REYES OMITIDOS POR MATEO EN SU GENEALOGÍA DE JESÚS
Base bíblica: Mateo 1:8, Isaías 14:20, 1º de Reyes 21:20-22).
Amadeo Albuquerque Lara
Según eruditos bíblicos, Mateo escribió su Evangelio
en lengua aramea, especialmente, para judíos cristianizados y posteriormente fue
traducido al idioma griego koiné, el griego hablado por los judíos helenizados.
“El principal producto literario del contacto del judaísmo del Segundo Templo y
la cultura helenística es la traducción de la Biblia hebrea a la versión de la
Septuaginta, específicamente, al griego koiné judío” (Wikipedia). Hay que tomar
en cuenta que los traductores de la Septuaginta, o versión de los LXX, se
basaron en el texto hebreo llamado Texto Masorético.
El apóstol Mateo, el anterior recaudador de impuestos,
llamado también Leví, escribió su Evangelio probablemente, entre los años 60 y
70 d. C.; y según el consenso de varios estudiosos de la Biblia, Mateo tomó el
50% de su información del Evangelio de Marcos (escrito entre 48 y 50 d. C.; y
el restante, de la fuente Q (Quelle,
en alemán) y de la tradición oral, pero la infancia de Jesús no aparece ni en
la fuente Q, ni en el Evangelio de Marcos, por lo que se cree que la tomó de
otra fuente desconocida (Blog de Rafael Sanz). Sin embargo, los que organizaron
el Canon del Nuevo Testamento, lo ubicaron en primer lugar, entre el período
intertestamentario de los escritos apócrifos y los primeros escritos sagrados,
considerados inspirados por intervención divina.
El apóstol Mateo, en el primer capítulo de su
Evangelio, incluye la genealogía de Jesús, al igual que lo hizo el médico
amado, Lucas, en el capítulo 3. Sin embargo, hay algunas diferencias entre la
genealogía de Mateo y la de Lucas, en cuanto a los personajes que Mateo
menciona, y el orden en que aparecen.
Mientras Mateo incluye a cinco mujeres en su
genealogía, Lucas las omite para destacar la participación de los maridos de
cuatro de esas mujeres, excluyendo a María, esposa de José. Pero también Mateo
tiene mucho cuidado de omitir a tres reyes malignos, descendientes del rey malvado
y apóstata Acab y su esposa Jezabel, ambos de repudiable reputación.
Atalía, hija de Acab, fue esposa de Joram el rey de
Judá (no confundir a este Joram, con Joram, hijo de Salomón). Entonces, Joram y
Atalía fueron los padres de Ocozías, y Ocozías fue padre de Joás; y Joás, fue
padre de Amasías. Estos tres son los reyes omitidos en Mateo 1:8. Los nombres
omitidos son: Ocozías, Joás y Amasías; y sus reinados se encuentran
entre Joram y Uzías, también llamado Azarías: (1º de Crónicas 3:11-12).
Mateo cumplió con lo dicho por el profeta Isaías,
quien sentenció que “La descendencia de
los malhechores jamás será nombrada” (Isaías 14:20).
En el siguiente pasaje cito las palabras del profeta
Elías, cuando ambos se encuentran y en donde Acab trata al profeta como su
enemigo, porque Elías le dice que Dios va a eliminar a su descencia “porque te has vendido a hacer lo malo
delante de Jehová”:
Eliminaré
de Acab a todo varón en Israel, tanto al esclavo como al libre. Yo haré a los
de tu casa como a los de la casa de Jeroboam hijo de Nabat y a los de la casa
de Baasa hijo de Ajías, por la provocación con que me has provocado a ira y con
que has hecho pecar a Israel."” (1º de Reyes 21:20-22).
Veamos las actitudes idolátricas y apóstatas de cada
uno de los tres reyes cuyos nombres fueron omitidos de la genealogía de Jesús,
según el apóstol Mateo:
Ocozías, nieto y sucesor del rey Acab, fue el octavo rey de
Israel. Su reinado duró solamente dos años (1853-1852 a.C), pues al caer de una
ventana, quedó lisiado y tomó cama. El profeta Elías le manda a decir con sus
criados que va a morir, razón que lo indispone en contra del profeta y lo manda
a perseguir para matarlo; pero la muerte de Ocozías fue inminente.
Al igual que
sus padres y abuelos paternos, introdujo y fomentó la adoración de los dioses
baales, El, Baal y Asera lo cual produjo el descontento de sus gobernados y
además, la maldición por su idolatría y apostasía.
Estos hechos detestables, lo hicieron merecedor de su
exclusión de la genealogía escogida por Mateo.
Joás, hijo de Ocozías, fue el noveno rey de Judá (835 a.
