LA IGLESIA CRISTIANA POST-APOSTÓLICA
Desde la muerte de los apóstoles Pedro, Pablo y Juan,
hasta la romanización de la Iglesia por Constantino I, en el año 325
Amadeo Albuquerque Lara
Pedro y Pablo fueron martirizados en Roma, según la
tradición; Santiago, hermano del Señor Jesús quedó a cargo de la Iglesia de
Jerusalén, pero fue lapidado por “violar la ley de Moisés”, por órdenes del sumo
sacerdote judío Hanan ben Hanan o Ananías ben Ananías, alrededor del año 62
d.C. A Santiago lo sucedió su hermano Simón, pero también fue martirizado. Santiago,
hijo de Zebedeo, y uno de los doce apóstoles, había sido decapitado a espada
por Herodes Agripa I. Juan, el apóstol amado, fue desterrado por el emperador
romano Domiciano a la Isla de Patmos, una isla rocosa en el mar Egeo, pero
posteriormente regresó a Ëfeso en donde murió de muerte natural. Por tanto, con la muerte de Juan, el último de
los doce apóstoles, llega a su fin la era apostólica.
Se sabe que Éfeso fue la iglesia madre de las iglesias
del Asia Menor, durante la era post-apostólica. Pero en esta iglesia habían
penetrado los gnósticos, representantes de una de las peores herejías en contra
de la persona de Jesús. Terminada la actividad misionera de Pablo y demás
evangelistas, se desató una persecución en contra de los creyentes en
Jesucristo. La situación político-religiosa en contra de la Iglesia de
Jerusalén de parte de los romanos, hizo que los ancianos de la iglesia decidieran
trasladarla a la ciudad de Pela, una ciudad mayormente gentil, situada en la
llanura central de Macedonia, en Grecia. Los historiadores cristianos refieren
que después del martirio de Santiago y de su hermano Simón, la Iglesia de Pela
siguió bajo la dirección de familiares de Jesús. De aquí en adelante, los
líderes de las diferentes iglesias cristianas tomaron los nombres de obispos y
presbíteros, en las principales ciudades.
Aparecen las primeras herejías en
contra de la persona de Jesús
Son muchas las herejías surgidas en contra de la
persona de Jesús, durante el primer siglo y siguientes. Entre ellas, cabe
mencionar: Judaizantes, nicolaísmo, gnosticismo, docetismo, montanismo,
marcionismo, arrianismo, etc. En este estudio solamente me referiré a las
peores herejías en contra de la divinidad de Jesucristo, y que penetraron en
las iglesias cristianas, y que fueron causa de cismas.
Judaizantes: estos grupos constituyeron los principales enemigos
de los cristianos gentiles convertidos al cristianismo; especialmente, los
judaizantes de la Iglesia de Jerusalén.
Nicolaítas: esta doctrina hizo mucho daño en algunas iglesias
del Asia Menor, como en Pérgamo y Éfeso; aunque fueron rechazados por otras
congregaciones cristianas. La doctrina de los Nicolaítas es herética, basada en
fabulas y genealogías mitológicas, cuyo propósito es desvirtuar el mensaje de
Salvación en Cristo.
Gnosticismo: Los gnósticos creían que el cuerpo de Jesús no era
real, que los sufrimientos y la humanidad de Jesucristo fueron aparentes y no
reales, y que su forma humana fue una mera ilusión.
Docetismo: El docetismo formaba parte de la herejía gnóstica. La
palabra griega koiné para la herejía “doceta”, es: δοκεῖν/, dokeĩn significa "parecer,
aparecer", dókēsis "aparición, fantasma". Los gnósticos eran
también docetistas. Ellos basaban su doctrina en Juan 1:14, y aquel Verbo fue hecho carne”. Para estos herejes, el espíritu es compatible
con Dios el Padre, pero no la carne. Por lo tanto, Dios el Padre no puede
encarnarse o tomar forma humana. Entonces, la humanidad de Cristo fue aparente,
ilusiva.
