SAN PEDRO NO PUDO SER EL PRIMER PAPA DE LA IGLESIA CATÓLICA ROMANA
Amadeo Albuquerque Lara
Los apóstoles Pedro y Pablo fueron martirizados por
Nerón, el emperador romano cuyo nombre completo era Nerón Claudio Augusto
Germánico (37 d.C.- 68 d.C.). Nerón fue tan malo que ordenó el incendio de la
ciudad de Roma, aunque el emperador culpó a los cristianos del incendio, por lo
cual fueron ejecutados en masa. Los historiadores Tácito, Dion Casio y Suetonio
escribieron vivamente sobre el caos y la destrucción. También Nerón fue
señalado por el asesinato de su propia madre Agripina, en el año 59 d.C. y de
sus dos esposas: Claudia Octavia y Popea Sabina; pero el historiador Gian
Giacomo Bologna de Italia (1529- 1608), duda que Nerón sea el culpable de la
muerte de su madre.
Durante el imperio de Nerón se produjo la peor
persecución de todos los cristianos, a partir del incendio de la ciudad de Roma
(Crédito: Jorge Cuesta Fernández, Universidad de Murcia). De manera que éstos
eran lanzados a los leones para diversión del emperador y sus allegados, o incendiados
como antorchas en postes, para iluminar las fiestas nocturnas del emperador.
Así que los apóstoles Pedro y Pablo no se libraron de las atrocidades del
emperador durante los años 54-68, catorce años, que por suerte no fueron más.
“Nerón y Domiciano han sido considerados como los
emperadores que inauguraron las persecuciones del Imperio Romano contra el
cristianismo primitivo. Esta tradición tiene su origen en la Apología de
Melitón de Sardes, las obras de Tertuliano, principalmente en el Apologeticum y en el Ad Nationes (s. II- III d.C.), así como
las obras de Eusebio de Cesarea, Lactancio, Orosio y Sulpicio Severo” (Crédito:
Jorge Cuesta Fernández, Universidad de Murcia).
Los primeros cristianos en Roma, tenían sus cultos y
oraciones en catacumbas o subterráneos; eran perseguidos y asesinados (Crédito:
BBC News World)
Por tanto, si Nerón murió en el año 68, el martirio de
los apóstoles Pedro y Pablo debió haber sido por los años 66 o 67, a lo sumo;
porque la última carta de Pablo, 2ª Timoteo, fue escrita en los años 66 o 67.
Sin embargo, en ninguna de las cartas escritas por el apóstol Pablo se menciona
que el apóstol Pedro haya sido nombrado papa de la iglesia de Roma. Además, el
apóstol Juan, quien fue el longevo de los apóstoles de Jesús, cuya muerte
ocurrió entre los años 100 o 101, tampoco menciona en sus epístolas, o su
último libro, Apocalipsis, que Pedro haya sido nombrado Papa; Además, el
nombramiento de Pedro como Papa de Roma, si es que hubiera existido, tuvo que
haber venido de la Iglesia de Jerusalén, de la cual el Apóstol era una de
las “columnas principales”, según el libro de los Hechos de los Apóstoles. Tampoco
la columna principal.
A lo sumo, quizás tuvo nombramiento de obispo o
anciano de la Iglesia de Jerusalén, no de la Iglesia de Roma (Hechos capítulo
11). Tampoco el apóstol Pedro habla como Papa de Roma en sus dos cartas, sino
como apóstol: “Pedro, apóstol de Jesucristo, a los expatriados de la
dispersión en el Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia”, no menciona a
Roma. (1ra Pedro, capítulo 1, verso 1) Fecha de composición de la primera carta
del apóstol Pedro: años 62-64 d.C. desde
Babilonia (5:13).
Veamos qué dice el apóstol Pedro en su segunda carta:
“Simón Pedro, siervo
y apóstol de Jesucristo, a los que habéis alcanzado, por la justicia de
nuestro Dios y Salvador Jesucristo, una fe igualmente preciosa que la nuestra
(2 Pedro, capítulo 1, verso 1).
