viernes, 22 de abril de 2011

DÍA INTERNACIONAL DEL LIBRO


LIBROS EN PAPEL O LIBROS ELECTRÓNICOS
La celebración del Día Internacional del Libro se basa en ciertos acontecimientos importantes relacionados con la creación literaria. El 23 de abril de 1616 mueren tres personajes importantes: el español Miguel de Cervantes Saavedra, subido a la fama por su autoría de El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha, o sencillamente, Don Quijote. El mismo día muere el escritor inglés, William Shakespeare, reconocido por su producción de Romeo y Julieta, Hamlet y muchos más. En Perú, el 12 de abril de 1539 nace Gómez Suárez de Figueroa, conocido más tarde como el Inca Garcilaso de la Vega por su contribución a la historia y cultura incaicas. Como una coincidencia, también murió el 23 de abril de 1616.
 Otros personajes de la literatura universal nacieron, o murieron, tales como Maurice Druon, K. Laxness, Vladimir Nabokov, Josep Pla o Manuel Mejía Vallejo.  No es de extrañarse entonces por qué la Conferencia General de la UNESCO rindiera homenaje al libro y a sus autores en esta fecha “y alentar a todos, en particular a los más jóvenes, a descubrir el placer de la lectura y respetar la irreemplazable contribución de los creadores al progreso social y cultural”.
La creación física de lo que hoy llamamos libro comenzó con materiales tan sencillos como las tablas de arcilla o bajorrelieves en diferentes piedras. Pero como éstas eran tan frágiles, los egipcios inventaron el papiro, una especie de papel fabricado con una planta que crecía a orillas del Nilo. Estas láminas de papiro medían hasta 49 cm de largo y 20 cm de ancho, por lo tanto, eran más adecuadas para el archivo, aunque no tanto para el manejo a la hora de la lectura por cuanto eran rollos que tenían que irse desplegando. Sin embargo, allá por el año 105 de la era cristiana, fueron los chinos los que contribuyeron con un material más adecuado y quizás más perdurable: el papel.
En Europa, durante la Edad Media aparece el pergamino, material que tenía la ventaja de poder escribirlo en ambas caras. Al agruparse en pliegos y coserse, se fueron constituyendo los códices y más tarde salió el formato del libro moderno.
La imprenta fue el instrumento que sin duda facilitó el acceso al saber, pues con sus piezas móviles y la ayuda de la tinta oleosa imprimían las letras sobre el papel. En esta etapa ya podemos hablar de libros que servirían para la propagación más rápida de la información y la educación. Hoy se puede afirmar que sin este empuje, el avance de la ciencia y de la tecnología no hubiera sido posible. Sin el libro en papel sería imposible tener el acceso a los libros electrónicos. Por lo tanto, conviene preguntarse: ¿Desplazará el libro electrónico al libro en papel?
Actualmente hay un gran debate sobre este tema. Rodrigo Rivero (Lé, Madrid) afirma que la situación del libro en papel es “de incertidumbre”. Dice él: "el libro en papel seguirá teniendo durante un gran plazo de tiempo un papel preponderante con respecto al libro electrónico". Sin embargo, esta afirmación no solamente representa el optimismo de los editores o autores, sino que plantea un gran reto. El mismo Rivero propone que "lo que tendríamos que hacer las librerías es adecuarnos a los tiempos, reformar nuestros sistemas informáticos, tener potentes webs de venta para todos los formatos, aparecer en las redes sociales, ofertarnos como espacios culturales para dinamizar las zonas geográficas donde nos ubicamos..." Y, además, "maridar el libro con otros componentes culturales como la gastronomía, la fotografía, la pintura, los viajes... Y, por supuesto, estar muy pendientes del desarrollo e incorporación a la demanda del libro electrónico". (Estos comentarios aparecen en un artículo publicado por el diario español El País, 22 de abril, 2011).
Según estudios realizados en los que se comparan varios países, Nicaragua aparece con un bajo índice de lectores. Nuestra juventud no parece interesarse por la lectura. Hace varios años se exigía a los estudiantes de secundaria que leyeran por lo menos un libro semanalmente. El cumplimiento se comprobaba con preguntas muy específicas  planteadas por el profesor de la materia llamada Español. Hoy esta materia se conoce como Lengua y Literatura, pero los libros brillan por su ausencia. La mayoría de los profesores utilizan folletos, hasta en las mismas universidades. Ya los estudiantes no tienen contacto físico con los libros. La educación se ha vuelto encubridora de la piratería que plaga todos los niveles de la educación y la cultura. En muchas escuelas y colegio el profesor o profesora dicta los contenidos obligando al estudiante a convertirse en un receptáculo, en vez de lanzarlo a la investigación. No es de extrañarse entonces por qué la mayoría de los estudiantes fracasan en sólo la entrada a la universidad. Muchos ni siquiera conocen el aula de clase de una universidad, porque no pudieron aprobar el examen de admisión.
Otro factor que sustituye al libro actualmente es la existencia de resúmenes que se le ofrecen al estudiante en las páginas de Internet. Ni siquiera se trata de verdaderos libros electrónicos, sino de sitios en donde se encuentra información variada que induce al estudiante a la pereza intelectual.
No estoy en contra de los libros electrónicos ni de la invención de Internet. Estos son instrumentos valiosos para quienes se interesan por la investigación y no para cometer fraude. Pero hoy en día nuestra juventud no sólo comete fraude, sino que mal gasta su tiempo en las redes sociales. Buscan amigos o amigas, utilizan estas redes para desacreditar a sus conocidos –porque no se les puede llamar amigos-, ofenden y denigran. Por eso, guiado por esta inquietud, decidí dedicar esta oda a Internet.


NAVE CIBERNÉTICA: ODA A INTERNET
Cruzas rauda la enorme travesía
del espacio cibernético,
por el camino de la fibra óptica
o por la nave espacial del satélite.

Navegas por las ondas en segundos
como a la Tierra viaja la luz,
como el rayo se dispara
atraído por la carga positiva.

Buscas la información, la procesas,
recuperas lo que otros escribieron
y los demás esperan cosechar
como el labrador, el fruto de la Tierra.

Eres para el moderno estudiante
el arca noética de su salvación.
Eres la fecunda fuente del saber,
eres en potencia el fraude
para quienes no suelen trabajar
y viven de lo ajeno para aparentar.

Eres, en fin, la nave veloz
que surca el espacio cibernético.
Llevas y traes lo bueno y lo malo;
eres así, Dios y Demonio,
eres el Bien y el Mal.
Amadeo Albuquerque Lara
Masaya, 12 de diciembre de 2003
Publicado en ANS Literary Magazine