Aquí voy a hacer un paréntesis para lanzar una
advertencia en cuanto a la acomodación o mutilación que hace el Novum Testamentum Graece de Nestlé-Aland,
y el de Westcot & Hort, de 1 Timoteo 3:16: La Reina Velera traduce así: “Dios fue manifestado en carne,
Justificado en el Espíritu,”. Si este pasaje lo comparamos con las versiones
basadas en el citado Novum Testamentum
Graece, notaremos la influencia de la herejía gnóstico-doceta y maniquea: “Sin duda alguna, el gran misterio de
nuestra fe[a] es el siguiente: Cristo[b] fue revelado en un cuerpo humano y vindicado por el
Espíritu” (Nueva Traducción Viviente). Fue Cristo y no Dios manifestado en carne:
Docetismo, gnosticismo y maniqueísmo disfrazados o disimulados al alterar el
versículo de 1ª Timoteo 3:16, según ellos, Dios no puede encarnarse, porque la
carne es mala y no forma parte de Dios, el cual es espíritu, según la herejía
gnóstica-doceta y maniquea. La base doctrinal es la siguiente:
“existe una fuerte contraposición entre lo
espiritual y lo material (carne), de forma que solo lo espiritual puede
representar a Dios, y lo terrenal es
contrario a la idea de Dios. De aquí surge un rechazo a una posible encarnación de Dios, que para el gnosticismo
es un hecho imposible”.(Crédito:
Real Academia Española, RAE – Docetismo, Gnosticismo y Maniqueísmo)
Maniqueísmo: doctrina
herética practicada por Mani o Manes (c. 215-276). Manes creía que el espíritu
del hombre es de Dios pero el cuerpo del hombre es del demonio. Esto se
explicaba a través de un conjunto de mitos antropogónicos, de influencia
gnóstica y zoroástrica. En el hombre, el espíritu o luz se encuentra cautivo
por causa de la materia corporal; por lo tanto, la materia no pertenece a Dios,
y no puede encarnarse.
Marcionismo: Marción (85-150 d. C.) predicaba que el Dios
benévolo del Evangelio que envió a Jesucristo al mundo como salvador era el verdadero
Ser Supremo, diferente y opuesto al Demiurgo malévolo o dios creador,
identificado con el Dios hebreo del Antiguo Testamento. Se consideraba seguidor
del apóstol Pablo, del que creía que era el único y verdadero apóstol de
Jesucristo.
Arrianismo: herejía en contra de la divinidad de Jesús, y en
contra de la doctrina de la Trinidad. Arrio (Libia 250 o 256 - Constantinopla
336), fue presbítero y sacerdote de Alejandría, considerado hereje, porque
negaba la naturaleza divina de Jesús. Arrio afirmaba que el Hijo está
subordinado al Padre, por ser criado por el Padre; por tanto, también Arrio se
oponía a la doctrina de la Trinidad, doctrina dominante en el cristianismo de
la época. El arrianismo sostuvo que Jesús no es propiamente Dios, sino la
primera criatura creada por el Padre, la cual no gozaba de divinidad, y fue
empleado para la creación del mundo. Con esto el arrianismo postuló la
existencia únicamente de Dios, y la de un solo principio, el Padre.
Aquí nuevamente hago otro paréntesis para advertir a
los creyentes acerca de las razones de por qué el Novum Testamentum Graece de Nestlé-Aland, y el de Westcot &
Hort, suprimen parte del versículo 7 de 1 Juan 5, en donde la Reina Valera
confirma la doctrina de la Trinidad, doctrina que combatió el arrianismo: “Porque tres son los que dan testimonio en
el cielo: el Padre, el Verbo y el
Espíritu Santo; y estos tres son uno”. En tanto que la Nueva Traducción
Viviente, y demás versiones modernas, suprimen parte del versículo 7: “Por lo tanto, son tres los testigos[c] 8 —el
Espíritu, el agua y la sangre—y los tres están de acuerdo”. Esta es una
clara evidencia que la herejía de Arrio se encuentra camuflada o disimulada en
el Novum Testamentum Graece de
Nestlé-Aland, y el de Westcot & Hort, de los cuales traducen todas las
versiones modernas, con el respaldo de las Sociedades Bíblicas Unidas. Mi pregunta es la siguiente: ¿Por qué Westcot
& Hort (1881), y Nestlé-Aland (1898) rechazaron el Nuevo Testamento de
Erasmo de Rótterdam (1,516) para imponer a su propio criterio el Novum Testamentum Graece? ¿Por qué hasta
en el siglo XIX (1881) le encuentran errores al Nuevo Testamento de Erasmo, lo
rechazan y lo denigran? ¿Por qué basaron su Nuevo Testamento en Konstantin von
Tischendorf (1849), si este señor se llevó los manuscritos sin permiso del
Monasterio de Santa Catalina? ¿Quién o quiénes los autorizaron? ¿Fueron inspirados por Dios y el Espíritu
Santo, para imponer su “Aparato crítico” para socavar la autoridad de la Biblia?
