sábado, 8 de marzo de 2025

 

NOEMÍ LA SUEGRA EJEMPLAR

Elogio a la suegra y a la nuera, unión inquebrantable de fe y conducta.

Amadeo Albuquerue Lara

Noemí significa dulzura en hebreo, y era la suegra de Rut la moabita. Rut fue antepasada del rey David y esposa de Elimelec efrateo. Quiere decir que Elimelec era de la ciudad Efrata, posteriormente llamada Belén de Judá, ciudad donde nació Jesús. Cuando murió su marido, Noemí quedó viuda al cuidado de sus dos nueras, quienes también eran viudas. Una de sus nueras se llamaba Orfa, y la otra, Rut. Al sentirse sola, Noemí decidió regresar a la tierra de sus padres para tener la compañía y apoyo de sus familiares.

Debido a una hambruna en Efrata, Elimelec, su mujer Noemí y sus dos hijos se fueron a vivir a los campos de Moab, lugar en donde se casaron sus dos hijos, Mahlón y Quelión, después que murió el padre de ellos. Estando allí, sus hijos buscaron esposas entre las mujeres de Moab, pero después de algunos años los dos hijos de Noemí murieron y sus nueras quedaron viudas al lado de Noemí. Después de un tiempo, Noemí decidió regresar a Efrata para contar con el apoyo de sus familiares. Entonces les dijo a sus dos nueras que regresaran a vivir con sus padres y a sus dioses porque ya ella no tenía posibilidades de tener más hijos que se casaran con ellas. Orfa regresó a casa de sus padres, pero Rut decididamente se quedó para acompañar a su suegra. Por esta decisión de Rut han quedado sus palabras como un testimonio de fidelidad a su suegra y al Dios de ella. He aquí sus palabras.

Respondió Rut: No me ruegues que te deje, y me aparte de ti; porque a dondequiera que tú fueres, iré yo, y dondequiera que vivieres, viviré. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios. 17 Donde tú murieres, moriré yo, y allí seré sepultada; así me haga Jehová, y aun me añada, que solo la muerte hará separación entre nosotras dos. 18 Y viendo Noemí que estaba tan resuelta a ir con ella, no dijo más” (Rut 1:16-18).

Las palabras expresadas por Rut son un testimonio lapidario de la calidad de educación que Noemí les brindó tanto a sus dos hijos, como a sus dos nueras. También son una perla preciosa del concepto que tenían sus nueras, especialmente Rut. Pero no sólo brindó buen trato Noemí a sus dos nueras, sino que les dio ejemplo de una vida entregada a su Dios; pues Rut le afirma a su suegra que su pueblo será su pueblo y el Dios de su suegra, su Dios. Muy lejos estaba el concepto que tienen las nueras y los yernos de algunas suegras fastidiosas por no aceptar que sus hijos ya no les pertenecen, sino que se han unido a sus parejas para formar una sola carne.

Además, Rut le asegura a su suegra que no la abandonará sino por la muerte, y que donde su suegra muriere allí será ella sepultada. El amor de Rut por su suegra Noemí es igual o mejor que el amor de una hija. El testimonio de Rut y Noemí debe servir de ejmplo y modelo tanto para las suegras, como para las nueras y los yernos. Por eso he querido elogiar el comportamiento que se dio entre Noemí y Rut; entre suegra y nuera, por el testimonio de ambas que lejos de expresar resentimientos y descontentos familiares, son una joja preciosa que merece el elogio y la alabanza.

Hoy 8 de marzo de 2025, fecha en que se recuerda a la mujer nicaragüense, brindo este elogio a la fe y comportamiento de dos personas que supieron comprender lo que significa el anexo de otro miembro a la familia sanguínea. La suegra no debe ver a su nuera como una rival porque ahora el hijo le pertenece a su esposa; y así debe ser según la Biblia: “Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne” (Génesis 2:24).

Eso lo dice la Biblia y es ley de la vida. Todos hemos hecho lo mismo cuando nos unimos al ser que formaría la nueva familia. Ni la suegra debe intervenir en las decisiones de la nueva familia, ni la nuera debe comportarse como enemiga de su suegra. Por tanto, hay que obececer el mandato de la Biblia, y seguir el ejemplo de Noemí y Rut.

 

viernes, 7 de marzo de 2025

 

LAS PARTES DE LA ORACIÓN GRAMATICAL

Amadeo Albuquerque Lara

El gramático y filósofo alemán, Rodolfo Lenz (1863-1938), escribió un libro sobre “Categorías en La oración y sus partes” (1920). Lenz menciona a Dionisio de Tracia, filósofo griego que vivió entre 170 y el 90 a. C. Este gramático nombraba ocho partes de la oración gramatical; o diez partes, según otros gramáticos mencionados por Lenz. Sin embargo, estas partes de la oración que tradicionalmente han sido estudiadas por los gramáticos tradicionales deben considerarse en la cadena interdiscursiva, y no como partes de la oración gramatical.

Platón, filósofo griego, (c. 427 a. C - c. 347 a. C.), nombra dos partes estructurales de la oración gramatical: ὄνομᾰ y ῥῆμα: onoma y rhema; nombre y verbo. En realidad, para su época, Platón resulta muy adelantado en cuestiones de análisis sintáctico y no como los nombrados en el párrafo anterior que deconstruyen la oración en ocho o diez partes. Basado en la ponencia de Platón, el nombre o sustativo esencialmente funciona como el núcleo del sujeto de la oración; y el verbo, como el núcleo del predicado verbal.

Modernamente, con la aparición de la Gramática generativa-transformativa presentada por Noam Chomsky en 1957 en su tesis doctoral Syntactic Structures, (“Estructuras Sintácticas”), tanto el nombre como el verbo Chomsky los presenta como una proyección (“Principio de Proyección”) en la forma de un sintagma nominal (SN: det + adj + N + Prop adj, opcional) con el nombre como núcleo, con la opción a incrustar una proposición adjetiva, o de relativo; el verbo o sintagma verbal (SV + SN + Sprep + Sprep) como otra proyección que incluye al verbo como el núcleo, el objeto directo en una oración transitiva y un objeto indirecto, y un sintagma adverbial; tradicionalmente conocido como el complemento circunstancial, que otras veces puede ser un complemento benefactivo.

Por otro lado, el nombre como sujeto ha sido tradicionalmente considerado como independiente del verbo, dándole la función de agente a la persona, animal o cosa que ejecuta la acción, y en quien recae la acción del verbo; también el sujeto ha sido considerado como explícito, omiso, implícito, callado, desinencial o impersonal . Asimismo, el predicado puede ser verbal o nominal, en palabras de los gramáticos tradicionales, incluyendo a la Real Academia Española (RAE). Sin embargo, todo esto ha cambiado con la teoría sintáctica (Syntactic Structures) introducida por el lingüista estadounidense, Noam Chomsky, a mediados del siglo pasado. Por ejemplo, no todo sujeto ejecuta la acción; porque si decimos “el niño duerme”, él no ejecuta la acción, sino que la experimenta. Si por otro lado, decimos “el terremoto destruyó el edificio”, el sujeto no es agente de la acción, sino la acausa de la destrucción; entonces hablamos de un sujeto causativo. Tampoco un animal o cosa puede constituirse en sujeto agente, porque no es racional ni tiene la intención de ejecutar una determinada acción. Así pudiera continuar dando características del sujeto de la oración gramatical, pero prefiero no complicar esta breve nota gramatical.

El sujeto de la oración pasiva: tradicionalmente, este sujeto ha recibido la designación de sujeto paciente; pero resulta que esta oración es producto de una transformación, por la cual el sujeto gramatical se ha convertido en un complemento preposicional despojándose de la función de sujeto; porque ningún sujeto puede ir precedido por una preposición; a menos que el OD los constituya una persona o cosa personificada. Ejemplo: “El atleta ganó la competencia” es una oración activa que puede transformarse en pasiva: “La competencia fue ganada por el atleta”. Lo que funcionó como el sujeto de la oración, ahora se ha transformado en un complemento preposicional causal, (o complemento agente según la tradición gramatical). Por otro lado, lo que funcionó como el objeto directo (la competencia) ahora funciona como el sujeto de la oración pasiva; pero no puede recibir la designación de “paciente”, porque es un nombre abstracto.

