lunes, 30 de diciembre de 2024

 

JANUS EL DIOS ROMANO DE LOS PRINCIPIOS Y LOS FINALES

Amadeo Albuquerque Lara

El nombre ENERO procede del latín “ianuarius” (januarius) en honor al dios romano Janus, o Jano en español. Del latín ianuarius pasó a ianeiro o janeiro; y de este último derivó el nombre del primer mes del año, enero. Según la mitología romana, el dios Janus representaba los principios y los finales; pero algo muy particular, el nombre janus no tenía equivalencia griega como sí tenían los demás dioses. Janus era representado con dos caras; una miraba hacia adelante y la otra hacia atrás. Por eso, al dios Janus le dedicaron el primer mes del año los romanos. Dice la mitología romana que cuando salían a la guerra, las puertas del templo dedicado a Janus permanecían abiertas; pero cuando reinaba la paz, las puertas del templo permanecían cerradas.

Estas dos caras del dios Janus que miraban hacia el pasado y hacia el futuro me hacen reflexionar al final del año 2024, y al comienzo de 2025. Vienen a mi mente las palabras del Salmo 90, que como cristianos debemos plantearnos: 1] qué nos salió bien, y qué nos salió mal en el año que termina. Por lo que salió mal intencionalmente, pidamos perdón a Dios porque “nuestras maldades (están) delante de ti, Nuestros yerros a la luz de tu rostro” (Salmo 90:8).  Y por lo que hicimos bien, démosle gracias con el salmista “Bendice, alma mía, a Jehová, Y bendiga todo mi ser su santo nombre. Bendice, alma mía, a Jehová, Y no olvides ninguno de sus beneficios” (Salmo 103:2).

2] El comienzo del nuevo año nos lleva a pensar qué nos depara el futuro y qué lugar ocupará Dios en nuestra vida, y en el resto del mundo; porque hay frases del Salmo 90 que vienen a mi memoria  Acabamos nuestros años como un pensamiento” (Salmo 90:9b); y la otra, “Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, Que traigamos al corazón sabiduría” (Salmo 90:12).

Una vida sin Dios, transcurre sin rumbo cierto; es como un barco a la deriva en plena tempestad. No sabemos nada sobre el futuro. El año que termina ha sido de amenazas, de agresiones de los países poderosos contra los más débiles o de ideología contraria. Las guerras en varias partes del mundo siguen sin avizorar un final. Además, para el futuro existe la amenaza de una guerra nuclear que acabará con la humanidad, pero ojalá que esos líderes mundiales que manipulan los botones de la muerte, tengan a Dios en su noticia. El existente caos mundial es el resultado de haber apartado a Dios, porque les es más conveniente negarlo.

El final de los tiempos preocupaba a los discípulos del Señor Jesús cuando le preguntaron qué señales habría. Jesús les contestó:  "Y oiréis guerras, y rumores de guerras: mirad que no os turbéis; porque es menester que todo esto acontezca; mas aún no es el fin" (Mateo 24:6).

El apóstol Pedro describe algo catastrófico que marcará el fin de la humanidad: "Pero el día del Señor vendrá como ladrón, en el cual los cielos pasarán con gran estruendo, y los elementos serán destruidos con fuego intenso, y la tierra y las obras que hay en ella serán quemadas" (2 Pedro 3:10). Algo parecido describen los científicos, como el final del universo por medio de un desgarro catastrófico. Ellos han acuñado el término “The Big Rip” o el “Gran Desgarro”. Destacado es mío.

No es que mis pensamientos tiendan al apocalipsis mundial; pero es una reflexión que como cristianos debemos tener presente. Todas estas amenazas y advertencias bíblicas y científicas, nos deben hacer reflexionar como cristianos que el Evangelio de Jesucristo debe ser predicado en todo el mundo, porque es su mandato;  y que nuestra fe y manera de vivir debe demostrar al mundo que somos pacificadores y que para bien de la humanidad, debe prevalecer el amor y no la guerra. Pero primero debe reinar la paz en nuestras vidas y proclamarla en las iglesias y en nuestros vecindarios. El testimonio del creyente es la mejor prédica del Evangelio. Jesús reafirmó esta verdad cuando dijo: “En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros” (Juan 13:35).

 

 

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