miércoles, 27 de noviembre de 2024

 

LA TEOLOGÍA DEL REEMPLAZO NO ES BÍBLICA

Amadeo Albuquerque Lara

La Teología del Reemplazo es una tendencia dentro de ciertos sectores del cristianismo anti-israelí, reforzada actualmente por el anti-semitismo; simpatizantes de quienes tildan a Israel de “Sionista”.  Este movimiento pretende ignorar el Antiguo Testamento para supuestamente basarse en el Nuevo Testamento. Dentro de estos grupos sobresalen los Bautistas neotestamentarios. Sin embargo, observo que no todos los Bautistas sostienen los principios de la “Teología del Reemplazo”. En consecuencia, me he dado a la tarea de investigar si el Nuevo Testamento contiene textos que afirmen el reemplazo de Israel por la Iglesia; pero en su lugar, he encontrado que la Teología del Reemplazo se basa en los testimonios y opiniones de algunos llamados “Padres de la Iglesia:”, de los primeros siglos, a los cuales citaré más adelante.

 Este escrito prioriza las cartas del apóstol Pablo, por ser uno de los escritores que casi completa la mitad del Nuevo Testamento, con sus trece epístolas. Uno de los pasajes más claros que encuentro en contra de la teología del reemplazo, pertenece al apóstol Pablo, en distintos lugares de sus epístolas. Empiezo por citar la carta a los Romanos, en donde Pablo afirma: “Digo, pues: ¿Ha desechado Dios a su pueblo? En ninguna manera. Porque también yo soy israelita, de la descendencia de Abraham, de la tribu de BenjamínNo ha desechado Dios a su pueblo, al cual desde antes conoció” (Rom 11:1-2).

En este pasaje Pablo escribe a los Romanos, un grupo de cristianos compuesto por judíos convertidos, y gentiles radicados en la ciudad de Roma. Pablo destaca aquí cuatro argumentos en favor de que Dios no ha desechado al pueblo de Israel: 1] Pablo es israelita y no es de los rechazados por Dios; 2] Pablo desciende del patriarca Abraham, de quien son las promesas. 3] Pablo desciende de la tribu de Benjamín, una de las doce tribus de Israel, las cuales son reconocidas aun en los últimos tiempos, según el libro del apóstol Juan, Apocalipsis capítulo 7. Por tanto, el apóstol Pablo es un judío genuino como él lo afirma. 4] “No ha desechado Dios a su pueblo, al cual desde antes conoció” (Romanos 11:1-2)

No obstante, quienes pretenden apoyarse en Pablo, algunos partidarios de la teoría del reemplazo, citan el capítulo dos de Romanos, que dice: «Pues no es judío el que lo es exteriormente, ni es la circuncisión la que se hace exteriormente en la carne; sino que es judío el que lo es en lo interior, y la circuncisión es la del corazón, en espíritu, no en letra; la alabanza del cual no viene de los hombres, sino de Dios.» (Romanos 2:28-29).

Estos partidarios del reemplazo pretenden rechazar al judío que lo es en lo exterior; así como también a la circuncisión; pero Pablo fue circuncidado al octavo día, conforme a la ley de Moisés. Este pasaje tampoco apoya la teoría del reemplazo.

Por tanto, leamos al mismo apóstol Pablo en la carta a los Filipenses: “3 Porque nosotros somos la circuncisión, los que en espíritu servimos a Dios y nos gloriamos en Cristo Jesús, no teniendo confianza en la carne. 4 Aunque yo tengo también de qué confiar en la carne. Si alguno piensa que tiene de qué confiar en la carne, yo más: 5 circuncidado al octavo día, del linaje de Israel, de la tribu de Benjamín, hebreo de hebreos; en cuanto a la ley, fariseo; 6 en cuanto a celo, perseguidor de la iglesia; en cuanto a la justicia que es en la ley, irreprensible” (Filipenses 3:3-6).

