jueves, 17 de abril de 2025

 

PABLO EN LA ISLA DE MALTA

Amadeo Albuquerque Lara

Este escrito tratará de la Isla de Malta, isla ubicada en el archipiélago maltés en el Mar Mediterráneo, a 90 kilómetros al sur de Cicilia, Italia. El nombre “Malta” proviene del cananeo “Melita”. Los marineros fenicios, cuya lengua también es semítica de origen cananeo, llamaron Melita a la isla, con el significado de “refugio”. Sin duda, la Isla Melita era el lugar favorito para los navegantes que sufrían las furiosas tempestades que hacían zozobrar a las pequeñas embarcaciones. Esta isla sirvió de refugio al apóstol Pablo cuando en una nave capitaneada por un centurión de la compañía Augusta se dirigía a Roma.

La pequeña isla de Malta abriga ciertas características únicas. Primeramente, habla una lengua de raíces semíticas, la única que utiliza en su escritura el alfabeto latino, debido a la influencia cristiana de la isla. Como lengua semítica, está también cercanamente relacionada con un dialecto árabe hablado alguna vez en Cicilia, y es profundamente influenciada por las lenguas romances, como el italiano. Junto con el inglés, que también es lengua oficial del país, han contribuido con el vocabulario y la estructura gramatical. Anteriormente, la isla de Malta perteneció al Commonwealth de naciones británicas, razón por la cual tiene la lengua inglesa como co-oficial con el idioma maltés, desde 1936.

Las otras características político-geográficas es que no pertenece a Italia a pesar de estar tan cerca geográficamente, al sur de Cicilia. Otra importante característica es que pertenece como país independiente a la Unión Europea. También es característico que el maltés es el único idioma semítico oficial dentro de la Unión. “Desde los primeros asentamientos prehistóricos en el año 5,000 a.C. hasta su entrada en la Unión Europea en el año 2004, Malta ha sufrido la ocupación de diferentes pueblos que han moldeado su arquitectura, su idioma y su cultura” (Crédito: disfrutamalta.com).

En cuanto a la arquitectura, se destaca la construcción de los templos megalíticos y los gigantescos bloques de piedra con que fueron construidos. Estas construcciones reflejan la cultura y las creencias de los antiguos habitantes de Malta. Los templos fueron construidos muchos años antes de las pirámides de Egipto, entre los años 3,600 a.C. – 2,500 a. C. (Crédito: Search Labs/AI Overview)

La Isla de Malta es también muy importante en los relatos de Lucas, en el libro de los Hechos de los Apóstoles, especialmente el capítulo 28. El apóstol Pablo, acusado como hereje de la religión judía por sacerdotes y ancianos de Jerusalén, fue sometido a Juicio en Cesarea ante el rey Agripa II, el procurador de Judea Porcio Festo, y Berenice, la princesa hija del rey Agripa I. Ante la falsedad de las acusaciones y ante las amenazas de su asesinato, Pablo apeló ser enviado al Emperador romano, César.

Aproximadamente, en el año 60 d.C., según disfrutamalta.com, el apóstol Pablo emprendió su viaje a Roma, en una nave cargada de trigo y de pasajeros. Fue un viaje sumamente azaroso, con muchos riesgos por el mal tiempo, la furiosa tempestad que puso en peligro la vida de Pablo y de las 276 personas que iban en el barco. Acercándose a las costas de la Isla de Malta, la embarcación sufrió un naufragio; y Pablo y demás personas que lo acompañaban tuvieron que refugiarse en Malta durante tres meses esperando ser trasladados a otra embarcación que continuara su viaje a Roma, en donde Pablo sería juzgado y posteriormente, decapitado junto con el apóstol Pedro, según la tradición cristiana.

