sábado, 3 de noviembre de 2018


CUANDO LAS PALABRAS ATACAN O DEFIENDEN
Amadeo Albuquerque Lara

He otorgado personificación a las ‘palabras’ en este titular, porque son producto de los individuos y porque éstas forman parte de la lengua; y porque nacen o mueren en el habla de los individuos también. Porque las palabras son el producto de quienes las utilizan para atacar, camuflar o defender. Como estudioso del lenguaje humano he leído y escuchado los discursos y entrevistas de los políticos, tanto criollos como de la gran nación del norte; y me llama la atención cómo las palabras se revisten de un nuevo significado, fenómeno que en lingüística se conoce como resemantización, o extensión del significado; también aparecen nuevas palabras con significado cambiado, menguado, camuflado, o que no las registra ningún diccionario de la lengua española. Pero las usan, para que esas palabras se ajusten a sus propósitos políticos, aunque nada tengan de científico.

Pero voy a comenzar con el ejemplo de la campaña presidencial en los Estados Unidos de norteamérica. El candidato republicano tuvo como eslogan la frase “Make America great again” (Hacer a Estados Unidos grande de nuevo); sin embargo, el significado que él le imprimió a la frase y que sus correligionarios captaron fue: “Make America hate again” (Hacer a Estados Unidos odiar de nuevo); es decir, revivir el odio racial, revivir la supremacía blanca y cumplir con la higiene racial hitleriana. Y el entonces candidato y ahora presidente, lo demuestra sacando a los inmigrantes latinos, aunque ya algunos estuvieran legales; el magnate quiere eliminar el derecho a la ciudadanía a los bebés de inmigrantes indocumentados que nacieron en su nación. El presidente ha demostrado este odio racial, separando a las familias de sus hijos sin importar la edad que tienen los niños. Es cierto que cualquier país cuida sus fronteras contra los inmigrantes ilegales; pero es inhumano separarlos de sus hijos. En tal caso, debieron deportarlos juntos.

El otro significado que queda plasmado en la actitud de los ciudadanos blancos es “Make America white again” (Hacer a Estados Unidos blanco de nuevo); es decir, hay que depurar la raza, tal como lo hizo Hitler en Alemania, con su política de “higiene racial”. El presidente lo ha demostrado, porque da acogida a inmigrantes europeos blancos: su misma esposa es inmigrante; pero no a los latinos, especialmente si no son blancos. El presidente en una reunión con sus asesores expresó que él prefería inmigrantes europeos que de países ‘estercoleros’ o de países que son “hoyos recolectores de mierda” (shithole countries): El Salvador y África.

Debo añadir que desde antes ya había claro sesgo discriminatorio en contra de los trabajadores mexicanos, a quienes les llamaban y les siguen llamando “braceros”; es decir, son los brazos trabajadores, no cerebros pensantes los utilizables para la producción y la explotación. Es una demostración de desprecio a la persona humana; igual que los conquistadores españoles cuando éstos afirmaban que los nativos nicaragüenses no tenían alma. Que sus cuerpos sólo eran utilizables para transportar carga. Los mexicanos son individuos con brazos solamente para el trabajo de los explotadores dueños de las plantaciones. Pero con el nuevo significado de “shithole countries”, se incluye también a los afroamericanos; y el gobierno republicano lo ha demostrado cuando la policía ha disparado a adolescentes negros aun cuando están desarmados.

Sin embargo, el colmo es el adjetivo descalificativo que el presidente de Estados Unidos les ha imprimido a los países de Centroamérica y de África al llamarlos “shithole countries” (países ‘hoyos recolectores de mierda’). Fíjese que he llamado a ese adjetivo “descalificativo”, por cuanto descalifica, denigra y humilla hasta lo sumo al recurrir a un referente tan peyorativo y sucio, como es el de hoyos en donde los granjeros y rancheros depositan el estiércol de los animales para mantener limpios los corrales. Entonces, entendamos bien la frase. Los países centroamericanos y africanos son los hoyos en donde se debe depositar el estiércol de los animales, para que Estados Unidos (el corral) quede limpio de ese estiércol: los inmigrantes centroamericanos y los ciudadanos afrodescendientes. Notemos qué son los estercoleros, según Wikipedia:

