS Y PURGATORIO: EL DETONANTE DE LA REFORMA PROTESTANTE

Amadeo Albuquerque Lara

La Reforma Protestante se inicia por la rampante corrupción de las máximas autoridades de la Iglesia católica romana, incluyendo el papado. Una de esas preocupaciones era la desesperada economía que se imponía ante la fe evangélica. Por tal motivo, la solución económica era el arzobispado de Maguncia y la venta de indulgencias.

El arzobispado de Maguncia era muy codiciado por el porcentaje económico a favor del Arzobispo, el porcentaje a favor del Emperador Maximiliano, más el 50% que recibiría el Papa León X, como resultado de las recaudaciones por las ventas de indulgencias, las cuales utilizaría para la conclusión de la construcción de la Basílica de San Pedro en Roma, cuya primera piedra la había colocado el Papa Julio II (1443-1513).

El Papa León X (1475-1521) emitió una Bula que le concedía a Alberto de Brandeburgo (1490-1545), el nombramiento como arzobispo de Maguncia, más el derecho de vender indulgencias para sacar del purgatorio a las ánimas en pena, lo cual generó grandes ganancias económicas para la sede de Maguncia, para el Emperador Maximiliano, así como para el Papa. Para tal efecto, el arzobispo Alberto de Brandeburgo nombró al monje dominico y teólogo alemán, Johann Tetzel (1465–1519), para que se encargara de la venta de indulgencias. Tetzel resultó ser un magnífico propagandista de indulgencias, las cuales se volvieron muy productivas para la Iglesia católica. Tetzel decía que tan pronto sonara la moneda en el plato, salía el alma del purgatorio. Muchos ciudadanos pudientes compraban las indulgencias, o perdón de pecados, para todos sus familiares vivos, así como para los que habían fallecido; de manera que las ganancias crecían enormemente y por muchos años.

La corrupción por las ventas de indulgencias, más el engaño de librar almas del purgatorio, hizo que Martín Lutero (1483-1546), sacerdote, monje agustino y teólogo alemán, clavara las 95 tesis en la puerta del Castillo de Wittemberg, el 31 de octubre de 1517, denunciando cuánto se había apartado la Iglesia católica de las enseñanzas de las Escrituras; además, el mismo Lutero dijo que había enviado cartas al arzobispo Alberto de Maguncia y al obispo de Brandeburgo, Hieronymus Scultetus, en las que condenaba explícitamente el abuso que suponía la venta de indulgencias papales y a las que adjuntaba sus tesis. Sin duda, las 95 tesis, más las cartas al arzobispo y al obispo, han de haber levantado gran revuelo dentro de la Iglesia católica

Sin embargo, la bula, o documento papal, que más enojó a Martín Lutero fue la llamada Taxa Camarae, “en la que el papa fijaba los estipendios que entregar a la corte papal en función de los diversos pecados posibles, en vistas a su absolución. Según esto, se podría obtener el perdón por los pecados cometidos, o comprarlo anticipadamente para los pecados por cometer, a modo de licencia, mediante un pago en dinero” (Crédito: Wikipedia).

La publicación en alemán de las 95 tesis fue el detonante del movimiento de Reforma, conocido como la Reforma Protestante de Martín Lutero. Aunque antes de Martín Lutero, hubo otros pre-reformadores con iguales puntos de vista ante la corrupción de la Iglesia católica romana, Lutero con su carisma y el dominio del idioma alemán, más la invención de la imprenta en 1440, se dio a conocer ampliamente por toda Alemania y en otras naciones de Europa. Lutero escribió sus tesis en latín, pero sus amigos y seguidores las tradujeron al alemán, lo cual resultó muy favorable para su difusión.

