PALABRAS OPACAS O TRANSPARENTES
Amadeo Albuquerque Lara
En lingüística, se llaman palabras motivadas o transparentes a las que les captamos el
significado al escucharlas o leerlas. Generalmente, estas palabras son de uso en la
vida diaria, o provienen de la tecnología, de la ciencia, de la medicina, o de las disciplinas
del pensamiento o del saber humano. La mayoría de estas palabras provienen del
latín o del griego, y son parecidas a las palabras de nuestro idioma y,
generalmente, tienen el mismo significado en ambos idiomas. Por ejemplo, amor, caridad,
gracia, espíritu, pan, oreja, boca, ortografía, filosofía, geografía, auditorio,
escritorio, etc. En general, son transparentes, porque las hemos aprendido
desde que empezamos a hablar, o porque nos las han enseñado en la escuela.
Pero hay palabras sin motivación semántica; es decir,
no captamos el significado cuando las escuchamos o cuando las leemos. Estas
palabras se llaman opacas. Si estas palabras pertenecen al idioma español, podemos
buscar su significado en un diccionario de la lengua española; pero existen
palabras que han sido deformadas de otras lenguas. Por ejemplo, nuestra lengua
se ha ido llenando de anglicismos y de espanglish. Los anglicismos tienen la
característica de ser adaptados a la morfología y fonética del español; pero lo
que la RAE llama espanglish es diferente. La RAE define el espanglish, así: “Modalidad del habla de algunos grupos
hispanos de los Estados Unidos en la que se mezclan elementos léxicos y gramaticales
del español y del inglés”.
Aunque la RAE define el espanglish como fenómeno lingüístico
de grupos de los Estados Unidos, la realidad es que el espanglish se practica
por hablantes de distintas nacionalidades. Por ejemplo, en los colegios
bilingües, es común escuchar el intercambio de códigos inglés/español, en sus
conversaciones diarias. También los venezolanos, chilenos y otros suramericanos
practican el espanglish, increíblemente.
Actualmente, (Fernanda Paúl, 3 de noviembre, 2021) ha publicado
una información en internet, por BBC News/Mundo, de palabras que han ingresado
al español. Entre ellas, están: “Gásfiter", esta forma viene del inglés “gas
fitter”, o sea, reparador de tuberías de gas o fontanero; "cotufa", proviene del inglés “corn
to fry” o sea, maíz para palomitas; y "escortei”, viene del inglés “scotchtape”.
Ahora pregunto: ¿se parecen estas palabras al inglés? Nooo. ¿se parecen al
español? Tampoco. Entonces, ¿qué son? Simplemente, espanglish. Forman un
híbrido léxico: inglés/español.
Según “Fernando Zúñiga, experto en tipología
lingüística y lenguas indoamericanas, existen diferentes tipos de préstamos
lingüísticos” y que algunos de estos préstamos pueden tener diferente
significado que el que tienen en la lengua original. Para que una palabra sea
transparente, debe contener un referente u objeto físico de nuestro
conocimiento; significante o imagen mental con la cual se relaciona el objeto
físico; y el concepto o significado que sabemos de esa palabra. Por ejemplo, el
referente de la palabra PUERTA es la estructura que se abre para entrar a una
casa o edificio, y que se cierra, para salir. La imagen mental es la
representación que el hablante u oyente tiene al escuchar o leer la palabra “puerta”.
El concepto o significado es cómo se define el objeto que se ha representado en
nuestra mente.
Ahora bien, si el hablante nunca ha escuchado ni leído
qué es “gásfiter”, ¿puede el oyente saber cuál es el referente de esta palabra?
O ¿cómo se la representa mentalmente? O ¿cómo la define? Claro que no. Tampoco
se puede imaginar (imagen mental) lo que es “gásfiter”. Por tanto, estas
palabras que los lingüistas han calificado como “espanglish” y que la RAE ha
registrado en su Diccionario, son ejemplos claros de palabras opacas; es decir,
carecen de motivación semántica para el oyente que desconoce el código de donde
provienen.
BBC Mundo publica una lista bien ampia de estos
híbridos léxicos, citados por Fernanda Paúl, en consulta con varios hablantes.
Entre estas palabras sólo cito algunas para ilustrar a mis lectores. Por
ejemplo:
Camarón: un trabajo temporal en Panamá, probablemente
del inglés "come around" (pásate por aquí) ganar un dinero extra. No
se refiere al crustáceo marino de diez pies, de tamaño pequeño.
Cachifa: en Venezuela, empleada doméstica;
probablemente del inglés, "K-Chief" o "kitchen chef" (jefe
de cocina). Pero también es una forma despectiva para el oficio de doméstica.
Changüí: "dame un changüí" significa
"dame una oportunidad" en Uruguay. Viene de la expresión "chance
to win" (oportunidad para ganar dinero).
Charcot: en Panamá significa atajo y viene del inglés
"shortcut".
En conclusión, para que una palabra sea entendible, o
transparente, el hablante/oyente debe manejar el código de su lengua o los
códigos de la lengua de origen y el de la lengua de entrada; pero en el caso del
anglicismo, es un vocablo del inglés usado en español, en nuestro caso. En
muchos casos, el anglicismo es innecesario cuando existe equivalente en
español. Naturalmente, con el auge de la tecnología y la ciencia, el inglés ha
ejercido una influencia incontenible sobre el idioma español. Pero usar
palabras, como las que he citado como espanglish: gásfiter, cotufa o escortei es completamente innecesario. ¿Para qué usar “charcot”,
si en español tenemos la palabra atajo o desvío? Sin embargo, estas
deformaciones de palabras de ambos idiomas están registrados como léxico nuevo;
pero me resisto a llamarlos neologismos o anglicismos, porque no cumplen con
esas definiciones.
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