PROHIBICIONES Y HOGUERA POR LA LECTURA DE LA BIBLIA
sábado, 28 de septiembre de 2024
viernes, 27 de septiembre de 2024
LOS PRINCIPALES LIBROS
SAGRADOS DE LAS GRANDES RELIGIONES
Amadeo Albuquerque Lara
El escritor
estadounidense, Mark Twain, afirmó que “El hombre es un animal religioso. Es el
único animal religioso…” (Crédito: Antonio Vélez Montoya).
Al hombre lo consideran
un animal religioso, desde el punto de vista literario; pero la Biblia es el
libro sagrado y considerado inspirado por Dios por dos de las tres religiones
monoteístas: la religión hebrea y el cristianismo. La Biblia es el primer libro
sagrado en la lista de los libros sagrados de las grandes religiones del mundo.
La Biblia es reconocida como la Palabra de Dios dada a la humanidad, y es leída
por creyentes y no creyentes; es leída por devotos y críticos. Pero además, la
Biblia ha sobrevivido las inclemencia del tiempo, de la feroz persecución de la
misma religión que se dice creer en ella; y ha sido prohibida como otros libros
de la peor ralea.
Sin embargo, la Biblia
permanece hasta hoy, porque como dice el Profeta Isaías: “Se seca la hierba, se
marchita la flor, mas la palabra del Dios nuestro permanece para siempre”
(Isaías 40:8) Destacado es mío.
A continuación, copio la
lista de algunos de los libros sagrados de las principales religiones del
mundo. La lista la encabeza la Biblia de las religiones hebrea y cristiana;
sigue el Corán de la religión islámica. Upanishad, cada uno de
los más de 200 libros sagrados hinduistas escritos en idioma sánscrito, lengua
sagrada de la India. Cánones del Budismo, El Libro de Mormón de
la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los últimos días.
Tipitaka, o El Canon Pali,
es el libro sagrado del budismo primigenio; el Rigveda es una
colección antigua de la India, de himnos sagrados en idioma sánscrito. El
Mahabharata está considerado el poema épico más largo jamás escrito, con
más de 200.000 versos divididos en 18 libros. También es uno de los textos más
sagrados del hinduismo. El Bhagavad Gita («Cantar de Dios» o «Canto
del Señor») se encuentra entre los textos religiosos más importantes del
hinduismo. Kojiki, del shintoísmo2 (神道 Shintō?) es una religión originada en
Japón, a veces considerada la religión indígena de Japón. Junto con el budismo,
es una de las dos principales religiones del país.
El Zend-Avesta
o La Ciencia Oculta de los Sacerdotes Magos de Persia. El zoroastrismo fue una
religión de los antiguos pueblos iranios, fundada por Zoroastro y profesada
actualmente por los parsis. Recibe también el nombre de mazdeísmo (de Ahura
Mazda, una de sus deidades). Por último, en la larga lista de libros sagrados, está
el Guru Granth Sahib (Punjabi: ਗੁਰੂ ਗ੍ਰੰਥ ਸਾਹਿਬ,
región del Punjab de la India. Es la escritura religiosa central del Sikhismo,
considerado por los sikhias como el Gurú final, eterno y soberano (Crédito:
Christianity and World Religions).
Hasta aquí la lista de libros
sagrados del mundo; así como algunas de sus deidades. Pero sobre todas ellas,
está la Biblia, la Palabra de Dios creída y conservada por 2,400 millones que
se consideran creyentes en un Dios creador del Universo, y en el Redentor y Salvador
Jesucristo.
Esta corta nota la dedico
a la conmemoración de la traducción al romance castellano de época, de la
Biblia del Oso por el fraile jerónimo, Casiodoro de Reina en Basilea, Suiza, el
28 de septiembre de 1569, fecha en que las iglesias evangélicas conmemoran el
455 aniversario de esta magna obra, en este año 2024.
REFERENCIAS
Christianity and World
Religions
Dioses y libro sagrados,
Antonio Vélez Montoya
Enciclopaedia Britannica
jueves, 26 de septiembre de 2024
EN VÍSPERAS DEL
455 ANIVERSARIO DE LA TRADUCCIÓN DE LA BIBLIA DEL OSO
Amadeo Albuquerque
Lara
BIBLIA SEPTUAGINTA
O VERSIÓN DE LOS SETENTA (LXX)
Al hablar del Texto Masorético
hebreo, hay que valorar también la importancia de la versión griega Septuaginta
de la Biblia. La palabra SEPTUAGINTA es del latín y significa SETENTA en
alusión a los 72 rabinos expertos en los idiomas originales que tradujeron la
Biblia al idioma griego para beneficio espiritual de los judíos que vivían en
Egipto, región en donde el griego koiné era la lengua común del pueblo. Estos ciudadanos
judíos no entendían ni el hebreo ni el arameo. Por lo tanto, debían tener las
Sagradas Escrituras en el idioma griego.