En resumen, el sujeto puede ser agente, experimentante o causal. También, puede estar presente léxicamnte en la oración, o dejar una huella (Chomsky: Teoría de la huella), por estar ausente léxicamente, pero obvio semánticamente. Los gramáticos tradicionales le han dado diferentes designaciones al sujeto cuando está ausente léxicamente en la oración gramatical.

Pasando a la función del verbo como núcleo del predicado verbal, comenzaré por exponer que el verbo asigna caso abstracto al sujeto como argumento externo (Chomsky: Caso abstracto), y toma en cuenta la calidad semántica del sujeto si se trata de un humano, un animal o un objeto de la naturaleza, como en el caso del terremoto que destruyó el edificio. Por ejemplo, no podemos decir que “el “tigre” cometió un asesinato” (gramaticalmente correcta, pero semánticamente rechazada) porque no es humano; si la palabra “terremoto” funciona como el sujeto de una oración gramatical, no le damos la función de agente, porque no es humano. La acción en este caso no es intencional, mucho menos planificada, sino causal.

Siguiendo con la función del verbo como el núcleo del predicado, la asignación de los elementos que dependen de él, deben llenar ciertos requisitos como la transitividad real, la transitividad aparente, la doble transitividad o la intransitividad. Pero “Las partes de la oración” se dan solamente en la estructura de la cadena discursiva; no como partes de la oración gramatical. Fuera de ella son elementos aislados con funciones potenciales. En cuanto a la transitividad, hay verbos de transitividad aparente, como “Bernabé me dio la mano”. Esta oración no puede ser transformada en pasiva: “*La mano me fue dada por Bernabé”. El asterisco al comienzo de la oración indica que no es gramatical, y semánticamente rechasada.

 Sabemos que una oración con verbo de transitividad real, puede ser transformada en una oración pasiva, por ejemplo: “Jacinto pateó la pelota”; gramaticalmente puede ser transformada en pasiva: “la pelota fue pateada por Jacinto”.  Pero la transitividad real no para ahí. Por ejemplo: “El profesor entregó varios libros a sus estudiantes, para el presente curso”. Esta oración es susceptible de sufrir varias transformaciones sintácticas, porque cuantos más nodos haya en la estructura oracional, más posibilidades se presentan en la transformación.

Por ejemplo: primera transformación, “Él entregó varios libros a sus estudiantes, para el presente curso”. Segunda transformación: “Él los entregó a sus estudiantes, para el presente curso”. Tercera transformación: Él se los entregó, para el presente curso”. Cuarta transformación: “Él se los entregó, para este curso”.

Al analizar sintácticamente la oración: “El profesor entregó varios libros a sus estudiantes, para el presente curso”, notamos que la oración tiene varios nodos o puntos de conexión en la cadena de troncos dominantes, tales como núcleo de un sintagma nominal, núcleo de un sintagma verbal que domina un núcleo de objeto directo (SN) y un sintagma preposicional (Sprep) encabezado por una preposición y un sintama nominal (SN), más otro sintagma nominal (SN). Veamos el análisis estructural de la citada oración:

El profesor (Det + N): Determinante (El) profesor (N) núcleo del sintagma nominal.

Entregó (Vtr) varios libros (OD) a sus estudiantes (OI): Entregó, verbo como núcleo del predicado, con dominio sobre un objeto directo (varios libros) y un objeto indirecto (a sus estudiantes)

Volvamos al sujeto: El profesor, puede ser sustituido por un pronombre personal (Él), ya que este pronombre se proyecta en la cadena oracional como un sintagma nominal: el profesor (Él primer nodo).

Entregó: verbo que no puede ser sustituido por ningún otro elemento léxico por ser el núcleo o nodo más importante de cualquier oración gramaatical. De hecho, el verbo es el único elemento de la oración gramatical que puede constituir una oración completa. Ejemplo: Tembló (No necesita sujeto ni demás argumentos internos).

Además, según la gramática generativa, el verbo asigna caso abstracto a un argumento externo que funciona como el sujeto, proyectable como un sintagma nominal (SN); y a un argumento interno que funciona como objeto directo (OD), proyectable como un sintagma nominal (SN) o sintagma preposicional (Sprep) si se trata de una persona o cosa personificada (varios libros), más un sintagma preposicional (Sprep) con función de objeto indirecto (a los estudiantes); y además le puede asignar caso a otro sintagma preposicional con función adverbial (SAdv), o como se conoce también como complemento circunstancial: (para el presente curso); o puede haber un complemento benefactivo en otros casos.

Como se nota por el análisis sintáctico, el verbo, como asignador de caso abstracto, es el nodo principal que pueden depender de él varios otros nodos con distintas funciones sintácticas, como se ha demostrado en la oración que nos ocupa.

De manera que las ocho partes de la oración gramatical que señalaba Dionisio de Tracia, y otros gramáticos tradicionales, sólo pueden ser consideradas en la cadena interdiscursiva, como queda dicho, pero no como los elementos principales de la oración gramatical; porque no son elementos constituyentes inmediatos de la oración gramatical. En el análisis sintáctico practicado a la oración referida en este escrito, ha quedado demostrado cuáles son los dos núcleos medulares que constituyen la oración gramatical: SN + SV). También ha quedado demostrado que ambos núcleos tienen la propiedad sintáctica de proyectarse para formar sintagmas con distintas funciones. Si no fuera así, no se podrían construir oraciones complejas para formar párrafos en la cadena discursiva.

Por lo tanto, Platón es el filósofo griego que ha formulado los núcleos principales de cualquier oración gramátical: el nombre y el verbo; aunque Platón los considera elementos principales para la comunicación. Sin embargo, la gramática generativa-transformativa adelanta la propiedad de estos dos núcleos de proyectarse (“Principio de Proyección”) como sintagmas con sus respectivas ramificaciones (nodos) con funciones sintácticas asignadas por el verbo, elemento indispensable para constituir oraciones gramaticales.

REFERENCIAS

Chomsky, Noam, Syntactic Structures, 1957

Chomsky, Aspects of the Theory of Syntax, 1965

Chomsky, The Minimalist Program, 1995

Dionisio de Tracia, Las partes de la oración

Lenz, Rodolfo, Categorías en La oración y sus partes, (1920)

Platón (428 a.C. - 348 o 347 a.C.), Onoma y Rhema: El nombre y el Verbo, Crátilo; la base de la Comunicación

sábado, 8 de febrero de 2025

 

PARÁBOLA DEL TRIGO Y LA CIZAÑA

Amadeo Albuquerque Lara

Los estudiosos del evangelio de Mateo han identificado siete secciones de principio a fin:  1] El nacimiento de Jesucristo y ministerio de Juan el Bautista; los 5] discursos de Jesús; y 7] el discurso del final del siglo (Crédito: “El Evangelio de Mateo”, Verbo Divino). Además, los estudiosos del evangelio de Mateo han titulado el capítulo 13, “El discurso de las parábolas” (Crédito: Enciclopedia Mercabá). Este artículo se concentra en el capítulo trece, que entre las siete parábolas, Jesús narra la del trigo y la cizaña. Esta parábola contiene una mina de enseñanzas para creyentes y estudiosos de los Evangelios, mina que no podré explorar en este corto espacio.

En este capítulo Jesús sale de la casa donde se hospeda, probablemente en la casa de Pedro, en Capernaum o Cafarnaún junto con algunos de sus discípulos. La ciudad de Capernaum o Cafarnaún estaba junto al mar de Galilea, según lo confirma la Encyclopedia Britannica: “during the period of Jesus’ ministry Peter lived in Capernaum, at the northwest end of the Sea of Galilee, where he and his brother St. Andrew were in partnership as fishermen with St. James and St. John, the sons of Zebedee (Gospel According to Luke 5:10)” (Crédito: Encyclopedia Britannica, Capharnaum the Town of Jesus).