En la estadía de tres meses en Malta, Pablo y demás pasajeros fueron acogidos con gran solidaridad y hospitalidad por los habitantes de la Isla. Debido a la lluvia copiosa y al intenso frío, los isleños encendieron una fogata para que se calentaran. Pablo decidió cooperar echando ramas secas para avivar el fuego; pero entre las ramas había una víbora venenosa que se prendió de la mano de Pablo. Las personas que observaban esperaban la muerte repentina del Apóstol. Cuando vieron que él seguía vivo, lo declararon un dios. También Pablo aprovechó la estadía para predicarles el evangelio de Jesucristo; además, cuando visitó la casa del gobernador Publio, se dio cuenta que el padre de éste sufría de fiebre y disentería, oportunidad que aprovechó Pablo para rogar por él y sanarlo. Después de este milagro, muchos enfermos de la isla vinieron donde Pablo para recibir sanidad de sus enfermedades.

Después de estar tres meses en la Isla de Malta, Pablo y compañeros continuaron su viaje con destino a Roma, no sin antes detenerse en varios lugares mencionados por Lucas, quien también acompañaba al Apóstol, junto con Aristarco. El relato de Lucas en primera persona indica claramente que él también iba con el Apóstol. He aquí la cita que transcribo.

Pasados tres meses, nos hicimos a la vela en una nave alejandrina que había invernado en la isla, la cual tenía por enseña a Cástor y Pólux. 12 Y llegados a Siracusa, estuvimos allí tres días. 13 De allí, costeando alrededor, llegamos a Regio; y otro día después, soplando el viento sur, llegamos al segundo día a Puteoli, 14 donde habiendo hallado hermanos, nos rogaron que nos quedásemos con ellos siete días; y luego fuimos a Roma” (Hechos 28:11-14), 

CONCLUSIÓN

Como este escrito ha tenido el objetivo de destacar las características lingüísticas y geopolíticas de la Isla de Malta, así como los hechos acontecidos en la isla narrados por el escritor y evangelista Lucas; así como la predicación del evangelio por Pablo y la sanidad de muchos enfermos, no incluirá el arribo a la ciudad de Roma y demás hechos del apóstol Pablo y sus acompañantes Lucas y Aristarco, macedonio de Tesalónica (Hechos 27:2).

Según las varias fuentes consultadas y documentadas en este escrito, la Isla de Malta recibió el evangelio por la predicación del apóstol Pablo, cuando después del naufragio, estuvo tres meses en la isla en su último viaje con destino a Roma. La historia atestigua que después de la prédica de Pablo, se inició el cristianismo en Malta. En la isla construyeron una gruta en conmemoración del apóstol Pablo, a quien nombraron “San Pablo Náufrago”. Según la tradición, la gruta es un lugar de culto en donde el apóstol Pablo predicó el evangelio, sanó al padre del gobernador Publio, y a muchos otros enfermos; y posteriormente se inició el cristianismo en la isla.

REFERENCIAS

BibleRef.com

Biblia Reina Valera 1960, Hechos de los Apóstoles, capítulos 25-28

BBC – languages > maltese a semitic language

Disfrutamalta.com

PoliLingua Translation Agency – What makes the Maltese Language Special?

Quora – Is Maltese the only semitic language in Latin Alphabet?

You Tube – Rome reports en español > La gruta donde vivió San Pablo tras naufragar en Malta

lunes, 7 de abril de 2025

 

UNA ESPINA EN LA CARNE

Amadeo Albuquerque Lara

El apóstol Pablo solía dirigirse a las iglesias que él mismo había fundado y visitado, con bastante frecuencia, por medio de cartas si no le era posible visitarlas personalmente. Pablo había escrito la primera carta a los corintios mientras estuvo tres años en la ciudad de Éfeso (54 d.C.), posiblemente enviada con Tito. La segunda epístola la escribió probablemente desde Macedonia (55-57 d.C., después de escuchar el informe de Tito acerca de las reacciones de la primera carta; y con el mismo Tito envió la segunda epístola.

