sábado, 29 de marzo de 2025

 

LA ORALIDAD EN LA LITERATURA CONTEMPORÁNEA

“Convertir lo local en alta literatura”

Amadeo Albuquerque Lara

Leyendo el diario digital El País de España me encontré una publicación de la periodista y escritora Berna González Harbour acerca de la tendencia literaria en novelistas nacidos en los años noventa. El título de la publicación es “Una generación de escritores se rebela contra el lenguaje estándar y recupera la oralidad en su literatura”. Se trata de abandonar los viejos esquemas de la literatura española basada en el lenguaje de los diccionarios academicistas y dar carta de ciudadanía a los localismos y regionalismos en las voces de los personajes de sus novelas, “que se rien de lo normativo”. La escritora Berna González hace un análisis de la literatura de ciertos autores que dan acogida al lenguaje oral en sus respectivas novelas, especialmente cuando se refiere a la novela de Andrea Abreu, “Panza de burro”.

En el territorio de España, país en donde se asienta la Real Academia Española de la Lengua, cuyo lema es “Limpia, fija y da esplendor”, un grupo de escritores nacidos en los años noventa han enfocado sus novelas literarias en el lenguaje oral de sus respectivas regiones y localidades. Lo que los gramáticos tradicionales han calificado como vulgarismos, refiriéndose al lenguaje oral, ahora ese lenguaje local y regional, ha tomado asiento y carta de ciudadanía en la alta literatura española. Berna González Harbour (1965) periodista y escritora, exsubdirectora del diario El País, en un artículo publicado por este diario, cita al grupo de escritores nacidos en los noventa, quienes han roto con el lenguaje normativo para darle lugar a la oralidad en la literatura de altura, un lenguaje que “no está en los diccionarios y que se ríe de lo normativo” (Autora citada).

Entre los autores nacidos en los noventa, la autora cita a Luis Mario (Cantabria, 1992), David Uclés (Úbeda, España, 1990); Greta García (Sevilla, España, 1992), y Andrea Abreu (Tenerife, Canarias, 1995), entre otros. Abreu rompió los esquemas en 2020 con su novela “Panza de burro”, mediante el uso de un lenguaje que no lo registran los diccionarios academicistas. En la novela “Panza de burro”, “El lenguaje usado es coloquial que rompe la sintaxis con expresiones que reflejan el habla del barrio de las protagonistas que es también el de la autora.[2]​ Lo hace con el lenguaje y expresiones que ella empleaba de niña, copiado de su abuela”. La novela usa un lenguaje coloquial de las Islas Canarias. (Autora citada).

La frase “panza de burro” se refiere a una acumulación de nubes que muestran una estructura ondulada o encrespada, que es similar a la apariencia que dibujan las costillas en la panza de los burros. La novela se refiere a la imagen de la acumulación de nubes, así: “El título, a secas, remite a un fenómeno meteorológico típicamente tinerfeño (relativo a Tenerife) que corresponde a una espesa capa de nubes” (Autora citada). En Nicaragua, la hierba “panza de burro” es una variedad que crece espontánea. Es una hierba que las personas del campo llaman “panza de burro”, por su apariencia ondulada, como de un cabello encrespado.

“Sabina Urraca cree que la literatura en España ha sido “absurdamente normativa hasta hace muy poco”. Y que el resultado es “un lenguaje homogéneo y la pérdida de una riqueza lingüística que en Latinoamérica han tenido clara y han tomado de forma natural desde el principio” (Idem). Efectivamente, los novelistas nicaragüenses que han hecho su entrada en la literatura costumbrista son: José Román poeta leonés (1906 - 1983), con su novela “Cosmapa”; Adolfo Calero Orozco  (Managua,1931 -  2012), con sus novelas “Éramos cuatro” y  “Sangre santa”, Carlos Alemán Ocampo narrador, lingüista y académico nacido en Diriá, Granada (1941),  con sus novelas “Vida y amores de Alonso Palomino” (2001) y “Las fantásticas aventuras de Juan Parado” (2002) ambas basadas en el lenguaje oral de sus personajes; “Lengua madre” del doctor César Ramírez Fajardo, médico pediatra y maestro del Son Nica, en su libro recoge el lenguaje que usan las madres en su consultorio de pediatría, lenguaje muy florido, lleno de metáforas y símiles altamente populares y típicamente nicaragüenses. Me limito a citar sólo unos cuantos escritores y narradores nicaragüenses, sin tomar en cuenta la cantidad de historias de la literatura popular como “Cuentos de Camino”, la Cegua, El Cadejo, El tío conejo y el tío coyote; el narrador de cuentos fantásticos Juan Ventura, y un largo etcétera.

En la literatura latinoamericana, cito la novela “La fiesta del chivo” de Mario Vargas Llosa (Arequipa, Perú, 1936), en la cual usa el lenguaje de Trujillo. En la novela “La Muerte de Artemio Cruz" de Carlos Fuentes (México, 1928-2012), el lenguaje oral se utiliza para dirigirse a los personajes del pasado, reviviendo diálogos y situaciones, lo que otorga una sensación de oralidad y espontaneidad. “La casa de los espíritus” de Isabel Allende (Lima, Perú, 1942); por supuesto “fue alimentada por la mágica oralidad de su abuela paterna” (difusióncientífica.info).