Para el respaldo documental de
esta breve nota, cito fragmentos de la información brindada por la Enciclopedia
Británica. Según esta información, la Torá o Pentateuco, o sea los primeros
cinco libros de la Biblia, fueron traducidos aproximadamente a mediados del
tercer siglo antes de Cristo, y que el resto del Antiguo Testamento fue
traducido en el segundo siglo antes de Cristo (Crédito: Britannica).
Según la historia de la
Septuaginta, los 72 rabinos fueron seleccionados 6 de cada una de las 12 tribus
de Israel. La historia afirma que los traductores, todos expertos en los
idiomas originales, fueron enviados a Alejandría, Egipto, por Eleazar sumo
sacerdote de Jerusalén, a petición de Ptolomeo II Filadelfo (285-246 antes de
Cristo). Esta información es servida por la Carta de Aristeas (carta apócrifa).
(Crédito: Britannica)
Debemos reconocer que la lengua
oficial de la Iglesia primitiva era el griego y que ellos dependían de la
Septuaginta para interpretar las profecías relacionadas con el Mesías. Es más,
los escritores del Nuevo Testamento escribieron en griego, con traducciones de
palabras arameas al griego koiné. Debo añadir que Jerónimo de Estridón,
conocido como San Jerónimo, se basó en la Septuaginta para traducir la Biblia
en latín popular, llamada Vulgata latina.
Como la Septuaginta se basó en la
Biblia hebrea, los traductores incluyeron los libros apócrifos llamados “deuterocanónicos”
por la Iglesia católica. Pero las Biblias aceptadas por las Iglesias Protestantes
no los contienen por no considerarlos inspirados, sino como meramente
históricos. Según la Enciclopedia Britannica, la primera copia impresa de la
Septuaginta fue en la Biblia Complutensian
Polyglot (1514–22).
Sirva esta breve nota para
destacar la importancia de la Septuaginta o traducción de la Biblia hebrea al
griego koiné, lengua común en tiempos de Jesús, y lengua común para los
cristianos de la Iglesia primitiva. Además, Casiodoro de Reina se basó en la
Septuaginta para la traducción del Nuevo Testamento conocido también como el
Texto Recibido o Textus Receptus. Hemos dicho también que San Jerónimo
se basó en la Septuaginta para traducir la Biblia Vulgata. He ahí la
importancia de la Versión SEPTUAGINTA de la Biblia hebrea o Texto Masorético.
miércoles, 25 de septiembre de 2024
EL
TEXTO MASORÉTICO O BIBLIA HEBREA
Amadeo
Albuquerque Lara
La Biblia del Oso, que
fue traducida de los idiomas originales por el fraile jerónimo Casiodoro de
Reina, tiene como fuentes primarias para el Antiguo Testamento, el Texto
Masorético o Biblia hebrea; y para el Nuevo Testamento, el Texto Recibido o el
Nuevo Testamento griego de Erasmo de Rótterdam. En esta ocasión me voy a
referir al Texto Masorético o Biblia hebrea.
Acerca del Texto
Masorético, su confiabilidad y escrupuloso cuidado de parte de los masoretas o
expertos en los idiomas originales, la Enciclopedia Británica confirma la
siguiente información la cual traduzco del idioma inglés:
“El Texto Masorético, del
hebreo “masoreth” que significa “tradición”, es el texto hebreo tradicional de
la Biblia judía, meticulosamente compilada y codificada; y le suplieron las
marcas diacríticas (añadidura de vocales y otros signos) para su correcta
pronunciación. Esta obra monumental la comenzaron aproximadamente en el siglo
sexto y fue completada en el siglo décimo por eruditos en escuelas talmúdicas
en Babilonia (e Israel), en un esfuerzo por reproducir en lo más posible el
texto original del Antiguo Testamento hebreo” (Crédito: Enciclopaedia
Britannica). Los paréntesis son de este autor.
