sábado, 30 de julio de 2022

 

LA LEY, LOS PROFETAS Y LOS SALMOS

Primera Parte

Lucas 24:44, Mateo 22:34-40

LA LEY DE MOISÉS Y POSTERIORES AÑADIDURAS

 Amadeo Albuquerque Lara

Jesús ya resucitado, después de tres días, se aparece a dos discípulos que iban camino a Emaús, y les dice: Estas son las palabras que os hablé, estando aún con vosotros: que era necesario que se cumpliese todo lo que está escrito de mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos” (Lucas 24:44).

Porque Jesús, en su ministerio terrenal, reconoció tres secciones de las Escrituras, las cuales estaban vigentes en su tiempo, a saber: La Ley de Moisés, Pentateuco o Torá, los Profetas o Neviim y los Escritos o Ketuvim, encabezados por los Salmos, según la Tanaj, o Biblia hebrea.

A] La Ley se refiere a la Ley de Moisés: la Torá para los judíos, y el Pentateuco, para los cristianos. Jesús durante su ministerio se refirió a la Ley de Moisés en numerosas ocasiones en su trato con los escribas y fariseos; pero cuando se refirió a las añadiduras posteriores a la ley de Moisés, las rechazó por completo.

En el Sermón del Monte, capítulos 5-7 del evangelio de Mateo, el Señor Jesús expuso los contenidos de la Nueva Ley del Reino. En esos capítulos Jesús usa dos frases que contrastan la vieja ley, con la Ley que el vino a cumplir: “Oísteis que fue dicho… pero yo os digo”. En la frase “oísteis que fue dicho”, claramente se refiere a la Ley de Moisés, sin las añadiduras posteriores hechas por los escribas y fariseos. Esta frase la repite seis veces el Señor y en cada vez, completa con la otra frase: “pero yo os digo”. Es su autoridad y la nueva ley contra la ley que los escribas y fariseos enseñaban e imponían a los demás, sin que ellos la cumplieran.

B] Los profetas pertenecen a dos grupos: los profetas anteriores, como Josué, Samuel, Elías y Eliseo. Los profetas mayores, Isaías, Jeremías y Ezequiel. Algunos incluyen a Lamentaciones y a Daniel, entre los profetas mayores; pero estos dos libros pertenecen a los Escritos, como lo veremos en el inciso C]; y los doce profetas menores, que comienzan con Oseas y terminan con Malaquías, último libro del Antiguo Testamento. El término “menores” no significa que sus profecías sean inferiores, sino que sus libros contienen menos páginas. Sólo el libro de Isaías tiene más páginas que entre todos los doce profetas menores.

C] El libro de los Salmos encabezaba el grupo de los Escritos, aunque los Salmos son los más citados por Jesús, por sus referencias a su ministerio, crucifixión y resurrección. Los Escritos, además de los Salmos, comprendían: Proverbios, Job, El Cantar de los Cantares, Rut, Lamentaciones, Eclesiastés, Ester, Daniel, Esdras, Nehemías, (I Crónicas y II Crónicas).

DIFERENTES INTÉRPRETES Y EJECUTORES DE LA LEY

La ley dada por Dios a Moisés en el Monte Sinaí constaba de DIEZ MANDAMIENTOS, pero a partir de Éxodo 20:22 en adelante, Dios le da instrucciones a Moisés para que dicte determinadas leyes rituales y sociales. Pero Moisés añade otras leyes, según él observa en la conducta del pueblo. Estas leyes posteriores contienen mandatos y castigos por las violaciones a los mandatos.

LEYES DERIVADAS DE CASOS EN EL LIBRO DEL PACTO (Éxodo 21:1-23:33).

En toda esta sección nos encontramos con leyes específicas de Moisés, especialmente, en los libros de Levítico y Deuteronomio.

1] Esclavitud o servidumbre (Éxodo 21:1-11).

2] Restitución comercial o la Ley del Talión: ojo por ojo y diente por diente (Éxodo 21:18-22:15)

3] Oportunidades para los pobres se puede ver en las regulaciones que benefician a los extranjeros, las viudas y los huérfanos (Éxodo 22:21-27 y 23:10-11)

4] Préstamos y garantías (Éxodo 22:25-27) (Tomado de Comentario Bíblico)

Estas cuatro leyes son de la autoría de Moisés, según él veía el mal comportamiento del pueblo. Pero en el transcurso de la historia de Israel, las siguientes autoridades han intervenido y reinterpretado la Ley: Patriarcas, Sacerdotes, Jueces, Profetas, Rabíes, Fariseos, Escribas y Saduceos. De manera que de Diez Mandamientos y la Ley de Moisés, conocida así en tiempos de Jesús, constaba de 613 leyes: Las que encontramos en el Pentateuco, más las añadidas posteriormente. Por tal razón, el Señor Jesús increpó a los líderes religiosos que habían impuesto tantas leyes, que ni aun ellos las podían cumplir. Por tanto, cuando Jesús se refiere a la Ley de Moisés, no va más lejos del Pentateuco o Torá, para los judíos; y esa es la Ley que él venía a cumplir.

