Algunos Refranes Populares en la Obra de Miguel de Cervantes Saavedra,
Don Quijote de la Mancha
Amadeo Albuquerque Lara
Los
refranes han sido una joya en la literatura española popular. Don Iñigo López
de Mendoza a pedidos del Rey Don Juan presentó una colección de “Refranes que dizen las viejas tras el
fuego”, cuya edición fue en el año 1541. Luego tenemos los
refranes castellanos, los cuales constituyen 27,000 refranes ordenados
alfabéticamente por temas. Pero se dice que los refranes registrados en la
lengua castellana son casi cien mil, a partir del siglo XIV. Los refranes se
definen así: “Los refranes son frases populares que
expresan consejos, pensamientos, opiniones e ideas. Generalmente suelen
estructurarse en verso o con cierta rima para que sean fáciles de recordar.”
Es de notar que obras representativas de la lengua española de los primeros
siglos contienen una buena parte de refranes populares, tales como La Celestina
(1499), y Los Refranes que dizen las
viejas tras el fuego (1541). El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha
(1605), solo para mencionar estos tres libros clásicos de la literatura
española. Miguel de Cervantes pone en boca de Sancho una cantidad de refranes
que Don Quijote le objeta, porque los usa de forma descabellada y le recuerda a
Sancho: “y si no me acuerdo mal,
otra vez te he dicho que los refranes son sentencias breves, sacadas de la
experiencia y especulación de nuestros antiguos sabios; y el refrán que no
viene a propósito antes es disparate que sentencia.”
En su conversación con Sancho, Don Quijote aparece como un consejero de
cómo se han de usar los refranes: “Parece,
Sancho, que no hay refrán que no sea verdadero, porque todos son sentencias
sacadas de la mesma experiencia, madre de las ciencias todas”. Por eso,
dada la oportunidad que en la obra de Cervantes hay una excelente
representación del refranero español, me bastará con concentrarme en esta obra
para enumerar y citar algunos de los refranes allí citados.
Comenzaremos con la sabiduría expresada por Don Quijote en sus pláticas
rutinarias con Sancho Panza. Por tanto, expondré unas cuantas de esas joyas
populares. Dice Don Quijote a Sancho:
“También, Sancho, no has de mezclar en
tus pláticas la muchedumbre de refranes que sueles; que puesto que los refranes
son sentencias breves, muchas veces los traes tan por los cabellos, que más
parecen disparates que sentencias.”
“- Eso Dios lo puede
remediar -respondió Sancho-; porque sé más refranes que un libro, y viénenseme
tantos juntos a la boca cuando hablo, que riñen por salir unos con otros; pero
la lengua va arrojando los primeros que encuentra, aunque no vengan a pelo. Mas
yo tendré cuenta de aquí adelante de decir los que convengan a la gravedad de
mi cargo; que en casa llena presto se guisa la cena; y quien destaja no baraja;
y a buen salvo está el que repica; y el dar y tener, seso ha menester.”
“- ¡Eso sí, Sancho! -dijo don Quijote-. ¡Encaja, ensarta, enhila refranes; que nadie te va a la mano! ¡Castígame mi madre y yo trómpogelas!. Estoyte diciendo que excuses refranes y en un instante has echado aquí una letanía dellos, que así cuadran con lo que vamos tratando, como por los cerros de Úbeda. Mira, Sancho, no te digo yo que parece mal un refrán traído a propósito; pero cargar y ensartar refranes a troche y moche, hace la plática desmayada y baja.”