Los críticos de este Texto
comentan que la obra de los masoretas encargados de resguardar, y hacerlo apto
para la pronunciación y correcta lectura, procuraban que cada letra y cada
palabra fuera revisada con extremos cuidados. Eran tan cuidadosos, que contaban
las palabras de cada línea y las líneas de cada página para estar seguros de la
fidelidad del texto sagrado. Además, marcaban las letras y palabras que
ocupaban el centro de la página con el fin de asegurar futuras revisiones (idem).
Por tanto, los
traductores de la Biblia han preferido el Texto Masorético como fuente original
con el fin de asegurar la fidelidad de las respectivas traducciones del Antiguo
Testamento a los diferentes idiomas. La Biblia del Oso, traducida por Casiodoro
de Reina y publicada en Basilea, Suiza, el 28 de septiembre de 1569, tomó como
texto original el Texto Masorético para la traducción del Antiguo Testamento; y
para la traducción del Nuevo Testamento, se basó en el Textus Receptus
o Texto Recibido, conocido también como el Nuevo Testamento griego publicado
por Desiderius Erasmus de Rotterdam en 1516.
Años más tarde, en 1602,
esta Biblia fue revisada por otro fraile jerónimo de nombre Cipriano de Valera.
Desde entonces, la Biblia en español preferida por la mayoría de las iglesias
evangélicas es la Reina Valera de 1960, cuya pulcritud y belleza literaria de
la Biblia del Oso, de donde se origina la Reina Valera, ha sido elogiada por afamados
filólogos como don Marcelino Menéndez Pelayo, quien “alabó desde un punto de
vista literario a la Biblia del oso, a la que consideró estar mejor escrita que
las versiones católicas de Felipe Scío de San Miguel (1793) y Félix Torres Amat
(1825)” (Crédito: Wikipedia); y también esta traducción ha sido valorada por el
académico de número de la Real Academia Española, don Antonio Muñoz Molina
(Crédito: Programa
Buenas Noticias TV).
sábado, 21 de septiembre de 2024
POEMA
“EL CANTAR DE MYO
ÇID”
TEXTO ORIGINAL
Léxico,
morfología y sintaxis analizados en el Poema
Amadeo
Albuquerque Lara
Dedico este breve análisis a los docentes de secundaria y universitarios que se dedican a la noble labor de la enseñanza de la lengua española, en especial, se lo dedico a mi nieta Dámaris Gisselle Silva Albuquerque, Licenciada en Lengua y Literatura.
En el Poema de Mio Cid, que
narra el destierro del héroe Rodrigo Díaz de Vivar, de ahora en adelante el
Poema, se encuentran rasgos léxicos, morfológicos y sintácticos que actualmente
se desconocen, porque están en desuso. Basta echar una mirada a los primeros
versos del Poema para notar los enormes cambios en la ortografía que se han
dado a partir de los siglos XI – XIV hasta llegar a nosotros. Desafortunadamente,
el Poema en la versión de Per Abat (Pedro abad), quien lo copió en el siglo XIV,
se refiere a un texto del año 1207.
Evidentemente, la prosa y demás rasgos léxicos y sintácticos reflejan por
lo menos dos siglos de distancia desde que el juglar lo recitaba en las plazas
públicas, en los siglos XI hasta el XIV. Por reglas modernas de escritura, y el
criterio del editor, el lenguaje oral al pasar a la forma escrita se somete a
tales reglas y se pierde el carisma del lenguaje original, el Poema consta de 3,735
versos que narran los últimos años de la vida del caballero don Rodrigo Díaz de
Vivar. El manuscrito único se encuentra en la Biblioteca Nacional de Madrid.
Sin embargo, mi análisis
somero no busca citar datos históricos del Poema, ni pretende imitar al
filólogo clásico, Ramón Menéndez Pidal, quien es el autor de la versión
original de los tres volúmenes: “Texto, Gramática y Vocabulario” de
erudición filológica. Mi breve análisis más bien tiene la intención de señalar
algunos rasgos léxicos, sintácticos, y morfológicos que se distinguen en los
primeros versos del Poema, sin ir más lejos. Por eso, copio al final de este
escrito los primeros doce versos del Poema para que el lector tenga una idea
del vocabulario y de la ortografía de la época en que se escribió.
El Poema, como lo tenemos
actualmente, comienza con la frase: “De los sos oios tan fuerte mientre
lorando”. Aquí no más podemos señalar varias particularidades:
sintácticamente hay un hipérbaton o desplazamiento de elementos sintácticos, el
cual comienza con el llanto: “De los sos oios”.
