LA ORALIDAD
EN LA LITERATURA CONTEMPORÁNEA
“Convertir
lo local en alta literatura”
Amadeo
Albuquerque Lara
Leyendo el
diario digital El País de España me encontré una publicación de la periodista y
escritora Berna González Harbour acerca de la tendencia literaria en novelistas
nacidos en los años noventa. El título de la publicación es “Una generación de
escritores se rebela contra el lenguaje estándar y recupera la oralidad en su
literatura”. Se trata de abandonar los viejos esquemas de la literatura
española basada en el lenguaje de los diccionarios academicistas y dar carta de
ciudadanía a los localismos y regionalismos en las voces de los personajes de
sus novelas, “que se rien de lo normativo”. La escritora Berna González hace un
análisis de la literatura de ciertos autores que dan acogida al lenguaje oral
en sus respectivas novelas, especialmente cuando se refiere a la novela de
Andrea Abreu, “Panza de burro”.
En el
territorio de España, país en donde se asienta la Real Academia Española de la
Lengua, cuyo lema es “Limpia, fija y da esplendor”, un grupo de escritores
nacidos en los años noventa han enfocado sus novelas literarias en el lenguaje
oral de sus respectivas regiones y localidades. Lo que los gramáticos
tradicionales han calificado como vulgarismos, refiriéndose al lenguaje oral, ahora
ese lenguaje local y regional, ha tomado asiento y carta de ciudadanía en la alta
literatura española. Berna González Harbour (1965) periodista y escritora, exsubdirectora
del diario El País, en un artículo publicado por este diario, cita al grupo de
escritores nacidos en los noventa, quienes han roto con el lenguaje normativo
para darle lugar a la oralidad en la literatura de altura, un lenguaje que “no
está en los diccionarios y que se ríe de lo normativo” (Autora citada).
Entre los
autores nacidos en los noventa, la autora cita a Luis Mario (Cantabria, 1992),
David Uclés (Úbeda, España, 1990); Greta García (Sevilla, España, 1992), y Andrea
Abreu (Tenerife, Canarias, 1995), entre otros. Abreu rompió los esquemas en
2020 con su novela “Panza de burro”, mediante el uso de un lenguaje que
no lo registran los diccionarios academicistas. En la novela “Panza de burro”,
“El lenguaje usado es coloquial que rompe la sintaxis con expresiones que
reflejan el habla del barrio de las protagonistas que es también el de la
autora.[2]
Lo hace con el lenguaje y expresiones que ella empleaba de niña, copiado de su
abuela”. La novela usa un lenguaje coloquial de las Islas Canarias. (Autora
citada).
La frase
“panza de burro” se refiere a una acumulación de nubes que muestran una
estructura ondulada o encrespada, que es similar a la apariencia que dibujan las
costillas en la panza de los burros. La novela se refiere a la imagen de la
acumulación de nubes, así: “El título, a secas, remite a un fenómeno
meteorológico típicamente tinerfeño (relativo a Tenerife) que corresponde a una
espesa capa de nubes” (Autora citada). En Nicaragua, la hierba “panza de burro”
es una variedad que crece espontánea. Es una hierba que las personas del campo
llaman “panza de burro”, por su apariencia ondulada, como de un cabello encrespado.
“Sabina
Urraca cree que la literatura en España ha sido “absurdamente normativa hasta
hace muy poco”. Y que el resultado es “un lenguaje homogéneo y la pérdida de
una riqueza lingüística que en Latinoamérica han tenido clara y han tomado de
forma natural desde el principio” (Idem). Efectivamente, los novelistas
nicaragüenses que han hecho su entrada en la literatura costumbrista son: José
Román poeta leonés (1906 - 1983), con su novela “Cosmapa”; Adolfo Calero Orozco
(Managua,1931 - 2012), con sus novelas “Éramos cuatro” y “Sangre santa”, Carlos Alemán Ocampo narrador,
lingüista y académico nacido en Diriá, Granada (1941), con sus novelas “Vida y amores de Alonso
Palomino” (2001) y “Las fantásticas aventuras de Juan Parado” (2002) ambas
basadas en el lenguaje oral de sus personajes; “Lengua madre” del doctor César
Ramírez Fajardo, médico pediatra y maestro del Son Nica, en su libro recoge el
lenguaje que usan las madres en su consultorio de pediatría, lenguaje muy
florido, lleno de metáforas y símiles altamente populares y típicamente
nicaragüenses. Me limito a citar sólo unos cuantos escritores y narradores
nicaragüenses, sin tomar en cuenta la cantidad de historias de la literatura
popular como “Cuentos de Camino”, la Cegua, El Cadejo, El tío conejo y el tío
coyote; el narrador de cuentos fantásticos Juan Ventura, y un largo etcétera.