“Estercolero es el sitio en que se recogen y amontonan los estiércoles, cadáveres y despojos de los animales, las plantas, basuras y demás sustancias que pueden aprovechar para abono”.
Reproduzco aquí el contexto en que el presidente de los Estados Unidos vertió  su criterio sobre El Salvador, Haití y África:

‘On Thursday, the Washington Post reported that during an Oval Office meeting to discuss an immigration deal, Trump asked lawmakers, "Why are we having all these people from shithole countries come here?" Trump was speaking in reference to people from El Salvador, Haiti, and countries in Africa’.
(El jueves, el Washington Post reportó que durante una reunión para discutir un asunto sobre inmigración, Trump preguntó a los legisladores: “Por qué vamos a permitir que esta gente de países que son hoyos recolectores de mierda (shithole countries) vengan aquí? Trump estaba hablando en referencia a personas de El Salvador, Haití, y países de África) Traducción personal del autor de este artículo.

El referido adjetivo me imagino que fue motivo de un detenido estudio acerca de a quiénes se los iba a aplicar. El presidente se refirió en términos icónicos a los ciudadanos migrantes de la república de El Salvador; porque El Salvador nos representa a los demás países centroamericanos, de Haití y de países africanos, de donde proviene la mayoría de los inmigrantes. De manera que el término peyorativo “banana republics” (repúblicas bananeras centroamericanas) quedó corto ante semejante discriminación del señor Donald Trump, al demostrar su racismo extremo.

Pero también fue muy astuto al mencionar al continente africano como “shithole”. Pues una población considerable de los Estados Unidos es de origen africano (37.6 millones). Pero, además, el expresidente Barack Obama es afrodescendiente. De manera que el continente se vuelve un ícono también al recibir el adjetivo ‘descalificativo’ (shithole), usado a conveniencia por el señor Trump. Y fijémonos que esta palabreja el presidente la convierte en adjetivo, porque modifica al sustantivo plural “countries” (países); y le queda muy bien para demostrar su odio racial y para acentuar la significación de su eslogan: “Make America great (white/hate) again”.

También el candidato republicano, cuando andaba en campaña y aun siendo ahora presidente, se ha escudado en la frase “fake news” (noticias falsas), cuando estas van en su contra; y además, el presidente ataca a todos los medios informativos, se burla de los reporteros con defectos físicos, o de reporteras que amamantan a sus bebés, cuando están cumpliendo con su faena informativa, si estos periodistas le hacen preguntas que incomodan al señor presidente. Pero si las noticias o las preguntas provienen de los reporteros del canal “Fox news” (noticias sagaces, astutas, “verdaderas”, según el señor Trump), entonces estas preguntas agradan al mandatario; porque “fox” significa zorro, que se convierte en ícono de la sagacidad y astucia afines a su mandato. Así que “fake news” encuentra su antónimo en “fox news”. ¿Por qué el presidente ha escogido la frase “fake news”? sencillamente, para desvirtuar cualquier noticia que no sea difundida por “Fox news” y que no sea del agrado de él o que difunda lo mal que está haciendo en su mandato. De manera que él tiene su canal favorito, y los demás canales y reporteros son mentirosos.

Hasta aquí estos pocos ejemplos provenientes del gobierno de Estados Unidos, país al que algunos políticos de países que son “hoyos recolectores de mierda”, según el señor Trump, han recurrido para que esa potencia descalificadora y racista pueda intervenir en sus propios países, o en cualquier otro país que no sea dócil con los gobiernos de turno de los Estados Unidos. Pero además, estos políticos se alegran cuando los gringos los apoyan, aunque este “apoyo” vaya en contra de la mayoría del país atacado. Sólo porque esos países atacados no piensan igual, ni son dóciles con los mencionados ‘políticos’ criollos ni con el gobierno de turno norteamericano.