En este estudio me voy a referir a la analogía del aguijón, o espina, o estaca, los cuales pueden referirse a un objeto físico, como un instrumento puntiagudo, o usarse de manera analógica o metafórica para simbolizar problemas, aflicciones o pruebas que perturban a una persona, y el apóstol Pablo usa esta figura, en 2 Corintios 12:7, significando que el aguijón o espina le causaba sufrimiento o impedimento contra su obra misionera. El Antiguo Testamento usa la figura de aguijones y espinas. Y Pablo la emplea además en 1 Corintios, en donde afirma que el aguijón de la muerte es el pecado: con una metáfora pura (1 Corintios 15:55); “¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria? 56 ya que el aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado, la ley”.

Aunque Pablo hablaba hebreo desde su nacimiento en la ciudad de Tarso, de padres hebreos, y que como ciudadano romano por nacimiento aprendió también el latín, él escribía a las iglesias en la lengua común de las provincias bajo el yugo romano, en el griego koiné, la lingua franca que todos dominaban. Pablo comienza el capítulo doce de la segunda epístola a los corintios, contándoles la experiencia espiritual cuando fue llevado hasta “el tercer cielo”, el cielo en que Dios habita, según el Antiguo Testamento y los cristianos primitivos también creían; y al que Pablo se refiere.

El concepto del "tercer cielo" no es un término mitológico al estilo de los griegos; sino más bien una forma de describir la grandeza y la trascendencia del reino de Dios, y el lugar en donde él mora. En la tradición judía, el "cielo de los cielos" o "tercer cielo" se considera el lugar más elevado y sagrado, donde se manifiesta la presencia de Dios (Crédito: Theological views of St. Paul the Apostle). Entrar en detalles añadiendo especulaciones sobre qué significa “el aguijón”, lo que el mismo Pablo no explica, no sería bíblico; pero se pueden sugerir metáforas similares, atendiendo al uso de tales metáforas, en el Antiguo Testamento, tal como se citan en este estudio.

En el capítulo doce de esta segunda carta Pablo les relata a los miembros de la iglesia de Corinto la experiencia espiritual que tuvo hacía catorce años. Pablo después de su conversión no fue directamente a Jerusalén en donde estaban los apóstoles de Jesucristo, porque él dice que “el evangelio anunciado por mí, no es según hombre; 12 pues yo ni lo recibí ni lo aprendí de hombre alguno, sino por revelación de Jesucristo”. sino que Pablo se fue para Arabia, en donde estuvo tres años según se los relata a los cristianos gálatas (Gálatas 1:11-12,18):

Pero cuando agradó a Dios, que me apartó desde el vientre de mi madre, y me llamó por su gracia, 16 revelar a su Hijo en mí, para que yo le predicase entre los gentiles, no consulté en seguida con carne y sangre, 17 ni subí a Jerusalén a los que eran apóstoles antes que yo; sino que fui a Arabia, y volví de nuevo a Damasco. 18 Después, pasados tres años, subí a Jerusalén para ver a Pedro, y permanecí con él quince días; (Gálatas 1:15-18).

¿Por qué el escritor Lucas no relata este viaje de Pablo a Arabia en el capítulo 9 de su conversión, sino hasta que Pablo les escribe a los gálatas en el año 49 d.C.? Este lapso ha contribuido a una serie de especulaciones de parte de los comentaristas de la vida y apostolado de Pablo. Naturalmente, el libro de los Hechos fue escrito por Lucas, pero Gálatas fue escrita por el propio apóstol narrando sus experiencias desde su conversión. Mientras que la segunda epístola a los corintios Pablo la escribió entre los años 55-57.

El capítulo doce de segunda corintios es lo que me ocupa en este escrito, en el cual Pablo se queja de una espina (ἄκανθα: akantha: espina; o σκώλοψ: skólops: aguijón) en la carne, “un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca” (2da. Corintios 12:7) . La "espina" sirve como un recordatorio constante de la debilidad humana y la necesidad de confiar en la gracia, poder y grandeza de Dios.   La palabra griega akantha, que significa ‘espina’ o la palabra del griego clásico skólops, que significa aguijón u objeto punteagudo, también se encuentran registradas en hebreo (צַד ṣaḏ), en los libros de Números, Josué y Jueces, refiriéndose a las hostilidades sufridas por el pueblo de Israel por parte de los pueblos enemigos de Canaán por desobediencia contra Dios, por no desterrarlos. La figura de la “espina” ya sea en los costados o en la carne, se utiliza para mantener la humildad y dependencia en Él, como el único Dios, en el Antiguo Testamento, y para que Pablo no se enalteciera, según él mismo lo declara.

