FLAVIO JOSEFO Y EL ANTIGUO TESTAMENTO
Amadeo Albuquerque Lara
Tito Flavio Josefo es un historiador judeo-romano que
nació en Jerusalén, en el año 37, cuatro años después de la muerte de nuestro
Señor Jesucristo. Aunque era judío, de la secta de los fariseos, No negó la
historicidad de Jesús. Más bien, reconoció el ministerio de los milagros
realizados por Jesús, y lo reconoció como “más que un hombre”. Tácitamente,
reconoce su divinidad.
Para destacar la importancia de la obra de Flavio
Josefo, voy a transcribir el primer párrafo de la Introducción de los volúmenes
XVIII, XIX y XX:
“Aparte
de la Biblia misma, Flavio Josefo es con mucho la fuente histórica más
importante para iluminar toda la era bíblica, y, con respecto a algunos
personajes del Nuevo Testamento, es una fuente aún más completa. En términos de
cantidad de datos, por ejemplo, Josefo provee probablemente 300 veces más
cantidad de información acerca de Herodes el Grande que el Evangelio de Mateo,
o diez veces más acerca de Poncio Pilato. También provee fascinadoras
perspectivas acerca de otras figuras bíblicas como Arquelao, Herodes Antipas,
los dos Agripas, Félix, y Festo, así como intrigantes atisbos acerca de Juan
Bautista, de Jacobo, el medio hermano de Jesús, y del mismo Jesús”.
Flavio Josefo es reconocido como Josefo, Historiador
judeo-romano. Nació en Jerusalén, y su padre era de la línea sacerdotal;
mientras que su madre era de linaje real. Se dice que es autor de Antigüedades de los Judíos, libro que se
compone de 20 volúmenes; Guerra de los
Judíos es el segundo libro y contiene dos volúmenes. Josefo vivió desde el
año 37 y murió a los cien años. Josefo fue testigo de la destrucción de
Jerusalén por parte del imperio romano, de la destrucción del Templo en el año
70, y de las innumerables guerras de los romanos en contra de los judíos. Sin
duda tuvo conocimiento de la obra de los apóstoles de Jesús, y pudo haberse
familiarizado con la obra del apóstol Mateo, quien escribió para el pueblo
judío para demostrar que Jesús era el Cristo o Mesías. Como el apóstol Juan
murió a los cien años, también Josefo pudo haberse familiarizado con su obra.
Según sus biógrafos, los primeros once volúmenes de Antigüedades son una paráfrasis del
Antiguo Testamento; mientras que los restantes nueve volúmenes se refieren a
los personajes con quienes Josefo se relacionó en su tiempo, como los Herodes,
y otros funcionarios romanos como Pilatos. Pero para no hacer más largo este
escrito, voy a resumir los contenidos de los primeros ocho volúmenes, los
cuales tratan desde la historia de la Creación, hasta la ascensión al trono de
Salomón, como rey de Israel. Se refiere también a la muerte de Isaac, la
historia de los hijos de Isaac; el éxodo de los judíos de Egipto; los 40 años
en el desierto, y la muerte de Moisés.
El volumen quinto se refiere a la sustitución de
Moisés por parte de Josué, y la muerte del sacerdote Elí. El sexto volumen
narra la captura del Arca por los filisteos, y la muerte del rey Saúl. El
séptimo volumen narra la ascensión al trono del reino de Israel y la muerte de
David. El octavo volumen es la historia de la ascensión al trono de Salomón,
como rey de Israel.
He seleccionado nada más estos primero ocho volúmenes
del libro Antigüedades de los Judíos,
sólo como una muestra del apego a la historia narrada en el Antiguo Testamento,
por parte de Josefo. Los manuscritos existentes del libro Antigüedades de los Judíos, escritos por Josefo por los años 93-94,
contienen dos referencias a Jesús de Nazaret y una referencia a Juan el
Bautista. Aunque algunos críticos no creyentes afirman que estas referencias
son interpolaciones posteriores, muchos otros historiadores reconocen su
autenticidad. En el libro 18 de Antigüedades…
Josefo afirma que Jesús era el Mesías, que fue un maestro sabio, y que fue
crucificado por Poncio Pilato.