Destacado es mío
La Iglesia post-apostólica
Después de este paréntesis de advertencia doctrinal acerca
de la persona de Jesús, cabe preguntarse qué ocurrió a la Iglesia de Jesucristo
en la época post-apostólica. Jesús, en sus últimos días de vida había
profetizado lo que ocurriría después de su muerte. Había recordado a sus
seguidores la profecía de Zacarías 13:7 que dice: “Heriré al pastor, y las ovejas del rebaño serán dispersadas”
(Mateo 26:31-34). Antes de las apariciones de Jesús a sus apóstoles, el
desánimo y la incredulidad eran obvias en los apóstoles. Algunos de ellos, como
Simón Pedro y otros, estaban dispuestos a continuar su vida de pescadores: “Simón Pedro les dijo: Voy a pescar. Ellos
le dijeron: Vamos nosotros también contigo” (Juan 21:3).
La destrucción de Jerusalén y el
Templo (año 70)
Jesús profetizó la destrucción que vendría a la ciudad
de Jerusalén y el Templo. Sus apóstoles habían admirado la bella estructura
arquitectónica del Templo de Jerusalén, y Jesús profetizó: “¿Veis todo esto? De cierto os digo, que no quedará aquí piedra sobre
piedra, que no sea derribada” (Mateo 24:2). Esta profecía de Jesús se
cumplió cuando las hordas romanas a la orden del emperador Tito, destruyeron la
ciudad de Jerusalén, incluyendo el Templo salomónico, en el año 70 d. C. Todo
esto ocurrió sin que terminara el primer siglo de la era cristiana.
La situación para el crecimiento de las iglesias se
tornaba sombrío, y todos buscaban el refugio debido a la terrible persecución de
parte de los romanos. La persecución era igual tanto en contra de judíos, como
en contra de los cristianos.
El libro de los Hechos, que constituye la historia de
la Iglesia primitiva, no incluye estos últimos acontecimientos barbáricos de la
soldadesca romana. Lo que nos deja a
expensas de los historiadores no bíblicos, como Flavio Josefo, historiador
judeo-romano, contemporáneo de los apóstoles; quien sólo se interesa en la
historia de los judíos, en sus obras “Guerras
de los Judíos” y “Antigüedades”.
La destrucción de Jerusalén y el Templo, marca el final de la nación judía y el
comienzo de la diáspora. Por tanto, nos interesa saber qué pasó con los líderes
y creyentes en general, de lo que fue la Iglesia de Jerusalén y las demás
iglesias del Asia Menor y de los otros lugares.
Final de la era apostólica y
comienzo de la obra de los discípulos de los apóstoles
Los discípulos de los apóstoles se conocen en la
historia cristiana como “Padres
Apostólicos”, porque son los defensores y continuadores de la doctrina y
predicación de los apóstoles de Jesús.
Juan, el último de los apóstoles en su libro Apocalipsis nos describe la situación
espiritual de las iglesias del Asia Menor, la cual es bastante lamentable. Casi
todas han permitido la entrada de los falsos maestros, como los nicolaítas en
la iglesia de Pérgamo; mientras otras han perdido su celo y primer amor. La
iglesia de Corinto aun en vida de Pablo ya estaba llena de problemas
doctrinales, incluyendo divisiones, las que todavía se multiplican en nuestras
iglesias de hoy
Después de la muerte del apóstol Juan cerca del año
100-110 d.C., los únicos testigos del cristianismo son los llamados “Padres
apostólicos”. Sólo voy a mencionar a los más cercanos a la época de los
apóstoles.
Policarpo de Esmirna (70-155 d.C.) fue discípulo del apóstol san Juan, y
fue el más famoso entre los obispos de la iglesia primitiva. Esmirna es una de
las diócesis más antiguas, conocida desde el siglo I, cuando Policarpo de
Esmirna fue su obispo. Se desconoce el año preciso en que el cristianismo se
extendió en Esmirna, pero como parte del Asia Menor, su fundador fue sin duda
el apóstol Pablo. Desafortunadamente,
la mayoría de los miembros de la iglesia ortodoxa de Esmirna, fue asesinada por
el ejército turco. Los que escaparon fueron evacuados a Grecia.
