LA RAE ANULA ALGUNOS RASGOS
CATEGORIALES DEL ACENTO ESPAÑOL
Amadeo Albuquerque Lara
A través del tiempo,
la Real Academia Española (RAE) ha venido efectuando cambios en el alfabeto
español. Por ejemplo, ya suprimió la ch y la ll, anteriormente llamadas
dígrafos, porque representan un sonido con dos letras. Estos cambios se dan a
raíz de la globalización de la economía y por poner nuestro alfabeto a tono con
el alfabeto inglés y de otras lenguas europeas. Afirmo lo anterior, porque no
veo razones lingüísticas que se apliquen en esta reforma.
El director del Instituto Cervantes declaró que la lengua es patrimonio de todos los que la hablan y debe ser compartida "en pie de
igualdad". (Víctor García de la Concha, citado por el Nuevo Diario, martes
27 de mayo de 2014, edición digital)
Sin embargo, solamente las 22 Academias hicieron estas reformas sin
tomar en cuenta a la comunidad hispano parlante. En el caso de Nicaragua, sólo
cuatro o cinco profesoras tomaron parte en las reformas ortográficas, cuando
debió haber habido una consulta con los distintos catedráticos de la lengua
española en las distintas universidades del país. Eso mismo pasó en los otros
países en donde está presente una representación de la RAE.
Esta vez quiero
referirme a la última reforma ortográfica (2010) en la que, entre otros muchos
cambios, se eliminan varios acentos gráficos, como es el caso del llamado
acento diacrítico. Un ejemplo claro de confusión se da en los pronombres
demostrativos este, ese aquel, los cuales en anteriores ediciones de la Ortografía
se exigía tildarlos. Se decía que cuando son pronombres debían tildarse para
distinguirlos de los adjetivos o determinantes. En la Ortografía (2010) se dice que no es necesario tildarse, porque
algunas son palabras llanas terminadas en vocal y el caso de aquel es una
palabra aguda que no termina en –s, -n o vocal.
La RAE define la
tilde diacrítica así: “Esta tilde que se emplea para distinguir el miembro
tónico de algunos pares de palabras se diferencian únicamente, desde el punto
de vista fónico, por su tonicidad o atonicidad recibe el nombre de tilde diacrítica.” (Ortografía de la lengua española, p.231)
Como es fácil
notarlo, la RAE no enfatiza en el carácter categorial o diferenciador del
acento gráfico o tilde. Por ejemplo: la forma se sin tilde es un pronombre, pero sé con tilde es un verbo conjugado del verbo saber, presente del
modo indicativo, primera persona del singular: yo sé que vendrá: pero también es una forma imperativa del verbo
ser. Ejemplo: sé bueno, sé buena persona. Pero si la misma forma se
no lleva tilde, es un pronombre que puede ir separado del verbo o en forma
enclítica. Ej.: Ella se llama María. O
en forma enclítica: Ella dice llamarse
María.
Por lo tanto, debemos
afirmar que el acento cumple con una función categorial en el sentido de
indicar qué clase de palabra es si es un verbo, un pronombre o un adverbio; por
ejemplo: la palabra solo sin tilde es
un adjetivo: voy solo (sin compañía),
o puede ser un adverbio en sólo voy dos
veces por semana. Pero la RAE ya ha eliminado la tilde de esta palabra
dizque por economía del lenguaje o por razones tónicas.
La Ortografía de 2010
afirma: “ya que tanto el adjetivo solo como los determinantes demostrativos
son palabras tónicas, lo mismo que el adverbio solo y los
pronombres demostrativos, a partir de ahora se podrá prescindir de la tilde en
estas formas incluso en los casos de doble interpretación” (pág. 269)
La otra función del
acento es la de indicar si la palabra es aguda, grave, esdrújula o
sobreesdrújula, incluidas en las reglas generales de acentuación. Esto se
conoce como la clasificación de las palabras según el acento. Llevan tilde las
agudas cuando terminan en n, s, o vocal, llevan tilde la graves cuando no
terminan en n, s, o vocal; pero las esdrújulas y sobresdrúlas se tildan
siempre.
Entonces, ¿por qué he
dicho que la RAE ha anulado los rasgos categoriales del acento español? Porque
ahora usted puede decir o escribir: Esta
es mi casa, este es mi carro sin tilde, porque se sobre entiende.
Casualmente, este argumento era muy común entre mis estudiantes, cuando les
reclamaba que por qué no tildaban ciertas palabras que debían tildarse. “Porque
se sobre entiende”, me respondían.
Para ilustrar esta
confusión que ha introducido la RAE en el acento diacrítico, debo citar este
último ejemplo: “Todas las voces que se escriben con tilde diacrítica son
palabras que no deberían llevarla según las reglas generales de acentuación,
bien por tratarse de monosílabos (él, dé,
sí, quién…), bien en el caso de las polisílabas, por tratarse de palabras
llanas acabadas en vocal o en –s (cómo,
dónde, cuántos, quiénes…) En todas ellas la función de la tilde no es, por
tanto, la de indicar cuál es una sílaba tónica (función prosódica), sino la de
señalar que la palabra que la lleva es tónica y no debe confundirse con otra
formalmente idénticas, pero de pronunciación átona (función diacrítica)”
(Páginas 239-240).
Como se notará, la RAE
justifica la tonicidad o atonicidad de la sílaba, pero en ningún momento se
refiere a la función léxica que cumple el acento gráfico o tilde, es decir, la
RAE sigue basándose en las letras y no en las categorías gramaticales de las
palabras. A pesar de que la ciencia lingüística ha progresado, la RAE sigue
anclada en los aspectos tónicos y átonos de las palabras. Los señores de la RAE
siguen siendo filólogos y no lingüistas. En vez de traer claridad para la
enseñanza de la ortografía española, los maestros ahora tendrán más
dificultades para ello. Sin embargo, a pesar que entre quienes colaboraron en
las reformas ortográficas hay algunos profesores y catedráticos, todos
aprobaron estas reformas sin tomar en cuenta la confusión que ésta traería.
Sólo imagínese la confusión que habría si no tildáramos la palabra “esta” en
sus diferentes rasgos categoriales, en el siguiente ejemplo: Esta casa verde esta en
Masaya, pero esta amarilla esta en Managua.
Esta forma de
escribir sin tildar se está generalizando entre los estudiantes y mucho más se
va ir generalizando a medida que se les vaya explicando los cambios
ortográficos de la llamada “reforma otográfica”. Y no solamente los estudiantes
escriben sin tildar, sino que en un canal de televisión nunca tildan los
cintillos en las noticias. Aunque escriban con mayúsculas, tienen que tildar
para utilizar correctamente la escritura en español.
Nota: todas las citas
y referencias se han tomado de la Ortografía
de la lengua española, 2010.
Masaya, 27 de julio de
2014