CUANDO LAS PALABRAS ATACAN O DEFIENDEN
Amadeo Albuquerque Lara
He otorgado personificación a las ‘palabras’ en este titular, porque son
producto de los individuos y porque éstas forman parte de la lengua; y porque
nacen o mueren en el habla de los individuos también. Porque las palabras son
el producto de quienes las utilizan para atacar, camuflar o defender. Como
estudioso del lenguaje humano he leído y escuchado los discursos y entrevistas
de los políticos, tanto criollos como de la gran nación del norte; y me llama
la atención cómo las palabras se revisten de un nuevo significado, fenómeno que
en lingüística se conoce como resemantización, o extensión del significado;
también aparecen nuevas palabras con significado cambiado, menguado, camuflado,
o que no las registra ningún diccionario de la lengua española. Pero las usan,
para que esas palabras se ajusten a sus propósitos políticos, aunque nada
tengan de científico.
Pero voy a comenzar con el ejemplo de la campaña
presidencial en los Estados Unidos de norteamérica. El candidato republicano
tuvo como eslogan la frase “Make America great again” (Hacer a Estados Unidos
grande de nuevo); sin embargo, el significado que él le imprimió a la frase y
que sus correligionarios captaron fue: “Make America hate again” (Hacer a
Estados Unidos odiar de nuevo); es decir, revivir el odio racial, revivir la
supremacía blanca y cumplir con la higiene racial hitleriana. Y el entonces
candidato y ahora presidente, lo demuestra sacando a los inmigrantes latinos,
aunque ya algunos estuvieran legales; el magnate quiere eliminar el derecho a
la ciudadanía a los bebés de inmigrantes indocumentados que nacieron en su
nación. El presidente ha demostrado este odio racial, separando a las familias
de sus hijos sin importar la edad que tienen los niños. Es cierto que cualquier
país cuida sus fronteras contra los inmigrantes ilegales; pero es inhumano
separarlos de sus hijos. En tal caso, debieron deportarlos juntos.
El otro significado que queda plasmado en la actitud
de los ciudadanos blancos es “Make America white again” (Hacer a Estados Unidos
blanco de nuevo); es decir, hay que depurar la raza, tal como lo hizo Hitler en
Alemania, con su política de “higiene racial”. El presidente lo ha demostrado,
porque da acogida a inmigrantes europeos blancos: su misma esposa es
inmigrante; pero no a los latinos, especialmente si no son blancos. El
presidente en una reunión con sus asesores expresó que él prefería inmigrantes
europeos que de países ‘estercoleros’ o de países que son “hoyos recolectores
de mierda” (shithole countries): El
Salvador y África.
Debo añadir que desde antes ya había claro sesgo discriminatorio
en contra de los trabajadores mexicanos, a quienes les llamaban y les siguen
llamando “braceros”; es decir, son los brazos trabajadores, no cerebros
pensantes los utilizables para la producción y la explotación. Es una
demostración de desprecio a la persona humana; igual que los conquistadores
españoles cuando éstos afirmaban que los nativos nicaragüenses no tenían alma.
Que sus cuerpos sólo eran utilizables para transportar carga. Los mexicanos son
individuos con brazos solamente para el trabajo de los explotadores dueños de
las plantaciones. Pero con el nuevo significado de “shithole countries”, se
incluye también a los afroamericanos; y el gobierno republicano lo ha
demostrado cuando la policía ha disparado a adolescentes negros aun cuando
están desarmados.
Sin embargo, el colmo es el adjetivo descalificativo
que el presidente de Estados Unidos les ha imprimido a los países de
Centroamérica y de África al llamarlos “shithole countries” (países ‘hoyos
recolectores de mierda’). Fíjese que he llamado a ese adjetivo
“descalificativo”, por cuanto descalifica, denigra y humilla hasta lo sumo al
recurrir a un referente tan peyorativo y sucio, como es el de hoyos en donde
los granjeros y rancheros depositan el estiércol de los animales para mantener
limpios los corrales. Entonces, entendamos bien la frase. Los países
centroamericanos y africanos son los hoyos en donde se debe depositar el
estiércol de los animales, para que Estados Unidos (el corral) quede limpio de
ese estiércol: los inmigrantes centroamericanos y los ciudadanos
afrodescendientes. Notemos qué son los estercoleros, según Wikipedia:
“Estercolero
es el sitio en que se recogen y amontonan los estiércoles, cadáveres y despojos
de los animales, las plantas, basuras y demás sustancias que pueden aprovechar
para abono”.