Saulo de Tarso fue un feroz perseguidor de los cristianos, como él mismo lo manifiesta en esta epístola; a tal punto que entraba de casa en casa para llevar a la cárcel a cuantos fueran discípulos de Jesús. Saulo fue tan cruel, que consintió en la lapidación del diácono Esteban. De tal manera que, los apedreadores depositaron los vestidos de Esteban a los pies de Saulo. Su fama recorría por todos los hogares cristianos y temblaban al escuchar el nombre del máximo perseguidor. Cuando Ananías recibió la orden de ir a visitarlo para que recibiera la vista, inmediatamente después de la visión celestial, Ananías respondió con temor de este perseguidor incansable, recordando cómo había perseguido y metido en la cárcel a los creyentes en el Evangelio de Jesús (Hechos 9:10-14).

Pero ahora Pablo es un apóstol de Jesucristo, fundador y confirmador de varias iglesias a las que él escribe, y es un misionero incansable por toda el Asia Menor y vecindades. Sin embargo, por causa de las abundantes revelaciones y visiones divinas que Pablo había experimentado, y por su magna obra misionera, y por todas las iglesias fundadas, Dios le ha permitido ser abofeteado - aunque no sabe si esto sucedió en el cuerpo o fuera del cuerpo- por un mensajeo de Satanás (ἄγγελος τοῦ Σατανᾶ (angelos tou Satanaa): ángel de Satanás), y una “espina en la carne” (σκόλοψ τῇ σαρκί: (skolops te sarki), según la versión de Strong’s parallel greek english), para que no se enorgullezca en las revelacionesm sino que la espina le sirva de recordatorio de su dependencia en el poder y la gracia de Dios que lo hacía fuerte.

Pablo comienza el capítulo 12 de la segunda carta a los corintios, con estas palabras: “Ciertamente no me conviene gloriarme; pero vendré a las visiones y a las revelaciones del Señor. 2 Conozco a un hombre en Cristo, que hace catorce años (si en el cuerpo, no lo sé; si fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe) fue arrebatado hasta el tercer cielo. 3 Y conozco al tal hombre (si en el cuerpo, o fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe), 4 que fue arrebatado al paraíso, donde oyó palabras inefables que no le es dado al hombre expresar” (2da Corintios 12:1-4 RVR 1960).

El apóstol Pablo, el apóstol mejor instruido en cuestiones de la Ley judía, celoso fariseo, instruido en la Academia de Gamaliel, y perseguidor de la Iglesia, pero “instrumento escogido” por el mismo Señor Jesús después de su muerte y resurrección, recibió su apostolado por medio de una visión celestial con plena identificación: “Yo soy Jesús, a quien tú persigues; dura cosa te es dar coces contra el aguijón” (Hechos 9:5).

En el citado capítulo 12 de la segunda carta a los corintios, Pablo se refiere a dos hechos muy particulares: 1) su arrebatamiento al “tercer cielo”, y 2) su sufrimiento por “un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás” (2da Cor. 12:4-7 RVR 1960; o una “espina”:  “se me dio una espina en la carne, un mensajero de Satanás”, según la Nueva Traducción Viviente).

Este estudio lo he titulado “Una espina en la carne”, como sinónimo de aguijón, como lo traduce la Reina Valera. Sin embargo, Pablo se refiere al arrebatamiento que lo llevó al “tercer cielo”, donde “oyó palabras inefables que no le es dado al hombre expresar” (2da Cor. 12:4).