Si Pedro hubiera sido nombrado Papa por la Iglesia de
Jerusalén, Pedro en sus cartas hubiera escrito: Pedro, Papa de la Iglesia de
Roma; en vez de eso, afirma: “Simón Pedro, siervo
y apóstol de Jesucristo…” Fecha de composición de la segunda carta del
apóstol Pedro: probablemente a finales del año 66 o principios del año 67,
fecha de su martirio por mandato del emperador Nerón. Pero ni la Biblia ni la
historia confirman el papado del Apóstol.
Es más, el papado no existió hasta que el emperador
Constantino I (19 de septiembre de 324 al 22 de mayo de 337) fuera reconocido como
emperador del imperio romano unificado. Cuando el emperador Constantino aceptó
el cristianismo, cesó la persecución de los cristianos. En el año 313, “los
emperadores Constantino y Licinio concedieron plena libertad de culto a los
cristianos (Vatican News). Entonces, con el ascenso de este emperador romano,
fue que la iglesia cristiana (no católica) en Roma alcanzó la paz, pero también
el poder y representatividad otorgados por Constantino. Nótese que fue el
Emperador romano el que puso la tiara al Papa y no al revés, ni tampoco la
Iglesia católica romana, porque no existía.
“Fue a través de su habilidad política que el
emperador Constantino (272-337), con Roma en un contexto de decadencia,
promulgó, junto con el emperador Licinio (250-325), el Edicto de Milán,
poniendo fin oficialmente a la persecución religiosa. (Cfr: BBC News)
Al año siguiente, en 314, el nombramiento de “un Papa
se convirtió en dirigente de la Iglesia: Silvestre (285-335). La primera vez,
por tanto, que el cristianismo ya no era una religión clandestina”. (Edison Veiga
BBC News Brasil, Roma).
Así que ya con el reconocimiento oficial, la libertad
de culto, la adopción del calendario de festividades de la roma pagana, por
parte de la iglesia, las autoridades eclesiásticas nombraron el primer Papa en
la persona de Silvestre (314), reconocido posteriormente como el Papa San
Silvestre (31 de enero de 315 hasta el 31 de diciembre de 335) (Edison Veiga
BBC News Brasil, Roma)
La historia secular registra la imposición de la tiara
papal a Silvestre de parte del mismo Emperador Constantino I. Antes de
Silvestre no hubo ningún papa, a pesar de que quieran suponer que Pedro fue el
primer papa. Sin embargo, ni la Biblia ni la historia secular lo confirman. El
historiador judeo-romano, Flavio Josefo, era contemporáneo de los apóstoles;
sin embargo, él no menciona a Pedro como Papa. Aunque la Iglesia católica
cuente como el papa número 33 a Silvestre, independientemente, no lo pueden
comprobar. ¿Cómo podría haber papas en una Roma pagana que no reconocía al
cristianismo, sino que lo perseguía atrozmente hasta la muerte? ¿Cómo podría
haber una Iglesia católica, con un Papa como cabeza universal, si los creyentes
cristianos eran perseguidos y asesinados, lanzados a los leones, o incendiados
como antorchas humanas? Durante dos siglos, subsiguientes a la era apostólica,
no hubo iglesia católica romana en la ciudad de Roma, ni representante oficial
que se llamara Papa, ni Sumo Pontífice.
Quién fue San Silvestre, el último "santo"
del año y primer papa "legal" del cristianismo (Edison Veiga BBC News
Brasil, Roma) El argumento que esgrime la Iglesia católica es que Jesús, cuando
Pedro le contestó que él era el “Cristo, el hijo del Dios viviente”, Jesús le
dijo:
“Y yo
te digo: «Tú eres Pedro, y
sobre esta piedra edificaré
mi iglesia, y el poder de la Muerte no prevalecerá contra ella. 19 Yo te daré las llaves del Reino de los Cielos.
Todo lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y todo lo que desates
en la tierra, quedará desatado en el cielo»” (Mateo 16:18-19).
Si analizamos lo dicho por Jesús a Pedro, nos
sorprenderá que: 1] “sobre esta
piedra edificaré mi iglesia”, la
iglesia de Jesucristo, no la iglesia católica de Roma, porque no existía, ni la
fundó Cristo; 2] Jesús no pudo haber edificado su iglesia sobre un hombre que
lo había negado tres veces, y a quien lo había llamado “satanás”: ni que fuera
reconocido como “la piedra
que rechazaron los edificadores, que vino a ser la cabeza del ángulo”.