Finalmente, y para no dejar por fuera los orígenes de la literatura oral española medieval, no se puede obviar “Refranes que dizen las viejas tras el fuego” del Marqués de Santillana, refranes llenos de sabiduría popular.  “Dado que poca gente sabía leer y escribir (y quien sabía lo hacía en latín), los textos literarios se transmitían casi exclusivamente en forma oral. Dentro de esta tradición oral se prefería el verso, que era más fácil de memorizar y podía ir acompañado de música” (Crédito: Hiro.eus). Uno de los primeros ejemplos de esta literatura es el “Poema del Cid”, cuya versión escrita se la debemos a Per Abat o Pedro Abad. Hay que hacer notar que el Poema de Mio Cid se difundió primero por los juglares en las plazas y lugares públicos, acompañados por instrumentos musicales. Sin ir más allá de otras obras de carácter popular y humorísticas de la literatura clásica española.

CONCLUSIÓN

Esta breve nota sobre la oralidad en la literatura española, especialmente la producción literaria de los novelistas nacidos en los años noventa, también se ha referido a unos pocos escritores  y narradores nicaragüenses y latinoamericanos. Mi especialidad no es la Literatura española ni la Literatura Nicaragüense ni tampoco la Latinoamericana; pero como estudioso del lenguaje me interesa el uso de la oralidad, especialmente local o regional que los narradores y novelistas costumbrista ponen en el habla de los personajes. CarlosMántica se interesó por “El habla nicaragüense” y el escritor polígrafo y académico doctor Jorge Eduardo Arellano dedicó un libro a “El español en Nicaragua”, sin nombrar los incontables artículos y ensayos publicados en diferentes medios de comunicación.

Ligeramente, esta nota se ha referido a unos pocos narradores y novelistas costumbristas nicaragüenses; y a unos cuantos novelistas latinoamericanos cuyas obras destacan el lenguaje oral como producto de las hablas de los lugares y regiones de origen de sus personajes. Más bien esta breve nota se basó en el artículo de la periodista y escritora Berna González Harbour publicado por el diario El País de España, de cuyo diario fue subdirectora. Basado en el citado artículo, este autor buscó unos cuantos ejemplos en la literatura costumbrista de autores nicaragüenses y latinoamericanos. Efectivamente, este grupo de escritores nacidos en los noventa han priorizado la oralidad, los localismos y regionalismos antes que encumbrarse en el lenguaje de los académicos españoles. Ya nuestros novelistas nicaragüenses y latinoamericanos se habían adelantado en poner en boca de sus personajes, el lenguaje de su localidad y región.

“Inés Fernández-Ordóñez, filóloga y académica de la RAE, constata que el acceso a la educación y a los modelos difundidos por los medios y las redes está detrás de la tendencia global a perder los rasgos dialectales. Sin embargo, los dialectos persisten. Esos rasgos son marcadores identitarios grupales que cumplen una función en sus comunidades”” (Citada por González Harbour).

REFERENCIAS

Diferentes sitios de Internet

difusióncientífica.info

El País.com > Cultura, edición digital

González Harbour, Berna, diario El País de España, edición digital

Hiro.eus

 

jueves, 20 de marzo de 2025

 

LOS PANTALONES ROTOS

Amadeo Albuquerque Lara

Allá por los años 40 y 50 nadie andaba con pantalones rotos, porque los parchaban. Era tarea obligada de las mujeres pobres; especialmente, las parejas de trabajadores del campo o de oficios ordinarios ponerles parches a los pantalones rotos de sus maridos. Esa tarea era hecha a mano, y los parches los hacían de pantalones que ya no tenían lugar para más parches.

Pero para comentar sobre los pantalones rotos que nuestra juventud luce con orgullo, tenemos que remontarnos al origen. Los pantalones rotos comenzaron con los grupos de la subcultura punk británicos. Los jóvenes británicos rasgaban los pantalones como protesta por el capitalismo salvaje y por la vida de lujuria de las clases ricas.

Otra versión de los orígenes de los jeans rotos y raídos se remonta a la época de los llamados “chicos malos” que se metían en peleas callejeras y quedaban con los pantalones rasgados y con agujeros por todos lados.

Pero en los años 80, los movimientos “Punk” convirtieron los pantalones de mezclilla en un atuendo de moda como protesta social. Ya en los años noventa se volvieron tendencia entre los chicos bien y jóvenes de clase media alta. En la actualidad, los jeans rotos se han puesto de moda para dar un toque roquero o informal, entre los jóvenes. Hoy en día los vaqueros rotos, como les dicen en España, se han vuelto de uso común sin distingo de clase social ni de sexo. Este atuendo toma varios aspectos. Los hay desteñidos, raídos, con roturas grandes en las rodillas y hasta arriba de la pierna. Especialmente, las damas los prefieren rotos a partir de las rodillas,  por todos lados de las piernas, desteñidos, raídos, que parecen más bien pantalones de pordioseros. Por lo menos así era la apariencia de los pordioseros de los años anterior a los años sesenta.

Para las personas que hemos tenido la oportunidad de ver la evolución de los pantalones rotos, hemos visto cómo los jóvenes han cambiado lo que antes era un símbolo de pobreza extrema, a llevar una prenda que ahora es tendencia entre adolescentes, jóvenes menores y jóvenes adultos entre varones y mujeres.

domingo, 16 de marzo de 2025

 

LITERATURA APÓCRIFA INTER TESTAMENTARIA Y PRIMEROS SIGLOS

Amadeo Albuquerque Lara

La literatura extra-canónica tuvo su auge en el período inter-testamentario, y en los primeros siglos del cristianismo. La literatura extrabíblica del período entre los dos Testamentos está compuesta por libros agregados al Antiguo Testamento y ha sido clasificada como apócrifa, o como pseudo-epigráfica por no haber sido aceptada por el canon hebreo, en Jamnia ciudad central de Israel; mientras que los libros escritos durante los siglos tardíos, o posteriores al período apostólico, fueron excluidos por contener temas doctrinales contrarios a los escritos aceptados por la iglesia primitiva, o por coincidir con herejías desarrolladas en siglos posteriores a la época apostólica.