 Por otra parte, según descubrimientos arqueológicos en 1968 por los franciscanos, se cree que era la casa del apóstol Pedro, de acuerdo con las ruinas encontradas. Jesús se dirige a la multitud junto a la playa, narra las parábolas sin brindar interpretación de ellas a la multitud. Jesús despide a la audiencia en la playa; sus discípulos le preguntan por qué enseña por parábolas. Él les explica por qué y entra de regreso a la casa. La razón que Jesús les da a sus discípulos de por qué enseña por parábolas, es porque esos oyentes nunca creerán en sus enseñanzas: “Porque el corazón de este pueblo se ha engrosado, Y con los oídos oyen pesadamente, Y han cerrado sus ojos; Para que no vean con los ojos, Y oigan con los oídos, Y con el corazón entiendan, Y se conviertan, Y yo los sane” (Mateo 13:15).

No es que Dios discrimine a quiénes salvará y a quiénes no. La causa está en el corazón empedernido de quienes se cierran a recibir y obedecer las enseñanzas de su Palabra. Hay quienes oyen, pero no escuchan. Ven, pero no aceptan lo que ven.  Pero, volvamos a la parábola del trigo y la cizaña.

Ya en la casa donde Jesús posaba, sus discípulos le piden la interpretación de la parábola de la cizaña, referida en los versículos 24-30 del capítulo 13. La explicación se encuentra en la segunda parte comprendida en los versículos 36-43.

Como se ha dicho, el capítulo trece de Mateo es “el Discurso de las Parábolas”. En este capítulo hay siete parábolas: 1) La parábola del sembrador, 2) la parábola de la cizaña, 3) la parábola de la semilla de mostaza, 4) la parábola de la levadura, 5) la parábola del tesoro escondido, 6) la parábola de la perla de gran precio; y 7) la parábola de la red que recoge toda clase de peces. Todas ellas están repletas de ricas lecciones para quienes lean y escudriñen las Escrituras.

En este estudio, voy a destacar y analizar la segunda de las siete parábolas: la que se refiere al “trigo y la cizaña”. Las otras seis parábolas requieren un estudio separado de cada una de ellas. Esta parábola de la cizaña se encuentra dividida en dos secciones, como se detallará a continuación:

La primera parte comprende los versículos 24 al 30; en esta sección Jesús relata que a) “un hombre”; en este caso, el dueño del campo, sembró la buena semilla, b) los trabajadores se duermen (el peligro del descuido); c) “un enemigo” siembra semillas de cizaña, d) los siervos le preguntan si arrancan la cizaña, pero el dueño del campo les dice que no, por el peligro de arrancar también el trigo; e) La cizaña será quemada “al final de la siega”. Todos estos elementos comprendidos en la primera parte de la parábola, tendrán su interpretación en la segunda parte, a la cual este estudio le dedica mucha atención debido a su interpretación escatológica.

La segunda parte de la parábola, en la cual Jesús se la interpreta a sus discípulos, se encuentra en los versículos 36-43. Jesús despide a la multitud, entra en la casa en donde vive en Capernaum y sus discípulos le piden que les explique la parábola de la cizaña. Jesús les enumera las siete partes en que se divide la parábola y su respectivo significado. Obsérvese el significado bíblico del número 7 en este evangelio de Mateo y en otros escritos del Nuevo Testamento. A continuación, el Señor Jesús les interpreta la parábola en estudio.

1] El que siembra la buena semilla es el Hijo del Hombre. 2] 38 El campo es el mundo; 3] la buena semilla son los hijos del reino, 4] la cizaña son “los hijos del malo”. 5] 39 El enemigo que la sembró es el diablo; 6] la siega es “el fin del siglo”; y 7] los segadores son los ángeles.

Entre las siete partes de la parábola voy a destacar la del “Hijo del Hombre” y la del “fin del siglo”, porque ambas contienen ricas interpretaciones que se extienden desde el Antiguo hasta el Nuevo Testamento. Es notorio que Jesús se identifica como “el Hijo del Hombre”. Esta designación no está dicha al azar. El Hijo del Hombre tiene un significado teológico y escatológico que se revela desde el libro de Daniel, hasta el libro de Apocalipsis. Es un título que Jesús utilizó para referirse a sí mismo; porque él sabía la referencia que Daniel hace de él en su libro en el Antiguo Testamento, y lo que será en el “fin del siglo”. A continuación, transcribo las palabras de Daniel en su libro.

Seguí mirando en las visiones nocturnas, y he aquí, con las nubes del cielo venía uno como un Hijo de Hombre, que se dirigió al Anciano de Días y fue presentado ante Él. 14 Y le fue dado dominio, gloria y reino[h], para que todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieran. Su dominio es un dominio eterno que nunca pasará, y su reino uno que no será destruido” (Daniel 7:13-14 LBLA). Las restantes citas son tomadas de la versión Reina Valera 1960. Destacado es mío.

En el libro de Daniel el "Hijo del Hombre" se refiere a Jesucristo, como representante de la humanidad que también representa características divinas. El título sólo le cabe a la persona Dios-Hombre: el Dios hecho carne. Es Dios con nosotros. Es el cumplimiento del Tabernáculo entre el pueblo de Dios. La persona del Hijo del Hombre en el libro de Daniel es escatológica y una prefigura de la persona de Jesucristo descrita en el libro de Apocalipsis, en 1:13 y 14:14.

“ y en medio de los siete candeleros, a uno semejante al Hijo del Hombre, vestido de una ropa que llegaba hasta los pies, y ceñido por el pecho con un cinto de oro” (Apocalipsis 1:13).

Miré, y he aquí una nube blanca; y sobre la nube uno sentado semejante al Hijo del Hombre, que tenía en la cabeza una corona de oro, y en la mano una hoz aguda” (Apocalipsis 14:14). Destacado es mío.

El Hijo del Hombre es una persona que se le aparece al apóstol Juan, en el libro de Apocalipsis, según ya se ha citado en este escrito. Juan describe la visión que está viendo; pero esta vez es la misma persona la que habla: “17 Cuando le vi, caí como muerto a sus pies. Y él puso su diestra sobre mí, diciéndome: No temas; yo soy el primero y el último; 18 y el que vivo, y estuve muerto; mas he aquí que vivo por los siglos de los siglos, amén. Y tengo las llaves de la muerte y del Hades” (Apoc 1:17-18). Destacado es mio.

Claramente, el Hijo del Hombre es el mismo Señor Jesús, quien es el primero y el último, el que vive, que estuvo muerto; pero vive por los siglos de los siglos. Además, él tiene las llaves de la muerte y del Hades. Quien quiera dar otra interpretación a la figura del Hijo del Hombre, estará torciendo las Sagradas Escrituras. Tanto en el libro de Daniel, como en el libro de Apocalipsis, la persona es la misma. Es el Hijo del Hombre que vive por los siglos de los siglos. Nadie más que el mismo Señor Jesucristo, que en la parábola de la Cizaña es quien siembra la buena semilla.

Los otros cinco elementos de la parábola merecen un estudio profundo de cada una. Debido al espacio al que me he limitado, profundizaré sólo en el primero que se refiere al Hijo del Hombre, y el sexto que se refiere a la “siega del fin del siglo”.

Hay otros elementos que necesitarían un amplio espacio cado uno. Por eso, queda dicho que no hay espacio en este escrito para analizarlos todos. Por ejemplo: 1) el descuido de los trabajadores que se duermen es correferencia con la diez vírgenes fatuas; 2) el mandato de no arrancar las matitas de cizaña;  3) el campo es el mundo; 4) la buena semilla son los hijos del reino; 5) el castigo que ejecutarán sus ángeles a los que sirven de tropiezo y a los que hacen iniquidad para echarlos en el horno de fuego; 6) los justos resplandecerán como el sol en el reino de su Padre (Mateo 13:40-43).