El apóstol Pablo es un cristiano genuino, pero también judío. En este pasaje Pablo destaca los siguientes aspectos para comprobar que él es de una de las doce tribus de Israel, y por tanto, judío: 1] fue circuncidado al octavo día, conforme al ritual de Moisés; 2] se enorgullece de ser “del linaje de Israel”; 3] Pablo pertenece a la “tribu de Benjamín”; 4] corre por su sangre la de los hebreos: “hebreo de hebreos”, es decir, desciende de padres hebreos; 5] “en cuanto a la ley, fariseo”, es decir, no desecha la ley de Moisés; 6] “en cuanto al celo, perseguidor de la iglesia, notemos que no menciona a la iglesia como reemplazo; y en sexto lugar, reafirma la justicia que es por la ley: “en cuanto a la justicia que es en la ley, irreprensible”. Poderosos argumentos que sirven de “curriculum” de su auténtica descendencia.

Aquí, Pablo les asegura que él no es solamente judío en lo exterior, sino también en lo interior, por cuanto es un judío verdaderamente convertido a Cristo en el camino hacia Damasco.  Pablo es circuncidado, es del linaje de Israel, de la tribu de Benjamín, hebreo, fue fariseo, perseguidor de la Iglesia, pero irreprensible en cuanto a la ley judía. Y es también irreprensible según la fe de Cristo, porque nada lo separará del amor de Cristo (Romanos 8:35-36).

En el siguiente pasaje, el apóstol Pablo manifiesta su amor por sus hermanos en la carne, israelitas herederos de las promesas, de los patriarcas, y de quienes vino Cristo. Por tanto, Pablo desea ganar a sus parientes carnales.

Siguiendo con el libro de Romanos capítulo 9, Pablo aclara que anhela la salvación de sus hermanos según la carne. Aquí voy a citar la versión de la Nueva Traducción Viviente:

Con Cristo de testigo hablo con toda veracidad. Mi conciencia y el Espíritu Santo lo confirman. Tengo el corazón lleno de amarga tristeza e infinito dolor por mi pueblo, mis hermanos judíos.[a] Yo estaría dispuesto a vivir bajo maldición para siempre—¡separado de Cristo!—si eso pudiera salvarlos. Ellos son el pueblo de Israel, elegidos para ser los hijos adoptivos de Dios.[b] Él les reveló su gloria, hizo pactos con ellos y les entregó su ley. Les dio el privilegio de adorarlo y de recibir sus promesas maravillosas. Abraham, Isaac y Jacob son los antepasados de los israelitas, y Cristo mismo era israelita en cuanto a su naturaleza humana. Y él es Dios, el que reina sobre todas las cosas, ¡y es digno de eterna alabanza! Amén” (Romanos 9:1-5 NTV). Destacado es mío.

Y la versión Reina Valera 1960, registra:

Porque deseara yo mismo ser anatema, separado de Cristo, por amor a mis hermanos, los que son mis parientes según la carne; que son israelitas, de los cuales son la adopción, la gloria, el pacto, la promulgación de la ley, el culto y las promesasde quienes son los patriarcas, y de los cuales, según la carne, vino Cristo, el cual es Dios sobre todas las cosas, bendito por los siglos. Amén (Romanos 9:3-5).

En esta misma línea teológica, Pablo confirma en Romanos 9, que él es israelita “según la carne” y no solamente del Israel espiritual. El apóstol es un ejemplo destacado, un cristiano según su fe inseparable de Cristo; y un verdadero israelita, según la carne y de quienes son las promesas. Pablo enfatiza en las promesas hechas a los patriarcas, y que Cristo desciende según la carne, de las promesas y profecías del Antiguo Testamento.

Pablo aquí deseara ser anatema (dedicado a Cristo) a] “por amor a mis hermanos, los que son mis parientes según la carne; que son israelitas; b] Pablo afirma que de los israelitas “son la adopción, la gloria, el pacto, la promulgación de la ley, el culto y las promesas; c] de los israelitas “son los patriarcas”; d) de los israelitas “según la carne, vino Cristo” (Romanos 9:3-5).