Reproduzco aquí el contexto en que el presidente de
los Estados Unidos vertió su criterio
sobre El Salvador, Haití y África:
‘On
Thursday, the Washington Post reported that during an Oval Office meeting to discuss
an immigration deal, Trump asked lawmakers, "Why are we having all these
people from shithole countries come here?" Trump was speaking in reference
to people from El Salvador, Haiti, and countries in Africa’.
(El jueves, el Washington
Post reportó que durante una reunión para discutir un asunto sobre
inmigración, Trump preguntó a los legisladores: “Por qué vamos a permitir que
esta gente de países que son hoyos recolectores de mierda (shithole countries)
vengan aquí? Trump estaba hablando en referencia a personas de El Salvador,
Haití, y países de África) Traducción personal del autor de este artículo.
El referido adjetivo me imagino que fue motivo de un
detenido estudio acerca de a quiénes se los iba a aplicar. El presidente se
refirió en términos icónicos a los ciudadanos migrantes de la república de El
Salvador; porque El Salvador nos representa a los demás países
centroamericanos, de Haití y de países africanos, de donde proviene la mayoría
de los inmigrantes. De manera que el término peyorativo “banana republics”
(repúblicas bananeras centroamericanas) quedó corto ante semejante
discriminación del señor Donald Trump, al demostrar su racismo extremo.
Pero también fue muy astuto al mencionar al continente
africano como “shithole”. Pues una población considerable de los Estados Unidos
es de origen africano (37.6 millones). Pero, además, el expresidente Barack
Obama es afrodescendiente. De manera que el continente se vuelve un ícono
también al recibir el adjetivo ‘descalificativo’ (shithole), usado a
conveniencia por el señor Trump. Y fijémonos que esta palabreja el presidente
la convierte en adjetivo, porque modifica al sustantivo plural “countries”
(países); y le queda muy bien para demostrar su odio racial y para acentuar la
significación de su eslogan: “Make America great (white/hate) again”.
También el candidato republicano, cuando andaba en
campaña y aun siendo ahora presidente, se ha escudado en la frase “fake news”
(noticias falsas), cuando estas van en su contra; y además, el presidente ataca
a todos los medios informativos, se burla de los reporteros con defectos
físicos, o de reporteras que amamantan a sus bebés, cuando están cumpliendo con
su faena informativa, si estos periodistas le hacen preguntas que incomodan al
señor presidente. Pero si las noticias o las preguntas provienen de los
reporteros del canal “Fox news” (noticias sagaces, astutas, “verdaderas”, según
el señor Trump), entonces estas preguntas agradan al mandatario; porque “fox”
significa zorro, que se convierte en ícono de la sagacidad y astucia afines a
su mandato. Así que “fake news” encuentra su antónimo en “fox news”. ¿Por qué
el presidente ha escogido la frase “fake news”? sencillamente, para desvirtuar
cualquier noticia que no sea difundida por “Fox news” y que no sea del agrado
de él o que difunda lo mal que está haciendo en su mandato. De manera que él
tiene su canal favorito, y los demás canales y reporteros son mentirosos.
Hasta aquí estos pocos ejemplos provenientes del
gobierno de Estados Unidos, país al que algunos políticos de países que son
“hoyos recolectores de mierda”, según el señor Trump, han recurrido para que
esa potencia descalificadora y racista pueda intervenir en sus propios países, o
en cualquier otro país que no sea dócil con los gobiernos de turno de los
Estados Unidos. Pero además, estos políticos se alegran cuando los gringos los
apoyan, aunque este “apoyo” vaya en contra de la mayoría del país atacado. Sólo
porque esos países atacados no piensan igual, ni son dóciles con los
mencionados ‘políticos’ criollos ni con el gobierno de turno norteamericano.