De manera que como se arranca la cizaña, y se quema en el fuego, así será en el fin de este siglo. 41 Enviará el Hijo del Hombre a sus ángeles, y recogerán de su reino a todos los que sirven de tropiezo, y a los que hacen iniquidad, 42 y los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes. 43 Entonces los justos resplandecerán como el sol en el reino de su Padre. El que tiene oídos para oír, oiga” (Mateo 13:40-43).

En el pasaje anterior, el propio Señor Jesús cita al Hijo del Hombre que envía a sus ángeles para recoger a todos los que sirven de tropiezo y a los que hacen iniquidad para echarlos en el horno de fuego. Es el castigo para los “hijos del malo”.

El tema del “fin de este siglo” llamó la atención de los discípulos, tema contenido en el último discurso de Jesús registrado por el evangelista y apóstol Mateo, en el capítulo 24. A este discurso los estudiosos de este evangelio han titulado “el discurso del Olivar” o “del monte de los olivos”, el cual comienza en el verso 3 y termina en el verso 51. Mateo le dedica todo el capítulo 24 al tema del “fin del siglo”, porque obviamente es un capítulo escatológico que también cita el libro de Daniel en el versículo 15. Obsérvese que Jesús y sus discípulos están en el monte de los Olivos, y ellos le preguntan tres cosas que les inquietan: 1) ¿Cuándo serán estas cosas?  2) ¿Qué señal habrá de su venida? y 3) ¿cuándo será el fin del siglo?

 Y estando él sentado en el monte de los Olivos, los discípulos se le acercaron aparte, diciendo: Dinos, ¿cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de tu venida, y del fin del siglo? (Mateo 24:3). Destacado es mío.

El fin del siglo, o el fin del mundo, o el fin del universo son temas escatológicos que llaman la atención de creyentes e investigadores científicos. Los científicos se refieren al final del universo con la hipótesis del “gran desgarro” o “Big Rip”, entre otras hipótesis. La descripción que brindan ellos es muy semejante a la que registra el apóstol Pedro en su segunda epístola.

10 Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas. 11 Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas, ¡cómo no debéis vosotros andar en santa y piadosa manera de vivir, 12 esperando y apresurándoos para la venida del día de Dios, en el cual los cielos, encendiéndose, serán deshechos, y los elementos, siendo quemados, se fundirán13 Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia” (2 Pedro 3:10-13). Destacado es mío.

Si comparamos el texto bíblico con la hipótesis del “gran desgarro”, veremos que hay bastante semejanza. La hipótesis la sostiene el astrónomo ya fallecido, Edwin Hubble. Él asegura que debido a la expansión acelerada del universo, éste sufrirá un gran desgarramiento de todos los elementos. Hubble asegura que el universo se romperá en pedazos. La teoría del Big Rip plantea que la energía oscura superará la fuerza de la gravedad, separando las galaxias, los planetas, las estrellas y todo lo demás. Esto hará que el universo se estire hasta romperse, acabando con el espacio-tiempo tal y como lo conocemos. 

Es la interpretación de la ciencia acerca del fin del universo; no es sólo el final de este siglo, ni el final del planeta Tierra. Es el final del universo, algo más catastrófico, según los científicos. Pero es el “fin del siglo”, en la enseñanza de Jesús a sus discípulos. Muchos estudiosos del Nuevo Testamento se han ocupado de la interpretación de la palabra “siglo”; pero no se trata de un período de cien años; se trata de la segunda venida de Cristo para dar juicio a los malos y recompensa a quienes habrán creído en las enseñanzas contenidas en su Palabra escrita. La segunda venida de Cristo será un momento en el que Jesús regresará a la Tierra con poder y gloria. Y según el libro de Apocalipsis, será el final de esta Tierra y de este cielo, porque habrá una nueva tierra y un nuevo cielo; que no habrá necesidad de la luz del Sol.

“ No habrá allí más noche; y no tienen necesidad de luz de lámpara, ni de luz del sol, porque Dios el Señor los iluminará; y reinarán por los siglos de los siglos” (Apocalipsis 22:5).

CONCLUSIÓN

Este estudio se ha basado en el capítulo 13 del Evangelio de Mateo. El autor de este estudio ha procurado brindar un contexto amplio de todo el libro de Mateo, para luego ubicar la parábola del trigo y la cizaña. Se ha explicado que el capítulo 13 se titula el “Discurso de las Parábolas”, según los estudiosos de Mateo. Se ha dicho que el Evangelio de Mateo se divide en siete partes, y que además, contiene siete parábolas. Se ha dicho también que la parábola del trigo y la cizaña se divide en dos partes; la primera sin la debida interpretación, y la segunda, con la interpretación de Jesús, en la intimidad de la casa en donde probablemente posa en la ciudad de Capernaum.

Por otra parte, este estudio se ha concentrado en la explicación de la persona del Hijo del Hombre, y el fin del siglo. La visión del Hijo del Hombre está basada en el libro de Daniel, clasificado entre los Escritos, por la Biblia hebrea. Las características en el libro de Daniel cobran autoridad en las visiones del apóstol Juan, en el libro de Apocalipsis, como se ha documentado en este escrito.

En cuanto al “fin del siglo”, este estudio se ha basado en el Evangelio de Mateo capítulo 24, siguiendo la referencia que el mismo Señor Jesús hace a sus discípulos en la Parábola del trigo y la cizaña, en el capítulo 13 de Mateo. En tanto que Mateo refiere que la cizaña será recolectada y quemada, más claramente cita las palabras de Jesús con el significado de la “cizaña”: “Enviará el Hijo del Hombre a sus ángeles, y recogerán de su reino a todos los que sirven de tropiezo, y a los que hacen iniquidad, 42 y los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes”.

Dadas las verdades expresadas tanto por el Señor Jesús en la Parábola del trigo y la cizaña, así como por las visiones relatadas por el apóstol Juan en el libro de Apocalipsis, los miembros de las iglesias cristianas debemos estar conscientes que no nos debe sorprender que tengamos que aceptar a “los que sirven de tropiezo y a los que hacen iniquidad”, muchas veces en contra de los que luchan por ser fieles a las enseñanzas de Jesús. Pero debemos cuidarnos de los falsos maestros de los que advirtieron los apóstoles Pablo, Pedro y Judas. Claramente advirtieron que estos falsos maestros tratarán de desviar a muchos de la verdad del Evangelio de Jesucristo predicado por ellos.

 Por último, el estudio enfatiza en la unidad que hay entre la persona del Hijo del Hombre y “el fin del siglo”; pues el Hijo del Hombre es el que echará en el horno de fuego a los que sirven de tropiezo, en alusión a la cizaña, y a los que hacen iniquidad, en alusión a “los malos de este mundo”, en la Parábola del trigo y la cizaña.

REFERENCIAS

Apocalipsis, RVR 1960

Editorial Verbo Divino: “El evangelio de Mateo”

El evangelio de Mateo, RVR 1960

“El evangelio de Mateo”, LECTIO DIVINA para la vida diaria -Verbo Divino

Encyclopedia Britannica: “Capharnaum the Town of Jesus

Encyclopedia Britannica: “Peter’s house

Enciclopedia Mercabá: “El Evangelio de Mateo”

Enciclopedia Mercabá: “Libro de Daniel”

La Biblia de las Américas, Libro de Daniel

Libro de Daniel, Reina Valera 1960

 

 

 

 

domingo, 19 de enero de 2025

 

MINISTERIO DE LOS DIÁCONOS

Amadeo Albuquerque Lara

En las iglesias cristianas evangélicas se reconocen varios ministerios para el fortalecimiento espiritual, educativo y social de los miembros de las iglesias locales. El Nuevo Testamento nombra los principales ministerios. El apóstol Pablo le señala a la iglesia de Corinto esos ministerios: “Y a unos puso Dios en la iglesia, primeramente apóstoles, luego profetas, lo tercero maestros, luego los que hacen milagros, después los que sanan, los que ayudan, los que administran, los que tienen don de lenguas” (1 Corintios 12:28 - Reina-Valera 1960). Destacado es mío.