Miguel de Cervantes Saavedra, en El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha II, Capítulo XLIII [1]
“- No más refranes, Sancho
-dijo Don Quijote-, pues cualquiera de los que has dicho basta para dar a
entender tu pensamiento; y muchas veces te he aconsejado que no seas tan
pródigo de refranes y que te vayas a la mano en decirlos; pero paréceme que es
predicar en desierto, y "castígame mi madre y yo trómpogelas". -
Paréceme -respondió Sancho- que vuesa merced es como lo que dicen: "Dijo
la sartén a la caldera: Quítate allá ojinegra". Estáme reprehendiendo que
no diga yo refranes, y ensártalos vuesa merced de dos en dos. - Mira, Sancho-
respondió Don Quijote-: yo traigo los refranes a propósito y vienen cuando los
digo como anillo en el dedo; pero tráeslos tú tan por los cabellos, que los
arrastras y no los guías; y si no me acuerdo mal, otra vez te he dicho que los
refranes son sentencias breves, sacadas de la experiencia y especulación de
nuestros antiguos sabios; y el refrán que no viene a propósito antes es
disparate que sentencia.”
Miguel de Cervantes Saavedra, en El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha II, Capítulo LXVII [2]
Miguel de Cervantes Saavedra, en El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha II, Capítulo LXVII [2]
He aquí una lista mínima de
refranes populares en la obra El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha
A quien se humilla, Dios le
ensalza.
Bien predica quien bien
vive.
Dad
crédito a las obras y no a las palabras.
De
altos espíritus es apreciar las cosas altas.
De
gente bien nacida es agradecer los beneficios que recibe.
Donde una puerta se cierra, otra se abre.
El que lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho
El sueño es el alivio de las miserias para los que las sufren despiertos.
En la lengua consisten los mayores daños de la vida humana.
Es tan ligera la lengua como el pensamiento, que si son malas las preñeces
de los pensamientos, las empeoran los partos de la lengua.
Huyo de la vida regalada, de la ambición y la
hipocresía, y busco para mi propia gloria la senda más angosta y difícil. ¿Es
eso, de tonto y mentecato?
La
alabanza propia envilece.
La
buena y verdadera amistad no puede ni debe ser sospechosa de nada.
La
caldera le dijo a la sartén: "Apártate de mi, cara sucia".
La honra del amo descubre la
del criado; según esto, mira a quién sirves y verás cuán honrado serás.
La
pluma es la lengua de la mente.
La
pluma es lengua del alma; cuales fueren los conceptos que en ella se
engendraron, tales serán sus escritos.
La
poesía tal vez se realza cantando cosas humildes.
La
santidad fingida no hace daño a ningún tercero, sino al que la usa.
La
senda de la virtud es muy estrecha y el camino del vicio, ancho y espacioso.
La virtud es más perseguida por los malos que amada de los buenos.
Más vale una palabra a tiempo que cien a destiempo.
"Me
moriré de viejo y no acabaré de comprender al animal bípedo que llaman hombre,
cada individuo es una variedad de su especie."
Necio es, muy necio, el que, descubriendo un secreto a otro, le pide
encarecidamente que lo calle.
No hay candados, guardas ni cerraduras que mejor guarden a una doncella que
las del recaro propio
Oficio que no da de comer a su dueño, no vale dos habas.
Para todo hay remedio, si no es para la muerte.
Parece,
Sancho, que no hay refrán que no sea verdadero, porque todos son sentencias
sacadas de la mesma experiencia, madre de las ciencias todas.
Pocas
o ninguna vez se cumple con la ambición que no sea con daño de tercero.
Se moderado con tu sueño; que el que no madruga con el sol, no goza del
día.
Si acaso doblares la vara de la justicia, no sea con el peso de las
dádivas, sino con el de la misericordia.
Siempre los ricos que dan en liberales hallan quien canonice sus desafueros
y califique por buenos sus malos gustos.
Tanto
más se escudriñan las faltas de un impreso, cuanto mayor es la fama de quien lo
compuso.
Tanto
vales cuanto tienes, y tanto tienes cuanto vales, Dos linajes solos hay en el
mundo, como decía una abuela mía, que son el tener y el no tener.
Todo
sale en la lavada.
Un buen arrepentimiento es
la mejor medicina que tienen las enfermedades del alma.
Y yo soy de parecer y la
experiencia lo enseña, que ablandarán una peña lágrimas de una mujer.
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