DE MONSTRUOS, Y
AVISTAMIENTOS
Amadeo Albuquerque Lara
Al estudiar las culturas, las tradiciones o literatura
de las diferentes civilizaciones del mundo, nos damos cuenta de que el ser
humano es inclinado a inventar mitos, leyendas, cuentos de camino y supersticiones,
productos de relatos orales en variadas versiones, que más tarde alguien las
plasma en la escritura, para formar parte de la literatura de esa civilización.
Característica de estas historias es la creencia en la
existencia de monstruos y criaturas de tamaños descomunales. La cultura griega
nos ha heredado una riqueza de mitos y leyendas. Entre ellos, los griegos
crearon un monstruo llamado Polifemo. Un cíclope gigantesco de horrible
apariencia, con sólo un ojo en la frente y poseedor de una fuerza brutal.
También, en el campo de las creencias religiosas, los griegos han caracterizado
al diablo con un aspecto dantesco, con cuernos, cola, y patas de cabro, igual
que la imagen horrenda del dios Pan.
Entre las culturas mesoamericanas, son muy comunes los
mitos y leyendas de seres exageradamente grandes y horrendos. Algunos de estos
seres se han dedicado a espantar y producir miedo a los seres humanos que no
siguen las reglas de la sociedad de la época, en que fueron creados. Algunos de
estos seres extraños defienden o acompañan, mientras que otros imparten
castigos por violentar las reglas que ellos pretenden resguardar. Algunos de
estos seres míticos o legendarios toman formas antropomórficas o de simios de
tamaños descomunales. Otras de estas leyendas sólo tienen la intención de
producir miedo o espanto, o tienen la intención de educar tras un castigo a los
culpables leñadores de destruir los árboles, o los cazadores despiadados, por
matar a los animales de la selva.
La otra característica de estos cuentos es que, como
son productos de la tradición oral, las historias adquieren diferentes
versiones, porque a medida que se vuelven del dominio público, se le añaden o
suprimen partes importantes, personajes y circunstancias de la leyenda, según
su visión del mundo.
Para pasar revista de algunas leyendas populares, es
mejor comenzar con lo nuestro. En Nicaragua, tenemos las leyendas de la Cegua o
mujer bruja, el Cadejo o perro brujo, y la Mona Bruja o Mico Brujo, entre otras.
Estas historias también son compartidas por países centroamericanos y México.
Estos seres extraños sólo tienen la intención de espantar a los hombres
mujeriegos, generalmente. Los avistamientos son exclusivos para los hombres
infieles y trasnochadores; aunque no se sabe mucho si estos espantos han
causado daños a las supuestas víctimas. Mencionaré sólo unas cuantas de estas
leyendas.
1] La Mona bruja o mico brujo
Cuenta la leyenda que las monas brujas son mujeres que
mediante procedimientos cabalísticos se cambian la piel humana por otra de
aspecto velloso, para adquirir la apariencia de un simio gigantesco. Esta mona
se aparece a altas horas de la noche, y en lugares solitarios, para darle una
lección a los hombres infieles. Si viajan a caballo, la mona se sube a la grupa
del caballo y acompaña al trasnochador, hasta que éste llega a la casa de la
esposa. No se ha sabido que cause daños a quienes acompaña, pero quien tiene la
mala suerte de ser acompañado, sufre de miedo extremo, hasta el punto de
orinarse o ensuciarse en la ropa. Esta leyenda de la “Mona bruja” es popular en
los países centroamericanos, no solamente en Nicaragua.
2] La Vieja del Cerro
Esta leyenda pertenece al grupo de leyendas de seres
extraños que cuidan de los bosques y las montañas. Aquí en Nicaragua tenemos la
“Vieja del Cerro”. Me contaban cuando yo era pequeño, que quien subía al volcán
Maderas, en la isla del Lago Cocibolca, la vieja del cerro lo perdía, para que
no pudiera encontrar la salida, en caso que causara destrozos en la naturaleza,
o el robo de animales del volcán. La “vieja”, supuestamente confundía a los
intrusos para que no causaran daños a la flora o fauna del volcán. Esta leyenda
era muy popular en los años de mi niñez, en el departamento de Rivas. Esta
leyenda de la “vieja del cerro” también la cuentan los habitantes de Oaxaca,
México. La leyenda, como la mayoría de ellas, surgieron cuando las ciudades o
pueblos no estaban muy desarrollados, ni contaban con luz eléctrica ni lámparas
de mano. En esas circunstancias surgieron los cuentos de camino y las leyendas
de Meso y Sur América.