El uso del artículo más el adjetivo que se observan en el Poema, se lee en
cierta literatura popular centroamericana, y en algunos hablantes actualmente.
Por ejemplo: “duerme en casa de una su tía” (eslocotidiano.com);
“la su abuela, dice, «ven a La Regañada que te enseño la Tasi»”
(dialnet.unirioja.es), etc. Estos ejemplos, aunque son tomados de la
literatura, no son raros en el habla popular moderna.
La otra característica se
nota en la misma frase: “los sos oios”. Al
usarse la “i” latina en vez de la “j” moderna, se forma el diptongo “io”; lo
que no se da con el uso moderno de la “j”: ojos. Cabe observar que la
“i” latina dio origen a las letras “j” y “y” modernas. De ser vocales en la
prosa de los siglos citados, las reglas de ortografía modernas las convirtieron
en consonantes; aunque el sonido de [y] forma diptongo en algunas palabras como
“hoy” [oi], “soy” [soi], “hay” [ai]; y en ciertas hablas, en las palabras “ya”
[ia], “yo” [io], etc. Si no tomamos en cuenta el yeísmo suramericano.
Por otro lado, el
adverbio “fuerte mientre” (fuertemente) está separado en dos elementos: el
adjetivo “fuerte” y el sufijo “mientre” que aparece en forma
diptongada (mien), más una “r” intercalada (tre), en el sufijo (mente).
Por el gerundio “lorando”
notamos que la letra “l” (ele) no acusa la palatalización representada
modernamente por el dígrafo “ll”; pero en la línea cuarta, se nota que para
representar el sonido de “l” simple (ele) sin palatalización, se la duplica en
el Poema: “sin pielles” e sin mantos”. Evidentemente, ni
la “l” (ele), ni la doble ene (nn) representan palatalización como en español
moderno: (ll) y (ñ); pues ninguno de los dos sonidos habían sido incorporados
en la ortografía, según la edición y publicación del Poema por Per Abat.
En la tercera línea de la
primera estrofa que estoy analizando, leemos la palabra “cannados”, la cual se
pronunciaba “cañados”; pero la letra “ñ” no se representaba en la escritura, sino
fonéticamente. En otros idiomas romances tampoco el sonido palatal [ñ] lo
representan como en español moderno. El francés lo representa con las letras
“gn” en la palabra “champagne”, o en italiano, “lasagna”, que a
su vez proviene del idioma griego “lasanon” y del latín “lasănum”. Pero lo raro
es que ni en griego ni en latín se duplica la “n”, porque evidentemente, la “gn”
no era palatal en latín, igual como en italiano y en francés. En latín popular
tenemos la palabra “legnum” que no se pronunciaba palatizada: esta palabra
en romance castellano evolucionó a “leño”. La palabra culta “insignia”
evolucionó en el habla popular a “enseña”, como la tenemos en nuestro Himno
Nacional: “es tu enseña triunfal”; y así podríamos continuar con
múltiples ejemplos.
La conjunción “e” indica que
este sonido no se había diptongado en “ie”, para que posteriormente se
representara con la “y” griega, con la pérdida de la “e” final. La “e’ proviene
del latín “et”, conjunción coordinante, con la pérdida de la “t” por su
evolución al romance castellano.
Por la palabra “cabeça”
sabemos que la cedilla se usaba conjuntamente con la “z”, como en el adjetivo
femenino plural “uazias”: vacías; y también notamos que la “u”
representaba a la moderna “v”, en cuya representación había vacilación entre
las letras “u” y “v” (“auie”: había); así como la “v” y la “b” (cabeça)
se confundían en la ortografía, porque ambas han tenido el mismo sonido hasta
en la época moderna.
En la sexta línea, la
palabra “Myo” (Mio) indica que la letra “y” tenía un sonido vocálico, y
como vocal formaba diptongo, o cargaba la tilde en hiato en otros casos; por lo
que no era usada como consonante. El uso de la “y” como consonante, se lo
debemos a los cambios ortográficos que ha dictado la Real Academia Española,
con una incongruencia morfosintáctica; pues la letra “y” apareció en nuestro
alfabeto, por la sustitución de la “i” latina, como lo hemos observado en mi
análisis del Poema.