Este es uno de los pasajes más claros y directos en contra de la teología del reemplazo. Otra vez, el apóstol Pablo, el incansable fundador de iglesias cristianas, une a los israelitas y a los cristianos. Él no ve ninguna separación entre israelitas cristianos y las iglesias que él mismo fundó. Es más, Pablo en la epístola a los Gálatas deja claro que Pedro era el apóstol de la circuncisión, o sea, ganar para Cristo a los judíos; y que Pablo era el apóstol dedicado a lograr la conversión de los gentiles.; o sea, Pedro representa a los judíos para lograr su conversión; y Pablo representa a los gentiles, quienes también forman la Iglesia cristiana:

“como vieron que me había sido encomendado el evangelio de la incircuncisión, como a Pedro el de la circuncisión (pues el que actuó en Pedro para el apostolado de la circuncisión, actuó también en mí para con los gentiles), y reconociendo la gracia que me había sido dada, Jacobo, Cefas y Juan, que eran considerados como columnas, nos dieron a mí y a Bernabé la diestra en señal de compañerismo, para que nosotros fuésemos a los gentiles, y ellos a la circuncisión.  Destacado es mío.

‘6 Así Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia. Sabed, por tanto, que los que son de fe, estos son hijos de AbrahamY la Escritura, previendo que Dios había de justificar por la fe a los gentiles, dio de antemano la buena nueva a Abraham, diciendo: En ti serán benditas todas las naciones. De modo que los de la fe son bendecidos con el creyente Abraham (Gálatas 3:6-9). Destacado es mío.

11 Digo, pues: ¿Han tropezado los de Israel para que cayesen? En ninguna manera; pero por su transgresión vino la salvación a los gentiles, para provocarles a celos. 12 Y si su transgresión es la riqueza del mundo, y su defección la riqueza de los gentiles, ¿cuánto más su plena restauración? (Romanos 11:11-12).

Pablo confirma que los israelitas no han salido (caído) de la promesa; que la dureza de corazón de los israelitas es para provocarlos a celos; y Pablo asegura que los israelitas tendrán plena restauración. Otra vez, el apóstol confirma que Dios no ha rechazado a los israelitas, indicando que él también lo es, y que desciende de la tribu de Benjamín. Es más, Pablo afirma que, aunque es el apóstol a los gentiles, también procura la salvación de sus hermanos según la carne: 14 por si en alguna manera pueda provocar a celos a los de mi sangre, y hacer salvos a algunos de ellos (Romanos 11:14). Destacado es mío.

Hasta aquí, las únicas iglesias que existían era la Iglesia de Jerusalén y la Iglesia de Antioquía de Siria, la iglesia misionera. Todavía no existía la Iglesia institucional que sostiene la Teología del Reemplazo.

Los hijos de Dios son los hijos de la promesa hecha por Dios a Isaac, el hijo del patriarca Abraham; y del hijo de Isaac, Jacob, o Israel. Israel fue el nombre puesto por el mismo Dios a Jacob. Entonces, la promesa viene de Isaac e Israel. Por eso, el apóstol Pablo confirma que él es israelita, y heredero de la promesa. En ninguna parte del Nuevo Testamento el apóstol Pablo afirma que la Iglesia ha reemplazado a Israel. Además, Pablo fundó muchas iglesias cristianas en el Asia Menor y otros territorios; pero a ninguna de las iglesias le comunicó que eran el reemplazo del pueblo de Israel.

Otro pasaje del apóstol Pablo se encuentra en el libro de los Hechos de los apóstoles. “3 Yo de cierto soy judío, nacido en Tarso de Cilicia, pero criado en esta ciudad, instruido a los pies de Gamaliel, estrictamente conforme a la ley de nuestros padres, celoso de Dios, como hoy lo sois todos vosotros. 4 Perseguía yo este Camino hasta la muerte, prendiendo y entregando en cárceles a hombres y mujeres; 5 como el sumo sacerdote también me es testigo, y todos los ancianos, de quienes también recibí cartas para los hermanos, y fui a Damasco para traer presos a Jerusalén también a los que estuviesen allí, para que fuesen castigados” (Hechos 22:3-5).