En este capítulo 12 hay dos hechos que llaman la atención: 1) Pablo fue arrebatado hasta la morada de Dios (“tercer cielo”, “los cielos de los cielos”, concepto citado por el rey Salmón en ocasión de la dedicación del Templo, con esta oración: “tú oirás en los cielos, en el lugar de tu morada,  (1ro Reyes 8:27) También el salmista cita una expresión similar: “Los cielos son los cielos del SEÑOR ; pero la tierra la ha dado a los hijos de los hombres” (Salmo 115:16, traducción de la LBLA). Sin embargo, a pesar de haber sido trasladado hasta la morada de Dios, Pablo volvió a la Tierra; mientras que Enoc y Elías fueron arrebatados por Dios para no ver muerte, pero nadie los volvió a ver. 2) El apóstol Juan tuvo una visión, por medio del ángel de Dios; pero el arrobamiento tuvo lugar en la Isla de Patmos, y en su visión vio cosas inefables que tuvo la facultad de describirlas. En el primer capítulo de Apocalipsis el apóstol Juan relata la visión celestial, pero no afirma que fue arrebatado a la morada de Dios. “La revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto; y la declaró enviándola por medio de su ángel a su siervo Juan, 2 que ha dado testimonio de la palabra de Dios, y del testimonio de Jesucristo, y de todas las cosas que ha visto” (Apoc 1:1-2). Por tanto, el apóstor Juan no fue arrebatado a la morada de Dios, pero recibió la autoridad para “manifestar las cosas que deben suceder pronto”. Destacado es mío.

El apóstol Pablo habla en tercera persona al relatar su sublime experiencia: “Conozco a un hombre en Cristo, que hace catorce años (si en el cuerpo, no lo sé; si fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe) fue arrebatado hasta el tercer cielo” (2da Cor 12:2), Destacado es mío.

Por toda esta extraordinaria grandeza de las revelaciones y visiones, y el alto prestigio entre las iglesias fundadas e instruidas por él, Pablo, al Apóstol de los gentiles, Dios le dio “una espina en la carne, un mensajero de Satanás”, para impedir que se enalteciera:

me fue dada una espina (σκόλοψ, skolops) en la carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca. Acerca de esto, tres veces he rogado al Señor para que lo quitara de mí. Y Él me ha dicho: “Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad” (2da Corintios 12:7-10 LBLA).

El apóstol Pablo tenía muchos motivos por qué analtecerse o gloriarse en la carne (humanamente) y en el espíritu: por las abundantes revelaciones y visiones, y por la gran obra misionera entre los gentiles y a aún entre los de la circuncisión.

En cuanto a la carne, él era israelita, hebreo de hebreos, en cuanto a la ley, fariseo irreprensible; educado a los pies de Gamaliel, maestro y doctor en la Ley de Moisés, enseñado conforme a la ley de la patria… (Filipeses 3:5-7; Hechos 22:3). Ser educado en la Academia de Gamaliel era equivalente hoy día a tener un grado académico (PhD) de la Universidad de Harvard o de la Universidad de Oxford.

En cuanto al espíritu, tenía aún más de qué gloriarse y enaltecerse. En el camino a Damasco como perseguidor de los cristianos, Saulo de Tarso había tenido la primera revelación divina que lo cambió por completo mediante la conversión al Jesús que él perseguía: de ser Saulo de Tarso, a ser el Apóstol de Jesucristo y apóstol de los gentiles.

 La segunda revelación celestial Pablo la tuvo hacía “catorce años”, cuando fue llevado al tercer cielo y había visto visiones espirituales que a ningún ser humano le está permitido expresar (2 Corintios 12:4). No es el propósito de este escrito especular cuál sea ese tercer cielo, sino darle el valor e importancia a la extraordinaria experiencia que tuvo el apóstol Pablo, y de la cual es estorbado gloriarse por medio de la “espina en la carne”. Tampoco es la intención especular en cuanto al tiempo y momento de la experiencia; pero esas visiones celestiales serían suficiente motivo para que el Apóstol se enalteciera sobre todos los creyentes y aún sobre los demás apóstoles. Por eso, cuando Pablo ruega al Señor que lo libre de esta espina en la carne, el Señor le contesta:

Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo. 10 Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte” (2 Cor 12:9-10). Destacado es mío.