También, es necesario aclarar que algunos de estos escritos apócrifos o extra-canónicos son agregados a ciertos libros del Antiguo Testamento; mientras que otros pertenecen a la época un poco anterior al Nuevo Testamento. Los 27 libros del Nuevo Testamento fueron aceptados por autoridades en el año 367 d.C. En la aceptación de los libros que componen el Nuevo Testamento, en primera etapa, estuvieron muy involucrados Orígenes de Alejandría (c. 184-c. 253) y Eusebio de Cesarea  (265-339), considerados Padres de la Iglesia. Y posteriormente, la valoración y reafirmación de varios Concilios, en distintas épocas. El criterio utilizado para que un libro fuera considerado inspirado fue que estuviera relacionado con los apóstoles de Jesús, por su antigüedad, o sea que hubiera sido escrito en los primeros dos siglos y aceptado por la iglesia primitiva, y no por pequeños grupos locales; y que no contuviera doctrinas heréticas.

Los libros apócrifos del Antiguo Testamento

Los libros apócrifos del Antiguo Testamento son catorce en total; pero otra lista los reduce a doce, según se junten dos libros. La Iglesia católica los ha incorporado con el nombre de deuterocanónicos por no haber sido inspirados por el Espíritu Santo, pero que conservan valor histórico o de estadio privado. Los siguientes son los libros apócrifos no incluidos en el Canon del Antiguo Testamento, y que en inglés se llaman “The Books of the Apocrypha” anexados a la versión de la Biblia King James Version:

I Esdras, II Esdras, Tobías, Judit, Adiciones griegas al libro de Ester (Ester 10:4 al 16:24), Sabiduría de Salomón, Eclesiástico también conocido como Sabiduría de Josué ben-Sirá. Josefo, el historiador judeo-romano conoció este libro; Baruc, incluida la Epístola de Jeremías (Baruc 6); Cántico de los tres jóvenes santos, Historia de Susana, Bel y el dragón, la oración de Manasés, I y II Macabeos (Crédito: abs/American Bible Society, NY).  

Estos libros son incluidos por la versión griega del Antiguo Testamento conocida como la Septuaginta o Versión de los Setenta (LXX), y en la Vulgata de San Jerónimo, pero no fueron reconocidos en la Biblia hebrea.

Los libros apócrifos del Nuevo Testamento

Entre estos libros se encuentran clasificaciones de literatura neotestamentaria, tales como: evangelios, hechos, epístolas, apocalipsis; esta clasificación se encuentra en los libros canónicos del Nuevo Testamento. Sin embargo, en las categorías citadas, se cuentan los evangelios apócrifos. Los referidos a la infancia de Jesús, los cuales son varios; los referidos a la pasión del Señor; Libros de Hechos atribuidos a otros apóstoles, Epístolas apócrifas atribuidas a ciertos apóstoles, y literatura apocalíptica también apócrifa. El origen de esta literatura fue Egipto y Siria; especialmente hubo influencia de Alejandría, ciudad egipcia que albergó varias herejías. Además, es de notar que esta literatura se ha traducido a distintos idiomas: siriaco, árabe y griego, arameo, etíope, copto, latín, hebreo entre otros. Sin embargo, esta literatura fue escrita originalmente en hebreo y arameo, luego traducida a los idiomas citados; algunos escritos contienen influencia gnóstica, y gnóstico-cristiana.

Según el testimonio de algunos padres de la Iglesia, como Orígenes de Alejandría (c. 184-c. 253), Clemente de Alejandría (c. 150 - c. 213), Eusebio de Cesarea (c. 263-339) y otros, algunos de los libros posteriormente rechazados como inspirados, tuvieron la aceptación de grupos de cristianos de la Iglesia primitiva. Por ejemplo, Serapión fue un Patriarca de Antioquía (191-211), y había autorizado la lectura de algunos libros apócrifos, pero luego reconoció que reflejaban herejías de los docetas que negaban la verdadera humanidad de Jesús; otras herejías negaban la divinidad de Jesús; mientras que otros como Arrio, negaban la doctrina de la Trinidad. Contra estas herejías lucharon algunos Padres de la Iglesia y algunos Concilios eclesiásticos.

Por tanto, ante la aparición de estas herejías, líderes eclesiásticos y agunos Concilios, se vieron obligados a aprobar el Canon del Nuevo Testamento. Los principales concilios fueron: el Concilio de Cartago (397). El Concilio de Cartago dejó establecidos los 27 libros del Nuevo Testamento. Otros concilios que reafirmaron el canon del Nuevo Testamento fueron: El Concilio de Roma (382), El Sínodo de Hipona (393), y El Concilio de Florencia (1431-1449),  y el Concilio de Trento (1545-1563). que reafirmó el canon para la Iglesia católica.

 CONCLUSIÓN

El propósito de este escrito es presentar los principales tipos de literatura que tuvieron su auge en los primeros siglos del cristianismo. En este escrito no se ha enfatizado en los libros canónicos del Antiguo y del Nuevo Testamento; sino que se ha referido a la abundante literatura que floreció en el período entre los dos Testamentos, e inmediatamente despúes de la época apostólica.

Este escrito ha presentado la literatura apócrifa del Antiguo y del Nuevo Testamento, explicando también las tendencias que prevalecieron después del primer siglo. La literatura apócrifa no fue aceptada por distintos padres de la Iglesia y por varios Concilios en diferentes épocas de la era cristiana. Estos concilios tuvieron la tarea de examinar la utilidad y pureza doctrinal de los mencionados escritos espúreos, clasificados como apócrifos o como pseudo-epigráficos. Ha sido la intención de dejar establecidos los libros apócrifos del Antiguo y del Nuevo Testamento; así como los criterios sostenidos por los diferentes concilios que en diferentes años, ratificaron los cánones.