En la
literatura latinoamericana, cito la novela “La fiesta del chivo” de Mario Vargas
Llosa (Arequipa, Perú, 1936), en la cual usa el lenguaje de Trujillo. En la
novela “La Muerte de Artemio Cruz" de Carlos Fuentes (México, 1928-2012), el
lenguaje oral se utiliza para dirigirse a los personajes del pasado, reviviendo
diálogos y situaciones, lo que otorga una sensación de oralidad y
espontaneidad. “La casa de los espíritus” de Isabel Allende (Lima, Perú, 1942);
por supuesto “fue alimentada por la mágica oralidad de su abuela paterna” (difusióncientífica.info).
Finalmente,
y para no dejar por fuera los orígenes de la literatura oral española medieval,
no se puede obviar “Refranes que dizen las viejas tras el fuego” del
Marqués de Santillana, refranes llenos de sabiduría popular. “Dado que poca gente sabía leer y escribir (y
quien sabía lo hacía en latín), los textos literarios se transmitían casi
exclusivamente en forma oral. Dentro de esta tradición oral se prefería el
verso, que era más fácil de memorizar y podía ir acompañado de música”
(Crédito: Hiro.eus). Uno de los primeros ejemplos de esta literatura es el
“Poema del Cid”, cuya versión escrita se la debemos a Per Abat o Pedro Abad. Hay
que hacer notar que el Poema de Mio Cid se difundió primero por los
juglares en las plazas y lugares públicos, acompañados por instrumentos
musicales. Sin ir más allá de otras obras de carácter popular y humorísticas de
la literatura clásica española.
CONCLUSIÓN
Esta breve
nota sobre la oralidad en la literatura española, especialmente la producción
literaria de los novelistas nacidos en los años noventa, también se ha referido
a unos pocos escritores y narradores nicaragüenses
y latinoamericanos. Mi especialidad no es la Literatura española ni la Literatura
Nicaragüense ni tampoco la Latinoamericana; pero como estudioso del lenguaje me
interesa el uso de la oralidad, especialmente local o regional que los
narradores y novelistas costumbrista ponen en el habla de los personajes. CarlosMántica
se interesó por “El habla nicaragüense” y el escritor polígrafo y
académico doctor Jorge Eduardo Arellano dedicó un libro a “El español en
Nicaragua”, sin nombrar los incontables artículos y ensayos publicados en
diferentes medios de comunicación.
Ligeramente,
esta nota se ha referido a unos pocos narradores y novelistas costumbristas
nicaragüenses; y a unos cuantos novelistas latinoamericanos cuyas obras
destacan el lenguaje oral como producto de las hablas de los lugares y regiones
de origen de sus personajes. Más bien esta breve nota se basó en el artículo de
la periodista y escritora Berna González Harbour publicado por el diario El
País de España, de cuyo diario fue subdirectora. Basado en el citado artículo,
este autor buscó unos cuantos ejemplos en la literatura costumbrista de autores
nicaragüenses y latinoamericanos. Efectivamente, este grupo de escritores
nacidos en los noventa han priorizado la oralidad, los localismos y
regionalismos antes que encumbrarse en el lenguaje de los académicos españoles.
Ya nuestros novelistas nicaragüenses y latinoamericanos se habían adelantado en
poner en boca de sus personajes, el lenguaje de su localidad y región.
“Inés
Fernández-Ordóñez, filóloga y académica de la RAE, constata que el acceso a la
educación y a los modelos difundidos por los medios y las redes está detrás de
la tendencia global a perder los rasgos dialectales. Sin embargo, los dialectos
persisten. Esos rasgos son marcadores identitarios grupales que cumplen una
función en sus comunidades”” (Citada por González Harbour).
REFERENCIAS
Diferentes
sitios de Internet
difusióncientífica.info
El País.com
> Cultura, edición digital
González
Harbour, Berna, diario El País de España, edición digital
Hiro.eus