“Pero
él, volviéndose, dijo a Pedro: ¡Quítate
de delante de mí, Satanás!; me eres tropiezo, porque no pones la mira en
las cosas de Dios, sino en las de los hombres” (Mateo 16:23).
Claramente, Pedro no entendía las cosas de Dios; era
tropiezo, no podía ser el fundamento de la iglesia de Jesucristo.
3] Jesús le entregará “las llaves del Reino de los cielos”, no las llaves que
según la Iglesia católica tiene el Papa en el Vaticano. El Reino de los cielos
no es la Iglesia católica romana, no lo dice la Biblia.
“Reino de
Dios o Reino de los Cielos
(en griego βασιλεία τοῦ θεοῦ basileia tou theou) es un reino en el cual Dios es
el gobernante y juez, cuya sede es el cielo. “Bienaventurados los pobres en
espíritu, porque de ellos es el reino
de los cielos” (Mateo 5:3). Por tanto, el apóstol Pedro ni ningún otro
apóstol puede tener potestad sobre el Reino de los Cielos.
4] “todo lo que
desates en la tierra, quedará desatado en el cielo» No significa la
absolución de pecados por Pedro, ni mucho menos por un sacerdote; la Biblia
afirma que sólo Dios puede perdonar pecados.
“¿Quién puede perdonar pecados,
sino solo Dios? Entonces los escribas y los fariseos comenzaron a pensar,
diciendo: ¿Quién es éste que habla blasfemias?” (Lucas 5:21)
Si al mismo Jesús los líderes religiosos judíos lo
acusaron de blasfemo por perdonar pecados, ¿qué diremos de un sacerdote, un
humano tan pecador como todos?
Ahora observemos la versión griega de Mateo 16:18: “κἀγὼ
δέ σοι λέγω ὅτι σὺ εἶ Πέτρος, καὶ ἐπὶ
ταύτῃ τῇ πέτρᾳ οἰκοδομήσω μου τὴν ἐκκλησίαν”
Pedro en griego es Petros, piedra suelta,
algo así como guijarro; y piedra es petra, roca o peñasco. Otra vez, la
iglesia no será edificada sobre Petros, sino sobre petra,
que representa a Cristo: la confesión de Petros: que Jesús es “el
Cristo, el hijo del Dios viviente”. Además, leamos lo que afirma el apóstol Pedro
en su discurso, después que él y Juan sanaran a un hombre cojo, a la puerta del
Templo :
“Este Jesús
es la piedra reprobada por vosotros los edificadores, la cual ha venido
a ser cabeza del ángulo. 12 Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro
nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos” (Hechos
4:11-12).
Claramente habla el apóstol Pedro que no es él la piedra sobre la cual Cristo
edificaría su iglesia; es “Jesús la piedra, cabeza del
ángulo”. Ya he dicho que la palabra “piedra” en la Biblia es lo mismo que “roca”
o “peña”; y en el Antiguo Testamento, Jehová
es la roca; pero en el Nuevo Testamento, Jesús es la piedra y la roca.
En el Antiguo Testamento, encontramos la palabra roca o peña en Deuteronomio, 2 Samuel, los Salmos, e Isaías;
en el Nuevo Testamento, Piedra y roca
las encontramos en Mateo, 1 Corintios y 1 Pedro, unas veinte veces por lo menos,
solamente en estos pasajes citados. De manera que es Dios y Jesús quienes se
constituyen en piedra, roca o peña,
como refugio y protección del pueblo de Dios; y el mismo apóstol Pedro confiesa
que es Jesús “la piedra, cabeza del ángulo”. Lo que quiere decir, la piedra o
roca de fundamento de la Iglesia de Jesucristo.
En el desierto, Moisés recibió órdenes de Dios que
golpeara la roca para
suministrarle agua al pueblo que se lamentaba por la falta de agua. El
patriarca Jacob usó una piedra de
cabecera en Betel, en donde se le apareció Dios en visión de una
escalera que desde la tierra llegaba al cielo; y por la cual subían y
descendían ángeles (Gén 28:11-13).