REFERENCIAS

Abe/American Bible Society, New York

Biografías y Vidas.com

Biteproject.com/ El canon del Nuevo Testamento: ¿cómo se decidió qué libros lo formarían?

Canon bíblico/Wikipedia

F. E. Williams traductor del texto The Nag Hammadi

Libros apócrifos aceptados por la iglesia católica

Mercaba.org/Los libros apócrifos

Origen Presbyter, catechift of Alexandria

 

 

sábado, 15 de marzo de 2025

 

ISAÍAS, EL PROFETA MÁS CITADO EN EL NUEVO TESTAMENTO

Amadeo Albuquerque Lara

El profeta Isaías ejerció su ministerio profético en el siglo octavo antes de Jesucristo, durante los reinados de Uzías, Jotam, Acaz y Ezequías en el Reino de Judá. Isaías está contemplado como uno de los Profetas Mayores del Antiguo Testamento y sus profecías son citadas por lo menos 57 veces en el Nuevo Testamento (Crédito: Estudio Inductivo de la Biblia). El libro de Isaías en el Antiguo Testamento es el más extenso entre los libros de los profetas Jeremías y Ezequiel, con 66 capítulos y un total de 1,292 versículos. Entre los Rollos del Mar Muerto, el Gran Rollo de Isaías es el más completo, y más cercano al Texto Masorético o Biblia hebrea, y ha sido digitalizado por completo. Los especialistas le han aplicado la prueba de carbono 14 más de una vez y ha sido datado entre los años 150 y 100 a.C., lo cual lo califica como el manuscrito más antiguo del Antiguo Testamento. (Crédito: Britannica).

“Este libro fue escrito en una época agitada. El pueblo se había alejado de la religión y se había corrompido. El profeta Isaías predijo la cautividad babilónica tanto para Israel como para Judá. Pero también profetizó el regreso de los exiliados y la venida del Mesías” (Crédito: Estudio Inductivo de la Biblia).

El Señor Jesús citó al Profeta Isaías en varias ocasiones. Lucas narra la ocasión cuando el jefe de la sinagoga de Nazaret lo invitó a participar en la lectura de las Escrituras y Jesús escogió el pasaje de Isaías en donde dice: “El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel; a proclamar el año de la buena voluntad de Jehová, y el día de venganza del Dios nuestro…” (Isaías 61:1-2; Lucas 4:18-19). Y fue cuando Jesús dijo que en ese día se cumplía esa Escritura, respecto a su autoridad mesiánica.

El llamamiento del Profeta Isaías en el capítulo 6, es una fuente de inspiración para el trabajo misionero para proclamar el Evangelio de Jesucristo.

“Después oí la voz del Señor, que decía: ¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros? Entonces respondí yo: Heme aquí, envíame a mí. Y dijo: Anda, y di a este pueblo: Oíd bien, y no entendáis; ved por cierto, mas no comprendáis. 10 Engruesa el corazón de este pueblo, y agrava sus oídos, y ciega sus ojos, para que no vea con sus ojos, ni oiga con sus oídos, ni su corazón entienda, ni se convierta, y haya para él sanidad” (Isaías 6:8-10).

El mensaje de Dios a Isaías lo hizo propio el Señor Jesús en el Discurso de las Parábolas, cuando sus discípulos le preguntaron por qué a las personas del público les hablaba en parábolas y no a ellos. Fue en esta ocasión cuando Jesús les contestó que esas personas no creerán a su mensaje; y para reforzar su respuesta, citó las palabras del Profeta Isaías “Por eso les hablo por parábolas: porque viendo no ven, y oyendo no oyen, ni entienden. 14 De manera que se cumple en ellos la profecía de Isaías” […] (Mateo 13:13-14; Isaías 6:8-10).

Los eruditos en el estudio del Profeta Isaías lo han llamado “El Profeta Evangélico”, porque es el profeta que profetiza el nacimiento del Mesías, su divinidad, y como el Siervo Sufriente, en el capítulo 53; en donde profetiza Isaías de qué muerte moriría el Mesías por ser rechazado por su propio pueblo. Así que el Profeta Isaías incluye en su profecía el nacimiento del Mesías hasta su muerte, su resurrección, y su reinado sempiterno.

Entre los capítulos en que Isaías profetiza el nacimiento, la vida y padecimientos del Mesías, se encuentran 7:14: El Mesías nacería de una virgen; Isaías 9:6: El Mesías sería llamado "Admirable, Consejero, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz". Los primeros cuatro versículos del capítulo 42 está dedicado al Siervo y su misión divina. En el capítulo 49 Isaías se refiere al Mesías como el restaurador del remanente de Israel, la luz de las naciones, y que llevaría el mensaje de salvación hasta lo último de la Tierra (Isaías 49:6-7).  Esta profecía la reforzó el Señor Jesús cuando mandó a sus discípulos a que anunciaran el Evangelio comenzando desde Jerusalén hasta lo último de la Tierra. Y hoy con las diferentes plataformas y sitios en Internet, el mensaje de Jesucristo lo reciben millones de personas a cada momento por medios digitales, computadoras, tabletas y teléfonos celulares.

En el capítulo 52 Isaías profetiza el engrandecimiento y exaltación del Mesías; pero también profetiza su martirio, la desfiguración de su parecer por los azotes y por la corona de espinas, y los escupitazos de sus burladores, narrados en el Nuevo Testamento; pero aun así asombrará a muchas naciones y sus reyes; porque jamás habrán escuchado ni entendido lo que han oído (Isaías 52:13-15).