En esta ocasión, el apóstol Pablo ha sido acusado por quienes son de la circuncisión, y por una multitud compuesta por judíos enemigos de Pablo de que enseña no guardar la ley de Moisés y que enseña la no circuncisión. Estando Pablo en peligro de ser asesinado por la multitud, interviene el Tribuno y los soldados. Pablo pide que se le permita hablar y lo hace en lengua hebrea. Pablo comienza identificándose como judío, nacido en Tarso de Cilicia y demás argumentos que se han señalado anteriormente.

Pablo al ser acusado por sus enemigos judíos, no cuenta con el respaldo de la Iglesia de Jerusalén, ni con los ancianos de la Iglesia. Pablo se queda solo, pero con la ayuda de Dios. Pero Pablo ha tenido una tarea incansable de fundar y organizar iglesias en el Asia Menor y otros territorios y les ha enseñado la doctrina de Jesucristo. Por eso, instruye a las iglesias de Galacia las raíces de su fe, comenzando con el patriarca Abraham. Es decir, el apóstol les enseña a los gálatas que existe unidad entre los patriarcas y las iglesias a las cuales ellos pertenecen.

En consecuencia, el apóstol Pablo hablándole a los gálatas, les confirma que los que son de fe, son hijos de Abraham; y en Abraham son benditas todas las naciones: judíos y gentiles. Seguimos siendo hijos de Abraham, aunque haya quienes no aceptan el Antiguo Testamento. No hay diferencia entre la promesa en el Antiguo Testamento y el cumplimiento de la promesa, en el Nuevo Testamento. Es más, sin el Antiguo Testamento no se confirmaría el cumplimiento de las profecías referidas al Mesías, en la Ley, los Profetas y los Salmos. En el encuentro entre el Cristo resucitado y los dos discípulos en camino a Emaús, él los reprende por no comprender el Antiguo Testamento respecto a lo que está escrito de él.

“25 Entonces él les dijo: ¡Oh insensatos, y tardos de corazón para creer todo lo que los profetas han dicho! 26 ¿No era necesario que el Cristo padeciera estas cosas, y que entrara en su gloria? 27 Y comenzando desde Moisés, y siguiendo por todos los profetas, les declaraba en todas las Escrituras lo que de él decían” (Lucas 24:25-27). Destacado es mío.

¿Nos podríamos imaginar al apóstol Pablo enseñando que Dios ha rechazado al pueblo de Israel y que la Iglesia cristiana lo ha reemplazado? Por el contrario, en todas sus epístolas y en las de los otros apóstoles tampoco se encuentra ni siquiera una vaga idea de esa nueva teología inventada por algunos considerados “padres de la iglesia” de los siglos I - IV, después de la época apostólica.

CONCLUSIÓN

Después de escudriñar las epístolas paulinas y de no encontrar el fundamento de la “teología del reemplazo”, no queda más que confirmar que tal doctrina no es bíblica, y que revela un claro anti-semitismo; y que fue creada por algunos de los primeros “padres de la iglesia”, tales como Hipólito de Roma considerado mártir el 13 de agosto de 235), según la Iglesia católica. Hipólito discurre: "[Los judíos] han sido oscurecidos a los ojos de tu alma con una oscuridad total y definitiva."

Orígenes (circa 185 a 254) es otro de los fundadores de la llamada teología del reemplazo: "[Los judíos] nunca serán devueltos a su antigua condición."

Martín Lutero (1483–1546) es el tercero en afirmar: "Los judíos, ciertamente rechazados por Dios, no son más su pueblo, y tampoco es El ya más su Dios". Lutero, dieciséis siglos después de la época de los apóstoles, es el más radical en cuanto a la teoría del rechazo de Israel. Estos tres pensadores cristianos representan la teología del reemplazo “punitivo”, o del castigo divino.

