NICODEMO Y JESÚS
Amadeo Albuquerque Lara
En el capítulo 3
del Evangelio de Juan se registra un diálogo muy interesante entre Nicodemo y
Jesús, diálogo que el evangelista Juan aprovecha para destacar la más clara
cristología. Empecemos por revisar el currículo de Nicodemo y el de Jesús.
Nicodemo: Maestro de la Ley, Principal entre los judíos, de la secta de los
fariseos, los más estrictos guardadores de la Ley de Moisés, y miembro del
poderoso Sanhedrín, la asamblea legislativa y judicial del antiguo Israel.
Jesús: “Rabí venido de Dios por Maestro” (según Nicodemo), Hijo de Dios,
Redentor de la humanidad (Juan 3:15-16), obrador de milagros, y cumplidor de la
Ley de Moisés (Mateo 5:17-37), no ha venido “para condenar al mundo, sino para
que el mundo sea salvo por él” (Juan 3:16-17).
Nicodemo comienza
el diálogo con una especie de alabanza: “Rabí, sabemos que has venido de Dios
como maestro; porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no está
Dios con él” (Juan 3:2). Cabe destacar que los fariseos eran los más reacios
enemigos de Jesús; pero parece que este fariseo era mesiánico, nada más que
esperó la noche para acercarse a Jesús para sostener este diálogo.
El apóstol Juan
aprovecha este diálogo para sacar a luz la misión del Mesías y para documentar
su cristología. Jesús despierta la intriga del fariseo mencionándole el nuevo
nacimiento. Nicodemo replica inmediatamente que cómo puede un adulto entrar en
el vientre de su madre y volver a nacer, porque él está pensando en lo
terrenal, no en lo espiritual. Jesús le contesta que lo que es nacido de la
carne, carne es; pero lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. Cristo le
dice a Nicodemo que para entrar en el Reino de los cielos es necesario
bautizarse en agua y ser bautizado con el Espíritu Santo. Todo esto sorprende a
Nicodemo, porque los fariseos sólo creen que con cumplir la Ley son hechos
perfectos.
La cristología del
apóstol Juan es que Jesús es el Hijo de Dios, que sólo los que creen en Cristo
pueden ser salvos de la ira de Dios. Como fariseo, Nicodemo sabe lo que
significa la ira de Dios, porque es una doctrina basada en el Antiguo
Testamento, el cual contiene la Ley, los Profetas y los Salmos. Nicodemo, José
de Arimatea y Saulo de Tarso son tres judíos de la secta de los fariseos,
maestros de la Ley, versados en el conocimiento y costumbres de la religión
judía; sin embargo, reconocieron en Jesús la misión redentora, y como el único
mediador entre Dios y la humanidad.
“Porque hay un
solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre” (1
Timoteo 2:5). “E indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad: Dios
fue manifestado en carne, Justificado en el Espíritu, Visto de los
ángeles, Predicado a los gentiles, Creído en el mundo, Recibido arriba en
gloria” (1 Timoteo 3:16 RVR 1960). Destacado es mío.
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