Los eruditos han nombrado el capítulo 53 como el primer evangelio: “El capítulo 53 de Isaías es a menudo considerado como un "primer evangelio" o profecía mesiánica que prefigura el sufrimiento, muerte y resurrección de Jesucristo como el Mesías, quien llevaría los pecados de la humanidad” (Crédito: churchofjesuschrist.org.).

Isaías en el capítulo 53 presenta al Mesías como ignorado, sin que nadie crea en su mensaje, como raíz de tierra sea, sin hermosura o atractivo; despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; menospreciado y sin estimación. Sin embargo, todo lo anterior lo tomó el Mesías como parte de su misión salvadora; porque él llevó nuestras enfermedades, nuestros dolores; pero en cambio, las autoridades religiosas y políticas lo azotaron; fue herido, abatido y quebrantado por nuestros pecados. Él llevó nuestro castigo y por su llaga fuimos curados. Pero como pago por sus sufrimientos, nos descarriamos como ovejas sin pastor; cada cual tomó su propio camino; pero Dios cargó sobre él nuestro pecado. En su sufrimiento no abrió su boca para defenders, fue llevado al matadero como cordero y como oveja delante de sus trasquiladores.

No obstante su sufrimiento y de haber sido contado con pecadores e intercambiado por un delincuente, Dios le dio parte con los los grandes y los fuertes; porque entre sus discípulos tuvo seguidores adinerados y aun miembros del tenebroso Sanedrín, quienes pidieron su cuerpo para ser sepultado en una tumba prestada. Pero el Siervo Sufriente oró por sus transgresores, pidiéndole a su Padre que no les imputara ese pecado.

Todo esto lo profetizó Isaías ochocientos años antes de que el Mesías naciera de una virgen, que el Mesías cumpliera esta profecía y que además quedara cumplida en los hechos narrados por sus discípulos y apóstoles, en el Nuevo Testamento. Quienes no aprecien el contenido profético del Antiguo Testamento, tampoco apreciarán su cumplimiento en la persona del Mesías, Jesús de Nazaret, cuando dijo a sus discípulos que en él se cumplía lo que estaba escrito de él en la Ley, los Profetas y los Salmos: “Y les dijo: Estas son las palabras que os hablé, estando aún con vosotros: que era necesario que se cumpliese todo lo que está escrito de mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos” (Lucas 24:44).

CONCLUSIÓN

Este escrito ha tenido la intención de presentar las profecías de Isaías como las más citadas en el Nuevo Testamento. Estadísticamente, el libro de Isaías es citado en el Nuevo Testamento más de 57 veces, según los estudiosos de este libro. El libro de Isaías es el más extenso en capítulos y contenido profético. El Gran Rollo de Isaías se ha conservado casi intacto, y ha sido puesto a prueba por carbono 14 y ha sido datado 150 o 100 a.C., lo que lo constituye en el texto más antiguo y más cercano al Texto Masorético o Biblia hebrea. Además, este rollo de Isaías ha sido completamente digitalizado y exhibido para investigaciones de los eruditos de los Rollos del Mar Muerto.

Por último, este escrito ha documentado las profecías de Isaías referidas al Mesías a partir desde su nacimiento sufrimientos expiatorios y hasta su muerte entre transgresores, su resurrección y reino sempiterno (Isaías 53:10-11); pero sin obviar la profecía que dice que fue contado con los grandes y fuertes de su época.

REFERENCIAS

Biblia Reina Valera 1960, Libro de Isaías, capítulos citados

Churchofchrist.org.

Encyclopedia Britannica, The Suffering Servant

Evangelios de Mateo y de Lucas, Reina Valera 1960

Estudio Inductivo de la Biblia, ISAÍAS

 

domingo, 9 de marzo de 2025

 

CONSTANTINO I, Y EL PRINCIPIO DEL PAPADO

Amadeo Albuquerque Lara

Constantino I, Emperador romanos durante los años 306 hasta 337, experimentó una visión en el año 312 d.C. en la Batalla del Puente Milvio, hecho que lo condujo a la adopción del cristianismo romano. Adoptó la religión cristiana, pero sin haberse convertido a Jesucristo. Mediante El Edicto de Milán en el año 313 d.C. el emperador Constantino I declaró la libertad religiosa en el Imperio Romano, incluyendo al cristianismo como la religión del Imperio.

Por otro lado, volviendo a los años 42-44, según la Historia secular, el apóstol Pedro llegó a Roma pero no como Papa, ni nombrado Papa en Roma, sino como apóstol, título que les dio Jesucristo, cuando los llamó para que fueran sus sucesores. La epístola de Gálatas 2:9 registra que Santiago, Pedro y Juan eran las “columnas” de la Iglesia de Jerusalén. De haber sido Pedro nombrado Papa, hubiera sido por los líderes de la Iglesia de Jerusalén,  porque en Roma ni siquiera había un edificio reconocido como Iglesia, sino que los cristianos en Roma se reunían en casas de los creyentes. Ninguna iglesia cristiana fue reconocida por el Imperio Romano, sino hasta que Constantino I declaró la libertad religiosa y respaldó el primer papado en la persona de Silvestre I.

 El título común para los discípulos originales nombrados por Jesucristo fue el de “Apóstol”. Cristo llamó a doce apóstoles y les sopló el Espíritu Santo para que predicaran el Evangelio a todas las naciones (Juan 20:22-23). Cristo sopló el Espírtu Santo a todos los once apóstoles, no sólo a Pedro. En ninguna parte de la Biblia dice que Jesús nombró Papa al apóstol Pedro; ni tampoco Pedro se identificó como Papa, sino como Apóstol de Jesucristo, lo mismo que Pablo. Tampoco existió el título de Papa durante los siglos I, II y III. Hasta comienzos del siglo IV, como queda dicho.

