sábado, 8 de marzo de 2025

 

NOEMÍ LA SUEGRA EJEMPLAR

Elogio a la suegra y a la nuera, unión inquebrantable de fe y conducta.

Amadeo Albuquerue Lara

Noemí significa dulzura en hebreo, y era la suegra de Rut la moabita. Rut fue antepasada del rey David y esposa de Elimelec efrateo. Quiere decir que Elimelec era de la ciudad Efrata, posteriormente llamada Belén de Judá, ciudad donde nació Jesús. Cuando murió su marido, Noemí quedó viuda al cuidado de sus dos nueras, quienes también eran viudas. Una de sus nueras se llamaba Orfa, y la otra, Rut. Al sentirse sola, Noemí decidió regresar a la tierra de sus padres para tener la compañía y apoyo de sus familiares.

Debido a una hambruna en Efrata, Elimelec, su mujer Noemí y sus dos hijos se fueron a vivir a los campos de Moab, lugar en donde se casaron sus dos hijos, Mahlón y Quelión, después que murió el padre de ellos. Estando allí, sus hijos buscaron esposas entre las mujeres de Moab, pero después de algunos años los dos hijos de Noemí murieron y sus nueras quedaron viudas al lado de Noemí. Después de un tiempo, Noemí decidió regresar a Efrata para contar con el apoyo de sus familiares. Entonces les dijo a sus dos nueras que regresaran a vivir con sus padres y a sus dioses porque ya ella no tenía posibilidades de tener más hijos que se casaran con ellas. Orfa regresó a casa de sus padres, pero Rut decididamente se quedó para acompañar a su suegra. Por esta decisión de Rut han quedado sus palabras como un testimonio de fidelidad a su suegra y al Dios de ella. He aquí sus palabras.

Respondió Rut: No me ruegues que te deje, y me aparte de ti; porque a dondequiera que tú fueres, iré yo, y dondequiera que vivieres, viviré. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios. 17 Donde tú murieres, moriré yo, y allí seré sepultada; así me haga Jehová, y aun me añada, que solo la muerte hará separación entre nosotras dos. 18 Y viendo Noemí que estaba tan resuelta a ir con ella, no dijo más” (Rut 1:16-18).

Las palabras expresadas por Rut son un testimonio lapidario de la calidad de educación que Noemí les brindó tanto a sus dos hijos, como a sus dos nueras. También son una perla preciosa del concepto que tenían sus nueras, especialmente Rut. Pero no sólo brindó buen trato Noemí a sus dos nueras, sino que les dio ejemplo de una vida entregada a su Dios; pues Rut le afirma a su suegra que su pueblo será su pueblo y el Dios de su suegra, su Dios. Muy lejos estaba el concepto que tienen las nueras y los yernos de algunas suegras fastidiosas por no aceptar que sus hijos ya no les pertenecen, sino que se han unido a sus parejas para formar una sola carne.

Además, Rut le asegura a su suegra que no la abandonará sino por la muerte, y que donde su suegra muriere allí será ella sepultada. El amor de Rut por su suegra Noemí es igual o mejor que el amor de una hija. El testimonio de Rut y Noemí debe servir de ejmplo y modelo tanto para las suegras, como para las nueras y los yernos. Por eso he querido elogiar el comportamiento que se dio entre Noemí y Rut; entre suegra y nuera, por el testimonio de ambas que lejos de expresar resentimientos y descontentos familiares, son una joja preciosa que merece el elogio y la alabanza.

Hoy 8 de marzo de 2025, fecha en que se recuerda a la mujer nicaragüense, brindo este elogio a la fe y comportamiento de dos personas que supieron comprender lo que significa el anexo de otro miembro a la familia sanguínea. La suegra no debe ver a su nuera como una rival porque ahora el hijo le pertenece a su esposa; y así debe ser según la Biblia: “Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne” (Génesis 2:24).

Eso lo dice la Biblia y es ley de la vida. Todos hemos hecho lo mismo cuando nos unimos al ser que formaría la nueva familia. Ni la suegra debe intervenir en las decisiones de la nueva familia, ni la nuera debe comportarse como enemiga de su suegra. Por tanto, hay que obececer el mandato de la Biblia, y seguir el ejemplo de Noemí y Rut.

 

viernes, 7 de marzo de 2025

 

LAS PARTES DE LA ORACIÓN GRAMATICAL

Amadeo Albuquerque Lara

El gramático y filósofo alemán, Rodolfo Lenz (1863-1938), escribió un libro sobre “Categorías en La oración y sus partes” (1920). Lenz menciona a Dionisio de Tracia, filósofo griego que vivió entre 170 y el 90 a. C. Este gramático nombraba ocho partes de la oración gramatical; o diez partes, según otros gramáticos mencionados por Lenz. Sin embargo, estas partes de la oración que tradicionalmente han sido estudiadas por los gramáticos tradicionales deben considerarse en la cadena interdiscursiva, y no como partes de la oración gramatical.

