jueves, 27 de febrero de 2020



LENGUAJE INCLUSIVO

Amadeo Albuquerque Lara

Sin duda el lenguaje inclusivo es un tema que ha estado rondando en las noticias y en las redes sociales, a partir de 1970 debido a la oleada del feminismo de la época. Este movimiento aduce que es necesario reformar el idioma español para hacer visible el género femenino.

Sin embargo, la Real Academia Española ha afirmado que no es el idioma el que debe hacer visible el feminismo, sino la actitud de la sociedad, especialmente, la tendencia machista de la sociedad la que debe dar el valor que se merece la mujer.

Como estudiosos de la lengua española nos llama la atención el porqué hasta en el año 1970 aparezca este reclamo, después de ocho siglos de existencia del romance castellano en forma escrita, con sus pronombres masculinos y femeninos bien diferenciados; mientras que en otros casos, el masculino se ha utilizado de manera inclusiva para ambos sexos. Y así lo entendimos sin confusiones de sexo. Cuando decimos “los ciudadanos”, hemos comprendido que se incluye a hombres y mujeres, no solamente a hombres.

Digo que hasta después de ocho siglos, porque El Cantar de Mio Cid fue compuesto quizás en el siglo once, pero copiado por Per Abbat en el siglo doce. Los críticos, en su mayoría, están de acuerdo con la fecha de publicación propuesta de fines del siglo doce.

Pero el colmo es que este movimiento feminista ahora ha introducido la letra “X”, la letra ”E” y la arroba “@” para indicar hombres y mujeres en los pronombres y determinantes: otrxs, lxs, nosotrxs, todxs, “l@s”, tod@s ; además de todos y todas.

 Mi pregunta es: ¿a qué fonema español representan todos estos signos propuestos por el lenguaje inclusivo? Seamos serios con la morfología española y demos el lugar que se merece la mujer dentro de nuestra sociedad. Como hombres, demos el tratamiento debido a la persona, pero no destruyamos la morfología que ha existido ya durante diez siglos, pues ya estamos en el siglo veintiuno.


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