A continuación, voy a
reescribir la oración como debiera ser en español moderno: (Mio Cid) “Llorando
tan fuertemente de sus ojos, volvía o volteaba la cabeza y los estaba mirando”.
Al mismo tiempo, la oración evidencia el
pleonasmo “de los sos oios”, pues no se llora por otra parte más que de los
ojos; aunque modernamente se sigue usando el pleonasmo: (con lágrimas en mis
ojos te ruego). Evidentemente, esta oración carece de sujeto léxico, pero se
sobreentiende que el sujeto es el Cid, personaje principal de todo el Poema. (Los
paréntesis son del autor de este análisis).
A continuación, voy a
transcribir algunas observaciones del filólogo clásico, don Ramón Menéndez
Pidal, las que se encuentran en su obra máxima “Texto, Gramática y
Vocabulario” del Poema Myo Çid Campeador.
El verbo ser era
usado como haber; el participio concuerda con el objeto directo; la
negación era reforzada con términos concretos y pintorescos “Non lo precio
un figo”; cual y qual se usaban indistintamente; Se nota confusión de la
función del adjetivo y del adverbio: “violos el rey fermoso sonrisava”:
(uso de “v” en vez de “b” en el imperfecto de indicativo, y se observa la
vacilación entre “u” y “v”: auie). En el mandato, al lado del
imperativo, podían usarse el presente o imperfecto del subjuntivo: “por
Raquel e Vidas vayádesme privado”. (Actualmente, el mandato se puede
expresar en modo imperativo “andate ya”, o en presente de indicativo “te vas de
aquí”, o con el verbo en infinitivo: “¡a correr!”).
Uso del futuro de indicativo en vez del
subjuntivo cuando adquiría valor causal; La partícula (ca) “que” tenía varios
usos: causal “porque”, y final “para que”, concesiva “aunque”. (Ejemplo: “Sospiro
Myo Çid ca mucho auie grandes cuydados" (la “y”
formaba diptongo: “uy” [ui]). Por otro lado, la negación era reforzada con
términos concretos y pintorescos “Non lo precio un figo”; (en nuestro
español moderno tenemos la expresión: “me importa un bledo”, u otras
expresiones obscenas). (Pero en la palabra “figo” notamos que la “f” no había
evolucionado en “h”, como el moderno “higo”)
Se nota concordancia del
participio con el verbo “haber” en forma compuesta: “el agua nos han vedada”; al lado de
ciertas palabras , aparecen otras en desuso: cabeça, tiesta; pierna, camba o
cama; salir, exir; rodilla, inojo (pero la palabra “hinojo” del latín genucŭlum,
se encuentra en uso en lenguaje religioso); mañana, matino, etc; (se notan)
nominalizaciones en vez del nombre del héroe: “el que en buen hora nació”.
(En esta oración notamos la falta de concordancia del adjetivo masculino “buen”
con el sustantivo femenino “hora”. Este rasgo se observa en el habla y lenguaje
escrito modernos. Ejemplo: “primer vez”, “primer semana”, etc.)
Con estas observaciones,
más las que he expresado al principio de este análisis, y mis comentarios entre
paréntesis, finalizo para no hacer mi análisis muy complicado.
CONCLUSIÓN
Por razón de que el
lenguaje del Poema El Cantar de Myo Çid en romance castellano resulta complicado para
cualquier lector no acostumbrado a leer prosa clásica de los siglos XI-XIV, he
decidido no hacer muy largo este escrito. Además, notamos que en unas pocas
líneas, hay demasiados cambios, si comparamos esta prosa con la versión
moderna. Además, bastan estos breves ejemplos para imaginarse cuántos aspectos
léxicos, morfológicos y sintácticos se tendrían que analizar si tomáramos todo
el Poema. También debemos aclarar que los críticos del Poema (fnmt.es) afirman
que no se sabe exactamente el nombre original de la obra, ya que en otras
literaturas encontramos los nombres de “Cantares de Gesta” o epopeyas escritas
acerca de un héroe. Por eso, se prefiere el título: “El Cantar de Mio Cid”.
También sirva este breve
anális para imaginar la magnitud del trabajo filológico emprendido por el
doctor en Filología Clásica, don Ramón Menéndez Pidal, en su análisis del Poema
“El Cantar de Myo Çid”, en tres volúmenes: “Texto, Gramática y
Vocabulario”. Es una lástima que actualmente no se incluya en los Planes de
Estudio de las Universidades y en sus Departamentos de Lengua y Literatura, la
evolución del romance castellano a partir del Latín popular, o llamado Vulgar.