La historia secular afirma que el apóstol Pedro llegó a Roma aproximadamente en los años 42-44. Esto se puede comprobar por la Historia secular y por las Enciclopedias reconocidas, no por la Tradición católico-romana. Según la historia secular, Nerón Emperador romano se mantuvo en el trono durante los años 54 hasta su muerte en el año 68. La historia registra el martirio del apóstol Pedro ejecutado por Nerón entre los años 66-67. Por tanto, si el apóstol Pedro hubiera sido Papa, Nerón no lo hubiera mandado a matar, porque los Papas desde el siglo IV en adelante, tuvieron autoridad muchas veces mayor que el mismo emperador. Así que Pedro fue víctima de la persecución religiosa en contra de cristianos y judíos por los emperadores romanos Nerón, Domiciano, Trajano, Marco Aurelio, Septimio Severo, Maximiano, Decio, Valeriano, Aureliano y Diocleciano. 

Nadie puede negar que hubo una persecución implacable en el Imperio Romano en contra de cristianos y judíos. En el año 64 hubo un enorme incendio en la ciudad de Roma y se culpó a los cristianos como los autores, hecho que encendió la hoguera en contra de los cristianos. Los cristianos ardían como antorchas humanas para diversión del Emperador. Por eso, los apóstoles Pablo y Pedro fueron puestos a muerte por el emperador Nerón, en los años 66-67 aproximadamente. No fue sino hasta que el Emperador Constantino I declaró la religión cristiana como oficial del Imperio, que cesó la persecución en contra de los cristianos, a principios del siglo IV. El propio Emperador Contantino I elevó al Papado a “San Silvestre I”, desde el año 315 hasta 335. Por tanto, Silvestre I fue el primer Papa en Roma a principio del siglo IV, y no el apóstol Pedro. Así que cuando muere un Papa y un cónclave elige a otro, no está eligiendo al sucesor de San Pedro, sino al sucesor del que acaba de fallecer.

Quienquiera que tenga la voluntad de investigar sin ningún prejuicio estos datos en la Historia secular y en Enciclopedias reconocidas, podrá confirmar lo que he escrito en esta breve nota. Todo lo que se cree hoy en día sobre la historia del papado, se basa en la Tradición de la Iglesia católica romana, Tradición que fue proclamada por el Concilio de Trento en los años 1545 y 1563. Este Concilio proclamó que las Escrituras y la Tradición eran las únicas autoridades reconocidas por la Iglesia; y la Biblia Vulgata, como la base de las Escrituras.

sábado, 8 de marzo de 2025

 

NOEMÍ LA SUEGRA EJEMPLAR

Elogio a la suegra y a la nuera, unión inquebrantable de fe y conducta.

Amadeo Albuquerue Lara

Noemí significa dulzura en hebreo, y era la suegra de Rut la moabita. Rut fue antepasada del rey David y esposa de Elimelec efrateo. Quiere decir que Elimelec era de la ciudad Efrata, posteriormente llamada Belén de Judá, ciudad donde nació Jesús. Cuando murió su marido, Noemí quedó viuda al cuidado de sus dos nueras, quienes también eran viudas. Una de sus nueras se llamaba Orfa, y la otra, Rut. Al sentirse sola, Noemí decidió regresar a la tierra de sus padres para tener la compañía y apoyo de sus familiares.

Debido a una hambruna en Efrata, Elimelec, su mujer Noemí y sus dos hijos se fueron a vivir a los campos de Moab, lugar en donde se casaron sus dos hijos, Mahlón y Quelión, después que murió el padre de ellos. Estando allí, sus hijos buscaron esposas entre las mujeres de Moab, pero después de algunos años los dos hijos de Noemí murieron y sus nueras quedaron viudas al lado de Noemí. Después de un tiempo, Noemí decidió regresar a Efrata para contar con el apoyo de sus familiares. Entonces les dijo a sus dos nueras que regresaran a vivir con sus padres y a sus dioses porque ya ella no tenía posibilidades de tener más hijos que se casaran con ellas. Orfa regresó a casa de sus padres, pero Rut decididamente se quedó para acompañar a su suegra. Por esta decisión de Rut han quedado sus palabras como un testimonio de fidelidad a su suegra y al Dios de ella. He aquí sus palabras.

Respondió Rut: No me ruegues que te deje, y me aparte de ti; porque a dondequiera que tú fueres, iré yo, y dondequiera que vivieres, viviré. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios. 17 Donde tú murieres, moriré yo, y allí seré sepultada; así me haga Jehová, y aun me añada, que solo la muerte hará separación entre nosotras dos. 18 Y viendo Noemí que estaba tan resuelta a ir con ella, no dijo más” (Rut 1:16-18).

Las palabras expresadas por Rut son un testimonio lapidario de la calidad de educación que Noemí les brindó tanto a sus dos hijos, como a sus dos nueras. También son una perla preciosa del concepto que tenían sus nueras, especialmente Rut. Pero no sólo brindó buen trato Noemí a sus dos nueras, sino que les dio ejemplo de una vida entregada a su Dios; pues Rut le afirma a su suegra que su pueblo será su pueblo y el Dios de su suegra, su Dios. Muy lejos estaba el concepto que tienen las nueras y los yernos de algunas suegras fastidiosas por no aceptar que sus hijos ya no les pertenecen, sino que se han unido a sus parejas para formar una sola carne.

Además, Rut le asegura a su suegra que no la abandonará sino por la muerte, y que donde su suegra muriere allí será ella sepultada. El amor de Rut por su suegra Noemí es igual o mejor que el amor de una hija. El testimonio de Rut y Noemí debe servir de ejmplo y modelo tanto para las suegras, como para las nueras y los yernos. Por eso he querido elogiar el comportamiento que se dio entre Noemí y Rut; entre suegra y nuera, por el testimonio de ambas que lejos de expresar resentimientos y descontentos familiares, son una joja preciosa que merece el elogio y la alabanza.