He destacado las penurias de Pablo para sugerir, en otro lugar, lo que podría ser el “aguijón en la carne”, o la “espina en la carne”, basado en usos similares de esta metáfora, en el Antiguo Testamento.

Basándose Pablo en esas revelaciones celestianes, y en su fortaleza en las debilidades, les reclama a los cristianos de Corinto, una iglesia problemática, con divisiones a favor de ciertos líderes. Sin duda había grupos que menospreciaban el apostolado de Pablo y enaltecían a los otros líderes. Por eso él les reclama:

“Me he hecho un necio al gloriarme; vosotros me obligasteis a ello, pues yo debía ser alabado por vosotros; porque en nada he sido menos que aquellos grandes apóstoles, aunque nada soy. 12 Con todo, las señales de apóstol han sido hechas entre vosotros en toda paciencia, por señales, prodigios y milagros. 13 Porque ¿en qué habéis sido menos que las otras iglesias, sino en que yo mismo no os he sido carga? ¡Perdonadme este agravio!” (2 Corintios 12:11-13).

Qué triste cuando una iglesia menosprecia el valor y capacidades espirituales de uno de sus líderes, y se inclina a favor de otros, injustamente. Estas incomodidades de parte de los corintios obligan a Pablo a recordarles quién es él como apóstol y obrador de milagros y señales entre ellos. Sin duda que estas acusaciones eran una espina en la carne para el Apóstol. Los hermanos de Corinto se convertían en mensajeros de Satanás. Sin embargo, el apóstol Pablo, el más instruido en las letras y en las leyes de su patria, no se abstiene de recordarles su amplio curriculum y títulos adquiridos por las revelaciones celestiales.

¿Qué podría ser la “espina en la carne”?

No conviene especular qué podría tener el apóstol Pablo en su mente, sin recurrir al Antiguo Testamento, para que él haya usado esta expresión “una espina en la carne”. Algunos comentaristas que tratan de interpretar esta expresión han especulado muchas cosas que podrían ser; pero en mi estudio he recurrido a la imagen de la espina (ἄκανθα: akantha, o σκόλοψ skolops), en griego, y su equivalente en el hebreo del Antiguo Testamento (צַד ṣaḏ), en el pasaje que dice “espinas en vuestros costados”, en los libros de Números, Josué, y Jueces.

En cuanto a las palabras “aguijones”y “espinas”, hay tres pasajes en donde el mismo Yavé Dios usa con respecto a la desobediencia del pueblo de Israel de no desterrar a los pueblos cananeos; y las consecuencias u hostilidades que sufriría el pueblo de Israel por parte de los pueblos enemigos que serán “espinas en vuestros costados”. En estos pasajes que voy a citar, Dios mismo usa las expresiones metafóricas “aguijones” y “espinas”:

El primer pasaje en el libro de Números, se citan “aguijoness en vuestros ojos” o las “espinas en vuestros costados”:

“Y si no echareis a los moradores del país de delante de vosotros, sucederá que los que dejareis de ellos serán por aguijones en vuestros ojos y por espinas en vuestros costados, y os afligirán sobre la tierra en que vosotros habitareis” (Números 33:55).  Resaltado es mío.

El segundo pasaje se encuentra en el libro de Josué, siempre Dios amonestando a su pueblo por su desobediencia:

“sabed que Jehová vuestro Dios no arrojará más a estas naciones delante de vosotros, sino que os serán por lazo, por tropiezo, por azote para vuestros costados y por espinas para vuestros ojos, hasta que perezcáis de esta buena tierra que Jehová vuestro Dios os ha dado” (Josué 23:13). Resaltado es mío.