Entre los ocho ministerios que Pablo nombra, están “los que ayudan”. Este ministerio concuerda con el de los diáconos. El libro de los Hechos de los Apóstoles menciona el nombramiento de siete diáconos con el fin de ayudar a los apóstoles en el servicio de las mesas en favor de las viudas y necesitados que asistían a las iglesias, especialmente, en la Iglesia de Jerusalén. La queja vino de parte de los griegos, debido a la marginación de sus viudas.

La palabra “diácono” proviene del griego διακονος, diakonos; y del griego pasó al latín “diaconus”: servidor. Este concepto es el que toman los apóstoles para nombrar a los primeros diáconos en la Iglesia de Jerusalén, pero había características espirituales y sociales que estos diáconos tenían que poseer.

Requisitos para la elección de los diáconos: 1) de buen testimonio; 2) llenos del Espíritu Santo, y 3) llenos de sabiduría.

“Buscad, pues, hermanos, de entre vosotros a siete varones de buen testimonio, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, a quienes encarguemos de este trabajo” (Hechos 6:3). Éstos no tienen otro oficio más que de servir a las mesas; mientras los apóstoles se dedican de tiempo completo a predicar el Evangelio de Jesucristo, y a la administración de la Iglesia de Jerusalén. Sin embargo, hay dos de estos siete diáconos que se destacan como evangelistas, predicadores y administradores del bautismo. Se trata de Esteban y Felipe. Pero ninguno de los siete diáconos elegidos por la Iglesia recibe autoridad sobre los apóstoles. Los diáconos son servidores, y los apóstoles predicadores y administradores. Otra función de los diáconos, no es bíblica.

El martirio de Esteban por lapidación

Esteban es el primer mártir muerto a pedradas por predicar el Evangelio de Jesucristo, y porque estaba “lleno de gracia y de poder, hacía grandes prodigios y señales entre el pueblo” (Hechos 6:8). Estas virtudes espirituales y de popularidad del diácono Esteban provocó el odio y el celo de los líderes religiosos judíos, de tal manera que soliviantaron al pueblo para que Esteban muriera apedreado.

Este martirio de Esteban ocurrió entre los años 32-34 d. C. y en esta lapidación consentía el entonces perseguidor de la Iglesia, Saulo de Tarso a los pies del cual pusieron las ropas de Esteban.

Y Saulo consentía en su muerte. En aquel día hubo una gran persecución contra la iglesia que estaba en Jerusalén; y todos fueron esparcidos por las tierras de Judea y de Samaria, salvo los apóstoles. Y hombres piadosos llevaron a enterrar a Esteban, e hicieron gran llanto sobre él. Y Saulo asolaba la iglesia, y entrando casa por casa, arrastraba a hombres y a mujeres, y los entregaba en la cárcel” (Hechos 8:1-3).

Pero Saulo sería “instrumento escogido para llevar mi nombre en presencia de los gentiles, y de reyes, y de los hijos de Israel; porque yo le mostraré cuánto le es necesario padecer por mi nombre” (Hechos 9:15-16). Saulo, ya convertido al Evangelio, vino a ser el apóstol Pablo para la conversión de los gentiles y fundador de muchas iglesias del Asia Menor y sus vecindades. Sin duda la conversión de Saulo de Tarso fue la última obra impulsada por el Espíritu Santo que heredó el diácono Esteban a la Iglesia de Jesucristo en Jerusalén; y de hecho para la posteridad de cristianos bíblicos.

El ministerio de Felipe, diácono, evangelista y elocuente predicador

Felipe es el otro diácono que se destacó como evangelista y elocuente predicador del Evangelio de Jesucristo. La primera obra evangelizadora de Felipe se narra en el libro de los Hechos de los Apóstoles acerca de la magna obra en Samaria, ciudad despreciada por los judíos:

Pero los que fueron esparcidos iban por todas partes anunciando el evangelio. Entonces Felipe, descendiendo a la ciudad de Samaria, les predicaba a Cristo. Y la gente, unánime, escuchaba atentamente las cosas que decía Felipe, oyendo y viendo las señales que hacía. Porque de muchos que tenían espíritus inmundos, salían estos dando grandes voces; y muchos paralíticos y cojos eran sanados; así que había gran gozo en aquella ciudad” (Hechos 8:4-8).

En Samaria, Felipe predica a Cristo y hace muchas señales de sanidad; incluso, Simón el mago, quien engañaba a muchos en Samaria, de tal manera que de él decían que era el gran poder de Dios. Pero Felipe estaba lleno del Espíritu Santo y por su predicación y señales, Simón el mago se convierte, se bautiza y está al lado de Felipe. Pero la Iglesia de Jerusalén abrigaba dudas de que los samaritanos hubieran sido convertidos a Cristo. Por eso, los apóstoles Pedro y Juan son enviados a Samaria.

“14 Cuando los apóstoles que estaban en Jerusalén oyeron que Samaria había recibido la palabra de Dios, enviaron allá a Pedro y a Juan; 15 los cuales, habiendo venido, oraron por ellos para que recibiesen el Espíritu Santo; 16 porque aún no había descendido sobre ninguno de ellos, sino que solamente habían sido bautizados en el nombre de Jesús. 17 Entonces les imponían las manos, y recibían el Espíritu Santo” (Hechos 8:14-17).

El evangelista Lucas, quien escribió el libro de los Hechos, es muy cuidadoso al describir el ministerio de los diáconos. Aquí en Samaria, son los apóstoles Pedro y Juan los que llegan a confirmar la fe de los nuevos creyentes, y a imponer las manos sobre ellos para que recibieran el Espíritu Santo. Felipe el diácono aunque estaba lleno del Espíritu Santo, solamente había oficiado el bautismo en agua. En ninguna manera Felipe se coloca sobre la autoridad de los dos apóstoles enviados por los apóstoles que estaban en la Iglesia de Jerusalén.

La segunda obra evangelizadora del diácono Felipe se narra en el mismo libro de los Hechos. Se trata de la instrucción y bautizo del tesorero y alto funcionario de la reina de Etiopía. Pero este hombre ya estaba en los planes de Dios para su salvación: era devoto que venía a Jerusalén a adorarlo; y además, era un asiduo lector del profeta Isaías. Adoraba a Dios y estudiaba su Palabra, pero no tenía quién se la explicara. Esa fue la misión encomendada al diácono Felipe.

Un ángel del Señor habló a Felipe, diciendo: Levántate y ve hacia el sur, por el camino que desciende de Jerusalén a Gaza, el cual es desierto. 27 Entonces él se levantó y fue. Y sucedió que un etíope, eunuco, funcionario de Candace reina de los etíopes, el cual estaba sobre todos sus tesoros, y había venido a Jerusalén para adorar, 28 volvía sentado en su carro, y leyendo al profeta Isaías” (Hechos .

El resultado de este encuentro fue la conversión del tesorero y alto funcionario de la reina de Etiopía. Pero no sólo se convirtió este insigne hombre, sino que también le pidió a Felipe que lo bautizara. “Y yendo por el camino, llegaron a cierta agua, y dijo el eunuco: Aquí hay agua; ¿qué impide que yo sea bautizado?” (Hechos 8:36). Se cree que este nuevo creyente comenzó la obra y la organización de iglesias en Etiopía. El eunuco era un devoto que había venido a adorar a Jerusalén y que leía la Biblia hebrea; pero Dios preparó a Felipe para que lo instruyera, lo ayudara a comprender el mensaje del pasaje del profeta Isaías, el cual él leía, y lo condujera a la conversión y bautizo en agua.

Pero Felipe no se quedó ahí, satisfecho de haber ganado a un personaje importante. Después de la conversión del eunuco, Felipe mientras pasaba por otras ciudades, anunciaba el evangelio de Jesucristo. “Pero Felipe se encontró en Azoto; y pasando, anunciaba el evangelio en todas las ciudades, hasta que llegó a Cesarea” (Hechos 8:40).