Por lo tanto, si en este pasaje de Mateo 16:16-18, la
Iglesia católica supone basar la doctrina del papado, queda sin fundamento,
porque la Biblia en ningún lado afirma que Pedro (Petros) es la piedra que
se constituye en la cabeza del ángulo del edificio, el cual es la Iglesia de
Jesucristo. Mucho menos que la Biblia afirme que Pedro fue el primer papa de la
Iglesia romana. La historia secular confirma que el primer Papa legal de la Iglesia católica fue Silvestre (en el año
314), conocido como el Papa San Silvestre, hasta que Constantino I
oficializó el cristianismo en Roma. De la Roma pagana a la cristiana.
“Silvestre guio el pasaje de la Roma pagana a la Roma
cristiana, y asistió a la construcción de las grandes basílicas
constantinianas”. (Vatican News).
Por otro lado, si de atar y desatar se trata, Jesús mismo mencionó esas palabras,
refiriéndose a la iglesia local, cuando se
trata de perdonar al hermano, si peca contra otro hermano, no contra Dios:
“15 Por tanto, si tu hermano peca contra ti, ve y repréndele estando tú y él solos; si te
oyere, has ganado a tu hermano. 16 Mas si no te oyere, toma aún contigo a uno o
dos, para que en boca de dos o tres testigos conste toda palabra. 17 Si no los
oyere a ellos, dilo a la iglesia; y
si no oyere a la iglesia, tenle por gentil y publicano. 18 De cierto os digo
que todo lo que atéis en la tierra, será atado en el cielo; y todo lo que
desatéis en la tierra, será desatado en el cielo” (Mateo 18:15-18).
Entonces, Jesús no sólo a Pedro le dio el poder de “atar
y desatar”. También le dio esta potestad a la iglesia local: cualquier grupo de
creyentes organizados como iglesia local, en cualquier lugar del mundo. En el
caso de una decisión de la iglesia local, este grupo de creyentes tiene la
autoridad para amonestar al hermano que pecó contra otro hermano, o de
destituirlo. Pero eso se lo dijo a la iglesia, no se lo dijo a Pedro, ni mucho
menos que se aplique a la potestad de perdonar a un sacerdote.
CONCLUSIÓN
En este artículo he postulado la tesis de que San
Pedro, el “siervo y apóstol de Jesucristo”, no pudo haber sido el primer Papa
de la Iglesia católica romana, porque la Iglesia católica no existía en Roma,
sino hasta que el Emperador Constantino I oficializó el cristianismo. He
documentado que los emperadores Nerón y Domiciano desataron la mayor
persecución en contra de los cristianos, después que Nerón los acusó de haber
ellos incendiado la ciudad de Roma.
Por otro lado, he documentado con fuentes confiables
que Nerón martirizó a los apóstoles Pedro y Pablo, antes del año 68 d.C., sin
haber los mismos apóstoles indicado en sus escritos de que San Pedro había sido
elegido Papa de la Iglesia de Roma, ni de la Iglesia de Jerusalén.
Además, he documentado con fuentes confiables de
historiadores extrabíblicos que el primer Papa de la Iglesia católica fue
conocido como San Silvestre, en el año 314, bajo el emperador Constantino I,
después que aceptara el cristianismo, que cesara toda persecución contra los
cristianos y declarara la libertad de culto en el imperio romano.
Dadas todas estas circunstancias históricas y con base
en la Biblia, San Pedro mismo nunca se identificó como “la piedra, cabeza del
ángulo”, tal como él confesó que es “Jesús la piedra, cabeza del ángulo”; ni
tampoco se identifica como Sumo Pontífice, ni como Obispo de Roma, ni como
Papa, sino como: “Pedro, siervo y apóstol de Jesucristo”, en sus dos epístolas
escritas antes del año 67, año en que fue martirizado por el emperador romano Nerón
Claudio Augusto Germánico, quien murió en el año 68 de la era cristiana,
después de gobernar Roma durante catorce años.
Por último, también he documentado que la Iglesia de
Jesucristo fue fundada sobre la piedra de la confesión de Pedro, no sobre
Pedro; porque es “Jesús la piedra que rechazaron los edificadores y fue
constituido en cabeza del ángulo”; y que las llaves entregadas a Pedro,
simbólicamente por Jesús, se refieren al Reino de los cielos, no a la Iglesia
católica romana.
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