El tercer pasaje en el libro de los Jueces, de la misma manera Dios manifiesta el castigo por la desobediencia de su publo Israel al no haber echado de la tierra a los pueblos enemigos.

Por lo cual también dije: «No los echaré de delante de vosotros, sino que serán como espinas en vuestro costado[b], y sus dioses serán lazo para vosotros” Jueces 2:3). Resaltado es mío.

Claramente se observa en estos tres pasajes del Antiguo Testamento, que Dios usa la figura analógica o metafórica de los aguijones y las espinas para referirse a pueblos enemigos del pueblo de Israel, los cuales serán hostiles si no los echan de la tierra que Dios les ha heredado. Las hostilidades de estos pueblos enemigos serán como “espinas” y “aguijones” en contra del bienestar del pueblo de Dios. Las “espinas en vuestro costado” que aparece en los libros de Números y de los Jueces son los pueblos enemigos que Israel no obedeció echarlos, cuando Dios se lo mandó. Por tanto, las espinas no son enfermedades del pueblo de Dios, son pueblos enemigos que representaron guerras constantes y contiendas, la mezcla de los hijos de Dios con mujeres cananeas, la influencia idolátrica de sus dioses falsos tal como Yavé Dios se lo había advertido al pueblo de Israel.

Por tanto, aplicando estos pasajes del Antiguo Testameto a las experiencias hostiles a que se refiere el versículo 10 del capítulo 12 de 2 Corintios, y reafirmando las veces que el apóstol Pablo cita y se apoya en el Antiguo Testamento, que según la “Complete Jewish Bible (“Biblia judía completa”) señala 183 pasajes del Antiguo Testamento que Pablo cita o parafrasea en sus escritos. Y esta cifra no incluye varias decenas de referencias a personas, lugares y sucesos del Antiguo Testamento” (Obra citada), me permito referirme a la “espina en la carne” que el Apóstol menciona. Aunque Pablo no explica qué cosa es esa espina en la carne, por lo que relata en el citado versículo 10 del capítulo 12 de 2 Corintios, podemos comprender las debilidades por las cuales él se goza: “debilidades, afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias”; sin embargo, todos estos sufrimientos son posiblemente las espinas en la carne a las que él probablemente se refiere; y que por ellas se ve impedido muchas veces de avanzar en la expansión del Evangelio de Jesucristo, por emplear su tiempo en defenderse, ante sus mismos hermanos en la fe, y ante los tribunales judíos.

Escribiéndoles a los Romanos, Pablo cita los sufrimientos que no pueden separarlo del amor de Cristo: ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? (2 Corintios 12:10, Romanos 8:35). Es de notar que en la Epístola a los Romanos Pablo cita o parafrasea el Antiguo Testamento 84 veces. Las frases de Pablo “como está escrito”, o “como dice el Profeta” son muy abundantes en los escritos del Apóstol. Por tanto, es evidente que Pablo relacionara figuras literarias, imágenes y metáforas de sus experiencias y sufrimientos, con antecedentes similares en el Antiguo Testamento, del cual él tenía un vasto conocimiento.

Todos los sufrimientos, acusaciones y menosprecios que cita Pablo que ha experimentado sin apartarse del amor de Dios, pero que han sido obstáculos y atrasos para la predicación del Evangelio de Jesucristo son probablemente “la espina en la carne”, el mensajero de Satanás que lo abofetea por todas partes, incluyendo acusaciones de parte de sus mismos hermanos en la fe, quienes lo acusaban de no acatar la ley de Moisés y de aceptar gentiles convertidos sin someterlos a los ritos de la circuncisión, y a la observancia de la ley de Moisés. Luego, las acusaciones de parte de la iglesia de Corinto, la lapidación sufrida en Listra en donde lo dejaron por muerto; y donde probablemente tuvo el arrebatamiento al tercer cielo (Hechos 14:19). En Filipos, magistrados romanos golpearon y encarcelaron a Pablo y a sus compañeros. (Hechos 16:19-40); así también las persecuciones de parte de líderes judíos y tribunales a los cuales fue remitido sin el apoyo de los demás apóstoles y ancianos de la iglesia de Jerusalén. Pablo asistió solo a sus defensas en los tribunales; como también tuvo que enfrentar la muerte en Roma por parte del emperador romano, Nerón, según la tradición cristiana.

