ACERCA
DE LA PALABRA ZORRA
Amadeo
Albuquerque Lara
La acepción denotativa de la palabra zorra es la que se
refiere a la forma femenina de zorro. Generalmente, en los cuentos para niños
se le da la característica de un aminal muy astuto. Cristo utilizó esta palabra
para referirse a Herodes, cuando un grupo de fariseos le pidieron que saliera
de ese territorio, porque Herodes lo quería matar. Esto es lo que Jesús les
contestó: “Id, y decid a aquella zorra: He aquí, echo fuera demonios y hago
curaciones hoy y mañana, y al tercer día termino mi obra.” (Luc.13:32 RVR 1960).
No cabe duda que Jesús utilizó esta palabra de forma despectiva, pues conocía
muy bien a Herodes. En este pasaje, la palabra zorra no adquiere el sentido
moderno que tiene cuando se refiere a los excesos sexuales del varón con
diferentes mujeres.
En una ocasión Jesús volvió a usar esta palabra pero en
su forma denotativa; así como aparece en el diccionario de la lengua; es decir,
refiriéndose al animal. Dijo: “Las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo
nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar su cabeza”. (Mateo 8:20,
RVR 1960).
El fabulista de la Grecia antigua, Esopo, escribió una
fábula que se titula “La zorra y las uvas”. En esta historia para niños, Esopo
nos da la lección de que no echemos la culpa a los demás por lo que no podemos
realizar por nuestros propios esfuerzos. La zorra de la historia hizo varios intentos
por alcanzar las deliciosas uvas, pero al final se dio por vencida, porque
estaban muy altas; sin embargo, no reconoció su fracaso sino que habló de forma
despectiva de las uvas: “Las uvas están verdes y no se pueden comer. De todas maneras,
¿para qué las querría?“
Dejando por ahora un poco la literatura y los textos
bíblicos, quiero referirme a una fruta llamada sonzapote, pero que también en
mi pueblo de San Jorge, departamento de Rivas, se conoce como zorra. La fruta
tiene una comida amarillenta cuando está madura. Su comida se mezcla con unas
hebras (mechuda), pero su sabor es delicioso. Cerca de mi casa había un árbol
que había nacido y desarrollado a la vera del camino, de manera que muchas
veces yo encontraba la fruta madura caída del árbol y yo me la llevaba a mi
casa para comérmela. Para mí era una delicia y una suerte encontrármela, antes
que otro pasara.
Pero quiero referirme a otro significado que el pueblo le
da a este vocablo. Cuando se alude a una mujer de vida liviana y le dicen
“zorra”; es una forma grosera y muy despectiva; pero no sucede así cuando se la
aplican a un hombre mujeriego y le dicen: fulano es un zorro. Entonces el
significado no adquiere una forma despectiva, sino más bien de un “don juan”,
de un picaflor o seductor. No obstante, lo más lamentable es que algunas
mujeres tildan de zorra a otra mujer cuando ésta se interpone en el matrimonio
para destruirlo. La diferencia es un indicador de la cultura machista que
existe en el sustrato de nuestra sociedad.