Si así fuera, habría mucho que aprender y mucho que enseñar.
Por último, este breve
ejercicio de demostración de cuánto ha evolucionado nuestra lengua, es el
resultado de lo que el autor de esta breve nota, enseñaba a sus estudiantes
cuando era catedrático de la materia “Historia y Evolución del idioma Español”,
entre otras Materias gramaticales, en el Departamento de Lingüística, en la
Universidad Nacional Autónoma de Managua.
Transcribo unas líneas
del Poema a continuación:
“De
los sos oios tan fuerte mientre lorando
Tornaua
la cabeça e estaua los catando:
Vio
puertas abiertas e vços sin cannados,
Alcandaras
uazias sin pielles e sin mantos,
E
sin falcones e sin adtores mudados.
Sospiro
Myo Çid ca mucho auie grandes cuydados.
Ffablo
Myo Çid bien e tan mesurado:
Grado
a ti Sennor Padre que estas en alto,
Esto
me an buelto myos enemigos malos.
Alli
pienssan de aguiiar, alli sueltan las riendas:
A
la exida de Biuar ouieron la corneia diestra,
E
entrando a Burgos ouieron la siniestra”.
lunes, 16 de septiembre de 2024
TRADUCCIONES
DE LA BIBLIA AL ESPAÑOL
Amadeo
Albuquerque Lara
La Biblia del Oso traducida por Casiodoro de Reina
en 1569 es la primera Biblia en romance castellano desde los originales hebreo,
arameo y griego. Su traductor pasó doce años bajo persecuciones y amenazas de
morir en la hoguera de la Inquisición de la Iglesia católica.
Aunque antes hubo una traducción de la Biblia
completa al romance castellano en 1280, conocida como la Biblia Alfonsina, ésta
no ha sido reconocida como lo es la Biblia del Oso, gracias a su apego a los
textos originales.
BIBLIA ALFONSINA: Han transcurrido 744 años
desde la primera traducción al romance castellano de la Biblia completa llamada
Biblia Alfonsina (1280), porque el Rey Alfonso X el
Sabio la mandó a traducir, a La Escuela de Traductores de Toledo. Sin embargo,
esta Biblia fue traducida basándose en la Biblia Vulgata latina de
Jerónimo de Estridón, llamado comúnmente
San Jerónimo (340-420). La intención del Rey Alfonso X el Sabio, rey de
la Corona de Castilla (1221-1284), fue agregarla a la Biblioteca de
Alejandría, para que esta Biblia formara parte de la General Estoria;
sin ningún propósito espiritual, sino más bien como un libro más para la
Biblioteca de Alejandría.
No obstante, esta Biblia aunque fue traducida en
forma completa, y de haber sido la primera Biblia en un romance castellano, sus
traductores no se basaron en los idiomas originales hebreo, arameo y griego
como lo hizo Casiodoro de Reina (1520-1594), fraile jerónimo español convertido
al protestantismo. El grupo de la Escuela de Traductores de Toledo se basó en
la Biblia Vulgata latina para su traducción al castellano del siglo XIII, época
en que predominaba el Mester de Clerecía, cuyos representantes de esa
literatura eran llamados clérigos, como contraparte del Mester de Juglaría
(siglos XI-XIV), representada por juglares llamados también trovadores, artistas
del entretenimiento de la España Medieval.
BIBLIA DEL OSO 1569, es la primera
traducción de la Biblia completa al castellano del siglo XVI, basada en los
idiomas originales hebreo, arameo y griego. Antonio Muñoz Molina, es un
escritor español, académico, miembro de número desde 1995 de la Real Academia
Española de la Lengua, y ocupa el sillón “U”. Muñoz Molina asegura que la
Biblia del Oso, es una ““joya” de la cultura Española”. También afirmó en una
entrevista que Casiodoro de Reina es “uno de los grandes escritores de la
literatura castellana” (Crédito: programa Buenas Noticias TV).