.LA NUEVA LEY, SEGÚN LAS ENSEÑANZAS DE JESÚS

La frase que se destaca, en referencia a la Ley de Moisés, en sus enseñanzas, y especialmente, refiriéndose a los escribas y fariseos, era: “Oísteis que fue dicho” (Mateo 5:21-48). Con esta frase Jesús les daba a entender que él era mayor que la Ley, con otra frase del Maestro: “Mas yo os digo”. En el mismo capítulo cinco de Mateo Jesús les dice: “No penséis que he venido para abrogar la ley ó los profetas: no he venido para abrogar, sino a cumplir” (Mateo 5:17-37). ¿Pero cuál ley venía a cumplir? La Ley del Reino que él mismo les dejó en claro, en el Sermón del Monte a los fariseos y a los llamados intérpretes de lo que ellos llamaban la “Ley de Moisés”.

El Señor Jesús decía esto, porque los escribas y fariseos lo acusaban de violar la Ley de Moisés. Además, el Señor les encaraba a los intérpretes de la ley, maestros de la ley, porque ellos imponían cargas de la Ley que ni ellos mismos las cumplían; porque había muchas añadiduras de minucias: “Y él dijo: ¡Ay de vosotros también, intérpretes de la ley! porque cargáis a los hombres con cargas que no pueden llevar, pero vosotros ni aun con un dedo las tocáis” (Lucas 11:46). Jesús les hacía ver que la Ley de Moisés había sido mal aplicada y mal interpretada por los llamados intérpretes y maestros; pero también les hacía ver que él no había venido para abrogar la verdadera Ley, sino a cumplirla. La Ley la dio Dios a Moisés como una prefigura de la verdadera ley del Reino de los cielos, compuesta por la justicia, la misericordia y la fe, la cual Jesús vino a proclamar y a cumplir.

La Nueva Ley, Jesús la resume así: La justicia, la misericordia y la fe. Así como Jesús ofreció un resumen de los Diez Mandamientos, cuando dijo: “Amar a Dios sobre todas las cosas, y amar al prójimo como a uno mismo”; de la misma manera resumió también la Ley: “La Justicia, la Misericordia y la Fe”. Jesús les enseñó a los escribas y fariseos lo que era más importante de la ley: “¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque diezmáis la menta y el eneldo y el comino, y dejáis lo más importante de la ley: la justicia, la misericordia y la fe. Esto era necesario hacer, sin dejar de hacer aquello”. Otra vez, el Señor Jesús no desecha las enseñanzas de la Ley, sino que destaca lo más importante.

La Justicia

Para Jesús su Reino es de justicia. Por eso, dice en su Sermón del Monte: “Si vuestra justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos” (Mateo 5:20-26). En otras palabras, los escribas y fariseos engañaban a la gente proclamando su justicia, pero no era la justicia del Reino de los cielos.

La Misericordia

En cuanto a los sacrificios instituidos por la Ley levítica, Jesús les dice a los escribas y fariseos: “Y si supieseis qué significa: Misericordia quiero, y no sacrificio, no condenaríais a los inocentes” (Lucas 12:7). Y en su parábola del buen samaritano, Jesús le enseña una lección de misericordia al intérprete de la ley. Jesús le preguntó: “¿Quién, pues, de estos tres te parece que fue el prójimo […]  Él (intérprete de la ley) dijo: El que usó de misericordia con él. Entonces Jesús le dijo: Ve, y haz tú lo mismo” (Lucas 10:36-37).

 La fe

Jesús ilustró la fe, cuando un centurión le ruega que sane a un criado suyo, pero que con sólo la palabra de Jesús lo sane. Entonces, “Al oírlo Jesús, se maravilló, y dijo a los que le seguían: De cierto os digo, que ni aun en Israel he hallado tanta fe”. En otra ocasión, Jesús se refirió a la importancia de la fe, cuando sus discípulos no pudieron echar fuera el demonio a un muchacho lunático: “Jesús les dijo: Por vuestra poca fe; porque de cierto os digo, que si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá, y se pasará; y nada os será imposible” (Mateo 17:20). En otra ocasión, una mujer unge los pies de Jesús con lágrimas y los limpia con sus cabellos, en casa de un fariseo de nombre Simón. A esa mujer, Jesús le dice: “Tu fe te ha salvado” (Luc 7:50) y así podríamos seguir citando ejemplos de la importancia de la fe. Por tanto, para el Señor Jesús, el que cumple con estas tres virtudes, cumple la Ley de Dios.

CONCLUSIÓN

En este escrito he expuesto lo que el Señor Jesús enseñó a los escribas, fariseos e intérpretes de la Ley, qué era lo más importante de la Ley. También, los increpó por tantas añadiduras e interpretaciones falsas que ellos presentaban a la gente como la Ley de Moisés.

La mala interpretación y enseñanzas de líderes religiosos del tiempo de Jesús, debe enseñar una lección a los líderes religiosos de nuestro tiempo de no imponer doctrinas hechas por hombres por sobre lo que realmente enseña la Biblia. Otra lección es que, como maestros y predicadores, no debemos imponer nuestros criterios o lo que escuchamos en nuestro ambiente social, como sana doctrina de la Biblia. Las falsas interpretaciones de la Palabra de Dios, por teólogos, líderes de iglesias y traductores de la Biblia, hacen mucho daño a nuestras iglesias de hoy en día.

No hay comentarios:

Publicar un comentario