Justino y Agustín de Hipona sostienen también la postura de que el propósito práctico de la nación de Israel en los planes de Dios es reemplazado por el rol de la Iglesia.

Justino Mártir (circa 100 a 165): "Porque el verdadero Israel espiritual ... somos nosotros quienes hemos sido guiados a Dios a través de este Cristo crucificado”. Pero son opiniones personales que no tienen base bíblica, tal como queda demostrado en este escrito; y que además, tales teorías aparecen mucho después de época de los apóstoles de Jesús.

Agustín de Hipona (354–430) parece seguir estas opiniones de los tempranos Padres de la Iglesia. "Porque si sostenemos con el corazón firme la gracia de Dios que nos ha sido dada, entonces somos Israel." "El pueblo cristiano es en realidad Israel." Sin embargo, Agustín también afirma que “Los judíos ... son entonces por sus propias Escrituras un testimonio para nosotros de que no hemos falsificado las profecías sobre Cristo." Claro, Agustín tuvo que reconocer que no se puede rechazar el testimonio de las Escrituras judías (Crédito: las informaciones sobre los “Padres de la Iglesia” fueron citadas, y parcialmente editadas por este autor, de Wikipedia y la Encyclopedia Britannica; así como de Coalición por el Evangelio y de WordPress.com).

Por tanto, basta con citar a estos cinco personajes de los primeros siglos de la historia cristiana para llegar a la conclusión de que la “Teología del Reemplazo” no está basada en el Nuevo Testamento, sino en las interpretaciones personales de estos cinco pensadores cristianos, pero sin el apoyo del Nuevo Testamento.

Lo que queda demostrado en las opiniones de estos llamados “Padres de la Iglesia” es que ellos se basan en la doctrina del antinomianismo (en contra de la Ley), y en el marcionismo, junto con el arrianismo, consideradas herejías por el Concilio de Nicea (325). El Concilio de Nicea es considerado el primer Concilio ecuménico convocado por la Iglesia católica, con la autoridad del Emperador romano Constantino I. (Coalición por el Evangelio).

¿Se contradice el apóstol Pablo? En ninguna manera. Además, el apóstol Pedro, otro líder considerado “columna” de la Iglesia de Jerusalén, también cita a los profetas que indagaron acerca de la salvación de Cristo. En consecuencia, el apóstol Pedro reafirma la autoridad e importancia del Antiguo Testamento.

 10 Los profetas que profetizaron de la gracia destinada a vosotros, inquirieron y diligentemente indagaron acerca de esta salvación, 11 escudriñando qué persona y qué tiempo indicaba el Espíritu de Cristo que estaba en ellos, el cual anunciaba de antemano los sufrimientos de Cristo, y las glorias que vendrían tras ellos” (1 Pedro 1:10-11). El Espíritu de Cristo está en los Profetas del Antiguo Testamento, según el apóstol Pedro, uno de las columnas de la Iglesia de Jerusalén.

Este escrito ha demostrado que las bases de la llamada “Teología del Reemplazo” no se encuentran en el Nuevo Testamento, y que el apóstol Pablo, plumífero, misionero, fundador y confirmador de iglesias, es el clásico defensor de que Dios no ha rechazado al pueblo de Israel, sino que la dureza de sus corazones ha servido para que los gentiles también alcanzaran la promesa hecha a Abraham, Isaac y Jacob o Israel. En consecuencia, la Iglesia Cristiana existe gracias a las profecías de los profetas del Antiguo Testamento, y por la predicación del Evangelio, tanto por judíos convertidos al cristianismo, inmediatamente después de la Resurrección de Jesús, así como por cristianos no judíos de épocas recientes.

REFERENCIAS

Biblia Reina-Valera 1960

Biblia Nueva Traducción Viviente

Coalición por el Evangelio

Encyclopedia Britannica (Padres de la Iglesia)

Wikipedia (Padres de la Iglesia)

WordPress.com

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