El 28 de septiembre de este año se cumplen 455 años de la
traducción de la Biblia del Oso, publicada en Basilea, Suiza en 1569 por
Casiodoro de Reina, fraile jerónimo español convertido al protestantismo. Por
tanto, este año los cristianos evangélicos celebran 455 años de la primera
traducción al castellano de la época. Esta obra nadie la había emprendido
antes; pero Casiodoro de Reina emprendió esta ingente tarea bajo la presión de
la persecución religiosa de la llamada “Santa Inquisición” de la iglesia
católica. Debido a la persecución católica por haber traducido antes el Nuevo
Testamento a un idioma romance y por haberse convertido al protestantismo, y
debido al peligro de muerte en la hoguera por la Inquisición católica, Casiodoro
decidió dejar el Monasterio Jerónimo de San Isidoro del Campo en 1557, y huir a
Basilea, Suiza (Crédito: Protestante digital).
Esta Biblia se conoce como la Biblia del Oso por el
emblema de la ciudad de Berna, Suiza; y por la portada que muestra un oso
absorbiendo miel de un panal. Casiodoro tuvo como base los idiomas originales
hebreo, arameo y griego. Para la traducción del Antiguo Testamento, la Fuente
fue la Biblia hebrea y la version griega de la Septuaginta o version de
los LXX; y para el Nuevo Testamento, el Textus Receptus o Nuevo
Testamento Griego de Desiderius Erasmus de Rotterdam, que había sido publicado
en 1516.
En cuanto a la calidad literaria del castellano de
la Biblia del Oso, el escritor Antonio Muñoz Molina (Úbeda, Jaén, 10 de enero
de 1956 escritor español, académico de número de la Real Academia Española
desde 1995), elogia a Casiodoro de Reina con estas palabras: “Casiodoro de
Reina para mí es uno de los grandes escritores de la literatura castellana. Un
traductor es un escritor, sobre todo de un mundo tan ajeno a lo culturalmente
cotidiano en España” (Crédito: Protestante digital), y añade que la traducción
de Casiodoro de Reina es "una (de) las cimas literarias de la lengua
española"; y además, asegura que Casiodoro "escribe en un castellano
prodigioso que está en el punto intermedio entre Fernando de Rojas y Cervantes,
con una efervescencia expresiva que solo tiene comparación con Santa Teresa,
San Juan de la Cruz y Fray Luis de León". Sigue diciendo Muñoz Molina:
“Casiodoro de Reina tiene que dar forma en castellano a mundos que no existían,
tiene que crear registros que no existían. Por ejemplo, el tono profético, el
tono de los Salmos... Son registros que hasta entonces no habían sido escritos
en lengua castellana” (Crédito: Protestante digital).
Fray Luis de León (1527 o 1528-1591) era teólogo,
poeta, astrónomo, humanista y religioso agustino español de la escuela
salmantina. Fray Luis tradujo el Cantar de los Cantares de la Biblia al
romance castellano, y por eso, y por criticar el texto de la Biblia Vulgata
latina fue perseguido y sentenciado a la hoguera de la Inquisición, pero
librado al fin (Crédito: Britannica).
En 1556, fray Luis estudia hebreo en la Universidad
de Alcalá de Henares con Cipriano de la Huerga (autor del Commentarium in
Canticum Canticorum). Posteriormente, entre 1560 y 1561, hace la traducción y
Comentario en castellano del Cantar de los Cantares, por petición de Isabel
Osorio, una monja salmantina. Estos trabajos fueron sustraídos del recinto de
fray Luis y difundidos en varias provincias españolas, incluso en América
(Crédito: Nueva Revista de Filología Hispánica).
En cuanto a la influencia de la Biblia en general,
Muñoz Molina afirma: “La Biblia se encuentra al alcance de la mano, y es un
texto imprescindible. Se puede distinguir entre la adscripción religiosa y la
sensibilidad hacia lo sagrado, en el sentido más profundo. Hay cosas
fundamentales de la experiencia que están ahí, y no en otro sitio”, afirma el
escritor (Idem).
Casidoro de Reina pasó doce años trabajando en la
Biblia del Oso hasta que se imprimieron 2.600 ejemplares el 28 de septiembre de
1569, en Basilea, Suiza. Posteriormente, Cipriano de Valera también monje
jerónimo, como Casiodoro, revisó la traducción de Reina en el año 1,602. Según
dicen los críticos, no se sabe nada más de la vida y obra de Valera a partir
del año de la revisión. Pero a partir de la publicación de esta revisión, la
Biblia se conoce como la Biblia
Reina-Valera 1960; aunque después de este año se han hecho otras revisiones
y versiones al español.