Los expertos modernos han reconocido la autenticidad
de la segunda referencia a Jesús en Antigüedades,
libro 20, capítulo 9. Aquí se mencionan a Santiago, hermano de Jesús, llamado
el Cristo. Esta referencia es reconocida por los estudiosos como más auténtica,
que la primera. Pero como siempre, los críticos tratan de poner en duda la
autenticidad de las referencias a los pasajes de la Biblia; especialmente, si
se refieren al Nuevo Testamento. No solamente los críticos modernos han querido
negar la autenticidad de los manuscritos de donde se tradujo la Biblia, sino
que hasta de las referencias citadas por historiadores de la calidad de Flavio
Josefo.
Casi la totalidad de los estudiosos consideran la
referencia en el Libro18, capítulo 5 del libro Antigüedades a la prisión y muerte de Juan el Bautista como
auténtica y no como interpolación cristiana. Existe una cantidad de diferencias
entre la narración de Josefo y las narraciones del Nuevo Testamento. Por eso,
los estudiosos ven estas variaciones como indicaciones de que los pasajes de
Josefo no son interpolaciones; puesto que los interpoladores cristianos muy
posiblemente habrían hecho corresponder estas variaciones, con las narraciones
del Nuevo Testamento, sin permitir estas variaciones.
Josefo escribió sus obras que sobreviven después de
haberse establecido en Roma, cerca del año 71, bajo el patrocinio del emperador
romano Vespasiano. Pero todos sus manuscritos datan del siglo once, al igual
que los demás manuscritos antiguos. Sin embargo, los más antiguos que
sobreviven, fueron copiados por monjes cristianos. Se cree que los judíos no se
interesaron por preservar los escritos de Josefo quizás porque consideraban que
Josefo fue un traidor, pero también porque sus obras circulaban en griego,
idioma que había ya declinado poco tiempo después de la era de Josefo.
CONCLUSIÓN
Las obras de Josefo han sido reconocidas por ser un
historiador de relatos antiguos, incluyendo los del Antiguo Testamento; pero
cuando Josefo cita testimonios referentes al Nuevo Testamento, su autoridad
queda mermada por parte de los críticos, porque aseguran que sus testimonios no
son auténticos, sino interpolaciones cristianas, con el fin de hacerla
coincidir con los relatos del Nuevo Testamento. Debo hacer notar que los
ataques de los críticos con más fuertes contra los manuscritos del Nuevo
Testamento que contra los del Antiguo Testamento. Quizás son así de fuertes
porque su propósito es sembrar la duda en cuanto a la autenticidad de la persona
de Jesús, su divinidad, sus milagros, y de la obra de sus seguidores de los
primeros siglos. Sus ataques son también en cuanto a la antigüedad y fidelidad
de los manuscritos de donde se han hecho las primeras traducciones de la
Biblia.
Para finalizar, citaré los principales argumentos de
los críticos más acérrimos de los manuscritos más antiguos. Estos dicen que los
manuscritos están incompletos; que la aparición de los actuales manuscritos es
tardía, del siglo once, en el caso de los libros de Flavio Josefo; y del siglo
cuarto, en el caso de los manuscritos más antiguos de la Biblia. Sin embargo,
no tratan de la misma manera a los manuscritos de la literatura clásica.
Pero debo afirmar que hay críticos modernos más
conscientes que aceptan que los manuscritos de la Biblia son más confiables
debido al número de copias que con más frecuencia se han hecho desde los Escritorios, por expertos escribas con
dominio de las lenguas originales.
En el caso de la Biblia, contamos con la rigurosidad
con que se ha preservado el Texto Masorético Hebreo, y su traducción al griego
conocida como la Biblia Septuaginta. Además, tenemos la traducción al Latín, y
a otros idiomas que han mantenido la fidelidad de su mensaje salvífico.
No hay comentarios:
Publicar un comentario