3] La Marimonda o Madremonte, en Colombia
En esta misma línea, Colombia tiene la leyenda de la
Marimonda o Madremonte, quien castiga a los que intentan irrespetar la
privacidad e integridad de los bosques; según la leyenda, de la Marimonda no se
debe hablar de ella en el silencio de la noche. Especialmente, si dos o más
hombres entablan conversaciones acerca de conquista o aventuras con mujeres.
Entonces, la Marimonda les aparece en la forma de una mujer muy atractiva y los
invita a acercarse a ella para que la abracen. Cuando esto sucede, el cabello
de la Marimonda se convierte en bejucos o lianas que envuelven el cuello del
hombre que se atreve a abrazarla, y lo asfixia. Por eso, la leyenda dice: “de
la Marimonda no se debe hablar”.
Esta leyenda tiene semejanza con la historia de
Medusa, un monstruo femenino de la mitología griega, a quien la diosa Atenea le
convierte los cabellos en serpientes, provocada por la belleza de Medusa y
cegada por los celos, por su relación con Poseidón.
4] El Capibara o Carpincho blanco, de Argentina
Argentina tiene la leyenda del Capibara o Carpincho
blanco, monstruo que también defiende a los animales muertos por los cazadores,
en los bosques de Argentina. Los cazadores afirman haberle disparado más de una
vez, pero sin éxito.
Esta leyenda se refiere a un monstruo en la forma de
un roedor de gran tamaño y corpulento; existe el capibara de color café oscuro
de tamaño pequeño, y el capibara o carpincho blanco, vengador en contra de los
cazadores de los demás carpinchos que han sido asesinados. Aseguran los
testigos que lo han visto, que las patas de atrás tienen tres dedos y que las
patas de adelante tienen cuatro dedos, todos unidos por una membrana, como los
dedos de las aves palmípedas, que les sirven para nadar.
4] El Caipora o Padremonte de Brasil
Cuenta la leyenda brasileña que el Caipora o
Padremonte, fuma tabaco y siempre sirve de guía a una manada de los animales
del bosque, para proteger el bosque, y a los animales que lo acompañan. El
Caipora premia a quienes protegen los árboles y castiga a los que causan
destrozos en el bosque; especialmente a los leñadores despiadados, como el
Runcho Rincón. Este Runcho, junto con su compadre se dedicaba a la fabricación
de carbón. Pero mientras su compadre cortaba las ramas bajas de los árboles, el
Runcho tumbaba los árboles sólo para aprovechar las ramas. Por eso, el Caipora
protegía al compadre, leñador bueno; pero era enemigo del Runcho. Un día, el
Runcho se fue solo a cortar leña para hacer carbón y le llevaba tabaco al
Caipora para que en cambio, le diera el mejor carbón, como lo había hecho con
el compadre; pero en vez de darle el mejor carbón, no le recibió el tabaco,
pero lo dejó volteado al revés, como tiene los pies el Caipora. Este ser
monstruoso se encarga de castigar a quienes talan los árboles del bosque de
Brasil.
Sin embargo, ninguna de estas leyendas ha sido objeto
de investigaciones para constatar si realmente existen estos seres monstruosos.
La literatura de estos países, sencillamente las tienen registradas como
simples leyendas, sin que nadie se interese por comprobar su veracidad. Son
parte de la cultura, tradiciones y la literatura de estos países.
Hasta aquí, me he referido a las leyendas de
Mesoamérica y América del Sur. A continuación, voy a citar dos leyendas: una de
América del Norte, y la otra del norte de Asia; de las montañas altas de los
Himalayas propiamente.
6] El Abominable Hombre de las Nieves
Entre las leyendas de monstruos, existen dos que han causado
la intriga de algunos investigadores y biólogos, para corroborar o descartar el
testimonio de “testigos” de avistamientos de estos seres misteriosos. De las
montañas altas de los Himalayas, tenemos la leyenda de “El abominable Hombre de
las Nieves”, o “Yeti”
Yeti, u “hombre abominable de las nieves”, es una
criatura misteriosa, con aspecto de simio, de tamaño descomunal. Según la
leyenda, este ser abominable vive y se desplaza en las montañas altas, y en los
bosques de Asia; exactamente, en las montañas de los Himalayas. La enorme
diferencia de este ser raro es que ha motivado a la bióloga estadounidense,
Charlotte Lindqvist, quien ha examinado el ADN de los huesos que se han
encontrado, en los lugares de supuestos avistamientos; pero el resultado es
decepcionante para quienes creen en la existencia de este “monstruo”. La
bióloga asegura que los resultados del examen de ADN de los huesos del tal
monstruo, corresponden a los del oso pardo cuyo hábitat son las montañas y
bosques del norte del Tíbet y Paquistán, sobre la cordillera de los Himalayas.