Platón, filósofo griego, (c. 427 a. C - c. 347 a. C.), nombra dos partes estructurales de la oración gramatical: ὄνομᾰ y ῥῆμα: onoma y rhema; nombre y verbo. En realidad, para su época, Platón resulta muy adelantado en cuestiones de análisis sintáctico y no como los nombrados en el párrafo anterior que deconstruyen la oración en ocho o diez partes. Basado en la ponencia de Platón, el nombre o sustativo esencialmente funciona como el núcleo del sujeto de la oración; y el verbo, como el núcleo del predicado verbal.

Modernamente, con la aparición de la Gramática generativa-transformativa presentada por Noam Chomsky en 1957 en su tesis doctoral Syntactic Structures, (“Estructuras Sintácticas”), tanto el nombre como el verbo Chomsky los presenta como una proyección (“Principio de Proyección”) en la forma de un sintagma nominal (SN: det + adj + N + Prop adj, opcional) con el nombre como núcleo, con la opción a incrustar una proposición adjetiva, o de relativo; el verbo o sintagma verbal (SV + SN + Sprep + Sprep) como otra proyección que incluye al verbo como el núcleo, el objeto directo en una oración transitiva y un objeto indirecto, y un sintagma adverbial; tradicionalmente conocido como el complemento circunstancial, que otras veces puede ser un complemento benefactivo.

Por otro lado, el nombre como sujeto ha sido tradicionalmente considerado como independiente del verbo, dándole la función de agente a la persona, animal o cosa que ejecuta la acción, y en quien recae la acción del verbo; también el sujeto ha sido considerado como explícito, omiso, implícito, callado, desinencial o impersonal . Asimismo, el predicado puede ser verbal o nominal, en palabras de los gramáticos tradicionales, incluyendo a la Real Academia Española (RAE). Sin embargo, todo esto ha cambiado con la teoría sintáctica (Syntactic Structures) introducida por el lingüista estadounidense, Noam Chomsky, a mediados del siglo pasado. Por ejemplo, no todo sujeto ejecuta la acción; porque si decimos “el niño duerme”, él no ejecuta la acción, sino que la experimenta. Si por otro lado, decimos “el terremoto destruyó el edificio”, el sujeto no es agente de la acción, sino la acausa de la destrucción; entonces hablamos de un sujeto causativo. Tampoco un animal o cosa puede constituirse en sujeto agente, porque no es racional ni tiene la intención de ejecutar una determinada acción. Así pudiera continuar dando características del sujeto de la oración gramatical, pero prefiero no complicar esta breve nota gramatical.

El sujeto de la oración pasiva: tradicionalmente, este sujeto ha recibido la designación de sujeto paciente; pero resulta que esta oración es producto de una transformación, por la cual el sujeto gramatical se ha convertido en un complemento preposicional despojándose de la función de sujeto; porque ningún sujeto puede ir precedido por una preposición; a menos que el OD los constituya una persona o cosa personificada. Ejemplo: “El atleta ganó la competencia” es una oración activa que puede transformarse en pasiva: “La competencia fue ganada por el atleta”. Lo que funcionó como el sujeto de la oración, ahora se ha transformado en un complemento preposicional causal, (o complemento agente según la tradición gramatical). Por otro lado, lo que funcionó como el objeto directo (la competencia) ahora funciona como el sujeto de la oración pasiva; pero no puede recibir la designación de “paciente”, porque es un nombre abstracto.

En resumen, el sujeto puede ser agente, experimentante o causal. También, puede estar presente léxicamnte en la oración, o dejar una huella (Chomsky: Teoría de la huella), por estar ausente léxicamente, pero obvio semánticamente. Los gramáticos tradicionales le han dado diferentes designaciones al sujeto cuando está ausente léxicamente en la oración gramatical.

Pasando a la función del verbo como núcleo del predicado verbal, comenzaré por exponer que el verbo asigna caso abstracto al sujeto como argumento externo (Chomsky: Caso abstracto), y toma en cuenta la calidad semántica del sujeto si se trata de un humano, un animal o un objeto de la naturaleza, como en el caso del terremoto que destruyó el edificio. Por ejemplo, no podemos decir que “el “tigre” cometió un asesinato” (gramaticalmente correcta, pero semánticamente rechazada) porque no es humano; si la palabra “terremoto” funciona como el sujeto de una oración gramatical, no le damos la función de agente, porque no es humano. La acción en este caso no es intencional, mucho menos planificada, sino causal.

Siguiendo con la función del verbo como el núcleo del predicado, la asignación de los elementos que dependen de él, deben llenar ciertos requisitos como la transitividad real, la transitividad aparente, la doble transitividad o la intransitividad. Pero “Las partes de la oración” se dan solamente en la estructura de la cadena discursiva; no como partes de la oración gramatical. Fuera de ella son elementos aislados con funciones potenciales. En cuanto a la transitividad, hay verbos de transitividad aparente, como “Bernabé me dio la mano”. Esta oración no puede ser transformada en pasiva: “*La mano me fue dada por Bernabé”. El asterisco al comienzo de la oración indica que no es gramatical, y semánticamente rechasada.

