ATALÍA Y JOSABA
2º Crónicas 21 y 2º Reyes 11 (Siglo IX)
Amadeo Albuquerque Lara
Es difícil hablar de un matrimonio, sin considerar los
antecedentes de ambas familias. Ya hemos afirmado que Jezabel desciende de un
padre con un pasado completamente malévolo e idolátrico. Acab, por otro lado,
tampoco tiene antepasados morales, ni mucho menos religiosos, sino que junto
con su esposa se dedicó a construir altares y templos a dioses paganos en
contra del mandato de Jehová.
Atalía era hija de Acab y Jezabel, un matrimonio que
juntó la maldad idolátrica de dos reyes: Etbaal, rey de Sidón, sacerdote de
Baal y devoto de la diosa Asera y del dios El. Y por parte de Acab, hijo de
Omri, rey de Israel, también perverso e idólatra, que quiso romper el pasado
del pueblo hebreo. Talía, por lo tanto, fue tan perversa, como su madre Jezabel,
si no es que la superó, porque quiso desaparecer la línea genealógica del
Mesías al mandar a matar a todos sus descendientes, como lo veremos.
Por otro lado, Josaba era hija del rey Joram y esposa
del sacerdote Joiada, quienes formaron un matrimonio entregado a Jehová y
encargados de administrar el Templo del Señor. De manera que al hablar de ambas
mujeres, lo hago con el propósito de establecer un parangón entre el bien y el
mal: Atalía, la enemiga del Dios de Israel, y Josaba, la consagrada al servicio
del Templo de Jehová y mediadora oportuna para conservar la línea genealógica
de David, y por tanto, del mismo Mesías.
Atalía se casa con Joram, hijo de Josafat rey de Judá,
por lo tanto, se convierte en la reina consorte de Judá. Pero Joram fue tan
malvado, que una vez en el trono, mató a todos sus hermanos (2º Crón 21:4) y
fue “el causante de que Judá y los
habitantes de Jerusalén fueran infieles al Señor como lo fue la familia de
Ahab. Además, has matado a tus hermanos, que eran mejores que tú”. (2º Crón
21:13). Atalía influyó en su marido, para que repitiera los hechos malvados de
los reyes de la casa de Acab. (2º Reyes 8:18). Pero Atalía no solamente influyó
en su marido Joram, sino que también en su hijo Ocozías, para que como su
padre, hiciera pecar al pueblo, olvidándose de Jehová por ir tras dioses
falsos.
Por eso, Dios castigó al rey Joram de Judá con una
enfermedad incurable, dolorosa y vergonzosa, pues se le salían los intestinos,
por causa de la enfermedad (2º Crónicas 21:18-19). Murió pues, Joram y reinó en
su lugar Ocozías su hijo. Pero por seguir los consejos de su madre, se alió con
Joram, hijo de Acab y rey de Israel (No confundir a Joram, Hijo de Josafat, rey
de Judá, con Joram, hijo de Acab, rey de Israel). Sin embargo, en combate con
el rey de Siria, en Ramot de Galaad, fue herido de gravedad. Ocozías, rey de Judá
visita a Joram, rey de Israel, ocasión que aprovecha Jehú, hijo de Nimsi y
décimo rey de Israel, para matar a Ocozías (No confundir a Jehú, hijo de Nimsi,
con Jehú profeta que ungió a Joás, hijo de Ocozías).
Al morir Ocozías, Atalía asume el reinado, con todos
los poderes y manda a matar a todos sus nietos, herederos de la línea de David.
Entonces, Josaba o Josabet, esposa del sacerdote Joiada e hija del rey Joram y
hermana de Ocozías (2º Reyes 11:2). esconde en uno de los aposentos del templo
de Jehová a Joás, hijo de Ocozías, para que fuera el futuro rey de Judá y del
linaje de David.
Después de seis años del reinado de Atalía, el
sacerdote Joiada entra en pacto con los capitanes, los levitas de las ciudades
de Israel y con los jefes de las familias de Israel, para que protejan al
futuro rey, Joás. El sacerdote Joiada forma la defensa del niño rey, pues
apenas tenía siete años de edad.
Cuando Atalía se da cuenta que Joás ha sido proclamado
rey y que el pueblo lo ha aclamado y protegido, entra al Templo de Jehová y ve
al rey sentado en su trono, como era costumbre con los reyes. Al ver esto,
Atalía grita: ¡Traición!, ¡Traición!
El sacerdote Joiada ordena que la maten a espada fuera
del templo. (2º Reyes 11:15-21). Muerta Atalía, el sacerdote Joiada ordena al
pueblo a que entren al templo de Baal, que lo destruyan, que derriben los
altaren paganos y que maten a Matán, sacerdote de Baal. También, el sacerdote
Joiada entra en pacto con los capitanes y demás guarniciones, para custodiar el
templo de Jehová.
CONCLUSIÓN
El final de Atalía no podía ser muy diferente que el
de su madre Jezabel y la de su padre Acab, debido a que Atalía no solamente
hizo pecar al pueblo con sus costumbres idolátricas, sino que quiso destruir la
línea genealógica del Mesías prometido de Israel, al mandar a matar a todos sus
nietos. De no ser por el rapto del niño Joás, de parte de Josaba, se habría
terminado la sucesión de reyes de la línea de David. De esta manera, mientras
Atalía representa la perversidad demoníaca en contra de la descendencia de
David, Josaba representa el instrumento divino que preserva la genealogía del
futuro Mesías prometido. Por tanto, su pecado condujo a Atalía a una muerte
deshonrosa, pues la mataron a espada fuera del templo, y en ocasión de la
alegría del pueblo por la ascensión del nuevo rey Joás, de la descendencia de
David y de la genealogía del Mesías.