Hoy 8 de marzo de 2025, fecha en que se recuerda a la mujer nicaragüense, brindo este elogio a la fe y comportamiento de dos personas que supieron comprender lo que significa el anexo de otro miembro a la familia sanguínea. La suegra no debe ver a su nuera como una rival porque ahora el hijo le pertenece a su esposa; y así debe ser según la Biblia: “Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne” (Génesis 2:24).

Eso lo dice la Biblia y es ley de la vida. Todos hemos hecho lo mismo cuando nos unimos al ser que formaría la nueva familia. Ni la suegra debe intervenir en las decisiones de la nueva familia, ni la nuera debe comportarse como enemiga de su suegra. Por tanto, hay que obececer el mandato de la Biblia, y seguir el ejemplo de Noemí y Rut.

 

viernes, 7 de marzo de 2025

 

LAS PARTES DE LA ORACIÓN GRAMATICAL

Amadeo Albuquerque Lara

El gramático y filósofo alemán, Rodolfo Lenz (1863-1938), escribió un libro sobre “Categorías en La oración y sus partes” (1920). Lenz menciona a Dionisio de Tracia, filósofo griego que vivió entre 170 y el 90 a. C. Este gramático nombraba ocho partes de la oración gramatical; o diez partes, según otros gramáticos mencionados por Lenz. Sin embargo, estas partes de la oración que tradicionalmente han sido estudiadas por los gramáticos tradicionales deben considerarse en la cadena interdiscursiva, y no como partes de la oración gramatical.

Platón, filósofo griego, (c. 427 a. C - c. 347 a. C.), nombra dos partes estructurales de la oración gramatical: ὄνομᾰ y ῥῆμα: onoma y rhema; nombre y verbo. En realidad, para su época, Platón resulta muy adelantado en cuestiones de análisis sintáctico y no como los nombrados en el párrafo anterior que deconstruyen la oración en ocho o diez partes. Basado en la ponencia de Platón, el nombre o sustativo esencialmente funciona como el núcleo del sujeto de la oración; y el verbo, como el núcleo del predicado verbal.

Modernamente, con la aparición de la Gramática generativa-transformativa presentada por Noam Chomsky en 1957 en su tesis doctoral Syntactic Structures, (“Estructuras Sintácticas”), tanto el nombre como el verbo Chomsky los presenta como una proyección (“Principio de Proyección”) en la forma de un sintagma nominal (SN: det + adj + N + Prop adj, opcional) con el nombre como núcleo, con la opción a incrustar una proposición adjetiva, o de relativo; el verbo o sintagma verbal (SV + SN + Sprep + Sprep) como otra proyección que incluye al verbo como el núcleo, el objeto directo en una oración transitiva y un objeto indirecto, y un sintagma adverbial; tradicionalmente conocido como el complemento circunstancial, que otras veces puede ser un complemento benefactivo.

Por otro lado, el nombre como sujeto ha sido tradicionalmente considerado como independiente del verbo, dándole la función de agente a la persona, animal o cosa que ejecuta la acción, y en quien recae la acción del verbo; también el sujeto ha sido considerado como explícito, omiso, implícito, callado, desinencial o impersonal . Asimismo, el predicado puede ser verbal o nominal, en palabras de los gramáticos tradicionales, incluyendo a la Real Academia Española (RAE). Sin embargo, todo esto ha cambiado con la teoría sintáctica (Syntactic Structures) introducida por el lingüista estadounidense, Noam Chomsky, a mediados del siglo pasado. Por ejemplo, no todo sujeto ejecuta la acción; porque si decimos “el niño duerme”, él no ejecuta la acción, sino que la experimenta. Si por otro lado, decimos “el terremoto destruyó el edificio”, el sujeto no es agente de la acción, sino la acausa de la destrucción; entonces hablamos de un sujeto causativo. Tampoco un animal o cosa puede constituirse en sujeto agente, porque no es racional ni tiene la intención de ejecutar una determinada acción. Así pudiera continuar dando características del sujeto de la oración gramatical, pero prefiero no complicar esta breve nota gramatical.

El sujeto de la oración pasiva: tradicionalmente, este sujeto ha recibido la designación de sujeto paciente; pero resulta que esta oración es producto de una transformación, por la cual el sujeto gramatical se ha convertido en un complemento preposicional despojándose de la función de sujeto; porque ningún sujeto puede ir precedido por una preposición; a menos que el OD los constituya una persona o cosa personificada. Ejemplo: “El atleta ganó la competencia” es una oración activa que puede transformarse en pasiva: “La competencia fue ganada por el atleta”. Lo que funcionó como el sujeto de la oración, ahora se ha transformado en un complemento preposicional causal, (o complemento agente según la tradición gramatical). Por otro lado, lo que funcionó como el objeto directo (la competencia) ahora funciona como el sujeto de la oración pasiva; pero no puede recibir la designación de “paciente”, porque es un nombre abstracto.

En resumen, el sujeto puede ser agente, experimentante o causal. También, puede estar presente léxicamnte en la oración, o dejar una huella (Chomsky: Teoría de la huella), por estar ausente léxicamente, pero obvio semánticamente. Los gramáticos tradicionales le han dado diferentes designaciones al sujeto cuando está ausente léxicamente en la oración gramatical.