Clemente de Roma, (35-99) o san Clemente I, fue un cristiano insigne
de finales del siglo I, uno de los llamados Padres apostólicos por haber
transmitido el «eco vivo» de la predicación de los apóstoles de Jesús de
Nazaret. Ireneo lo llamó el tercero, después de los apóstoles. Murió por la
defensa de su fe, martirizado cerca del año 101.
Ignacio de Antioquía, nacido en Antioquía de Siria, Imperio romano, en el
año 35, murió en Roma, entre 108 y 110. Fue discípulo directo de San Pablo y
San Juan. Es el segundo sucesor del apóstol Pedro en el gobierno de la Iglesia
de Antioquía.
Ireneo de Lyon (Esmirna, Asia Menor, c. 140 - Lyon, c. 202), fue
discípulo de san Policarpo, quien lo envió a las Galias a ejercer el obispado
allí, en el año 189. En esta región se desató una persecución en contra de los
cristianos, a tal punto que muchos de ellos murieron martirizados. La obra destacada
de Ireneo fue contra el gnosticismo, una de las tantas herejías en contra del
cristianismo.
Orígenes de Alejandría. (c. 184 - c. 253) también conocido como Orígenes
Adamantius, fue un erudito, asceta y teólogo cristiano primitivo que nació y
pasó la primera mitad de su carrera en Alejandría. Origenes es un reconocido
padre de la Iglesia, muy influyente en el campo de la teología y la apologética
entre los cristianos primitivos.
Atanasio de Alejandría (296-373 defensor contra las herejías del gnosticismo
y el arrianismo. Fue muy activo y defensor del cristianismo primitivo, en el
Concilio de Nicea
El Concilio de Nicea
Para contrarrestar las herejías de Arrio, y para
procurar la unidad de la Iglesia cristiana que se encontraba dividida en cuanto
a la herejía de Arrio, el emperador Constantino I (272-337) convocó el Primer
Concilio de Nicea, en el año 325. La herejía de Arrio estaba tan propagada en
el cristianismo, que en el seno de la Iglesia había un cisma acerca de la
relación entre Jesús y Dios el Padre, y algunos emperadores apoyaban esta
herejía.
“El Concilio I de Nicea es el primer Concilio
Ecuménico; es decir, universal, en cuanto participaron obispos de todas las
regiones donde había cristianos. Tuvo lugar cuando la Iglesia pudo disfrutar de
una paz estable y disponía de libertad para reunirse abiertamente. Se
desarrolló del 20 de mayo al 25 de julio del año 325” (Crédito: Wikipedia-Arrio).
Finalmente, el arrianismo fue condenado por el Concilio de Constantinopla, en
el año 381. Pero actualmente, los Testigos de Jehová apoyan la herejía de
Arrio; y como digo en mis advertencias, hay un apoyo disimulado en las
versiones modernas de la Biblia, apoyadas también por las Sociedades Bíblicas
Unidas.
CONCLUSIÓN
Gracias al Concilio de Nicea I, convocado por el
emperador romano, Constantino I, la asistencia de los obispos en dondequiera
que había una iglesia cristiana, y gracias a la hegemonía que había adquirido
la Iglesia de Roma, Constantino logró la romanización de la Iglesia cristiana,
bajo su dominio y la unificación entre la Iglesia y el Estado, y bajo la
absoluta autoridad del Obispo de Roma, posteriormente nombrado papa, en el año
315.
Con Roma a la cabeza, las principales celebraciones se
acomodaron al calendario, santoral, y festividades romanas, marcando la
consolidación de la Iglesia católico romana, bajo el dominio del Obispo de
Roma. El primer papa oficialmente legalizado por el emperador Constantino I,
fue Silvestre (conocido en la historia de los papas como San Silvestre), nacido
en Roma, fue papa desde el 31 de enero de 315 hasta el 31 de diciembre de 335.
BIBLIOGRAFÍA
BBC News Mundo – El papa del oficialismo cristiano
Biografías y Vidas –La Enciclopedia biográfica en
línea – Arrio
Deutsche Bibel Gesellschaft
Academic -The Novum Testamentum Graece (Nestle-Aland) and its history (Sociedad
Académica Bíblica Alemana)
Google – Principales herejías de la Iglesia Primitiva
Santacatalina.org – Código Sinaítico
Wikipedia – Arrio
Wikipedia – Concilio de Nicea I
Wikipedia – El final de la etapa apostólica
Wikipedia - Konstantin von Tischendorf
Wikipedia – https://.es.wikipedia.org – Monasterio de Santa Catalina Monte Sinaí
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