JOB Y EL SUFRIMIENTO HUMANO
Amadeo Albuquerque Lara
Job es el único personaje bíblico con ese nombre en
todo el Antiguo Testamento; lo que ha hecho suponer a los críticos que ha sido
un personaje nombrado como prefigura o prototipo, ejemplo de fidelidad a Dios,
a la justicia divina, y del sufrimiento humano como prueba. Los críticos
también señalan con incertidumbre la ubicación de la “tierra de Uz”; pero en la
Biblia se visibiliza como una zona ganadera, de riqueza y prosperidad en
beneficio del personaje Job.
I] La Tierra de
Uz la ubican los críticos en dos lugares diferentes y opuestos. Algunos la
ubican en Aram, al norte de Mesopotamia; mientras que otros la ubican al sur de
Israel, como parte del reino de Edom. Los que la ubican en Aram, al norte de
Mesopotamia, se basan en el pasaje de Génesis diez, en donde se menciona a Aram
como hijo de Sem; y Uz como hijo de Aram (Génesis 10:23). De manera que estos
críticos aseguran que la “tierra de Uz” perteneció a Uz, hijo de Aram. Sin
embargo, la mención del personaje Uz en Génesis capítulo diez, no asegura que
él es el fundador de una zona geográfica que en lo sucesivo se llamaría la “tierra
de Uz”.
Por otro lado, quienes afirman que la “tierra de Uz”
estaba ubicada al sur de Israel, como parte del reino de Edom, se basan en los
siguientes pasajes: Lamentaciones 4:21 “Gózate y alégrate, hija de Edom, la que
habitas en tierra de Uz”; Jeremías
25:20-21: “y a toda la mezcla de
naciones, a todos los reyes de tierra de
Uz, y a todos los reyes de la tierra de Filistea, a Ascalón, a Gaza, a
Ecrón y al remanente de Asdod; 21 a Edom, a Moab y a los hijos de Amón”. Como
es evidente, la tierra de Uz se menciona como la hija de Edom en Lamentaciones;
mientras que Jeremías menciona la “tierra de Uz” como perteneciente a la mezcla
de naciones, la tierra de Filistea con sus cuatro ciudades; y la zona de Edom,
Moab y Amón, al sureste de la tribu de Judá. Estas naciones estaban ubicadas al
sur y sureste de Judá respectivamente, al sur de Israel.
Por lo tanto, hay más evidencia bíblica de la
ubicación de la “tierra de Uz” al sur de Israel, antes que al norte de
Mesopotamia, porque eso sería basarse mayormente en suposiciones. Pero hay algo
más que llama la atención al leer los pasajes citados. Todos se refieren a Uz
en una frase inseparable, sintácticamente unida, con un núcleo y su complemento
preposicional: “tierra
(núcleo) de Uz”
(complemento preposicional). El libro de Job comienza así: “Hubo en tierra de Uz un varón
llamado Job” (Job 1:1); Lamentaciones menciona la frase así: “la que habitas en tierra de Uz” (Lam 4:21); y Jeremías: “a todos los reyes de tierra de
Uz” (Jer 25:20). En consecuencia, lo inseparable de la frase hace
pensar que la “tierra de Uz” no es un prototipo, ni mucho menos un mito; ni un
acomodo legendario para introducir al personaje Job; sino que su ubicación
geográfica está respaldada por dos libros del Antiguo Testamento.
II] El Personaje
Job. Job se presenta en la Biblia como una figura prominente en la literatura
hebrea. Una persona de inmensa riqueza, jefe de una próspera familia, de
numerosos amigos y criados; y de intachable fidelidad y rectitud. El libro de Job comienza con una
afirmación indubitable, basada en datos geográficos e históricos: “Hubo en tierra de Uz un varón llamado Job” (Job 1:1); tanto la tierra como el
personaje tienen un nombre propio, no mítico ni legendario. Los críticos de la
Biblia ven en cada uno de sus libros una duda, un mito, o un cuento propio de
la edad en que aparece; porque ellos se basan en la crítica textual y no como resultado de la inspiración divina. Sin
embargo, el personaje Job no es un mito ni una leyenda, ya que vivió y
perteneció a una zona geográfica documentada por el profeta Jeremías; y que
además, Job es un personaje bíblico que es puesto como ejemplo
y prefigura de una profunda fidelidad a Dios en medio del sufrimiento como
prueba, y de la justicia divina; y que a pesar de la pérdida de su salud, de
sus hijos y de sus riquezas; así como de la burla de su mujer, y de la
incomprensión de sus llamados amigos, Job permanece inconmovible en su fe en la
justicia divina: “Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito”
(Job 1:21). Resaltado es mío.
Job representa la verdad del sufrimiento humano; y nos
demuestra que el hecho de ser hijos de Dios, no estamos exentos del sufrimiento
y las enfermedades; así como de la prueba dura que debemos resistir, porque
Dios nos da la fuerza, si estamos cimentados en los principios de la fe
cristiana. Job era “perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal” (Job
1:1), pero no exento del sufrimiento, porque Job también era humano. Resaltado
es mío.
III] Los hijos de Dios y
Satanás. El conflicto
bíblico comienza cuando surge el maligno, el personaje del mal llamado Satanás
acompañado con los hijos de Dios. Es su manera de camuflarse, tomando la forma
del bien y no como el engañador y enemigo de los hijos de Dios. El argumento
que el diablo le expone a Dios es que Job lo ama por las enormes riquezas que
posee, pero que si las pierde, lo aborrecerá y se apartará de él. El pasaje nos
demuestra que Satanás no se presenta de una manera que nos cause miedo o terror.