 Sabemos que una oración con verbo de transitividad real, puede ser transformada en una oración pasiva, por ejemplo: “Jacinto pateó la pelota”; gramaticalmente puede ser transformada en pasiva: “la pelota fue pateada por Jacinto”.  Pero la transitividad real no para ahí. Por ejemplo: “El profesor entregó varios libros a sus estudiantes, para el presente curso”. Esta oración es susceptible de sufrir varias transformaciones sintácticas, porque cuantos más nodos haya en la estructura oracional, más posibilidades se presentan en la transformación.

Por ejemplo: primera transformación, “Él entregó varios libros a sus estudiantes, para el presente curso”. Segunda transformación: “Él los entregó a sus estudiantes, para el presente curso”. Tercera transformación: Él se los entregó, para el presente curso”. Cuarta transformación: “Él se los entregó, para este curso”.

Al analizar sintácticamente la oración: “El profesor entregó varios libros a sus estudiantes, para el presente curso”, notamos que la oración tiene varios nodos o puntos de conexión en la cadena de troncos dominantes, tales como núcleo de un sintagma nominal, núcleo de un sintagma verbal que domina un núcleo de objeto directo (SN) y un sintagma preposicional (Sprep) encabezado por una preposición y un sintama nominal (SN), más otro sintagma nominal (SN). Veamos el análisis estructural de la citada oración:

El profesor (Det + N): Determinante (El) profesor (N) núcleo del sintagma nominal.

Entregó (Vtr) varios libros (OD) a sus estudiantes (OI): Entregó, verbo como núcleo del predicado, con dominio sobre un objeto directo (varios libros) y un objeto indirecto (a sus estudiantes)

Volvamos al sujeto: El profesor, puede ser sustituido por un pronombre personal (Él), ya que este pronombre se proyecta en la cadena oracional como un sintagma nominal: el profesor (Él primer nodo).

Entregó: verbo que no puede ser sustituido por ningún otro elemento léxico por ser el núcleo o nodo más importante de cualquier oración gramaatical. De hecho, el verbo es el único elemento de la oración gramatical que puede constituir una oración completa. Ejemplo: Tembló (No necesita sujeto ni demás argumentos internos).

Además, según la gramática generativa, el verbo asigna caso abstracto a un argumento externo que funciona como el sujeto, proyectable como un sintagma nominal (SN); y a un argumento interno que funciona como objeto directo (OD), proyectable como un sintagma nominal (SN) o sintagma preposicional (Sprep) si se trata de una persona o cosa personificada (varios libros), más un sintagma preposicional (Sprep) con función de objeto indirecto (a los estudiantes); y además le puede asignar caso a otro sintagma preposicional con función adverbial (SAdv), o como se conoce también como complemento circunstancial: (para el presente curso); o puede haber un complemento benefactivo en otros casos.

Como se nota por el análisis sintáctico, el verbo, como asignador de caso abstracto, es el nodo principal que pueden depender de él varios otros nodos con distintas funciones sintácticas, como se ha demostrado en la oración que nos ocupa.

De manera que las ocho partes de la oración gramatical que señalaba Dionisio de Tracia, y otros gramáticos tradicionales, sólo pueden ser consideradas en la cadena interdiscursiva, como queda dicho, pero no como los elementos principales de la oración gramatical; porque no son elementos constituyentes inmediatos de la oración gramatical. En el análisis sintáctico practicado a la oración referida en este escrito, ha quedado demostrado cuáles son los dos núcleos medulares que constituyen la oración gramatical: SN + SV). También ha quedado demostrado que ambos núcleos tienen la propiedad sintáctica de proyectarse para formar sintagmas con distintas funciones. Si no fuera así, no se podrían construir oraciones complejas para formar párrafos en la cadena discursiva.

Por lo tanto, Platón es el filósofo griego que ha formulado los núcleos principales de cualquier oración gramátical: el nombre y el verbo; aunque Platón los considera elementos principales para la comunicación. Sin embargo, la gramática generativa-transformativa adelanta la propiedad de estos dos núcleos de proyectarse (“Principio de Proyección”) como sintagmas con sus respectivas ramificaciones (nodos) con funciones sintácticas asignadas por el verbo, elemento indispensable para constituir oraciones gramaticales.

REFERENCIAS

Chomsky, Noam, Syntactic Structures, 1957

Chomsky, Aspects of the Theory of Syntax, 1965

Chomsky, The Minimalist Program, 1995

Dionisio de Tracia, Las partes de la oración

Lenz, Rodolfo, Categorías en La oración y sus partes, (1920)

Platón (428 a.C. - 348 o 347 a.C.), Onoma y Rhema: El nombre y el Verbo, Crátilo; la base de la Comunicación