Ahora me voy a referir a las palabras resemantizadas o
inventadas que se leen y escuchan en los medios informativos y en las redes
sociales de Nicaragua. El sustantivo “autoconvocados” se deriva del verbo
‘convocar’; pero este verbo no existe en ningún diccionario español, menos en
el DRAE. Pues nadie se puede convocar a sí mismo; es como que yo dijera: ‘me
autoconvoco’ a escribir esta nota de carácter lingüístico. Por lo tanto, tiene
que haber alguien que convoque para cualquier actividad política, cultural o
religiosa. El vocablo “autoconvocados” se usó primero en las protestas de
trabajadores de Argentina y de allí se copiaron nuestros políticos; pero
desafortunadamente para ellos, lo usan mal; demostrando así la poca sagacidad
semántica o lexicológica.
La palabra “crisis” ha sido revestida de un significado
que aparezca neutral, según convenga; pero en el lenguaje político no hay
vocablos neutrales; pues la palabra se está utilizando para darle nombre a un
movimiento político interno/externo con efectos negativos para la economía de
los mismos comerciantes que han perdido sus negocios, de las empresas grandes
que han tenido que migrar, de los trabajadores que se han quedado desempleados
por la fuga de capitales y, por último, contra el gobierno. Pero la crisis no
ha caído del cielo; alguien la provocó.
Por otro lado, la palabra “pueblo” se convierte en un
ícono, pues la hacen representar a la población total del país, aunque sólo
represente a un partido político que piensa distinto que las personas que
pertenecen al partido de gobierno.
Sin embargo, no todas las palabras utilizadas por los
opositores al gobierno aparentan neutralidad. El vocablo más acusatorio y menos
camuflado es el verbo “secuestrar”, refiriéndose a las capturas que ejecuta la
policía. Según el diccionario de la Real Academia Española de la Lengua (DRAE),
Secuestrar:
“1. tr. Retener indebidamente a una persona para exigir dinero por su rescate,
o para otros fines. 2. tr. Tomar por las armas el mando de un vehículo, ya sea
un avión, un barco, etc., reteniendo a la tripulación y pasaje, a fin de exigir
como rescate una suma de dinero o la concesión de ciertas reivindicaciones”.
Claramente, secuestrar y capturar no son sinónimos;
pero “secuestrar” sí cumple con la connotación que le dan los medios de
comunicación, no afines al gobierno, a la acción policial; porque secuestrar es
la acción ejercida por uno o varios criminales. Por eso, en el titular de este
artículo he afirmado que las palabras atacan o defienden, según la intención de
quien las utilice.
Por último, pero no con carácter exhaustivo, el
gobierno estadounidense, los representantes de los derechos humanos locales, la
ONU, la OEA y la CIDH se muestran “preocupados” por la “crisis” que este país
centroamericano está experimentando. Pero la palabreja “preocupados” significa
que están considerando intervenir no de forma pacífica, sino mediante una
invasión militar con el apoyo de los Estados Unidos (lo ha confirmado ante los
medios de comunicación la embajadora Laura Dogu, en su despedida). También la
Unión Europea y no sabemos cuántos más desean esa intervención militar. Es
decir, exponen a David contra Goliat, o más bien, al moderno Goliat con armas
de destrucción masiva contra la honda del pequeño David.
Para concluir, solamente he seleccionado estas pocas
palabras, porque son las que más resuenan en nuestros oídos y resaltan ante
nuestros ojos. Pero como estudioso del lenguaje humano, como dije al comienzo,
me siento obligado a desambiguar este léxico críptico que ha venido a tomar
asiento en el lenguaje político de nuestro país y que se ha extendido por el
resto del mundo politizado. Por lo tanto, veo que nuestros políticos criollos
han sido bien asesorados en el campo de la política, aunque vayan en contra de
la semántica y de la lexicología. Sin duda, fueron asesorados por los
asistentes del actual presidente de los Estados Unidos, para escoger con
sagacidad y astucia el léxico que iban a utilizar en sus protestas, aunque ha
quedado clara la imagen del refrán: “gato escondido, cola de fuera”.
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