Sin embargo, como toda lengua natural, el Español ha
evolucionado a partir del siglo XVI hasta nuestros días. Por tanto, las
Sociedades Bíblicas y otras editoriales, como Zondervan, Harper-Collins, Holman,
Patmos, editorial Vida, y muchas otras, han hecho revisiones y distintas
versiones y distribución, partiendo de la Biblia del Oso y, posteriormente, de
otras fuentes bíblicas neotestamentarias; pero entre todas las revisiones, y
versiones de la Biblia, la que más ha permanecido en uso por los creyentes
protestantes y evangélicos, es la Biblia Reina Valera 1960. Así que por la
traducción de Casiodoro de Reina y por la revisión de Cipriano de Valera, en
1602, la Biblia actual se conoce como la Biblia Reina -Valera 1960; de mayor
uso entre la mayoría de las iglesias protestantes y evangélicas.
Pero, como queda dicho, modernamente se han hecho
varias y distintas versiones de la Biblia conocidas como “versiones modernas”.
Además de estas versiones, diferentes editoriales han elaborado versiones de
estudio bíblico, diccionarios bíblicos y concordancias. Entre estas versiones,
tenemos en inglés, la Biblia de Strong basada en la traducción del Rey Santiago
o King James’s Version. Hay otras Biblias de Estudio conocidas como la
Biblia Logos, y la Biblia de referencia Thompson Milenio RVR 1960, sólo para
citar esos títulos.
Biblia de referencia Thompson Milenio RVR 1960
(Spanish Edition) “La Biblia de referencia Thompson es una de las más
completas Biblias de estudio que se pueden encontrar. La misma contiene un
sistema de referencias que encadena temas por número a través de la Biblia, una
armonía de los Evangelios, estudios temáticos de la Biblia y otras excelentes
herramientas” (Crédito: Amazon).
La Biblia de Referencia Thompson, versión
Reina-Valera 1960, es “sin lugar a dudas la Biblia más completa que se
puede encontrar. Es prácticamente una biblioteca de referencia bíblica con más
de 7,000 nombres, lugares y temas y más de 100,000 referencias analizadas y
clasificadas de acuerdo con los conceptos. Las ayudas marginales están
"encadenadas" a ocho secciones al final de la Biblia, donde la
profusión de detalles es superior a cualquier otra Biblia publicada. Está
diseñada para ayudar al lector a identificar miles de temas significativos,
conceptos, ideas y personajes bíblicos, e investigar las referencias de estos
temas a través de toda la Biblia. Es un sistema completo, fácil de entender y
de usar. Esta es la Biblia ideal para el pastor, el maestro de Escuela
Dominical, el laico y el estudiante”. (Crédito: Amazon).
Esta referencia a la Biblia Thompson no hay que
tomarla como propaganda de Amazon, sino como una herramienta de estudio bíblico
para quienes se interesan por comprender el mensaje de la Palabra de Dios y así
enseñarla a otros; y para que los predicadores y maestros de la Biblia tengan
conocimiento de tantas herramientas tecnológicas que existen en la actualidad.
CONCLUSIÓN
Este breve ensayo sobre las traducciones de la
Biblia al idioma español, como la Biblia Alfonsina en 1280, patrocinada por el
Rey Alfonso X el Sabio, así como el énfasis en la primera traducción de la
Biblia completa al castellano del siglo XVI, conocida como la Biblia del Oso
traducida por Casiodoro de Reina en1569, y revisada por Cipriano de Valera en
1602, ha tenido como propósito principal destacar la importancia y valor
literario de la traducción por Casiodoro de Reina, así como la Biblia que actualmente
ha sido la preferencia de las iglesias protestantes y evangélicas, en la
versión conocida como Reina-Valera 1960. También este ensayo ha destacado la
abundancia de versiones modernas, así como las diferentes editoriales que
publican versiones de la Biblia con herramientas de estudio, ya señaladas.
Gracias a Dios por tener la Biblia en nuestro propio
idioma y por contar con tantas ayudas de estudios bíblicos, tanto en textos
escritos en papel, así como en Internet. Quien no se beneficie de esta
tecnología es por pura negligencia.
REFERENCIAS
Albuquerque, Amadeo. Conocimientos académicos
Diccionario Histórico de la Traducción en España
Desperta Ferro Ediciones
Enciclopaedia Britannica
Instituto Cervantes
MEDIUM- Rafael Serrano
Nueva Revista de Filología Hispánica
Programa Buenas Noticias TV
Protestante digital
Real Academia de la Historia
Religión
en Libertad