C. – 796 a. C.); quien hizo lo recto ante los ojos de Dios, mientras vivía su
tío y sacerdote Joiada, quien junto con su esposa Josaba escondió en el templo
a Joás cuando era un bebé, para librarlo de la masacre desatada por su abuela
Atalía; pero después de la muerte, del sacerdote Joiada se corrompió, por lo
que le fue anunciado que no prosperaría por haber dejado a Jehová, y por haber
ordenado dar muerte a pedradas, en el atrio del templo, a Zacarías, hijo del
sacerdote Joiada, quien le profetizó que
no prosperaría, ante lo cual ordenó que se le apedreara. Zacarías, antes de
morir pronunció que Jehová juzgaría a Joás (2º de Crónicas 24:17-22). Es obvio
que por su actitud pecaminosa y apóstata, Joás tampoco fuera contado entre las
generaciones de Jesucristo.
Nota: 2do Crónicas 24:20 se refiere a Zacarías, hijo del
sacerdote Joiada, a quien el rey Joás mandó a apedrear. Pero Mateo 23:35
citando palabras de Jesús, se refiere a Zacarías, hijo de Berequías: Este
Berequías era hijo de Zorobabel (1ro Crónicas 3:20). Entonces, el Zacarías de
Mateo es diferente que el de 2do Crón 24:20; o es una confusión de parte de
Mateo 23:35:
para
que venga sobre vosotros toda la sangre justa que se ha derramado sobre la
tierra, desde la sangre de Abel el justo hasta la sangre de Zacarías hijo de
Berequías, a quien matasteis entre el templo y el altar.
Sin embargo, el Zacarías que murió apedreado en el patio
de la casa de Jehová fue el hijo del sacerdote Joiada, según la cita de
Crónicas.
Para aclarar tal incógnita, leí un comentario que
dice: “Una antigua tradición narra que Zacarías fue cortado por la mitad, una
muerte similar a la de Isaías en “Vidas de los Profetas”. Zacarías era un
sacerdote con una vida recta y un profeta de Dios que trabajaba en el Templo
de Jerusalén”. Por lo tanto, como en la Biblia se mencionan varios Zacarías,
pudiera ser este el que menciona Jesús en el evangelio de Mateo 23:35
Amasías, fue el décimo rey de Judá, hijo y sucesor de Joás,
rey de Judá. Lo primero que hizo fue perseguir a los asesinos de su padre;
además, fue el primero en organizar un ejército con soldados del reino de
Israel, para derrotar a Edom; pero al igual que muchos cristianos, después que
reciben la bendición de Dios, se olvidan; y en vez de serle fiel, se dedican a
practicar los vicios de las personas que los rodean. De igual manera, Amasías
después de alcanzar la victoria, se convirtió en adorador de los dioses
edomitas, en vez de darle la gloria al Dios de sus padres. En consecuencia, su
apostasía le produjo su ruina posterior, al emprender la guerra contra Joás,
rey de Israel. El resultado fue su asesinato y el saqueo de Jerusalén. (2º de
Crónicas 25:14-16).
CONSLUSIÓN
Sin duda, la razón principal de que los organizadores
del Canon del Nuevo Testamento decidieran que Mateo ocupara el primer lugar es
porque Mateo se considera el Evangelio del Reino, y porque comienza con la
genealogía de Jesús. Como Mateo escribe para judíos cristianizados, destaca la
genealogía de Jesús, porque la genealogía de una persona era de suma
importancia para ellos; y porque Mateo demuestra que Jesús desciende del linaje
de David; Además, siendo la genealogía del pueblo hebreo tan importante, en la
sinagoga había una genealogía ampliada, expuesta a la vista de los asistentes
devotos.
Es probable que tanto Mateo como Lucas hayan tomado
sus genealogías de este documento; pero en forma resumida. De ahí sus
diferencias, en cuanto a los personajes y orden en que aparecen. Mientras Mateo
comienza con David y termina con Jesús, Lucas comienza su genealogía con Jesús
y termina con Adán, hijo de Dios.
Es encomiable saber que en su genealogía, Mateo
destaque a cinco mujeres, incluyendo a María; mientras que Lucas menciona más
bien a sus maridos. Este hecho me llamó la atención para dedicarles los
estudios anteriores; pero también, me llamó la atención que Mateo omitiera los
nombres de tres reyes malvados, idolátricos y apóstatas pertenecientes a la
descendencia de Acab y Jezabel, descendencia que el profeta Isaías dijo que
tales descendencias no debían mencionarse: “La
descendencia de los malhechores jamás será nombrada” (Isaías 14:20). Y
porque según el profeta Elías, no había ninguno como Acab que se vendiera “a hacer lo malo delante de Jehová”. (1ro
Reyes 21:25)
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