CONCLUSIÓN

El tema de la “espina en la carne” que cita el apóstol Pablo ha sido motivo de varias especulaciones acerca de lo que puede significar esa frase. Debido a estas especulaciones surgió en mi mente investigar el significado de la frase, pero basándome en algún antecedente en el Antiguo Testamento siendo que Pablo lo cita tantas veces en sus escritos, y que ha sido su apoyo en la predicación del Evangelio, en su doctrina y teología cristológica.

Hurgando varios sitios en Internet, encontré tres pasajes en donde los escritores de Números, Josué y Jueces ponen en la boca del mismo Yavé Dios las figuras de “aguijones” y “espinas” refiriéndose a los pueblos idólatras de la tierra de Canaán. Dios había advertido a su pueblo que debían desterrar a esos pueblos idólatras, porque serían motivo de revueltas y descontentos, más la influencia que ejercerían con sus prácticas idolátricas. Siendo Yavé un Dios celoso en contra de la existencia de otros dioses en medio de su pueblo, éste debía obedecer su mandato; pero Israel no obedeció a su Dios y por eso, los pueblos enemigos se convirtieron en azote, en lazo y en tropiezo; en aguijones y espinas en sus ojos y costados.

Fue así que este estudio minucioso y basado enteramente en la Biblia, destacó esas frases y las relacionó con los sufrimientos, amenazas, acusaciones, “afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias, hambre, desnudez, peligro o espada” (2 Corintios 12:10 y Romanos 8:35). Estas adversidades que experimentaba el Apóstol Pablo sirvieron como obstáculos y atrasos para su obra misionera por los diferentes rincones del Asia Menor y sus alrededores. Muchas de las acusaciones venían de los judaizantes, de los líderes de la iglesia de Jerusalén, de los tribunales judíos a los cuales Pablo tuvo que enfrentar solo, sin ninguna ayuda de los demás apóstoles. Por tanto, relacionando las figuras analógicas, y metafóricas en el Antiguo Testamento, con todas las penurias sufridas por el Apóstol, me permito sugerir que Pablo usó las imágenes de aguijones y espinas que cita el Antiguo Testamento como “espinas en los costados” y “aguijones en los ojos”, como “los aguijones en la carne” (RVR 1960), o la “espina en la carne” (NTV) por la que él había pedido a Dios tres veces se la quitara, pero en vez de eso, esas “espinas” le servían para gloriarse en sus debilidades, para darle fortaleza y para que no se enalteciera por causa de las múltiples revelaciones del mismo Dios; sobre todo por haberlo trasladado hasta el tercer cielo, la morada de Dios. La frase que utiliza el rey Salomón en la dedicación del Templo: “los cielos de los cielos”, es semejante a la expresión en idioma inglés: “The holy of holies” o “Most Holy Place"; o sea el lugar santísimo en el Tabernáculo y en los dos Templos; y que Salomón compara con “los cielos de los cielos”.

REFERENCIAS

Biblia Reina Valera 1960: “Aguijones en la carne”, y (Números, Josué, Jueces)

Biblia de las Américas (LBLA), (libro de Jueces)

Biblia Nueva Traducción Viviente (NTV) “Espina en la carne”

Coalición por el Evangelio, (“espina en la carne”)

Complete Jewish Bible, citas del Antiguo Testamento en los escritos de Pablo

Internet, “Espinas en vuestros costados”: Números, Josué, Jueces

Jewish Complete Bible, Citas de Pablo del Antiguo Testamento

Strong’s parallel greek English (ἄκανθα: akantha, espina; o σκόλοψ skolops, aguijones)

Theological views of St. Paul the Apostle