Ahora me voy a referir a las palabras resemantizadas o inventadas que se leen y escuchan en los medios informativos y en las redes sociales de Nicaragua. El sustantivo “autoconvocados” se deriva del verbo ‘convocar’; pero este verbo no existe en ningún diccionario español, menos en el DRAE. Pues nadie se puede convocar a sí mismo; es como que yo dijera: ‘me autoconvoco’ a escribir esta nota de carácter lingüístico. Por lo tanto, tiene que haber alguien que convoque para cualquier actividad política, cultural o religiosa. El vocablo “autoconvocados” se usó primero en las protestas de trabajadores de Argentina y de allí se copiaron nuestros políticos; pero desafortunadamente para ellos, lo usan mal; demostrando así la poca sagacidad semántica o lexicológica.

La palabra “crisis” ha sido revestida de un significado que aparezca neutral, según convenga; pero en el lenguaje político no hay vocablos neutrales; pues la palabra se está utilizando para darle nombre a un movimiento político interno/externo con efectos negativos para la economía de los mismos comerciantes que han perdido sus negocios, de las empresas grandes que han tenido que migrar, de los trabajadores que se han quedado desempleados por la fuga de capitales y, por último, contra el gobierno. Pero la crisis no ha caído del cielo; alguien la provocó.

Por otro lado, la palabra “pueblo” se convierte en un ícono, pues la hacen representar a la población total del país, aunque sólo represente a un partido político que piensa distinto que las personas que pertenecen al partido de gobierno.

Sin embargo, no todas las palabras utilizadas por los opositores al gobierno aparentan neutralidad. El vocablo más acusatorio y menos camuflado es el verbo “secuestrar”, refiriéndose a las capturas que ejecuta la policía. Según el diccionario de la Real Academia Española de la Lengua (DRAE),

Secuestrar: “1. tr. Retener indebidamente a una persona para exigir dinero por su rescate, o para otros fines. 2. tr. Tomar por las armas el mando de un vehículo, ya sea un avión, un barco, etc., reteniendo a la tripulación y pasaje, a fin de exigir como rescate una suma de dinero o la concesión de ciertas reivindicaciones”.

Claramente, secuestrar y capturar no son sinónimos; pero “secuestrar” sí cumple con la connotación que le dan los medios de comunicación, no afines al gobierno, a la acción policial; porque secuestrar es la acción ejercida por uno o varios criminales. Por eso, en el titular de este artículo he afirmado que las palabras atacan o defienden, según la intención de quien las utilice.

Por último, pero no con carácter exhaustivo, el gobierno estadounidense, los representantes de los derechos humanos locales, la ONU, la OEA y la CIDH se muestran “preocupados” por la “crisis” que este país centroamericano está experimentando. Pero la palabreja “preocupados” significa que están considerando intervenir no de forma pacífica, sino mediante una invasión militar con el apoyo de los Estados Unidos (lo ha confirmado ante los medios de comunicación la embajadora Laura Dogu, en su despedida). También la Unión Europea y no sabemos cuántos más desean esa intervención militar. Es decir, exponen a David contra Goliat, o más bien, al moderno Goliat con armas de destrucción masiva contra la honda del pequeño David.

Para concluir, solamente he seleccionado estas pocas palabras, porque son las que más resuenan en nuestros oídos y resaltan ante nuestros ojos. Pero como estudioso del lenguaje humano, como dije al comienzo, me siento obligado a desambiguar este léxico críptico que ha venido a tomar asiento en el lenguaje político de nuestro país y que se ha extendido por el resto del mundo politizado. Por lo tanto, veo que nuestros políticos criollos han sido bien asesorados en el campo de la política, aunque vayan en contra de la semántica y de la lexicología. Sin duda, fueron asesorados por los asistentes del actual presidente de los Estados Unidos, para escoger con sagacidad y astucia el léxico que iban a utilizar en sus protestas, aunque ha quedado clara la imagen del refrán: “gato escondido, cola de fuera”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario