sábado, 8 de febrero de 2025

 

PARÁBOLA DEL TRIGO Y LA CIZAÑA

Amadeo Albuquerque Lara

Los estudiosos del evangelio de Mateo han identificado siete secciones de principio a fin:  1] El nacimiento de Jesucristo y ministerio de Juan el Bautista; los 5] discursos de Jesús; y 7] el discurso del final del siglo (Crédito: “El Evangelio de Mateo”, Verbo Divino). Además, los estudiosos del evangelio de Mateo han titulado el capítulo 13, “El discurso de las parábolas” (Crédito: Enciclopedia Mercabá). Este artículo se concentra en el capítulo trece, que entre las siete parábolas, Jesús narra la del trigo y la cizaña. Esta parábola contiene una mina de enseñanzas para creyentes y estudiosos de los Evangelios, mina que no podré explorar en este corto espacio.

En este capítulo Jesús sale de la casa donde se hospeda, probablemente en la casa de Pedro, en Capernaum o Cafarnaún junto con algunos de sus discípulos. La ciudad de Capernaum o Cafarnaún estaba junto al mar de Galilea, según lo confirma la Encyclopedia Britannica: “during the period of Jesus’ ministry Peter lived in Capernaum, at the northwest end of the Sea of Galilee, where he and his brother St. Andrew were in partnership as fishermen with St. James and St. John, the sons of Zebedee (Gospel According to Luke 5:10)” (Crédito: Encyclopedia Britannica, Capharnaum the Town of Jesus).

 Por otra parte, según descubrimientos arqueológicos en 1968 por los franciscanos, se cree que era la casa del apóstol Pedro, de acuerdo con las ruinas encontradas. Jesús se dirige a la multitud junto a la playa, narra las parábolas sin brindar interpretación de ellas a la multitud. Jesús despide a la audiencia en la playa; sus discípulos le preguntan por qué enseña por parábolas. Él les explica por qué y entra de regreso a la casa. La razón que Jesús les da a sus discípulos de por qué enseña por parábolas, es porque esos oyentes nunca creerán en sus enseñanzas: “Porque el corazón de este pueblo se ha engrosado, Y con los oídos oyen pesadamente, Y han cerrado sus ojos; Para que no vean con los ojos, Y oigan con los oídos, Y con el corazón entiendan, Y se conviertan, Y yo los sane” (Mateo 13:15).

No es que Dios discrimine a quiénes salvará y a quiénes no. La causa está en el corazón empedernido de quienes se cierran a recibir y obedecer las enseñanzas de su Palabra. Hay quienes oyen, pero no escuchan. Ven, pero no aceptan lo que ven.  Pero, volvamos a la parábola del trigo y la cizaña.

Ya en la casa donde Jesús posaba, sus discípulos le piden la interpretación de la parábola de la cizaña, referida en los versículos 24-30 del capítulo 13. La explicación se encuentra en la segunda parte comprendida en los versículos 36-43.

Como se ha dicho, el capítulo trece de Mateo es “el Discurso de las Parábolas”. En este capítulo hay siete parábolas: 1) La parábola del sembrador, 2) la parábola de la cizaña, 3) la parábola de la semilla de mostaza, 4) la parábola de la levadura, 5) la parábola del tesoro escondido, 6) la parábola de la perla de gran precio; y 7) la parábola de la red que recoge toda clase de peces. Todas ellas están repletas de ricas lecciones para quienes lean y escudriñen las Escrituras.

En este estudio, voy a destacar y analizar la segunda de las siete parábolas: la que se refiere al “trigo y la cizaña”. Las otras seis parábolas requieren un estudio separado de cada una de ellas. Esta parábola de la cizaña se encuentra dividida en dos secciones, como se detallará a continuación:

La primera parte comprende los versículos 24 al 30; en esta sección Jesús relata que a) “un hombre”; en este caso, el dueño del campo, sembró la buena semilla, b) los trabajadores se duermen (el peligro del descuido); c) “un enemigo” siembra semillas de cizaña, d) los siervos le preguntan si arrancan la cizaña, pero el dueño del campo les dice que no, por el peligro de arrancar también el trigo; e) La cizaña será quemada “al final de la siega”. Todos estos elementos comprendidos en la primera parte de la parábola, tendrán su interpretación en la segunda parte, a la cual este estudio le dedica mucha atención debido a su interpretación escatológica.

La segunda parte de la parábola, en la cual Jesús se la interpreta a sus discípulos, se encuentra en los versículos 36-43. Jesús despide a la multitud, entra en la casa en donde vive en Capernaum y sus discípulos le piden que les explique la parábola de la cizaña. Jesús les enumera las siete partes en que se divide la parábola y su respectivo significado. Obsérvese el significado bíblico del número 7 en este evangelio de Mateo y en otros escritos del Nuevo Testamento. A continuación, el Señor Jesús les interpreta la parábola en estudio.

1] El que siembra la buena semilla es el Hijo del Hombre. 2] 38 El campo es el mundo; 3] la buena semilla son los hijos del reino, 4] la cizaña son “los hijos del malo”. 5] 39 El enemigo que la sembró es el diablo; 6] la siega es “el fin del siglo”; y 7] los segadores son los ángeles.

Entre las siete partes de la parábola voy a destacar la del “Hijo del Hombre” y la del “fin del siglo”, porque ambas contienen ricas interpretaciones que se extienden desde el Antiguo hasta el Nuevo Testamento. Es notorio que Jesús se identifica como “el Hijo del Hombre”. Esta designación no está dicha al azar. El Hijo del Hombre tiene un significado teológico y escatológico que se revela desde el libro de Daniel, hasta el libro de Apocalipsis. Es un título que Jesús utilizó para referirse a sí mismo; porque él sabía la referencia que Daniel hace de él en su libro en el Antiguo Testamento, y lo que será en el “fin del siglo”. A continuación, transcribo las palabras de Daniel en su libro.

Seguí mirando en las visiones nocturnas, y he aquí, con las nubes del cielo venía uno como un Hijo de Hombre, que se dirigió al Anciano de Días y fue presentado ante Él. 14 Y le fue dado dominio, gloria y reino[h], para que todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieran. Su dominio es un dominio eterno que nunca pasará, y su reino uno que no será destruido” (Daniel 7:13-14 LBLA). Las restantes citas son tomadas de la versión Reina Valera 1960. Destacado es mío.

En el libro de Daniel el "Hijo del Hombre" se refiere a Jesucristo, como representante de la humanidad que también representa características divinas. El título sólo le cabe a la persona Dios-Hombre: el Dios hecho carne. Es Dios con nosotros. Es el cumplimiento del Tabernáculo entre el pueblo de Dios. La persona del Hijo del Hombre en el libro de Daniel es escatológica y una prefigura de la persona de Jesucristo descrita en el libro de Apocalipsis, en 1:13 y 14:14.

“ y en medio de los siete candeleros, a uno semejante al Hijo del Hombre, vestido de una ropa que llegaba hasta los pies, y ceñido por el pecho con un cinto de oro” (Apocalipsis 1:13).

Miré, y he aquí una nube blanca; y sobre la nube uno sentado semejante al Hijo del Hombre, que tenía en la cabeza una corona de oro, y en la mano una hoz aguda” (Apocalipsis 14:14). Destacado es mío.

El Hijo del Hombre es una persona que se le aparece al apóstol Juan, en el libro de Apocalipsis, según ya se ha citado en este escrito. Juan describe la visión que está viendo; pero esta vez es la misma persona la que habla: “17 Cuando le vi, caí como muerto a sus pies. Y él puso su diestra sobre mí, diciéndome: No temas; yo soy el primero y el último; 18 y el que vivo, y estuve muerto; mas he aquí que vivo por los siglos de los siglos, amén. Y tengo las llaves de la muerte y del Hades” (Apoc 1:17-18). Destacado es mio.

Claramente, el Hijo del Hombre es el mismo Señor Jesús, quien es el primero y el último, el que vive, que estuvo muerto; pero vive por los siglos de los siglos. Además, él tiene las llaves de la muerte y del Hades. Quien quiera dar otra interpretación a la figura del Hijo del Hombre, estará torciendo las Sagradas Escrituras. Tanto en el libro de Daniel, como en el libro de Apocalipsis, la persona es la misma. Es el Hijo del Hombre que vive por los siglos de los siglos. Nadie más que el mismo Señor Jesucristo, que en la parábola de la Cizaña es quien siembra la buena semilla.

Los otros cinco elementos de la parábola merecen un estudio profundo de cada una. Debido al espacio al que me he limitado, profundizaré sólo en el primero que se refiere al Hijo del Hombre, y el sexto que se refiere a la “siega del fin del siglo”.

Hay otros elementos que necesitarían un amplio espacio cado uno. Por eso, queda dicho que no hay espacio en este escrito para analizarlos todos. Por ejemplo: 1) el descuido de los trabajadores que se duermen es correferencia con la diez vírgenes fatuas; 2) el mandato de no arrancar las matitas de cizaña;  3) el campo es el mundo; 4) la buena semilla son los hijos del reino; 5) el castigo que ejecutarán sus ángeles a los que sirven de tropiezo y a los que hacen iniquidad para echarlos en el horno de fuego; 6) los justos resplandecerán como el sol en el reino de su Padre (Mateo 13:40-43).

De manera que como se arranca la cizaña, y se quema en el fuego, así será en el fin de este siglo. 41 Enviará el Hijo del Hombre a sus ángeles, y recogerán de su reino a todos los que sirven de tropiezo, y a los que hacen iniquidad, 42 y los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes. 43 Entonces los justos resplandecerán como el sol en el reino de su Padre. El que tiene oídos para oír, oiga” (Mateo 13:40-43).

En el pasaje anterior, el propio Señor Jesús cita al Hijo del Hombre que envía a sus ángeles para recoger a todos los que sirven de tropiezo y a los que hacen iniquidad para echarlos en el horno de fuego. Es el castigo para los “hijos del malo”.

El tema del “fin de este siglo” llamó la atención de los discípulos, tema contenido en el último discurso de Jesús registrado por el evangelista y apóstol Mateo, en el capítulo 24. A este discurso los estudiosos de este evangelio han titulado “el discurso del Olivar” o “del monte de los olivos”, el cual comienza en el verso 3 y termina en el verso 51. Mateo le dedica todo el capítulo 24 al tema del “fin del siglo”, porque obviamente es un capítulo escatológico que también cita el libro de Daniel en el versículo 15. Obsérvese que Jesús y sus discípulos están en el monte de los Olivos, y ellos le preguntan tres cosas que les inquietan: 1) ¿Cuándo serán estas cosas?  2) ¿Qué señal habrá de su venida? y 3) ¿cuándo será el fin del siglo?

 Y estando él sentado en el monte de los Olivos, los discípulos se le acercaron aparte, diciendo: Dinos, ¿cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de tu venida, y del fin del siglo? (Mateo 24:3). Destacado es mío.

El fin del siglo, o el fin del mundo, o el fin del universo son temas escatológicos que llaman la atención de creyentes e investigadores científicos. Los científicos se refieren al final del universo con la hipótesis del “gran desgarro” o “Big Rip”, entre otras hipótesis. La descripción que brindan ellos es muy semejante a la que registra el apóstol Pedro en su segunda epístola.

10 Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas. 11 Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas, ¡cómo no debéis vosotros andar en santa y piadosa manera de vivir, 12 esperando y apresurándoos para la venida del día de Dios, en el cual los cielos, encendiéndose, serán deshechos, y los elementos, siendo quemados, se fundirán13 Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia” (2 Pedro 3:10-13). Destacado es mío.

Si comparamos el texto bíblico con la hipótesis del “gran desgarro”, veremos que hay bastante semejanza. La hipótesis la sostiene el astrónomo ya fallecido, Edwin Hubble. Él asegura que debido a la expansión acelerada del universo, éste sufrirá un gran desgarramiento de todos los elementos. Hubble asegura que el universo se romperá en pedazos. La teoría del Big Rip plantea que la energía oscura superará la fuerza de la gravedad, separando las galaxias, los planetas, las estrellas y todo lo demás. Esto hará que el universo se estire hasta romperse, acabando con el espacio-tiempo tal y como lo conocemos. 

Es la interpretación de la ciencia acerca del fin del universo; no es sólo el final de este siglo, ni el final del planeta Tierra. Es el final del universo, algo más catastrófico, según los científicos. Pero es el “fin del siglo”, en la enseñanza de Jesús a sus discípulos. Muchos estudiosos del Nuevo Testamento se han ocupado de la interpretación de la palabra “siglo”; pero no se trata de un período de cien años; se trata de la segunda venida de Cristo para dar juicio a los malos y recompensa a quienes habrán creído en las enseñanzas contenidas en su Palabra escrita. La segunda venida de Cristo será un momento en el que Jesús regresará a la Tierra con poder y gloria. Y según el libro de Apocalipsis, será el final de esta Tierra y de este cielo, porque habrá una nueva tierra y un nuevo cielo; que no habrá necesidad de la luz del Sol.

“ No habrá allí más noche; y no tienen necesidad de luz de lámpara, ni de luz del sol, porque Dios el Señor los iluminará; y reinarán por los siglos de los siglos” (Apocalipsis 22:5).

CONCLUSIÓN

Este estudio se ha basado en el capítulo 13 del Evangelio de Mateo. El autor de este estudio ha procurado brindar un contexto amplio de todo el libro de Mateo, para luego ubicar la parábola del trigo y la cizaña. Se ha explicado que el capítulo 13 se titula el “Discurso de las Parábolas”, según los estudiosos de Mateo. Se ha dicho que el Evangelio de Mateo se divide en siete partes, y que además, contiene siete parábolas. Se ha dicho también que la parábola del trigo y la cizaña se divide en dos partes; la primera sin la debida interpretación, y la segunda, con la interpretación de Jesús, en la intimidad de la casa en donde probablemente posa en la ciudad de Capernaum.

Por otra parte, este estudio se ha concentrado en la explicación de la persona del Hijo del Hombre, y el fin del siglo. La visión del Hijo del Hombre está basada en el libro de Daniel, clasificado entre los Escritos, por la Biblia hebrea. Las características en el libro de Daniel cobran autoridad en las visiones del apóstol Juan, en el libro de Apocalipsis, como se ha documentado en este escrito.

En cuanto al “fin del siglo”, este estudio se ha basado en el Evangelio de Mateo capítulo 24, siguiendo la referencia que el mismo Señor Jesús hace a sus discípulos en la Parábola del trigo y la cizaña, en el capítulo 13 de Mateo. En tanto que Mateo refiere que la cizaña será recolectada y quemada, más claramente cita las palabras de Jesús con el significado de la “cizaña”: “Enviará el Hijo del Hombre a sus ángeles, y recogerán de su reino a todos los que sirven de tropiezo, y a los que hacen iniquidad, 42 y los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes”.

Dadas las verdades expresadas tanto por el Señor Jesús en la Parábola del trigo y la cizaña, así como por las visiones relatadas por el apóstol Juan en el libro de Apocalipsis, los miembros de las iglesias cristianas debemos estar conscientes que no nos debe sorprender que tengamos que aceptar a “los que sirven de tropiezo y a los que hacen iniquidad”, muchas veces en contra de los que luchan por ser fieles a las enseñanzas de Jesús. Pero debemos cuidarnos de los falsos maestros de los que advirtieron los apóstoles Pablo, Pedro y Judas. Claramente advirtieron que estos falsos maestros tratarán de desviar a muchos de la verdad del Evangelio de Jesucristo predicado por ellos.

 Por último, el estudio enfatiza en la unidad que hay entre la persona del Hijo del Hombre y “el fin del siglo”; pues el Hijo del Hombre es el que echará en el horno de fuego a los que sirven de tropiezo, en alusión a la cizaña, y a los que hacen iniquidad, en alusión a “los malos de este mundo”, en la Parábola del trigo y la cizaña.

REFERENCIAS

Apocalipsis, RVR 1960

Editorial Verbo Divino: “El evangelio de Mateo”

El evangelio de Mateo, RVR 1960

“El evangelio de Mateo”, LECTIO DIVINA para la vida diaria -Verbo Divino

Encyclopedia Britannica: “Capharnaum the Town of Jesus

Encyclopedia Britannica: “Peter’s house

Enciclopedia Mercabá: “El Evangelio de Mateo”

Enciclopedia Mercabá: “Libro de Daniel”

La Biblia de las Américas, Libro de Daniel

Libro de Daniel, Reina Valera 1960