Características espirituales, sociales y de fidelidad de los diáconos

Estos relatos destacan la obra evangelística y de consolidación de las personas que se convertían al evangelio. Eran diáconos, pero ellos estaban llenos del Espíritu Santo y de sabiduría. El Nuevo Testamento es muy estricto al describir las características espirituales que debe tener una persona para ser diácono. Ya en el libro de Hechos hemos leído que el diácono debe ser de buen testimonio, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría. Pero también hay otros requisitos para el diácono, las diaconisas, y para las esposas de los diáconos. Dice Pablo a Timoteo que antes de nombrar diáconos dignos del evangelio, que sean sometidos a prueba para demostrar que son irreprensibles:

Los diáconos asimismo deben ser honestos, sin doblez, no dados a mucho vino, no codiciosos de ganancias deshonestas; 9 que guarden el misterio de la fe con limpia conciencia. 10 Y estos también sean sometidos a prueba primero, y entonces ejerzan el diaconado, si son irreprensibles. 11 Las mujeres asimismo sean honestas, no calumniadoras, sino sobrias, fieles en todo. 12 Los diáconos sean maridos de una sola mujer, y que gobiernen bien sus hijos y sus casas. 13 Porque los que ejerzan bien el diaconado, ganan para sí un grado honroso, y mucha confianza en la fe que es en Cristo Jesús” (1ra Timoteo 3:8-13).

Al examinar estas características espirituales, obligan a valorar el ministerio de un diácono. No es sólo para que sirva a las mesas; es que debe ser ejemplo en la iglesia local, en el aspecto espiritual, moral y de humildad y mansedumbre. Debe saber gobernar a sus hijos y sus casas, y deben ser sometidos a prueba primero y entonces ejerzan el diaconado, si son irreprensibles. Es de notar que esto de saber gobernar a los hijos, es una tarea muy difícil hoy en día por las leyes de la llamada “nueva psicología” y por las leyes en ciertos países, si desde muy tiernos no son instruidos en la Palabra de Dios; porque ahora los hijos amenazan a sus padres cuando éstos quieren imponerles la disciplina cristiana; pero también eso depende de cómo los hijos hayan observado la disciplina en el hogar y en la iglesia. Las iglesias locales también cargan con la responsabilidad de educar a los niños en la Escuela Bíblica Dominical.

La Biblia también se refiere al ministerio de diaconisas y mujeres en general: Las mujeres asimismo sean honestas, no calumniadoras, sino sobrias, fieles en todo. El apóstol Pablo menciona a la diaconisa Febe, en la epístola a los cristianos judíos y gentiles de la iglesia en Roma: “Os recomiendo además nuestra hermana Febe, la cual es diaconisa de la iglesia en Cencrea; que la recibáis en el Señor, como es digno de los santos, y que la ayudéis en cualquier cosa en que necesite de vosotros; porque ella ha ayudado a muchos, y a mí mismo” (Romanos 16:1-2) .

Pablo recomienda a Febe como diaconisa, entre los santos de la iglesia en Cencrea, y que ella ha ayudado a muchos, incluyendo a Pablo. Es decir, es una diaconisa que cumple con la tarea de los diáconos y con las características espirituales. Ella es “digna de los santos”. El apóstol Pablo siempre se refiere a los miembros de las iglesias como “santos”. Hoy en día, algunos creyentes evaden esa calificación, porque dicen: “yo no soy santo o santa, ni mucho menos”. Sin embargo, debe ser una de las características principales de los cristianos y de un diácono o diaconisa, según las enseñanzas del Nuevo Testamento.

CONCLUSIÓN

Ha sido el objetivo de este estudio ahondar sobre el ministerio del diaconado en las iglesias. Asimismo, tiene el objetivo que la oficialidad de las iglesias cristianas locales se apeguen a los mandatos del Nuevo Testamento para el nombramiento de diáconos y diaconisas. Porque los diáconos son ayuda para el pastor de la iglesia local, en la administración del bautismo y la Santa Cena; pero si un diácono demuestra conocimientos doctrinales de la Biblia, y demuestra dones del Espíritu Santo, que esté involucrado en las tareas de la iglesia, en la asistencia a las sesiones de información que realiza la iglesia (no debiera decirse “sesión de negocios”), también puede ejercer la predicación de la sana doctrina bíblica, bajo la cuidadosa observación del Pastor.

El Nuevo Testamento no enseña que los diáconos ejerzan autoridad sobre el pastor de la iglesia local, ni de que se constituyan en junta directiva de la iglesia; ni mucho menos que le inicien un juicio al pastor. Esa es función exclusiva de la iglesia en asamblea, la que debe ejercer funciones de disciplina. Esa práctica del diaconado con autoridad sobre el pastor, no es bíblica. Tampoco el Nuevo Testamento enseña que para ser pastor de una iglesia local primero debe ser diácono, como imponen algunas iglesias desviadas de la instrucción bíblica. El ministerio del pastor es uno, y el de los diáconos es otro. Es el pastor quien ejerce autoridad sobre los diáconos, con la aprobación de los miembros de las iglesias; especialmente tratándose de las iglesias bautistas que observan las enseñanzas del Nuevo Testamento.

Desafortunadamente, algunas iglesias locales se han llenado de tradiciones y prácticas que no están basadas en la Biblia. Esas añadiduras humanas a los mandatos de la Biblia las desaprobó el Señor Jesús en sus encuentros con los fariseos. La Iglesia católica también cayó en esa práctica, la cual ha dado mayor autoridad a la tradición, antes que a la Palabra de Dios. Y ojalá que nuestras iglesias cristianas evangélicas vuelvan a las enseñanzas de la Biblia, sin añadiduras humanas.

lunes, 6 de enero de 2025

 

SEIS DE ENERO, ¿DÍA DE REYES?

Amadeo Albuquerque Lara

El Nuevo Testamento no registra el dato de los tres reyes magos. El evangelista y apóstol Mateo afirma lo siguiente: “Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén unos magosdiciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle” (Mateo 2:1-2). Pero ninguno de los otros tres evangelios canónicos se ocupa de la visita de estos hombres sabios, sin duda astrónomos, pues mencionan la aparición de una rara estrella, la cual los impulsó y los guió hasta donde estaba el niño recién nacido. Destacado es mío.

Sin embargo, los evangelios apócrifos, sin canonicidad y sin la aprobación de las iglesias católica y evangélica, se ocupan con minuciosos detalles de la visita y adoración de estos raros personajes, que la tradición cristiana ha nombrado como “La adoración de los Reyes Magos” el seis de enero. Pero la realidad es otra. El evangelio apócrifo llamado “El Evangelio Armenio de la Infancia” relata el nacimiento de Jesús el seis de enero, y la visita de los magos tres días después, acompañados por un ejército de doce mil personas entre príncipes, magos y reyes de tres países: Persia, India y Arabia. Todo este ejército acampado en las afueras de la ciudad de Jerusalén, lo cual llenó de temor tanto al rey Herodes, como a la población.

XI 1. Y José y María continuaron con el niño en la caverna, a escondidas y sin mostrarse en público, para que nadie supiese nada. Pero al cabo de tres días, es decir. el 23 de tébeth, que es el 9 de enero, he aquí que los magos de Oriente, que habían salido de su país hacía nueve meses, y que llevaban consigo un ejército numeroso, llegaron a la ciudad de Jerusalén. El primero era Melkon, rey de los persas; el segundo, Gaspar, rey de los indios; y el tercero, Baltasar, rey de los árabes. Y los jefes de su ejército, investidos del mando general, eran en número de doce. Las tropas de caballería que los acompañaban, sumaban doce mil hombres, cuatro mil de cada reino. Y todos habían llegado, por orden de Dios, de la tierra de los magos, su patria, situada en las regiones de Oriente. Porque, como ya hemos referido, tan pronto el ángel hubo anunciado a la Virgen María su futura maternidad, marchó, llevado por el Espíritu Santo, a advertir a los reyes que fuesen a adorar al niño recién nacido. Y ellos, habiendo tomado su decisión, se reunieron en un mismo sitio, y la estrella que los precedía, los condujo, con sus tropas, a la ciudad de Jerusalén, después de nueve meses de viaje (Evangelio Armenio, XI).

Esta visita multitudinaria comenzó su viaje nueve meses antes que naciera el niño Jesús por mandato divino, cuando el ángel anunció a María que daría a luz al Mesías, según lo afirma el citado Evangelio apócrifo. Otro dato importante es que esta narrativa registra el nacimiento de Jesús en una cueva que los pastores de la región usan para resguardar del frio del invierno a sus rebaños de ovejas. Resulta que la hora del parto le viene a María en un lugar despoblado, y tienen que refugiarse en esa cueva, en donde también hay un pesebre. Sigue la narrativa que quien asiste en el parto a María es Eva, la “madre de la humanidad” (IX 1. Y, cuando José y nuestra primera madre vieron aquello, se prosternaron con la faz en el polvo, y, alabando a Dios en voz alta, lo glorificaban, y decían: Bendito seas, Dios de nuestros padres, Dios de Israel, que, por tu advenimiento, has realizado la redención del hombre; que me has restablecido de nuevo, y levantado de mi caída; y que me has reintegrado en mi antigua dignidad. Ahora mi alma se siente engrandecida y poseída de esperanza en Dios mi Salvador (Evangelio Armenio, IX). Así que el nacimiento de Jesús sucede el seis de enero, y esa fecha la registra el escrito apócrifo para la adoración de los magos y reyes de los tres países citados anteriormente.

No obstante, me llama la atención que tanto católicos, como evangélicos y protestantes, celebran estos acontecimientos que no los registra el Nuevo Testamento, y que sólo se encuentran en los evangelios apócrifos, especialmente, el Evangelio Armenio de la Infancia; pero sin ningún respaldo canónico. Los datos apócrifos son los siguientes: tres reyes magos vienen a adorar al niño Jesús el seis de enero; pero la fecha que registra el escrito apócrifo para la adoración de los magos y reyes de los tres países citados anteriormente, es tres días después del nacimiento. Pero también aceptan los nombres de los tres magos: Melchor, Gaspar y Baltazar. También aceptan el color de la piel de cada uno: uno de ellos es negro y los demás son blancos.

El Nuevo Testamento no menciona el número de los magos, ni la fecha de la adoración, ni el nombre de los magos, ni los nombres de los países de donde proceden, ni del color de la piel de ellos. Pero en el cuadro del nacimiento de Jesús en las iglesias evangélicas aparecen los tres reyes con sus tres regalos: oro, incienso y mirra; pastores y animales. Sin embargo, ni los evangelios canónicos, ni el evangelio apócrifo citado mencionan la presencia de animales alrededor del pesebre; pues la cueva estaba vacía mientras los pastores estaban en el campo cuidando sus respectivos rebaños.

Por último, no estoy a favor de que no se celebre el nacimiento de Jesús, ni el relato de la adoración de los magos; pero sí no estoy de acuerdo que se acepten los datos de los evangelios apócrifos, mezclados con el relato de los dos evangelistas que narran el nacimiento del Mesías: Mateo y Lucas. Mateo es un judío que escribe para judíos; y Lucas es un gentil que escribe para quienes aman a Dios; pues menciona como el destinatario de su evangelio a un personaje alegórico llamado Teófilo: amigo de Dios.

Los otros dos evangelistas del Nuevo Testamento no se ocupan del nacimiento físico de Jesús. Marcos comienza su evangelio, con el ministerio de Jesucristo; y Juan se interesa por demostrar la divinidad y eternidad del Verbo hecho humano; o sea, Dios hecho carne, o Dios en forma humana.

Es mi propósito que esta información sirva para que los pastores de iglesias y quienes escriben las historias de los dramas navideños, eliminen de sus tramas narrativas los datos y personajes que no pertenecen a los relatos del Nuevo Testamento. Dejemos que la tradición siga sin rumbo y sin respaldo canónico.

REFERENCIAS

Evangelio de Mateo, capítulo 2, RVR 1960

Evangelio de Lucas, capítulo 2, RVR 1960

Evangelio armenio de la Infancia (Anónimo, y apócrifo)

 

lunes, 30 de diciembre de 2024

 

JANUS EL DIOS ROMANO DE LOS PRINCIPIOS Y LOS FINALES

Amadeo Albuquerque Lara

El nombre ENERO procede del latín “ianuarius” (januarius) en honor al dios romano Janus, o Jano en español. Del latín ianuarius pasó a ianeiro o janeiro; y de este último derivó el nombre del primer mes del año, enero. Según la mitología romana, el dios Janus representaba los principios y los finales; pero algo muy particular, el nombre janus no tenía equivalencia griega como sí tenían los demás dioses. Janus era representado con dos caras; una miraba hacia adelante y la otra hacia atrás. Por eso, al dios Janus le dedicaron el primer mes del año los romanos. Dice la mitología romana que cuando salían a la guerra, las puertas del templo dedicado a Janus permanecían abiertas; pero cuando reinaba la paz, las puertas del templo permanecían cerradas.

Estas dos caras del dios Janus que miraban hacia el pasado y hacia el futuro me hacen reflexionar al final del año 2024, y al comienzo de 2025. Vienen a mi mente las palabras del Salmo 90, que como cristianos debemos plantearnos: 1] qué nos salió bien, y qué nos salió mal en el año que termina. Por lo que salió mal intencionalmente, pidamos perdón a Dios porque “nuestras maldades (están) delante de ti, Nuestros yerros a la luz de tu rostro” (Salmo 90:8).  Y por lo que hicimos bien, démosle gracias con el salmista “Bendice, alma mía, a Jehová, Y bendiga todo mi ser su santo nombre. Bendice, alma mía, a Jehová, Y no olvides ninguno de sus beneficios” (Salmo 103:2).

2] El comienzo del nuevo año nos lleva a pensar qué nos depara el futuro y qué lugar ocupará Dios en nuestra vida, y en el resto del mundo; porque hay frases del Salmo 90 que vienen a mi memoria  Acabamos nuestros años como un pensamiento” (Salmo 90:9b); y la otra, “Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, Que traigamos al corazón sabiduría” (Salmo 90:12).

Una vida sin Dios, transcurre sin rumbo cierto; es como un barco a la deriva en plena tempestad. No sabemos nada sobre el futuro. El año que termina ha sido de amenazas, de agresiones de los países poderosos contra los más débiles o de ideología contraria. Las guerras en varias partes del mundo siguen sin avizorar un final. Además, para el futuro existe la amenaza de una guerra nuclear que acabará con la humanidad, pero ojalá que esos líderes mundiales que manipulan los botones de la muerte, tengan a Dios en su noticia. El existente caos mundial es el resultado de haber apartado a Dios, porque les es más conveniente negarlo.

El final de los tiempos preocupaba a los discípulos del Señor Jesús cuando le preguntaron qué señales habría. Jesús les contestó:  "Y oiréis guerras, y rumores de guerras: mirad que no os turbéis; porque es menester que todo esto acontezca; mas aún no es el fin" (Mateo 24:6).

El apóstol Pedro describe algo catastrófico que marcará el fin de la humanidad: "Pero el día del Señor vendrá como ladrón, en el cual los cielos pasarán con gran estruendo, y los elementos serán destruidos con fuego intenso, y la tierra y las obras que hay en ella serán quemadas" (2 Pedro 3:10). Algo parecido describen los científicos, como el final del universo por medio de un desgarro catastrófico. Ellos han acuñado el término “The Big Rip” o el “Gran Desgarro”. Destacado es mío.

