EDADISMO: DISCRIMINACIÓN POR LA EDAD
Amadeo Albuquerque Lara
Primeramente, examinemos de dónde nos viene el término
“edadismo”. El vocablo proviene del inglés “ageism”. Leacey Brown, gerontóloga,
afirma que Robert Butler acuñó el término “ageism” en 1969. Dice Butler: “Al
igual que el racismo o el sexismo, el ageismo se refiere a estereotipos de
discriminación contra las personas, basados en su edad avanzada. El ageism se
demuestra tanto en el nivel individual, como institucional. El edadismo incluye
estereotipos, mitos, completo desdén y disgusto, evitar el contacto con
ancianos, discriminación en alquiler de habitación, el empleo y toda clase de servicios”.
Según la OMS Organización Mundial de la Salud y el
Doctor en Psicología Josep Vilajoana “el edadismo es discriminar a una persona
por su edad”. Otra definición de edadismo “es la exclusión de las personas
siendo el único motivo exclusivo la edad. Por tanto, se refiere al hecho de
marginar a una persona e incapacitarla verbalmente por el mero hecho de tener
una edad avanzada”.
En un informe del año 2012, el Fondo Monetario
Internacional (FMI), alertó en ese mismo año de "las implicaciones
financieras potencialmente muy grandes del riesgo de longevidad; es decir, el
riesgo de que la gente viva más de lo esperado". Por tanto, la longevidad
amenaza a la economía mundial, según el FMI.
En ese mismo contexto, a la entonces directora de esa
institución financiera (FMI), Christine Lagarde, se le atribuye la siguiente
declaración: "los ancianos viven demasiado y es un riesgo para la economía
mundial. Tenemos que hacer algo y ya". Si esa declaración es auténtica, estamos
ante una posición no solamente discriminatoria por la edad, sino criminal. Como
es evidente, el FMI y su entonces directora, concuerdan en que los ancianos
viven demasiado. Según una lectura objetiva de estas declaraciones discriminatorias
contra los ancianos, “hacer algo ya” significa marginarlos, despreciarlos,
evitarlos y, por último, acabar con ellos.
Con el fin de comprender con más claridad los efectos
nocivos del “edadismo”, el FMI, a través de sus agentes, presiona a los
gobiernos del mundo, como requisito para obtener préstamos para el desarrollo y
funcionalidad de sus diferentes programas y proyectos, que aumenten la edad
para la jubilación y que reduzcan los beneficios del Seguro Social; así como
que también aumenten los impuestos a la ciudadanía. Estas actitudes de limitar
el acceso a los vitales servicios a persona de avanzada edad, son propias del “edadismo”
más crudo que podemos entender. Es más, ahora los empleadores imponen un límite
de 35 años para acceder a un puesto de trabajo.
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