“Un día vinieron a presentarse delante de
Jehová los hijos de Dios, entre los cuales
vino también Satanás” (Job 1:6). Los hijos de Dios mencionados en Job son
los ángeles que no se rebelaron junto con Satanás; mientras que Satanás ya se
había rebelado, queriendo ser igual o superior que Dios. Dios le pregunta a
Satanás que de dónde viene, y Satanás le responde que viene “de rodear la tierra y de andar por ella”
(Job 1:7). La respuesta de Satanás demuestra que ya ha sido lanzado del cielo y
“arrojado a la tierra”; que ya no es el Luzbel, jefe de los ángeles “hijos de
Dios”, sino que es el jefe de los ángeles caídos junto con él, los cuales
fueron reservados en prisiones eternas. “Y
a los ángeles que no guardaron su dignidad, sino que abandonaron su propia
morada, los ha guardado bajo oscuridad, en prisiones eternas, para el juicio
del gran día” (Judas 6). Por tanto, en el pasaje de Job Satanás quiere
mezclarse con los ángeles “hijos de Dios” no rebeldes, y no con sus ángeles
rebeldes que fueron lanzados de sus moradas en el cielo, junto con él.
“Y fue lanzado fuera el gran
dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al
mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él” (Apocalipsis 12:9).
En el libro de Génesis 6:2, se lee una referencia a
los ángeles como “hijos de Dios” que se mezclan con las hijas de los hombres;
pero evidentemente, éstos son ángeles caídos que se han rebelado junto con
Satanás; porque los ángeles que permanecen fieles a Dios no se casan ni se dan
en casamiento. “Entonces respondiendo
Jesús, les dijo: Erráis, ignorando las Escrituras y el poder de Dios. Porque en
la resurrección ni se casarán ni se
darán en casamiento, sino serán como
los ángeles de Dios en el cielo” (Mateo 22:29-32). El Libro de Enoc,
libro no canónico ni reconocido como inspirado, llama a los ángeles caídos
“hijos del cielo” (Enoc 6:2). Una referencia a su estado anterior a su rebelión
y caída; lo que sin duda también es una referencia a su estado anterior, en la
cita de Génesis 6:2, como “hijos de Dios”. Resaltado es mío.
Por último, queda la duda que por qué Dios le permite
a Satanás causarle sufrimiento, pérdida de su salud, de sus hijos, y de sus
riquezas a su siervo Job. Pero no debemos olvidar que también Jesús “fue tentado en todo según nuestra
semejanza, pero sin pecado” (Hebreos 4:15). De manera que tanto en el
Antiguo Testamento, como en el Nuevo, Dios permite la tentación del diablo;
razón por la cual el Señor Jesús enseñó a sus discípulos a orar, así: “y no
nos dejes caer en tentación, y líbranos del maligno” (Mateo 6:13
Bible.com). Claramente, el creyente en el Evangelio de Jesucristo no está
exento del maligno; por eso, debemos orar siempre para no ceder ante el sufrimiento
y la prueba. “En todo esto no pecó Job,
ni atribuyó a Dios despropósito alguno” (Job 1:22).
CONCLUSIÓN
Este estudio se ha basado en el libro de Job como
digno representante de la resistencia al sufrimiento humano, a la rectitud y
fidelidad a un Dios justo. El estudio se ha enfocado en tres aspectos: la zona
geográfica en que se dan los hechos, el personaje llamado Job como único que
lleva ese nombre en todo el Antiguo Testamento; y Satanás como representante
del mal, como incitador a la rebelión contra los designios divinos, y como el
instrumento de la tentación como prueba del creyente fiel y de rectitud
intachable. Satanás no se preocupa mucho de los débiles en la fe, y mucho
menos, de los infieles; porque son más fáciles de convencer y de hacerlos
rebelarse.
Satanás se presentó a Jesús como profundo conocedor de
las sagradas Escrituras, y como instrumento oportuno en contra de los planes de
Dios. “Entonces Jesús fue llevado por el
Espíritu al desierto, para ser tentado por el diablo” (Mateo 4:1).
Obsérvese que Jesús fue guiado por el Espíritu de Dios para ponerlo a prueba.
Al igual que Jesús, Job fue sometido por Satanás con el permiso de Dios. En el
caso del Señor Jesús, el punto débil que atacaba el diablo fue el ayuno durante
cuarenta días y cuarenta noches, por lo que Jesús tuvo hambre. En tanto que el
punto débil que Satanás buscó en Job fue la inmensa fortuna que poseía, la próspera
familia, y sin duda, buena salud.
Por lo tanto, estemos atentos cuando creamos que todo
marcha estupendamente bien, cuando gocemos de buena salud, de un excelente salario,
de prósperas posesiones; de manera que nos sintamos intocables e
inclaudicables. Porque precisamente, esas son las condiciones que aprovecha el
diablo para tentarnos y hacernos caer.
REFERENCIAS
Bible.com
Biblia Reina Valera 1960
Enciclopaedia Britannica
Estudio inductivo de la Biblia
Lamentaciones y Jeremías
Redalyc.org: La crítica a la
sabiduría en el libro de Job
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