Pasando a la función del verbo como núcleo del predicado verbal, comenzaré por exponer que el verbo asigna caso abstracto al sujeto como argumento externo (Chomsky: Caso abstracto), y toma en cuenta la calidad semántica del sujeto si se trata de un humano, un animal o un objeto de la naturaleza, como en el caso del terremoto que destruyó el edificio. Por ejemplo, no podemos decir que “el “tigre” cometió un asesinato” (gramaticalmente correcta, pero semánticamente rechazada) porque no es humano; si la palabra “terremoto” funciona como el sujeto de una oración gramatical, no le damos la función de agente, porque no es humano. La acción en este caso no es intencional, mucho menos planificada, sino causal.

Siguiendo con la función del verbo como el núcleo del predicado, la asignación de los elementos que dependen de él, deben llenar ciertos requisitos como la transitividad real, la transitividad aparente, la doble transitividad o la intransitividad. Pero “Las partes de la oración” se dan solamente en la estructura de la cadena discursiva; no como partes de la oración gramatical. Fuera de ella son elementos aislados con funciones potenciales. En cuanto a la transitividad, hay verbos de transitividad aparente, como “Bernabé me dio la mano”. Esta oración no puede ser transformada en pasiva: “*La mano me fue dada por Bernabé”. El asterisco al comienzo de la oración indica que no es gramatical, y semánticamente rechasada.

 Sabemos que una oración con verbo de transitividad real, puede ser transformada en una oración pasiva, por ejemplo: “Jacinto pateó la pelota”; gramaticalmente puede ser transformada en pasiva: “la pelota fue pateada por Jacinto”.  Pero la transitividad real no para ahí. Por ejemplo: “El profesor entregó varios libros a sus estudiantes, para el presente curso”. Esta oración es susceptible de sufrir varias transformaciones sintácticas, porque cuantos más nodos haya en la estructura oracional, más posibilidades se presentan en la transformación.

Por ejemplo: primera transformación, “Él entregó varios libros a sus estudiantes, para el presente curso”. Segunda transformación: “Él los entregó a sus estudiantes, para el presente curso”. Tercera transformación: Él se los entregó, para el presente curso”. Cuarta transformación: “Él se los entregó, para este curso”.

Al analizar sintácticamente la oración: “El profesor entregó varios libros a sus estudiantes, para el presente curso”, notamos que la oración tiene varios nodos o puntos de conexión en la cadena de troncos dominantes, tales como núcleo de un sintagma nominal, núcleo de un sintagma verbal que domina un núcleo de objeto directo (SN) y un sintagma preposicional (Sprep) encabezado por una preposición y un sintama nominal (SN), más otro sintagma nominal (SN). Veamos el análisis estructural de la citada oración:

El profesor (Det + N): Determinante (El) profesor (N) núcleo del sintagma nominal.

Entregó (Vtr) varios libros (OD) a sus estudiantes (OI): Entregó, verbo como núcleo del predicado, con dominio sobre un objeto directo (varios libros) y un objeto indirecto (a sus estudiantes)

Volvamos al sujeto: El profesor, puede ser sustituido por un pronombre personal (Él), ya que este pronombre se proyecta en la cadena oracional como un sintagma nominal: el profesor (Él primer nodo).

Entregó: verbo que no puede ser sustituido por ningún otro elemento léxico por ser el núcleo o nodo más importante de cualquier oración gramaatical. De hecho, el verbo es el único elemento de la oración gramatical que puede constituir una oración completa. Ejemplo: Tembló (No necesita sujeto ni demás argumentos internos).

Además, según la gramática generativa, el verbo asigna caso abstracto a un argumento externo que funciona como el sujeto, proyectable como un sintagma nominal (SN); y a un argumento interno que funciona como objeto directo (OD), proyectable como un sintagma nominal (SN) o sintagma preposicional (Sprep) si se trata de una persona o cosa personificada (varios libros), más un sintagma preposicional (Sprep) con función de objeto indirecto (a los estudiantes); y además le puede asignar caso a otro sintagma preposicional con función adverbial (SAdv), o como se conoce también como complemento circunstancial: (para el presente curso); o puede haber un complemento benefactivo en otros casos.

Como se nota por el análisis sintáctico, el verbo, como asignador de caso abstracto, es el nodo principal que pueden depender de él varios otros nodos con distintas funciones sintácticas, como se ha demostrado en la oración que nos ocupa.

De manera que las ocho partes de la oración gramatical que señalaba Dionisio de Tracia, y otros gramáticos tradicionales, sólo pueden ser consideradas en la cadena interdiscursiva, como queda dicho, pero no como los elementos principales de la oración gramatical; porque no son elementos constituyentes inmediatos de la oración gramatical. En el análisis sintáctico practicado a la oración referida en este escrito, ha quedado demostrado cuáles son los dos núcleos medulares que constituyen la oración gramatical: SN + SV). También ha quedado demostrado que ambos núcleos tienen la propiedad sintáctica de proyectarse para formar sintagmas con distintas funciones. Si no fuera así, no se podrían construir oraciones complejas para formar párrafos en la cadena discursiva.

Por lo tanto, Platón es el filósofo griego que ha formulado los núcleos principales de cualquier oración gramátical: el nombre y el verbo; aunque Platón los considera elementos principales para la comunicación. Sin embargo, la gramática generativa-transformativa adelanta la propiedad de estos dos núcleos de proyectarse (“Principio de Proyección”) como sintagmas con sus respectivas ramificaciones (nodos) con funciones sintácticas asignadas por el verbo, elemento indispensable para constituir oraciones gramaticales.

REFERENCIAS

Chomsky, Noam, Syntactic Structures, 1957

Chomsky, Aspects of the Theory of Syntax, 1965

Chomsky, The Minimalist Program, 1995

Dionisio de Tracia, Las partes de la oración

Lenz, Rodolfo, Categorías en La oración y sus partes, (1920)

Platón (428 a.C. - 348 o 347 a.C.), Onoma y Rhema: El nombre y el Verbo, Crátilo; la base de la Comunicación