7] La leyenda de Pie Grande, Sasquatch o Big Foot
La otra leyenda que ha pervivido por años en las
historias de avistamientos, es el descomunal Pie Grande, Sasquatch o Big Foot.
Según el testimonio de quienes aseguran haberlo visto, el aspecto de este
monstruo es el de un simio gigante de cerca de tres metros de altura, y un
metro de ancho, de piel vellosa abundante y de piernas largas.
En un episodio del canal “Animal Planet”, estuve
observando el relato de testigos que ante las cámaras de los investigadores del
canal, afirmaban que han visto a este
Pie Grande cruzar una carretera en dos zancadas. Los investigadores del
programa, basados en el relato de un testigo que afirmaba haberlo visto cruzar
la carretera, midieron la distancia de cada paso o zancada, según el ancho de
la carretera, y concluyeron que cada zancada medía un poco más de cuatro
metros. Ante tal aseveración, los investigadores pidieron a uno de ellos que
medía más de seis pies de alto y de piernas largas, que tratara de cruzar la
carretera en dos zancadas, pero no le fue posible; lo hizo en tres zancadas.
También, estos investigadores trataron de avistar a
este ser extraño en altas horas de la noche con luces y cámaras especiales, y equipos
sofisticados para captar sonidos extraños, en el silencio de la noche; pero no
lograron nada. Lo raro de este Pie Grande es que sólo deja huellas, según
testigos; pero no se han encontrado excrementos, ni cabellos, ni huesos. Los
testigos tienen la hipótesis de que este ser entierra a sus muertos y oculta
toda prueba de su existencia.
Según los testigos, ha habido avistamientos en Canadá,
en las montañas y bosques al noroeste del Estado de Washington, en Estados
Unidos, y al norte de México. Los investigadores del canal Animal Planet,
incursionaron en las montañas del noroeste del Estado de Washington, porque
según los testigos, en esos lugares han visto a Pie Grande, pero sin ningún
resultado positivo. Sin embargo, en ninguno de los relatos de testigos se
cuenta de daños a las personas que afirman haberlo visto. Uno de los testigos
en el programa de Animal Planet contó que Pie Grande lo persiguió por espacio
de unos ochocientos metros, pero el supuesto testigo sólo experimentaba
escalofríos en la espalda, sin sufrir ninguna amenaza de parte del monstruo.
CONCLUSIÓN
Dadas las características y circunstancias de estas
leyendas, las podemos dividir en tres grupos: 1) las que narran historias de seres
que espantan y acompañan a hombres infieles, para darles escarmiento, y
enseñarles una lección de moral; 2) las que se refieren a seres guardianes, que
resguardan los bosques, e infligen castigos a quienes causan daños a los
árboles o a los animales silvestres. Estos relatos tienen la intención de
educar a los niños, jóvenes y adultos para que respeten la naturaleza y la
flora y fauna de los bosques; y 3) monstruos que producen el asombro y el misterio
de quienes afirman haberlos visto en su hábitat, en montañas y bosques de
países fríos, de nieve abundante. Según relatan quienes afirman haber visto a
estos seres, no causan daños ni víctimas a quienes los ven. Sólo permanecen en
la cultura y en la literatura; pero impulsan a quienes se dedican a la
comprobación científica, para corroborar o descartar la existencia de tales
“monstruos”; por lo cual se diferencian de las leyendas de Mesoamérica y Sur
América.
Estas dos leyendas de países fríos, se ocupan de seres
corpulentos, de pelo abundante, y de aspecto de simio gigantesco. Aunque estas
leyendas han pervivido en la cultura de estas zonas, sólo forman parte de los
relatos de “testigos” que afirman haber visto a estos seres, pero sin ninguna
evidencia científica. Esta es la gran diferencia entre las leyendas de Mesoamérica
y América del Sur, consideradas como literatura solamente; y las dos leyendas
de América del Norte, y la de las montañas de los Himalayas, que pretenden
poseer “testigos” de avistamientos en amplias zonas de América del Norte, y del
norte de los Himalayas, pero sin ninguna evidencia.
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