Otra obra que ayudó al movimiento de Reforma de Lutero fue la traducción del Nuevo Testamento del idioma griego al alemán popular o vernáculo. Para la traducción al alemán del Nuevo Testamento, Lutero utilizó la segunda edición del Nuevo Testamento griego de Erasmo de Rótterdam (de 1519), conocido como el Texto Recibido. También Lutero buscó el respaldo de la Biblia Vulgata Latina de Jerónimo de Estridón, porque no se consideraba tan experto en el idioma griego, como Erasmo de Rótterdam o Philip Melanchthon.

Martín Lutero no hubiera sobrevivido a la persecución de la Inquisición de la Iglesia católica, si no hubiera sido por el apoyo de parte de sus amigos y protectores de gran influencia política, como

“El elector de Sajonia Federico III el Sabio hizo que secuestraran a su protegido Lutero en el camino de regreso de Worms y lo llevasen al castillo de Wartburg para evitar su detención por orden del edicto de Worms. Lutero aprovechó este cómodo y prudente aislamiento en el invierno de 1521 a 1522 para traducir el Nuevo Testamento griego al alemán en solo once semanas” (Crédito: Wikipedia).

Pero Lutero tuvo que utilizar el pseudónimo de “caballero Jorge / Junker Jörg”, para evitar su detención de parte de las autoridades católicas, las cuales lo quemarían en la hoguera, como mandaba la llamada “Santa Inquisición” o “Santo Oficio”. Pues el Papa León X ya había emitido una Bula en 1520 con el título Exsurge Domine,  que exigía que Martín Lutero se retractara, pero en respuesta, Lutero la quemó en público. Por tanto, el Papa emitió otra bula en 1521 con el título Decet Romanum Pontificem, con la cual excomulgaba a Lutero, a sus seguidores y colaboradores. Coincidentemente, esta fue la última bula de León X, porque en ese año (1521) falleció, supuestamente por envenenamiento, como lo habían sido otros papas.

Para concluir, reafirmaré que el detonante de la Reforma Protestante fue la corrupción de la corte papal; la emisión de Bulas pontificias que autorizaban las ventas de indulgencias para sacar las almas del Purgatorio, doctrina que se volvió dogma de la Iglesia en el siglo XV. El Papa Julio II comenzó con la serie de bulas papales para beneficio de la construcción de la Basílica de San Pedro; luego las bulas de León X para nombrar al arzobispo de Maguncia, seguida por las demás bulas de autorización de las ventas de indulgencias con el pretexto de sacar las almas del purgatorio, pero que en realidad eran la fuente de ingresos para la construcción de la Basílica de San Pedro y para beneficio papal. Pero la que rebasó el vaso de la ira de Lutero fue la bula llamada Taxa Camarae, con la cual el Papa perdonaba los pecados presentes y futuros por una jugosa suma de dinero. Finalmente, dos bulas más en contra de Martín Lutero: una para que se arrepintiera, y la segunda para excomulgarlo y dejarlo desprotegido para enfrentar la hoguera.

Por otro lado, los hechos que favorecieron la Reforma Protestante fue la publicación de las 95 tesis en alemán, así como la traducción del Nuevo Testamento al alemán de uso común, gracias al invento de la imprenta en 1440. Por último, Martín Lutero contó con la protección de autoridades de importancia política, como el Elector de Sajonia, Federico III, quien lo mantuvo oculto en el Castillo de Wartburg, durante los años 1521 a 1522, tiempo que le sirvió a Lutero para traducir el Nuevo Testamento. Estos son los principales hechos y motivos que iniciaron la Reforma Protestante, el 31 de octubre de 1517; de no haber sido así, Lutero hubiera muerto quemado vivo en la hoguera.

Nosotros los bautistas reconocemos la obra reformista de Martín Lutero, pero no somos seguidores de él. Somos seguidores de Jesucristo, quien por su gracia nos concede la salvación. 1] Creemos que la Biblia es la única norma de fe y conducta, 2] creemos que somos salvos por la gracia de Dios, y en la justificación por la fe; 3] creemos que Jesucristo es el Señor; 4] creemos en el sacerdocio de todos los creyentes; y 5] que sólo Dios merece toda la gloria.

 

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