No es que mis pensamientos tiendan al apocalipsis mundial; pero es una reflexión que como cristianos debemos tener presente. Todas estas amenazas y advertencias bíblicas y científicas, nos deben hacer reflexionar como cristianos que el Evangelio de Jesucristo debe ser predicado en todo el mundo, porque es su mandato;  y que nuestra fe y manera de vivir debe demostrar al mundo que somos pacificadores y que para bien de la humanidad, debe prevalecer el amor y no la guerra. Pero primero debe reinar la paz en nuestras vidas y proclamarla en las iglesias y en nuestros vecindarios. El testimonio del creyente es la mejor prédica del Evangelio. Jesús reafirmó esta verdad cuando dijo: “En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros” (Juan 13:35).

 

 

jueves, 26 de diciembre de 2024

 

DATACIÓN Y LENGUA DE ORIGEN DEL PSEUDO EVANGELIO DE TOMÁS

Amadeo Albuquerque Lara

BBC News Brasil publica una entrevista con el investigador Nocchi Macedo sobre el descubrimiento de un papiro en forma fragmentada acerca del Evangelio de la Infancia de Jesús, o Pseudo Evangelio de Tomás. Existen varios evangelios apócrifos sobre la Infancia de Jesús; así que el descubrimiento al que se refiere BBC News Brasil no es nada nuevo. Lo que interesa a sus investigadores Nocchi Macedo, brasileño; y Lajos Berkes, húngaro,  es la datación de la escritura o paleografía del papiro, y por   estar escrito en griego; porque según los investigadores, no existe otra fuente confiable acerca de su antigüedad. Anteriormente, se creía que el Evangelio de la Infancia de Jesús atribuida a Tomás, estaba escrito originalmente en siriaco.

Wikipedia cita a dos llamados Padres de la Iglesia, quienes se refieren al Evangelio de Pseudo Tomás, aunque no lo citan con este título. “Algunas referencias de Hipólito de Roma y de Orígenes de Alejandría a un Evangelio de Tomás seguramente se refieren a este evangelio y no al Evangelio de Tomás con el que usualmente se confunde” (Crédito: Wikipedia). Al existir estas referencias a Hipólito de Roma y a Orígenes de Alejandría, le dan crédito a la época; pues ambos vivieron en la segunda mitad del siglo II d. Cristo. También, este comentario significa que hay otro evangelio apócrifo cuya autoría se la atribuyen al apóstol Tomás, el discípulo incrédulo que exigía pruebas físicas de la resurrección de Jesús.

Sin embargo, algunos historiadores suponían que el Evangelio llamado Pseudo Evangelio de Tomás, había sido escrito originalmente en lengua siriaca; pero este descubrimiento por los citados investigadores sostiene que el original fue escrito en griego; pero que existen otras traducciones a otros idiomas. Además, hay otros documentos apócrifos que narran la infancia de Jesús, como un afán del cristianismo de los primeros siglos de llenar el vacío existente en los Evangelios canónicos acerca de la infancia de Jesús; porque los referidos evangelios canónicos guardan silencio desde la presentación de Jesús en el Templo a los ocho días de nacido, hasta los doce años cuando sorprendió a sus padres y hasta los mismos rabinos judíos, por sus discusiones teológicas en el Templo.

En cuanto al descubrimiento del manuscrito al que se refiere Edison Veiga en BBC News Brasil, y que cita a los investigadores Nocchi Macedo y Lajos Berkes: “Era una tarde común de verano para los investigadores Gabriel Nocchi Macedo y Lajos Berkes. En la oficina de Berkes en la Universidad de Berlín, ambos "revisaban" imágenes digitalizadas de documentos antiguos”. Entre estos documentos digitalizados, Nocchi Macedo y Lajos Berkes, encontraron el papiro considerado más antiguo de la tradición cristiana: el Pseudo Evangelio de Tomás (Crédito: Edison Veiga).

"Sabíamos que había algunos papiros en la Universidad de Hamburgo que nos interesaban", comenta Macedo, en entrevista con BBC News Brasil.

El descubrimiento de este manuscrito antiguo escrito en griego, toma importancia documental por lo siguiente: el papiro estaba en los archivos de la Universidad de Hamburgo; luego, dos investigadores papirólogos altamente especializados, Nocchi Macedo, brasileño; y Lajos Berkes, húngaro, evalúan el papiro por lo mal redactado y por la peculiar ortografía de los siglos IV y V. Posteriormente, dos profesores universitarios, filósofos, teólogos e historiadores vierten sus comentarios al escritor Edison Veiga de BBC News Brasil en una entrevista.

Para documentar mi escrito, citaré los argumentos de Chivetarese y Moraes. Chivetarese es especialista en cristianismo primitivo y autor de varios libros sobre el tema, el historiador André Leonardo Chevitarese, profesor de la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ). Moraes es profesor de la Universidad Presbiteriana Mackenzie, es teólogo, historiador y filósofo Gerson Leite de Moraes:

“Chevitarese comenta que la mayor importancia de este descubrimiento es “que rebaja significativamente la datación de este evangelio” y el hecho de que “el original, muy probablemente, estaba en griego”. Moraes sostiene que “cualquier manuscrito que recorra los orígenes del cristianismo” es muy significativo porque “prueba y corrobora toda una tradición de elementos teológicos, filosóficos, históricos y sociológicos que estuvieron en la base de la organización del cristianismo”. Moraes coincide en que "la gran novedad" del hallazgo es la datación: "Hay pruebas de que [el Evangelio de Pseudo Tomás] es un documento muy antiguo, que tiene un enorme respaldo de una gran tradición", afirma” (Crédito: BBC News Brasil).

CONCLUSIÓN

Este escrito tiene el propósito de dar a conocer el importante descubrimiento o hallazgo del manuscrito antiguo del Pseudo Evangelio de Tomás sobre la Infancia de Jesús. A este autor le interesó el hallazgo del manuscrito por contar con la evaluación de los investigadores y profesores universitarios, Macedo y Berkes. Este autor ha leído otros evangelios apócrifos sobre la Infancia de Jesús, pero le interesó la entrevista sobre el hallazgo del papiro de parte de investigadores universitarios y papirólogos, porque documentan la datación temprana, y el idioma griego en que está escrito originalmente.

Los evangelios apócrifos sobre la infancia de Jesús que este autor ha leído, son los siguientes:

Evangelio del Pseudo Mateo: Cuenta que los reyes magos visitaron a Jesús cuando ya tenía dos años. Evangelio árabe de la Infancia: Se refiere a una profecía de Zaratustra sobre el nacimiento de Jesús. Evangelio de Tomás: Describe que José enseñó a Jesús a trabajar como carpintero y que era un padre que corregía a su hijo. Evangelio Árabe de la Infancia de Cristo: Cuenta que Jesús realizó varios milagros, como expulsar demonios, sanar a leprosos, y hacer hablar a una muda. Evangelio de la Infancia según San Pedro: Se atribuye a San Pedro. Evangelio de Bernabé: Se escribió en árabe, pero se conservan manuscritos en español e italiano (Crédito: Lycos Search). 

Por esta razón, este escrito ha afirmado al comienzo que la existencia del Evangelio de Tomás sobre la infancia de Jesús no es nada nuevo, pero sí la entrevista del investigador Macedo por el periodista Edison Veiga reviste importancia por dos hechos: la datación entre los siglos IV y V, y por el idioma griego en que está escrito. Se ha documentado en este escrito que anteriormente se afirmaba que el idioma original era el siriaco; y que además, la fecha de composición era de siglos posteriores. También ha llamado la tención de este autor que el manuscrito pertenece a la Universidad de Hamburgo, que ha sido descubierto por dos autoridades en papirología, y, finalmente, porque el hallazgo ha sido publicado por BBC News Brasil mediante entrevista con uno de los investigadores, Nocchi Macedo.

REFERENCIAS

BBC News Brasil (Edison Veiga)

core,ac,uk

Evangelios apócrifos sobre la Infancia de Jesús

InfoVaticana.com

Lycos Search

University of Dayton / La infancia de Jesús

Wikipedia (Evangelios apócrifos)